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Colombia Parques Naturales /

Parque Nacional Natural Tayrona

Parque Nacional Natural Tayrona

La Arenilla, dentro del sector de Arrecifes. Andrés Hurtado

La Arenilla, dentro del sector de Arrecifes.   Andrés Hurtado.

Manglar de borde, protector de la laguna de Chengue. Andrés Hurtado

Manglar de borde, protector de la laguna de Chengue.   Andrés Hurtado.

Escalinatas prehispánicas construidas por los tairona, acceso al sector denominado Pueblito o Chairama. Carlos Castaño

Escalinatas prehispánicas construidas por los tairona, acceso al sector denominado Pueblito o Chairama.   Carlos Castaño.

Oruga de mariposa.  Carlos Castaño

Oruga de mariposa.  

Larva de insecto acuático.  Carlos Castaño

Larva de insecto acuático.  

Ensenada de Chengue, bosque seco tropical en buen estado de conservación. 
 Andrés Hurtado

Ensenada de Chengue, bosque seco tropical en buen estado de conservación.    Andrés Hurtado.

Grupo de delfines nariz de botella, uno de los mamíferos acuáticos registrados en el área.  Diego Fernando Torres

Grupo de delfines nariz de botella, uno de los mamíferos acuáticos registrados en el área.    Diego Fernando Torres.

Cardumen de picudilla.  Diego Fernando Torres

Cardumen de picudilla.    Diego Fernando Torres.

 Tiburón Limón. Diego Fernando Torres

Tiburón Limón.   Diego Fernando Torres.

Texto de: Laura Sesana

Localización: Litoral Caribe a 34 km al norte de Santa Marta
Año creación: 1964
Extensión: 12 000 ha terrestres, 3 000 marinas
Altura: 0 - 900 m.s.n.m.
Temperatura: 22 - 27 ºC
Ecosistemas: Matorrales, bosques xerófilos y subxerófilos, higrotropofíticos y húmedos subhigrofíticos.

La experiencia que tienen los viajeros al visitar el Parque Nacional Natural Tayrona tal vez no se pueda olvidar. Las playas solitarias cubiertas de arena blanca que besa el mar aguamarina, las noches oscuras adornadas de las estrellas más brillantes, la exuberancia y colorido de las plantas, la impresionante exhibición de vida submarina lleva al visitante a una inevitable reflexión sobre la necesidad de conservación de lugares tan especiales como este. Aunque es uno de los parques nacionales más visitados del país, la soledad y el estado de conservación de la naturaleza son solamente dos de los encantos del Parque Tayrona.

En 1964 fue declarado Parque Nacional y cuenta con 15 000 hectáreas; 12 000 terrestres y 3 000 marinas. Ubicado 34 km al norte de Santa Marta, en el departamento del Magdalena, es parte de la Sierra Nevada de Santa Marta. Limita al norte con el océano Atlántico, al sur con Quebrada Concha y el río Piedras, al este con el río Piedras, al oeste con Punta de las Minas y al extremo noroeste con la bahía de Taganga. La altura del Tayrona va de 0 a 900 m.s.n.m. Las alturas más sobresalientes son los Cerros Palmarito (865 m.s.n.m.), San Lucas (900 m.s.n.m.) y Taganga (585 m.s.n.m.). La temperatura promedio es de 27 ºC a nivel del mar, y 22 ºC en las máximas elevaciones.

El clima del parque depende notoriamente de la localización y elevación. La precipitación promedio en el extremo occidente del parque es de 500 mm anuales y se incrementa gradualmente hacia el oriente hasta llegar a 2 000 mm en los altos orientales y centrales y en la zona del Río Piedras. El Parque Tayrona tiene dos épocas de lluvia y dos épocas de sequía. Los periodos lluviosos van de mayo a junio y de septiembre a noviembre, con precipitación máxima en octubre. Hay un periodo de sequía intenso, de diciembre a abril, y un “veranito” variable de julio a agosto.

Dentro de estas especies de flora y fauna del Parque Nacional Natural Tayrona se encuentran 27 especies endémicas (2 algas, 7 artrópodos, 1 cnidario, 2 equinodermos, 2 peces, 8 poríferos), incluyendo variedades de plantas, peces y mamíferos (SPNC 69). Se destaca el diminuto pez (Emblemariopsis Tayrona) y el alga (Sargassum bulae). También se protegen 56 especies con algún grado de amenaza (4 artrópodos, 12 cnidarios, 3 equinodermos, 12 moluscos y 25 peces), como son los corales cuerno de alce o el mero guaza.

