- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
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- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
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- Jacanamijoy (2003)
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- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
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- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
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- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
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- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
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- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
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- Manzur. Homenaje (2005)
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- Luis Caballero. Homenaje (2007)
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- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
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- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
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- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Parque Nacional Natural Tatamá
Macizo de Tatamá. Carlos Castaño.
Texto de: Laura Sesana
Localización: Entre los departamentos del Valle del Cauca, Chocó y Risaralda
Año creación: 1987
Extensión: 51 900 ha
Altura: 2 000 - 4 200 m.s.n.m.
Temperatura: 3 - 16 ºC
Ecosistemas: Bosque andino higrofíticode clima frío, páramo.
Encerrando uno de los últimos páramos y bosques andinos vírgenes de Colombia, el Parque Nacional Natural Tatamá es rico en especies tal como el oso hormiguero Colmenero (Tamandua mexicana). Es también una de las regiones topográficas más dramáticas de la cordillera, con pendientes casi verticales y farallones majestuosos. Declarado Parque Nacional Natural en 1987, con un área de 51 900 hectáreas, el Tatamá se ubica en los departamentos de Valle del Cauca, Risaralda y la Región del Chocó Biogeográfico, en la parte sur de la cordillera Occidental. Las elevaciones del parque van de 2 000 hasta 4 200 m.s.n.m. en el la cima del cerro Tatamá, la máxima elevación del área protegida, posiblemente la zona más alta de la cordillera Occidental.
El Parque Nacional Natural Tatamá comprende una estrella hidrográfica muy importante, de la cual dependen la flora y la fauna existentes. Situado al occidente de la cuenca del océano Pacífico, las fuentes hídricas que nacen en el occidente del área protegida corresponden a las cuencas de los ríos Atrato y San Juan, mientras los ríos del oriente corresponden a la cuenca del río Cauca. Los ríos correspondientes a la cuenca occidental son el Tatamá, el Condoto y el Corcovado o Ingará.
Por otra parte, a la vertiente oriental pertenecen la quebrada de las Colonias, el río San Rafael, el río Mapa, la quebrada Peña Blancas y el río Cañaveral.
El clima del parque es típico de la zona ecuatorial. Las lluvias se adaptan a un régimen bimodal en las dos vertientes del área protegida, con dos épocas de lluvias y dos épocas con menos precipitación. Las máximas lluvias se registran en mayo y entre octubre y noviembre; las mínimas se registran en febrero y en julio. Además se encuentra un cinturón nubloso entre los 2 000 y 2 800 m.s.n.m., donde el promedio de precipitación anual fluctúa entre 2 000 y 2 800 mm en ambas vertientes. En la vertiente occidental a los 4 200 m.s.n.m., la precipitación disminuye a los 1 600 mm anuales. La precipitación en dicha altura en la vertiente oriental es un poco más baja de 1 400 mm al año.
Como la lluvia, las temperaturas medias del Parque Nacional Natural dependen de la elevación y la vertiente. La vertiente oriental registra temperaturas promedio un poco más altas que las de la vertiente occidental. A los 2 000 m.s.n.m. la temperatura promedio en la vertiente oriental es de 16,7 ºC mientras que en la vertiente occidental en la misma altura es de 15 ºC. Asimismo, a los 4 000 m.s.n.m. la temperatura promedio en la vertiente oriental es de 4 ºC y en la occidental el de 3,1 ºC.
El Parque Nacional Natural Tatamá sobresale en materia de flora, ya que contiene uno de los bosques andinos mejores conservados del país. Además, el páramo de Tatamá, junto con los páramos de El Duende y Frontino son los únicos tres páramos de Colombia que no han sido alterados por las acciones humanas. El parque contiene dos biomas, el de bosque andino higrofítico de clima frío y el páramo.
