- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
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- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
- Casa de Campo en Colombia (2007)
- Luis Restrepo. construcciones (2007)
- Juan Cárdenas (2007)
- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos
Grupo de flamencos rosados. Carlos Castaño.
Garzas blancas y cormoranes. Juan Myer.
Playero aliblanco. Andrés Hurtado.
Gaviotines.
Flamencos rosados, aves que le dan su nombre al santuario. Carlos Castaño.
Flamencos rosados, aves que le dan su nombre al santuario. Andrés Hurtado.
Mangle.
Playas del santuario.
Mero. Diego Fernando Torres.
Pez ángel. Diego Fernando Torres.
Lenguado camuflándose bajo la arena. Diego Fernando Torres.
Cangrejo de mar. Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales.
Vista de las aguas cristalinas del santuario. Diego Fernando Torres.
Texto de: Laura Sesana
Localización: Oeste de la península de La Guajira
Año creación: 1977
Extensión: 7 687 ha
Temperatura: 25 - 30 ºC
Ecosistemas: Bosque seco tropical, humedales, manglares, formaciones xerofíticas y subxerofíticas, selvas y bosques montañosos.
Ubicado en la costa oeste de La Guajira, en el corregimiento de Camarones, municipio de Riohacha, el Santuario de Flora y Fauna Los Flamencos es uno de los únicos refugios del litoral Caribe para las milenarias aves acuáticas que le dan su nombre. El santuario es un territorio de ciénagas, lagunas y bosques secos que custodia un delicado ecosistema compuesto por una extensa y sorprendente multiplicidad de aves, peces, crustáceos y plantas. Su superficie de 7 687 hectáreas contiene una extraordinaria colección de especies animales y vegetales interdependientes, que conservan un frágil balance vital a la merced del clima, las lluvias y las acciones de sus habitantes humanos. En 1977 fue declarado Santuario de Flora y Fauna y, 15 años más tarde, Patrimonio Nacional y Cultural colombiano.
Los Flamencos es una zona árida donde el promedio de temperatura es de 25º a 30 ºC y la precipitación anual es entre 800 y 1 000 mm. Las lluvias siguen un patrón bimodal; los periodos secos van de diciembre a abril y luego de julio a agosto, y los periodos lluviosos van de mayo a junio con máxima precipitación entre octubre y noviembre.
Durante los meses de fuertes lluvias, el paisaje sufre una trasformación asombrosa. Previamente desolado por las sequías, el santuario estalla con colores, sonidos y actividades de vida que transportan las aguas. Se acrecienta el caudal de los ríos y arroyos, causando que el nivel del agua suba, lo cual a su vez ocasiona que las ciénagas, separadas del mar por barreras de arena durante las épocas de sequía, se enlacen con este. En este momento los camarones (Peneaus sp.) migran en masa para reproducirse en las aguas de las cuatro ciénagas: la Ciénaga de Manzanillo, la de Laguna Grande, la del Navío Quebrado y la Ciénaga de Tocoromanes. Durante esta época, se pueden observar millones de camarones brincando sobre la superficie del agua y en el fondo de los estuarios, en un espectáculo natural sin igual.
Las propiedades geológicas y climáticas de la región dan origen a una diversa vegetación que a primera vista es impactante y única. En las ciénagas predominan los manglares y en el santuario crecen cuatro de las cinco especies de manglar encontradas en el Caribe colombiano: el mangle salado o mangle negro (Avicennia germinans), el mangle bobo (Laguncularia racemosa), el mangle zaragoza (Conocarpus erectus), junto con escasos ejemplares del mangle rojo (Rhizophora mangle). En los playones salinos, que se alargan a las orillas de las ciénagas, se pueden observar conjuntos de plantas con hojas grandes de color verde-amarillo llamadas hierba de vidrio o platanito (Batis maritima) junto con la “tripa de pollo” (Sesuvium portulacastrum), arbusto de hojas gruesas que se enrojecen durante las sequías.
