Santuario de Fauna y Flora Ciénaga Grande de Santa Marta

Vista aérea de la población lacustre de Nueva Venecia.   Aldo Brando.

Vivienda lacustre o palafítica.    Andrés Hurtado.

Mangle.   Andrés Hurtado.

Pescadores artesanales.   Andrés Hurtado.

Texto de: Laura Sesana

Localización: Suroccidente del municipio de Ciénaga Grande de Santa Marta
Año creación: 1977
Extensión: 28 000 ha
Temperatura: 25 - 28 ºC
Ecosistemas: Manglares, bosque mixto.

La Ciénaga Grande de Santa Marta es uno de los complejos cenagosos más importantes de Colombia. Contiene la zona de manglar más extensa del litoral Caribe del país; también es la ciénaga costera más grande de Suramérica. Aparte de ser un área de inigualable biodiversidad en materia de aves, peces y albergue de especies boscosas, es un importante centro de pesca para la región. Las poblaciones de los pescadores de la zona se levantan en zancos sobre el agua, creando un paisaje pintoresco que invita a la reflexión sobre la interacción del hombre con la naturaleza que lo rodea.

El Santuario de Fauna y Flora Ciénaga Grande de Santa Marta abarca una porción de la superficie total de la Ciénaga Grande. Fue establecido como Santuario de Fauna y Flora en 1977, con una extensión de 23 000 hectáreas. En 1998, el territorio fue expandido para incluir zonas importantes de manglares y así tener un total de superficie de 28 000 hectáreas. Ese mismo año, junto con el Vía Parque Isla de Salamanca, fue declarado Sitio Ramsar de importancia mundial. En 2000 fue declarado Reserva del Hombre y la Biosfera por la Unesco. En conjunto con la Vía Parque, constituye el núcleo de la Biosfera del Complejo Lagunar de la Ciénaga Grande de Santa Marta, considerado ecosistema estratégico por ser zona representativa del delta del río Magdalena.

El santuario está ubicado al suroccidente de la Ciénaga Grande de Santa Marta, en el departamento de Magdalena. Limita al norte con Caño Grande y la desembocadura del río Sevilla en Pueblo Viejo; al sur y al este con los municipios de Pueblo Viejo, Retén y Pivijay; y al oeste con Sitio Nuevo y Remolino. Abarca la zona sur de la Ciénaga Grande de Santa Marta, e incluye bosques de manglar, ríos, caños y pantanos, junto con las ciénagas de Alfandoque, La Piedra, Tamacá, La Tigrera, Mendegua y La Aguja. Entre los ríos sobresale el río Fundación o Palenque, Aracataca, Pancú, Mengajo, Ají y Sevilla. Las aguas son salobres y tranquilas, con un promedio de profundidad de 1,5 m, que puede llegar a los 10 m cerca a la boca que da al mar.

La Ciénaga Grande es considerada un estuario negativo, porque la evaporización es mayor que la precipitación anual. Por eso el área es propensa a la salinidad, lo que compensa con las aguas dulces provenientes del Magdalena y otros ríos, además de las aguas que traen las lluvias. Dentro del santuario hay dos tipos de clima: en el sur, el clima es de sabana tropical, mientras que en el norte el clima es estepario. En la zona sur el promedio de temperatura oscila entre los 25,6 ºC y los 28,3 ºC, con una precipitación anual de 1 087 mm. La zona norte es más seca, con una temperatura promedio de 28,3 ºC y un medio de lluvia anual de 568 mm. La precipitación pluvial es bimodal, es decir, con dos épocas de lluvia y dos épocas secas al año. Los periodos de lluvia van de mayo a junio, con la mayor precipitación de octubre a noviembre. El periodo más seco va de diciembre a abril, con otro periodo menos seco de agosto a septiembre.

El bioma predominante es el manglar. En los manglares del Santuario de la Ciénaga Grande predominan las especies de mangle rojo o colorado (Rhizophora mangle), mangle amarillo o salado (Avicennia germinans) y mangle bobo (Laguncularia racemosa). Aunque se encuentran algunos ejemplares de mangle zaragoza (Conocarpus erectus) entremezclados con las especies anteriores, estos son escasos. Creciendo entre los manglares también se puede encontrar una especie de menor porte, el helecho matandrea (Acrostichium aureum) (UAE 167).

El manglar aloja un ecosistema singular, y es clasificado como la vegetación que promueve la mayor cantidad de producto biológico en el mundo. Se calcula que alrededor de dos terceras partes de los peces del mundo dependen de la materia biológica y del desecho producido por los manglares. El manglar contiene una variedad de especies de plantas especializadas, que habitan en zonas de inundación periódica o permanente, con baja salinidad. Las hojas del mangle se secan y caen al agua, formando una capa que al descomponerse sirve de fuente alimenticia para un gran numero de organismos, en especial las larvas de camarón, los cuales, a su vez, sirven de alimento para otro orden de organismos. Por otra parte, las raíces expuestas del mangle proporcionan lugares seguros para la cría de diversas especies y protegen las costas de la erosión.

En el suroccidente del santuario, cerca al caño El Condazo, donde el agua dulce es mayor, predomina el bosque mixto. Este bosque es sujeto a inundaciones durante ciertas partes del año. El árbol destacado es el naranjito (Crataeva tapia), árbol con hojas que crece en grupos de tres, con frutos redondos y oscuros; el corralero (Coccoloba obtusifolia), de hojas alargadas y flores pequeñas; el olla de mono (Lecythis minor), de frutos leñosos y flores blancas; la ceiba (Ceiba pentandra), árbol que puede alcanzar grandes alturas, de tronco cilíndrico y copa en forma de sombrilla; la ceiba blanca (Hura crepitans);el vainillo (Chloroleucon sp.); el uvito (Cordia dentata) y la palma lata brava (Bactris minor).