Entre los 2 500 y 3 500 m.s.n.m. se encuentra el bosque andino higrofítico de clima frío, el cual se caracteriza por las composiciones y comunidades de vegetación. Entre los 2 400 y 2 800 m.s.n.m. se encuentra comunidades vegetales compuestas de Billia Colombiana, el trompeto (Bocconia frutescens), el sietecueros (Tibouchina sp.), el granizo (Hedyosmum sp.), el dolomoco (Saurauia sp.) y las palmas bobas o helechos arborescentes (Cyathea spp.). Cerca del límite norte de esta comunidad, llegando a los 2 700 m de elevación se encuentran el chusque (Swallenochloa sp. y Chusquea sp.) y una gran variedad de epifitas, entre las cuales se han registrado 564 especies y morfoespecies de orquídeas (SPNC 107). En estos parajes también se encuentran comunidades donde predomina chagualón (Clusia sp.) y el pino romerón (Podocarpus cf. oleifolius), el cual se halla principalmente entre los 2 700 y los 2 800 m.s.n.m.
Sobre los 2 800 m.s.n.m. existen comunidades de subpáramo, el cual se caracteriza por el cambio en las propiedades de las epifitas, ya que aquí dominan las bromelias, epifitas de piso. En estas comunidades domina el canelo de páramo (Drymis granadensis). El roble blanco (Quercus humboldtii) se puede ver en algunos parajes de la vertiente oriental. Además del pino romerón, en el parque también existen varios árboles de maderas finas, muchos de los cuales se encuentran amenazados. Se cree que en los páramos, los cuales crecen en forma de islas entre las selvas andinas y las pendientes, existen varios endemismos vegetales. En los páramos del Tatamá predominan el frailejón (Espeletia sp.) y los matorrales de ericáceas, familia de arbustos o árboles pequeños que incluyen plantas importantes en la jardinería como las azaleas y rododendros.
La fauna del parque no ha sido estudiada suficientemente, sin embargo se sabe que existe una gran riqueza dentro del área. Entre las aves del parque se puede identificar 402 especies, 270 géneros y 51 familias 163 de estas especies se encuentran amenazadas a nivel regional, 11 son endémicas a la cordillera Occidental, 9 son endémicas a Colombia y 14 especies del parque son casi endémicas de Colombia (SPNC 107). Sobresale el gallito de roca (Rupicola peruviana sanguinolenta), el quetzal (Pharomacrus auriceps), el cacique o turpial de montaña (Cacicus leucoramphus) y el alma de gato (Piaya cayana).
Entre las 110 especies de mamíferos catalogadas en la reserva (SPNC 107) sobresalen varias especies de danta (Tapirus spp.), dos especies de cusumbo (Nasua nasua y Nasuella olivacea), la lapa (Agouti taczanowskii), el tigrillo (Felis pardalis), las ardillas (Sciurus granatensis), el oso hormiguero colmenero (Tamandua mexicana), el perezoso (Choloepus hoffmanni) y el oso palmero (Myrmecophaga tridactyla), también conocido como el “hormiguero gigante”. Esta especie de la orden de los desdentados mide desde 1,7 a 2,10 m de longitud pesa de 20 a 40 kg. Es un hormiguero totalmente terrestre y se alimenta mayormente de hormigas y en menor proporción de termitas.
Existen en el parque por lo menos tres especies de primates (Aoutus trivirgatus zonalis, Alouatta senicuius, Cebus capucinus capucinus), la chucha de agua (Chironectes minimus panamensis) y el venado soche (Mazama americana). Se debe resaltar la comadreja colombiana Mustela felipei, reconocida por ser el mamífero más raro de Suramérica. Esta comadreja es carnívora y habita primordialmente las zonas de bosques de niebla. Se piensa que es acuática y en el momento se encuentra en grave peligro de extinción.
Por otra parte, en materia de reptiles y anfibios, la diversidad biológica del parque es una de las más ricas de Colombia, con 85 especies de las cuales 60 son apenas conocidas por la ciencia. La vertiente occidental del parque, dentro de las selvas nubladas, contiene el número más alto de reptiles del área, sobresalen las comunidades de anuros constituidas por la rana Centrolenella aureoguttata, la rana loma Hyla colymba y el sapo Atelopus nicefori, el cual es muy poco común y habita el bosque nublado y el bosque húmedo montano.