También existen zonas donde predominan los bosques subxerofíticos. Estos bosques secos están compuestos principalmente por árboles y arbustos coloridos que contrastan con el tono ocre de la tierra, creando paisajes vibrantes. Durante las sequías, la mayoría de esta vegetación pierde su color, con excepción del boscaje localizado a las orillas de los arroyos y lagunas. Las especies más destacadas son el uvito de playa (Cordia dentata), el jayo (Erythroxylon cartagenense), el dividivi (Libidibia coriaria), el guamacho (Pereskia colombiana), el manzanillo (Hippomane mancinella), la pringamoza (Cnidosculus urens), el olivo (Capparis odoratissima), y el guayacán de bola (Bulnesia arborea).
Muchos de los bosques secos del área se encuentran amenazados, ya que grandes parcelas han sido completamente arrasadas para la extracción de madera y carbón vegetal. Esto pone en peligro a una gran variedad de fauna que depende de estos bosques, como la danta (Tapirus terrestris), venados (Mazama spp. y Odocoileus virginianus), guartinaja (Agouti paca), ñeque (Dasyprocta punctata), zaino (Tayassu pecari), pavas (Penélope sp.) y guacharacas (Ortalis sp.). Estas especies, además, enfrentan la presión de la cacería y su conservación hace parte de los objetivos del santuario.
Los flamencos son el punto de exclamación sobre un paisaje que en sí mismo ya es extraordinario. También llamados “chiclocos” o “tococos” en lengua guajira, son aves acuáticas de color rosa intenso que pueden alcanzar una altura de 1,5 m. Habitan las zonas cenagosas y franjas costeras adyacentes. Se nutren de algas, larvas de camarón, moluscos, insectos y otros crustáceos pequeños. Construyen sus nidos de barro en forma cónica, que alcanzan los 60 cm de altura. Los flamencos anidan en lugares sin vegetación, o de vegetación escasa, y se aparean en marzo, empollando entre abril y mayo.
A pesar de que su cacería fue prohibida por ley en 1964, estas majestuosas aves se encuentran amenazadas. Su población ha disminuido alarmantemente por factores naturales y humanos. Los factores naturales, como huracanes y sequías, han reducido sus números y han causado que muchos migren a lugares más favorables, los cuales se hacen cada vez más escasos. Los factores humanos incluyen el consumo de huevos y pichones por los habitantes de la región, la caza viva de los adultos para el tráfico de fauna silvestre y el desarrollo industrial en la zona aledaña.
Otras aves acuáticas migratorias y residentes en el santuario incluyen águilas pescadoras, chorlitos, garzas blancas, gaviotas, patos zambullidores, mariamulatas, cormoranes y arenarias. Las ciénagas también son un hábitat importante de una gran variedad de peces como la mojarra, el pargo, la lisa y el lebranche.
Al mismo tiempo, la costa adyacente forma parte del patrón migratorio de varias especies de tortugas como la laud, tora, o canal (Dermochelys coriacea), tortuga verde (Cheloni midas), cabezona (Caretta caretta) y carey (Eretmochelys imbricata). Ocasionalmente, algunas de estas tortugas anidan en las playas, pero se ven amenazadas por la cacería y sus números han ido disminuyendo de forma inquietante. La tortuga canal es la tortuga más grande del mundo; puede llegar a medir 1,9 m de longitud y su caparazón puede alcanzar un peso de 650 kg.
En el sector cerca del poblado de Los Almendros también se puede encontrar una modesta colección de mamíferos como la zarigüeya (Didelphys marsurpialis), el oso hormiguero (Tamandua tetradactyla) y el zorro plateado (Marmosa sp.).
Antes de la conquista, la región del santuario fue habitada por los guanebucanes, grupo indígena perteneciente a la familia lingüística arawak. Restos arqueológicos comprueban que este grupo estaba compuesto principalmente por agricultores, pescadores y navegantes que habitaban las zonas adyacentes al mar y los ríos (UAE 162). También existen vestigios de brazaletes, narigueras y orejeras de oro. Lo poco que se sabe acerca de estos habitantes proviene del cronista español Juan de Castellanos, quien visitó la región en el siglo XVI. En ese momento, la zona se denominó La Ramada, por las ramas que utilizaban sus habitantes para cubrir las entradas de sus casas. Tras las incursiones en la región por varios conquistadores españoles, los guanebucanes migraron a la Sierra Nevada y establecieron relaciones con los kogi.