La flora terrestre del parque es diversificada ya que se determina en gran parte por la variación en precipitación en las diferentes áreas. Esto se presta para una amplia gama de vegetación que va de los cactus a los grandes árboles. Por estar ubicado entre los 0 y 1000 m.s.n.m., la flora y la fauna terrestre del Parque Tayrona corresponde al orobioma de piso térmico cálido, en donde se pueden identificar cuatro unidades ecológicas: los matorrales y bosques xerófilos y subxerófilos, los bosques higrotropofíticos y los bosques húmedos subhigrofíticos.

El primer bioma significativo es el de matorrales y bosques xerófilos y subxerófilos. Estos bosques secos son unos de los mejores conservados de Colombia. Su altura es de 7 a 10 m y están compuestos mayormente de vegetación con espinas, de hojas gruesas y fuertes, que caen en el verano; adaptaciones que protegen a la vegetación de animales herbívoros y ayudan a reducir la pérdida de agua en épocas de sequía. Se destacan el trupillo (Prosopis julliflora), el dividivi (Caesalpinia coriaria), el palo Brasil (Haematoxylon brasiletto) y los aromos (Acacia tortuosa). Entre los cactus, abundantes en este tipo de bosque, se encuentra el guamacho (Pereskia guamacho) y varias especies de cactus en forma de candelabro como el candelabra o cardón de higo (Subpilocereus russellianus). Entre los bosques subxerófilos con mayor humedad también se encuentran especies como el caracolí (Anacardium excelsum), el carreto (Aspidosperma polyneuron), el resbalamono (Bursera simaruba) y el olivo (Capparis spp.).

El segundo bioma es aquel de bosques higrotropofíticos. Un bosque higrotropofítico se caracteriza por ser un bosque seco, con un dosel entre 15 y 20 m, donde la mayoría de la vegetación es caducifolia, es decir, que pierde sus hojas durante parte del año. Las especies más comunes son el naranjuelo (Crataeva tapia), el orejero (Erterolobilium cyclocarpum), el jobo (Spondias mombin), el ébano (Caesalpinia ebano), y el jayo (Erythroxylon carthagenense).

El tercer bioma es el del bosque húmedo subhigrofítico; el bosque húmedo o subhigrofítico es el más alto, con un docel que alcanza alturas de más de 30 m. La mayoría de los árboles retienen sus hojas. Se encuentran también varias especies de palma, incluyendo la palma de vino (Attalea butyracea), la palma amarga (Sabal mauritiiformis), la palma iraca (Carludovica palmata) y la palma bejucosa (Desmoncus sp.). Entre las especies más comunes predominan el caracolí (Anacardium excelsum), el guáimaro (Brosimum sp), la bonga (Cavanillesia platanifolia), el caney (Aspidosperma megalocarpus) y el higuerón (ficus citrifolia).

Finalmente, el bosque nublado sobrevive gracias a los vientos alisios que arrastran vapor cuando suben las montañas del parque y se depositan en las hojas y ramas de la vegetación, cayendo al suelo y humedeciendo la tierra. Se caracteriza por un dosel que va de los 3-12 m hasta los 35 m, y que puede ser encontrado en las máximas alturas, envuelto en neblina y poblado de epifitas; plantas que crecen soportadas por otras plantas o árboles, como el musgo, las bromelias, las acacias y las orquídeas.

Aparte de los tres biomas mencionados anteriormente, existen pequeños sectores de agua dulce, con escasa vegetación compuesta mayormente de eneas, pastos que se caracterizan por tener hojas largas en forma de cinta. En algunas playas crecen el uvo de playa (Coccoloba uvifera) y el icaco (Chrysobalanus icaco).

En cuanto a la flora y fauna acuática, aunque no se haya hecho un inventario completo, se han catalogado más de 100 especies de algas, de 773 peces y de 2 500 invertebrados. (UAE 116). Hay pequeñas comunidades de manglares en las bahías de Chengue, Cinto y Neguange. Existen comunidades puras de mangle rojo (Rhizophora mangle) y mangle salado (Avicennia germinans), así como comunidades mixtas que también incluyen el mangle bobo (Laguncularia racemosa).