Los lagartos son los reptiles más abundantes de la reserva, la mayoría viven en los árboles y son pertenecientes a la familia Iguanidae. Sobresalen las lagartijas Anolis, comúnmente confundidas con el camaleón, ya que muchas tienen la habilidad de cambiar color. Además estas lagartijas arborícolas conviven con otras clases de lagartija pequeña que vive en el suelo, entre las hojas caídas de los árboles.
Las serpientes son abundantes en el Tatamá. Existen especies de serpiente venenosa de fosetas, las cuales se caracterizan por tener un hoyo o foseta entre las aperturas nasales y los ojos. Sobresale Bothrops atrox, Bothrops nasutos y Bothrops schlegelli, asociada con la serpiente terciopelo pero de menor tamaño. También sobresalen dos especies de serpiente coral, junto con las especies venenosas existen varias especies de serpiente inofensiva, como Chironius monticola, Dendrophidion bivittatum o cazadora y Leptophis ahaetulla.
Existen varias historias y leyendas acerca de lo antiguos habitantes de la zona. Muchos relatos hablan de una civilización avanzada de guerreros poderosos. Sin embargo, aunque se han descubierto importantes sitios arqueológicos en “Pueblo Rico”, “cerro de Moctezuma” y “el Tesoro” al norte de la reserva, no han sido lo suficientemente estudiados.
En el área también se encuentran restos de establecimientos de indígenas tataimas, tadóes y tunasis, pertenecientes aparentemente a la filiación karib-chocó. El ingreso de los españoles al área, con su práctica de la encomienda y el uso del indígena como mano de obra en las minas de oro causó la migración de varios grupos indígenas a la zona en busca de refugio, empezando en el siglo XVII en el este y el oeste especialmente con los emberá.
En la parte noroccidental del departamento de Risaralda hoy en día habitan los indígenas chamí o emberá-chamí, pertenecientes a la etnia chocó. Existen casi 5 000 individuos chamíes que se dedican al cultivo de huertas, la cacería, la recolección y la pesca. Estos indígenas son seminómadas y cada vez les es más difícil encontrar zonas donde puedan refugiarse en la selva, dadas las presiones del “hombre blanco” y el conflicto armado en Colombia. En la actualidad muchos se han visto amenazados por las AUC y otros grupos armados.
Hoy en día existen alrededor de 50 propietarios particulares dueños de terreno dentro del parque, la mayoría de los cuales están casi completamente cubiertos de selva y no son aprovechados por sus propietarios (SPNC 107). Existen poblaciones en las cuales sí se explota el terreno en los municipios de Pueblo Rico y el Águila. En el parque habitan comunidades negras, indígenas, mestizas y campesinas. Existe una diferencia marcada en el aprovechamiento y uso de recursos naturales entre las dos vertientes de Tatamá, a raíz de las diferentes características socioculturales de los habitantes. Sobre la vertiente oriental de la cordillera, en la cuenca del Cauca, los mestizos y campesinos del área practican una economía agrícola sostenible. Por otro lado, en la vertiente occidental donde prevalecen comunidades indígenas y negras, predominan los huertos de frutas.
Aunque no posee infraestructura para el ecoturismo, en el Tatamá existe un centro de visitantes en la vereda San Rafael Los Planes, el cual cuenta con alojamiento para cuarenta personas, servicio de restaurante y servicio de guías turísticas.
#AmorPorColombia
Parque Nacional Natural Tatamá
Macizo de Tatamá. Carlos Castaño.
Texto de: Laura Sesana
Localización: Entre los departamentos del Valle del Cauca, Chocó y Risaralda
Año creación: 1987
Extensión: 51 900 ha
Altura: 2 000 - 4 200 m.s.n.m.
Temperatura: 3 - 16 ºC
Ecosistemas: Bosque andino higrofíticode clima frío, páramo.