Durante los años que siguieron a esta migración, muchos de los pobladores del norte de La Guajira hicieron excursiones de pesca a la Boca de Camarones. Éstas se llevaron a cabo dos veces al año, durante las temporadas de lluvia, cuando las lagunas y ciénagas se colman de camarones, peces, moluscos y otros crustáceos. Como podían aprovecharse de la pesca en las lagunas y las costas, muchos pescadores se asentaron en el área del santuario.
La población de Camarones fue construida en 1595 por misioneros. Los pobladores actuales viven en comunidades establecidas por afinidad tribal o parentesco y la mayoría de individuos pertenece a la etnia wayuu y afro descendientes, quienes conviven en un ambiente común. Las poblaciones indígenas se encuentran asentadas en los sectores de Cari Cari, Tocoromana, Chentico, La Guásima, La Y, Loma Fresca y Boca de Camarones. También se encuentran habitantes criollos y afroguajiros en los sectores de Perico y Boca de Camarones.
En la actualidad, la principal actividad económica de la región es la pesca artesanal. Un número pequeño de personas depende del ecoturismo, sector económico que continúa creciendo. Un número reducido de individuos se dedica al pastoreo de chivos y ocasionalmente de vacas; también a la recolección de sal en las lagunas y a la elaboración de artesanías. La elaboración de artesanías es una actividad principalmente desempeñada por mujeres, concentrada en el centro de recuperación artesanal “Yanama”, en Loma Fresca.
Ahora, los proyectos de conservación están enfocados en la recuperación de las áreas naturales para la investigación científica, el ecoturismo y la educación. También se busca la protección de zonas productoras de bienes y servicios ambientales y hay un énfasis sobre la defensa de las aves y vegetación que conforman el ecosistema del santuario.
Los Flamencos ha venido realizando un trabajo de ordenamiento ecoturístico que ha dado como resultado la capacitación y organización de un grupo de guías para el avistamiento de flamencos, delimitación de zonas de parqueaderos y mejoramiento del servicio de restaurantes, lo cual ha permitido una mejor atención al turista. También el grupo comunitario de ecoturismo “El Santuario” presta servicios de alimentación y alojamiento en hamacas en cabañas típicas wayuu.
#AmorPorColombia
Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos
Grupo de flamencos rosados. Carlos Castaño.
Garzas blancas y cormoranes. Juan Myer.
Playero aliblanco. Andrés Hurtado.
Gaviotines.
Flamencos rosados, aves que le dan su nombre al santuario. Carlos Castaño.
Flamencos rosados, aves que le dan su nombre al santuario. Andrés Hurtado.
Mangle.
Playas del santuario.
Mero. Diego Fernando Torres.
Pez ángel. Diego Fernando Torres.
Lenguado camuflándose bajo la arena. Diego Fernando Torres.
Cangrejo de mar. Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales.
Vista de las aguas cristalinas del santuario. Diego Fernando Torres.
Texto de: Laura Sesana
Localización: Oeste de la península de La Guajira
Año creación: 1977
Extensión: 7 687 ha
Temperatura: 25 - 30 ºC
Ecosistemas: Bosque seco tropical, humedales, manglares, formaciones xerofíticas y subxerofíticas, selvas y bosques montañosos.
Ubicado en la costa oeste de La Guajira, en el corregimiento de Camarones, municipio de Riohacha, el Santuario de Flora y Fauna Los Flamencos es uno de los únicos refugios del litoral Caribe para las milenarias aves acuáticas que le dan su nombre. El santuario es un territorio de ciénagas, lagunas y bosques secos que custodia un delicado ecosistema compuesto por una extensa y sorprendente multiplicidad de aves, peces, crustáceos y plantas. Su superficie de 7 687 hectáreas contiene una extraordinaria colección de especies animales y vegetales interdependientes, que conservan un frágil balance vital a la merced del clima, las lluvias y las acciones de sus habitantes humanos. En 1977 fue declarado Santuario de Flora y Fauna y, 15 años más tarde, Patrimonio Nacional y Cultural colombiano.
Los Flamencos es una zona árida donde el promedio de temperatura es de 25º a 30 ºC y la precipitación anual es entre 800 y 1 000 mm. Las lluvias siguen un patrón bimodal; los periodos secos van de diciembre a abril y luego de julio a agosto, y los periodos lluviosos van de mayo a junio con máxima precipitación entre octubre y noviembre.