Por otra parte, existen más de 70 especies de mamíferos en el Parque Tayrona (UAE 116). Sobresalen entre los marsupiales la chucha o zorro hediondo (Didelphis marsupialis) y la marta o cinco dedos (Caluromys lanatus). Existen también más de 40 especies de murciélagos y varios primates como el mono aullador (Alouatta seniculus), el mico de noche (Aoutus lemurinus) y el maicero (Cebus albifrons malitiosus). También se encuentran jaguares (Pantera onca ), tigres (Leo onca centralis), tigrillos (Felix pardalis), armadillos (Cabassous centralis), puerco espines (Coendou prehensilis), zaínos (Tayassu tajacu) y venados (Mazama americana).

Por el momento se han catalogado 400 especies de aves. Se encuentra el paujil (Crax alberti), ave favorita de los orfebres tayrona y la guacharaca (Ortalis garrula). Existe también una gran variedad de reptiles, incluyendo iguanas, culebras; boas y cascabeles. Entre las especies en vía de extinción están las tortugas caguamo (Caretta caretta), carey (Eretmochelys imbricata) y verde (Chelonia mydas). Dentro de los arroyos y quebradas habitan varios anfibios, cangrejos, camarones y el pez brillón, o besote (Agonostomus monticola).

Las praderas marinas y arrecifes de coral proveen a la fauna marina de protección y alimentación. Existen 50 especies de coral en el parque. Entre las ramas de algunos corales formadores de arrecifes crecen varios invertebrados, incluyendo el erizo negro (Diadema antillarum), los gusanos sedentarios (Spirobranchus giganteus y Sabellastarte magnifica) y el gusano de fuego (Hermodice carunculata). Se hallan también anémonas, caracoles, camarones, cangrejos, langostas y estrellas de mar. Los corales y rocas también ofrecen refugio para las crías de pargos, morenas y peces loro.

Aunque muchos de los sitios arqueológicos no han sido suficientemente estudiados, se sabe de antemano que existe una gran riqueza arqueológica dentro de los límites del parque. Se piensa que pequeños grupos nómadas de cazadores y recolectores ocuparon la zona hace 15 a 20 mil años. Diferentes tribus ocuparon la zona durante los siglos VI y VII, los cuales se denominaron colectivamente como tayrona. Los sitios arqueológicos parecen indicar la presencia de indígenas durante la época precolombina casi hasta el siglo XVI.

De especial interés sería el sitio arqueológico de Pueblito, a 200 m.s.n.m., el cual fue al parecer el antiguo poblado de Chairama. El poblado sufrió un incendio durante la expedición de Pedro Fernández de Lugo, en el siglo XVI. Aunque no ha sido estudiado a fondo, en Pueblito se encuentran los restos de 500 a 1 000 viviendas, donde se estima que habitaban alrededor de 3 000 a 5 000 personas. Todo parece indicar que los habitantes tayrona de Chairama tenían un sistema económico y político complejos. Hay pruebas de que eran agricultores, constructores de un sistema complejo de irrigación. Eran también talentosos orfebres, que además trabajaban en cerámica. Se dedicaron a la pesca, la cría de animales y el comercio mediante el intercambio de bienes con otras tribus.

También se encuentran restos arqueológicos de parroquias en las bahías de Concha, Chengue, Neguange, Gayraca y Cinto, indicadores de las actividades misioneras. Aunque en los relatos de los cronistas españoles existe la mención de otros poblados indígenas, su localización precisa se desconoce. Se hallan pruebas de asentamientos permanentes en las bahías de Concha, Neguange, Guachaquita y Palmarito; también hay pruebas de asentamientos semi-permanentes en Chengue, Gayraca y Cinto.

En la actualidad, los habitantes de la zona del Parque Nacional Natural Tayrona se dedican al turismo, la agricultura, la pesca y la ganadería. Se han formado varios grupos comunitarios que buscan fomentar el turismo y al mismo tiempo buscan proteger los hábitat marinos y terrestres del parque. El Tayrona, como una de las zonas ecoturísticas más visitadas de Colombia, cuenta con una infraestructura para alojamiento en las cabañas ecohabs y espacio para acampar en Cañaveral y Arrecifes.