Encerrando uno de los últimos páramos y bosques andinos vírgenes de Colombia, el Parque Nacional Natural Tatamá es rico en especies tal como el oso hormiguero Colmenero (Tamandua mexicana). Es también una de las regiones topográficas más dramáticas de la cordillera, con pendientes casi verticales y farallones majestuosos. Declarado Parque Nacional Natural en 1987, con un área de 51 900 hectáreas, el Tatamá se ubica en los departamentos de Valle del Cauca, Risaralda y la Región del Chocó Biogeográfico, en la parte sur de la cordillera Occidental. Las elevaciones del parque van de 2 000 hasta 4 200 m.s.n.m. en el la cima del cerro Tatamá, la máxima elevación del área protegida, posiblemente la zona más alta de la cordillera Occidental.
El Parque Nacional Natural Tatamá comprende una estrella hidrográfica muy importante, de la cual dependen la flora y la fauna existentes. Situado al occidente de la cuenca del océano Pacífico, las fuentes hídricas que nacen en el occidente del área protegida corresponden a las cuencas de los ríos Atrato y San Juan, mientras los ríos del oriente corresponden a la cuenca del río Cauca. Los ríos correspondientes a la cuenca occidental son el Tatamá, el Condoto y el Corcovado o Ingará.
Por otra parte, a la vertiente oriental pertenecen la quebrada de las Colonias, el río San Rafael, el río Mapa, la quebrada Peña Blancas y el río Cañaveral.
El clima del parque es típico de la zona ecuatorial. Las lluvias se adaptan a un régimen bimodal en las dos vertientes del área protegida, con dos épocas de lluvias y dos épocas con menos precipitación. Las máximas lluvias se registran en mayo y entre octubre y noviembre; las mínimas se registran en febrero y en julio. Además se encuentra un cinturón nubloso entre los 2 000 y 2 800 m.s.n.m., donde el promedio de precipitación anual fluctúa entre 2 000 y 2 800 mm en ambas vertientes. En la vertiente occidental a los 4 200 m.s.n.m., la precipitación disminuye a los 1 600 mm anuales. La precipitación en dicha altura en la vertiente oriental es un poco más baja de 1 400 mm al año.
Como la lluvia, las temperaturas medias del Parque Nacional Natural dependen de la elevación y la vertiente. La vertiente oriental registra temperaturas promedio un poco más altas que las de la vertiente occidental. A los 2 000 m.s.n.m. la temperatura promedio en la vertiente oriental es de 16,7 ºC mientras que en la vertiente occidental en la misma altura es de 15 ºC. Asimismo, a los 4 000 m.s.n.m. la temperatura promedio en la vertiente oriental es de 4 ºC y en la occidental el de 3,1 ºC.
El Parque Nacional Natural Tatamá sobresale en materia de flora, ya que contiene uno de los bosques andinos mejores conservados del país. Además, el páramo de Tatamá, junto con los páramos de El Duende y Frontino son los únicos tres páramos de Colombia que no han sido alterados por las acciones humanas. El parque contiene dos biomas, el de bosque andino higrofítico de clima frío y el páramo.
Entre los 2 500 y 3 500 m.s.n.m. se encuentra el bosque andino higrofítico de clima frío, el cual se caracteriza por las composiciones y comunidades de vegetación. Entre los 2 400 y 2 800 m.s.n.m. se encuentra comunidades vegetales compuestas de Billia Colombiana, el trompeto (Bocconia frutescens), el sietecueros (Tibouchina sp.), el granizo (Hedyosmum sp.), el dolomoco (Saurauia sp.) y las palmas bobas o helechos arborescentes (Cyathea spp.). Cerca del límite norte de esta comunidad, llegando a los 2 700 m de elevación se encuentran el chusque (Swallenochloa sp. y Chusquea sp.) y una gran variedad de epifitas, entre las cuales se han registrado 564 especies y morfoespecies de orquídeas (SPNC 107). En estos parajes también se encuentran comunidades donde predomina chagualón (Clusia sp.) y el pino romerón (Podocarpus cf. oleifolius), el cual se halla principalmente entre los 2 700 y los 2 800 m.s.n.m.