Durante los meses de fuertes lluvias, el paisaje sufre una trasformación asombrosa. Previamente desolado por las sequías, el santuario estalla con colores, sonidos y actividades de vida que transportan las aguas. Se acrecienta el caudal de los ríos y arroyos, causando que el nivel del agua suba, lo cual a su vez ocasiona que las ciénagas, separadas del mar por barreras de arena durante las épocas de sequía, se enlacen con este. En este momento los camarones (Peneaus sp.) migran en masa para reproducirse en las aguas de las cuatro ciénagas: la Ciénaga de Manzanillo, la de Laguna Grande, la del Navío Quebrado y la Ciénaga de Tocoromanes. Durante esta época, se pueden observar millones de camarones brincando sobre la superficie del agua y en el fondo de los estuarios, en un espectáculo natural sin igual.
Las propiedades geológicas y climáticas de la región dan origen a una diversa vegetación que a primera vista es impactante y única. En las ciénagas predominan los manglares y en el santuario crecen cuatro de las cinco especies de manglar encontradas en el Caribe colombiano: el mangle salado o mangle negro (Avicennia germinans), el mangle bobo (Laguncularia racemosa), el mangle zaragoza (Conocarpus erectus), junto con escasos ejemplares del mangle rojo (Rhizophora mangle). En los playones salinos, que se alargan a las orillas de las ciénagas, se pueden observar conjuntos de plantas con hojas grandes de color verde-amarillo llamadas hierba de vidrio o platanito (Batis maritima) junto con la “tripa de pollo” (Sesuvium portulacastrum), arbusto de hojas gruesas que se enrojecen durante las sequías.
También existen zonas donde predominan los bosques subxerofíticos. Estos bosques secos están compuestos principalmente por árboles y arbustos coloridos que contrastan con el tono ocre de la tierra, creando paisajes vibrantes. Durante las sequías, la mayoría de esta vegetación pierde su color, con excepción del boscaje localizado a las orillas de los arroyos y lagunas. Las especies más destacadas son el uvito de playa (Cordia dentata), el jayo (Erythroxylon cartagenense), el dividivi (Libidibia coriaria), el guamacho (Pereskia colombiana), el manzanillo (Hippomane mancinella), la pringamoza (Cnidosculus urens), el olivo (Capparis odoratissima), y el guayacán de bola (Bulnesia arborea).
Muchos de los bosques secos del área se encuentran amenazados, ya que grandes parcelas han sido completamente arrasadas para la extracción de madera y carbón vegetal. Esto pone en peligro a una gran variedad de fauna que depende de estos bosques, como la danta (Tapirus terrestris), venados (Mazama spp. y Odocoileus virginianus), guartinaja (Agouti paca), ñeque (Dasyprocta punctata), zaino (Tayassu pecari), pavas (Penélope sp.) y guacharacas (Ortalis sp.). Estas especies, además, enfrentan la presión de la cacería y su conservación hace parte de los objetivos del santuario.
Los flamencos son el punto de exclamación sobre un paisaje que en sí mismo ya es extraordinario. También llamados “chiclocos” o “tococos” en lengua guajira, son aves acuáticas de color rosa intenso que pueden alcanzar una altura de 1,5 m. Habitan las zonas cenagosas y franjas costeras adyacentes. Se nutren de algas, larvas de camarón, moluscos, insectos y otros crustáceos pequeños. Construyen sus nidos de barro en forma cónica, que alcanzan los 60 cm de altura. Los flamencos anidan en lugares sin vegetación, o de vegetación escasa, y se aparean en marzo, empollando entre abril y mayo.
A pesar de que su cacería fue prohibida por ley en 1964, estas majestuosas aves se encuentran amenazadas. Su población ha disminuido alarmantemente por factores naturales y humanos. Los factores naturales, como huracanes y sequías, han reducido sus números y han causado que muchos migren a lugares más favorables, los cuales se hacen cada vez más escasos. Los factores humanos incluyen el consumo de huevos y pichones por los habitantes de la región, la caza viva de los adultos para el tráfico de fauna silvestre y el desarrollo industrial en la zona aledaña.