Colombia Parques Naturales
/
Parque Nacional Natural Tayrona

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Colombia Parques Naturales / Parque Nacional Natural Tayrona

Parque Nacional Natural Tayrona

La Arenilla, dentro del sector de Arrecifes. Andrés Hurtado

La Arenilla, dentro del sector de Arrecifes.   Andrés Hurtado.

 

Manglar de borde, protector de la laguna de Chengue. Andrés Hurtado

Manglar de borde, protector de la laguna de Chengue.   Andrés Hurtado.

 

Escalinatas prehispánicas construidas por los tairona, acceso al sector denominado Pueblito o Chairama. Carlos Castaño

Escalinatas prehispánicas construidas por los tairona, acceso al sector denominado Pueblito o Chairama.   Carlos Castaño.

 

Oruga de mariposa.  Carlos Castaño

Oruga de mariposa.  

 

Larva de insecto acuático.  Carlos Castaño

Larva de insecto acuático.  

 

Ensenada de Chengue, bosque seco tropical en buen estado de conservación. 
 Andrés Hurtado

Ensenada de Chengue, bosque seco tropical en buen estado de conservación.    Andrés Hurtado.

 

Grupo de delfines nariz de botella, uno de los mamíferos acuáticos registrados en el área.  Diego Fernando Torres

Grupo de delfines nariz de botella, uno de los mamíferos acuáticos registrados en el área.    Diego Fernando Torres.

 

Cardumen de picudilla.  Diego Fernando Torres

Cardumen de picudilla.    Diego Fernando Torres.

 

 Tiburón Limón. Diego Fernando Torres

Tiburón Limón.   Diego Fernando Torres.

 

Texto de: Laura Sesana

Localización: Litoral Caribe a 34 km al norte de Santa Marta
Año creación: 1964
Extensión: 12 000 ha terrestres, 3 000 marinas
Altura: 0 - 900 m.s.n.m.
Temperatura: 22 - 27 ºC
Ecosistemas: Matorrales, bosques xerófilos y subxerófilos, higrotropofíticos y húmedos subhigrofíticos.

La experiencia que tienen los viajeros al visitar el Parque Nacional Natural Tayrona tal vez no se pueda olvidar. Las playas solitarias cubiertas de arena blanca que besa el mar aguamarina, las noches oscuras adornadas de las estrellas más brillantes, la exuberancia y colorido de las plantas, la impresionante exhibición de vida submarina lleva al visitante a una inevitable reflexión sobre la necesidad de conservación de lugares tan especiales como este. Aunque es uno de los parques nacionales más visitados del país, la soledad y el estado de conservación de la naturaleza son solamente dos de los encantos del Parque Tayrona.

En 1964 fue declarado Parque Nacional y cuenta con 15 000 hectáreas; 12 000 terrestres y 3 000 marinas. Ubicado 34 km al norte de Santa Marta, en el departamento del Magdalena, es parte de la Sierra Nevada de Santa Marta. Limita al norte con el océano Atlántico, al sur con Quebrada Concha y el río Piedras, al este con el río Piedras, al oeste con Punta de las Minas y al extremo noroeste con la bahía de Taganga. La altura del Tayrona va de 0 a 900 m.s.n.m. Las alturas más sobresalientes son los Cerros Palmarito (865 m.s.n.m.), San Lucas (900 m.s.n.m.) y Taganga (585 m.s.n.m.). La temperatura promedio es de 27 ºC a nivel del mar, y 22 ºC en las máximas elevaciones.

El clima del parque depende notoriamente de la localización y elevación. La precipitación promedio en el extremo occidente del parque es de 500 mm anuales y se incrementa gradualmente hacia el oriente hasta llegar a 2 000 mm en los altos orientales y centrales y en la zona del Río Piedras. El Parque Tayrona tiene dos épocas de lluvia y dos épocas de sequía. Los periodos lluviosos van de mayo a junio y de septiembre a noviembre, con precipitación máxima en octubre. Hay un periodo de sequía intenso, de diciembre a abril, y un “veranito” variable de julio a agosto.

Dentro de estas especies de flora y fauna del Parque Nacional Natural Tayrona se encuentran 27 especies endémicas (2 algas, 7 artrópodos, 1 cnidario, 2 equinodermos, 2 peces, 8 poríferos), incluyendo variedades de plantas, peces y mamíferos (SPNC 69). Se destaca el diminuto pez (Emblemariopsis Tayrona) y el alga (Sargassum bulae). También se protegen 56 especies con algún grado de amenaza (4 artrópodos, 12 cnidarios, 3 equinodermos, 12 moluscos y 25 peces), como son los corales cuerno de alce o el mero guaza.