En el suroeste del santuario, que también es propenso a las inundaciones, crece el palmiche (Copernicia tectorum), árbol que puede alcanzar de 5 a 10 m de altura y tiene grandes hojas en forma de abanico. También se encuentran ejemplares de la palma o corozo de lata (Bactris minor), distinguible por sus frutos negros que son fuente alimenticia para varias especies de aves de la región. Alrededor del Río Palenque existe un bosque ripario, típico de las riberas de ríos y arroyos. Aquí se destacan el suán, pivijay y cantagallos. En las aguas con alta salinidad crece la batata de agua (Eichhornia spp.), la hoja de raya (Nymphea ampla) y la lechuga de agua (Pistia striatiotes), que en meses lluviosos dificulta la navegación.

Existe una gran variedad de fauna en el santuario; 199 especies de aves residentes y migratorias han sido catalogadas. Existe una gran cantidad de especies de patos que viven y migran al santuario, incluyendo siete especies de patos residentes. Entre las aves de la Ciénaga Grande se encuentran el pato cuervo (Phalacrocorax olivaceus olivaceus), el pato aguja (Anhiga anhiga leucogaster), la chavarria (Chauna chavaria), el gallito de ciénaga (Jacana jacana hypomelaena), el gavilán indioviejo (Busarellus nigricollis nigricollis), el gavilán caracolero (Rostrhamus sociabilis sociabilis), la garza morena (Ardea cocoa), la garza real (Egretta alba egretta), la garza tina (Egretta thula thula), el alcaldito (Himantopus himantopus mexicanus), el carrao (Aramus guarauna guarauna), el garzón soldado (Jabiru mycteria) y el pato cucharo (Platalea ajaja). Entre las aves migratorias de Norteamérica se pueden identificar varias clases de pato que se congregan en las aguas del santuario en enormes grupos de noviembre a abril. También se pueden ver otras especies como el halcón peregrino (Falcon peregrinus). Entre las aves amenazadas que habitan el santuario están la chavaría (Chauna chavaria), el pato negro (Netta erythrophthalma), el colibrí cienaguero (Lepidopyga lilliae) y el chamón caribeño (Molothrus armenti).

Entre los 19 mamíferos catalogados, se puede distinguir el ponche o chigüiro (Hydrochaeris hydrochaeris isthmus), el roedor más grande del mundo; la zorra manglera (Procyon lotor), una especie de mapache; la zorra patona (Procyon cancrivorus proteus), otra especie de mapache que se alimenta de cangrejos y otros animales pequeños que crecen entre las raíces de los mangles. Los primates del santuario incluyen ejemplares del mono colorado o aullador (Alouatta seniculus seniculus) y el mico cariblanco (Cebus albifrons cesarae). La nutria (Lutra longicaudis annectens), que se alimenta de peces, ranas y otros organismos que viven en la ciénaga; el manatí (Trichechus manatus), encontrado cerca de las desembocaduras de los ríos Sevilla y Fundación; el marsupial (Marmosa robinsoni mitis), animal nocturno que utiliza la cola para trepar y trasportar materiales; el tigre (Leo onca centralis); el ratón silvestre (Oryzomys concolor concolor) y varias especies de murciélagos.

Al igual que las aves y los mamíferos, los reptiles se encuentran bien representados en la Ciénaga Grande de Santa Marta. Se pueden observar babillas (Caiman crocodilus fuscus), caimanes aguja (Crocodylus acutus), iguanas (Iguana iguana), boas (Boa constrictor constrictor), serpientes cascabel (Crotalus durissus), mapanás rabo seco (Bothrops atrox) y tortugas hicotea (Chrysemys scripta). Tambien se pueden encontrar peces de agua dulce como el bagre tigre (Pseudoplastysoma fasciatum), la agujeta (Ctenolucius hujeta insculptus), el bocachico (Prochilodus reticulatus) y el nicuro (Pimelodus clarias). En el pasado se han registrado grandes reducciones en las poblaciones de estos peces cuando el nivel de salinidad se halla muy elevado.

No existen asentamientos humanos dentro del santuario, por lo cual los esfuerzos de conservación son de fácil implementación y tienen un mayor éxito. Sin embargo, existen varios poblados que han crecido en las riberas de la Ciénaga Grande de Santa Marta. La única presencia humana en el santuario es aquella de los pescadores y las comunidades de tránsito que se desplazan por la región. Hoy en día hay restricciones para la visita de turistas al área protegida.

La protección de las aves endémicas y los sitios de llegada de las aves migratorias son el centro de las metas de conservación en la Ciénaga Grande de Santa Marta. Además, se busca preservar los sitios de interés cultural junto con conservar las fuentes de bienes y servicios ambientales proporcionados por la zona. Finalmente, la protección de los manglares es otro objetivo de conservación que se encuentra al centro de la creación del santuario.

Una de las principales presiones que enfrenta la conservación es la disminución en el flujo de agua causada por la creación de los distritos de riego de Aracataca y Sevilla. Las pesticidas utilizadas en los cultivos causan la contaminación de las aguas y los suelos. Además, las ciénagas se están secando y el nivel de salinidad continúa aumentando, lo cual pone en peligro los manglares y la fauna que de ellos depende.