Otras aves acuáticas migratorias y residentes en el santuario incluyen águilas pescadoras, chorlitos, garzas blancas, gaviotas, patos zambullidores, mariamulatas, cormoranes y arenarias. Las ciénagas también son un hábitat importante de una gran variedad de peces como la mojarra, el pargo, la lisa y el lebranche.
Al mismo tiempo, la costa adyacente forma parte del patrón migratorio de varias especies de tortugas como la laud, tora, o canal (Dermochelys coriacea), tortuga verde (Cheloni midas), cabezona (Caretta caretta) y carey (Eretmochelys imbricata). Ocasionalmente, algunas de estas tortugas anidan en las playas, pero se ven amenazadas por la cacería y sus números han ido disminuyendo de forma inquietante. La tortuga canal es la tortuga más grande del mundo; puede llegar a medir 1,9 m de longitud y su caparazón puede alcanzar un peso de 650 kg.
En el sector cerca del poblado de Los Almendros también se puede encontrar una modesta colección de mamíferos como la zarigüeya (Didelphys marsurpialis), el oso hormiguero (Tamandua tetradactyla) y el zorro plateado (Marmosa sp.).
Antes de la conquista, la región del santuario fue habitada por los guanebucanes, grupo indígena perteneciente a la familia lingüística arawak. Restos arqueológicos comprueban que este grupo estaba compuesto principalmente por agricultores, pescadores y navegantes que habitaban las zonas adyacentes al mar y los ríos (UAE 162). También existen vestigios de brazaletes, narigueras y orejeras de oro. Lo poco que se sabe acerca de estos habitantes proviene del cronista español Juan de Castellanos, quien visitó la región en el siglo XVI. En ese momento, la zona se denominó La Ramada, por las ramas que utilizaban sus habitantes para cubrir las entradas de sus casas. Tras las incursiones en la región por varios conquistadores españoles, los guanebucanes migraron a la Sierra Nevada y establecieron relaciones con los kogi.
Durante los años que siguieron a esta migración, muchos de los pobladores del norte de La Guajira hicieron excursiones de pesca a la Boca de Camarones. Éstas se llevaron a cabo dos veces al año, durante las temporadas de lluvia, cuando las lagunas y ciénagas se colman de camarones, peces, moluscos y otros crustáceos. Como podían aprovecharse de la pesca en las lagunas y las costas, muchos pescadores se asentaron en el área del santuario.
La población de Camarones fue construida en 1595 por misioneros. Los pobladores actuales viven en comunidades establecidas por afinidad tribal o parentesco y la mayoría de individuos pertenece a la etnia wayuu y afro descendientes, quienes conviven en un ambiente común. Las poblaciones indígenas se encuentran asentadas en los sectores de Cari Cari, Tocoromana, Chentico, La Guásima, La Y, Loma Fresca y Boca de Camarones. También se encuentran habitantes criollos y afroguajiros en los sectores de Perico y Boca de Camarones.
En la actualidad, la principal actividad económica de la región es la pesca artesanal. Un número pequeño de personas depende del ecoturismo, sector económico que continúa creciendo. Un número reducido de individuos se dedica al pastoreo de chivos y ocasionalmente de vacas; también a la recolección de sal en las lagunas y a la elaboración de artesanías. La elaboración de artesanías es una actividad principalmente desempeñada por mujeres, concentrada en el centro de recuperación artesanal “Yanama”, en Loma Fresca.
Ahora, los proyectos de conservación están enfocados en la recuperación de las áreas naturales para la investigación científica, el ecoturismo y la educación. También se busca la protección de zonas productoras de bienes y servicios ambientales y hay un énfasis sobre la defensa de las aves y vegetación que conforman el ecosistema del santuario.
Los Flamencos ha venido realizando un trabajo de ordenamiento ecoturístico que ha dado como resultado la capacitación y organización de un grupo de guías para el avistamiento de flamencos, delimitación de zonas de parqueaderos y mejoramiento del servicio de restaurantes, lo cual ha permitido una mejor atención al turista. También el grupo comunitario de ecoturismo “El Santuario” presta servicios de alimentación y alojamiento en hamacas en cabañas típicas wayuu.