La flora terrestre del parque es diversificada ya que se determina en gran parte por la variación en precipitación en las diferentes áreas. Esto se presta para una amplia gama de vegetación que va de los cactus a los grandes árboles. Por estar ubicado entre los 0 y 1000 m.s.n.m., la flora y la fauna terrestre del Parque Tayrona corresponde al orobioma de piso térmico cálido, en donde se pueden identificar cuatro unidades ecológicas: los matorrales y bosques xerófilos y subxerófilos, los bosques higrotropofíticos y los bosques húmedos subhigrofíticos.

El primer bioma significativo es el de matorrales y bosques xerófilos y subxerófilos. Estos bosques secos son unos de los mejores conservados de Colombia. Su altura es de 7 a 10 m y están compuestos mayormente de vegetación con espinas, de hojas gruesas y fuertes, que caen en el verano; adaptaciones que protegen a la vegetación de animales herbívoros y ayudan a reducir la pérdida de agua en épocas de sequía. Se destacan el trupillo (Prosopis julliflora), el dividivi (Caesalpinia coriaria), el palo Brasil (Haematoxylon brasiletto) y los aromos (Acacia tortuosa). Entre los cactus, abundantes en este tipo de bosque, se encuentra el guamacho (Pereskia guamacho) y varias especies de cactus en forma de candelabro como el candelabra o cardón de higo (Subpilocereus russellianus). Entre los bosques subxerófilos con mayor humedad también se encuentran especies como el caracolí (Anacardium excelsum), el carreto (Aspidosperma polyneuron), el resbalamono (Bursera simaruba) y el olivo (Capparis spp.).

El segundo bioma es aquel de bosques higrotropofíticos. Un bosque higrotropofítico se caracteriza por ser un bosque seco, con un dosel entre 15 y 20 m, donde la mayoría de la vegetación es caducifolia, es decir, que pierde sus hojas durante parte del año. Las especies más comunes son el naranjuelo (Crataeva tapia), el orejero (Erterolobilium cyclocarpum), el jobo (Spondias mombin), el ébano (Caesalpinia ebano), y el jayo (Erythroxylon carthagenense).

El tercer bioma es el del bosque húmedo subhigrofítico; el bosque húmedo o subhigrofítico es el más alto, con un docel que alcanza alturas de más de 30 m. La mayoría de los árboles retienen sus hojas. Se encuentran también varias especies de palma, incluyendo la palma de vino (Attalea butyracea), la palma amarga (Sabal mauritiiformis), la palma iraca (Carludovica palmata) y la palma bejucosa (Desmoncus sp.). Entre las especies más comunes predominan el caracolí (Anacardium excelsum), el guáimaro (Brosimum sp), la bonga (Cavanillesia platanifolia), el caney (Aspidosperma megalocarpus) y el higuerón (ficus citrifolia).

Finalmente, el bosque nublado sobrevive gracias a los vientos alisios que arrastran vapor cuando suben las montañas del parque y se depositan en las hojas y ramas de la vegetación, cayendo al suelo y humedeciendo la tierra. Se caracteriza por un dosel que va de los 3-12 m hasta los 35 m, y que puede ser encontrado en las máximas alturas, envuelto en neblina y poblado de epifitas; plantas que crecen soportadas por otras plantas o árboles, como el musgo, las bromelias, las acacias y las orquídeas.

Aparte de los tres biomas mencionados anteriormente, existen pequeños sectores de agua dulce, con escasa vegetación compuesta mayormente de eneas, pastos que se caracterizan por tener hojas largas en forma de cinta. En algunas playas crecen el uvo de playa (Coccoloba uvifera) y el icaco (Chrysobalanus icaco).

En cuanto a la flora y fauna acuática, aunque no se haya hecho un inventario completo, se han catalogado más de 100 especies de algas, de 773 peces y de 2 500 invertebrados. (UAE 116). Hay pequeñas comunidades de manglares en las bahías de Chengue, Cinto y Neguange. Existen comunidades puras de mangle rojo (Rhizophora mangle) y mangle salado (Avicennia germinans), así como comunidades mixtas que también incluyen el mangle bobo (Laguncularia racemosa).

Por otra parte, existen más de 70 especies de mamíferos en el Parque Tayrona (UAE 116). Sobresalen entre los marsupiales la chucha o zorro hediondo (Didelphis marsupialis) y la marta o cinco dedos (Caluromys lanatus). Existen también más de 40 especies de murciélagos y varios primates como el mono aullador (Alouatta seniculus), el mico de noche (Aoutus lemurinus) y el maicero (Cebus albifrons malitiosus). También se encuentran jaguares (Pantera onca ), tigres (Leo onca centralis), tigrillos (Felix pardalis), armadillos (Cabassous centralis), puerco espines (Coendou prehensilis), zaínos (Tayassu tajacu) y venados (Mazama americana).

Por el momento se han catalogado 400 especies de aves. Se encuentra el paujil (Crax alberti), ave favorita de los orfebres tayrona y la guacharaca (Ortalis garrula). Existe también una gran variedad de reptiles, incluyendo iguanas, culebras; boas y cascabeles. Entre las especies en vía de extinción están las tortugas caguamo (Caretta caretta), carey (Eretmochelys imbricata) y verde (Chelonia mydas). Dentro de los arroyos y quebradas habitan varios anfibios, cangrejos, camarones y el pez brillón, o besote (Agonostomus monticola).

Las praderas marinas y arrecifes de coral proveen a la fauna marina de protección y alimentación. Existen 50 especies de coral en el parque. Entre las ramas de algunos corales formadores de arrecifes crecen varios invertebrados, incluyendo el erizo negro (Diadema antillarum), los gusanos sedentarios (Spirobranchus giganteus y Sabellastarte magnifica) y el gusano de fuego (Hermodice carunculata). Se hallan también anémonas, caracoles, camarones, cangrejos, langostas y estrellas de mar. Los corales y rocas también ofrecen refugio para las crías de pargos, morenas y peces loro.

Aunque muchos de los sitios arqueológicos no han sido suficientemente estudiados, se sabe de antemano que existe una gran riqueza arqueológica dentro de los límites del parque. Se piensa que pequeños grupos nómadas de cazadores y recolectores ocuparon la zona hace 15 a 20 mil años. Diferentes tribus ocuparon la zona durante los siglos VI y VII, los cuales se denominaron colectivamente como tayrona. Los sitios arqueológicos parecen indicar la presencia de indígenas durante la época precolombina casi hasta el siglo XVI.

De especial interés sería el sitio arqueológico de Pueblito, a 200 m.s.n.m., el cual fue al parecer el antiguo poblado de Chairama. El poblado sufrió un incendio durante la expedición de Pedro Fernández de Lugo, en el siglo XVI. Aunque no ha sido estudiado a fondo, en Pueblito se encuentran los restos de 500 a 1 000 viviendas, donde se estima que habitaban alrededor de 3 000 a 5 000 personas. Todo parece indicar que los habitantes tayrona de Chairama tenían un sistema económico y político complejos. Hay pruebas de que eran agricultores, constructores de un sistema complejo de irrigación. Eran también talentosos orfebres, que además trabajaban en cerámica. Se dedicaron a la pesca, la cría de animales y el comercio mediante el intercambio de bienes con otras tribus.

También se encuentran restos arqueológicos de parroquias en las bahías de Concha, Chengue, Neguange, Gayraca y Cinto, indicadores de las actividades misioneras. Aunque en los relatos de los cronistas españoles existe la mención de otros poblados indígenas, su localización precisa se desconoce. Se hallan pruebas de asentamientos permanentes en las bahías de Concha, Neguange, Guachaquita y Palmarito; también hay pruebas de asentamientos semi-permanentes en Chengue, Gayraca y Cinto.

En la actualidad, los habitantes de la zona del Parque Nacional Natural Tayrona se dedican al turismo, la agricultura, la pesca y la ganadería. Se han formado varios grupos comunitarios que buscan fomentar el turismo y al mismo tiempo buscan proteger los hábitat marinos y terrestres del parque. El Tayrona, como una de las zonas ecoturísticas más visitadas de Colombia, cuenta con una infraestructura para alojamiento en las cabañas ecohabs y espacio para acampar en Cañaveral y Arrecifes.

Colombia Parques Naturales / Parque Nacional Natural Tayrona

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