Sobre los 2 800 m.s.n.m. existen comunidades de subpáramo, el cual se caracteriza por el cambio en las propiedades de las epifitas, ya que aquí dominan las bromelias, epifitas de piso. En estas comunidades domina el canelo de páramo (Drymis granadensis). El roble blanco (Quercus humboldtii) se puede ver en algunos parajes de la vertiente oriental. Además del pino romerón, en el parque también existen varios árboles de maderas finas, muchos de los cuales se encuentran amenazados. Se cree que en los páramos, los cuales crecen en forma de islas entre las selvas andinas y las pendientes, existen varios endemismos vegetales. En los páramos del Tatamá predominan el frailejón (Espeletia sp.) y los matorrales de ericáceas, familia de arbustos o árboles pequeños que incluyen plantas importantes en la jardinería como las azaleas y rododendros.
La fauna del parque no ha sido estudiada suficientemente, sin embargo se sabe que existe una gran riqueza dentro del área. Entre las aves del parque se puede identificar 402 especies, 270 géneros y 51 familias 163 de estas especies se encuentran amenazadas a nivel regional, 11 son endémicas a la cordillera Occidental, 9 son endémicas a Colombia y 14 especies del parque son casi endémicas de Colombia (SPNC 107). Sobresale el gallito de roca (Rupicola peruviana sanguinolenta), el quetzal (Pharomacrus auriceps), el cacique o turpial de montaña (Cacicus leucoramphus) y el alma de gato (Piaya cayana).
Entre las 110 especies de mamíferos catalogadas en la reserva (SPNC 107) sobresalen varias especies de danta (Tapirus spp.), dos especies de cusumbo (Nasua nasua y Nasuella olivacea), la lapa (Agouti taczanowskii), el tigrillo (Felis pardalis), las ardillas (Sciurus granatensis), el oso hormiguero colmenero (Tamandua mexicana), el perezoso (Choloepus hoffmanni) y el oso palmero (Myrmecophaga tridactyla), también conocido como el “hormiguero gigante”. Esta especie de la orden de los desdentados mide desde 1,7 a 2,10 m de longitud pesa de 20 a 40 kg. Es un hormiguero totalmente terrestre y se alimenta mayormente de hormigas y en menor proporción de termitas.
Existen en el parque por lo menos tres especies de primates (Aoutus trivirgatus zonalis, Alouatta senicuius, Cebus capucinus capucinus), la chucha de agua (Chironectes minimus panamensis) y el venado soche (Mazama americana). Se debe resaltar la comadreja colombiana Mustela felipei, reconocida por ser el mamífero más raro de Suramérica. Esta comadreja es carnívora y habita primordialmente las zonas de bosques de niebla. Se piensa que es acuática y en el momento se encuentra en grave peligro de extinción.
Por otra parte, en materia de reptiles y anfibios, la diversidad biológica del parque es una de las más ricas de Colombia, con 85 especies de las cuales 60 son apenas conocidas por la ciencia. La vertiente occidental del parque, dentro de las selvas nubladas, contiene el número más alto de reptiles del área, sobresalen las comunidades de anuros constituidas por la rana Centrolenella aureoguttata, la rana loma Hyla colymba y el sapo Atelopus nicefori, el cual es muy poco común y habita el bosque nublado y el bosque húmedo montano.
Los lagartos son los reptiles más abundantes de la reserva, la mayoría viven en los árboles y son pertenecientes a la familia Iguanidae. Sobresalen las lagartijas Anolis, comúnmente confundidas con el camaleón, ya que muchas tienen la habilidad de cambiar color. Además estas lagartijas arborícolas conviven con otras clases de lagartija pequeña que vive en el suelo, entre las hojas caídas de los árboles.
Las serpientes son abundantes en el Tatamá. Existen especies de serpiente venenosa de fosetas, las cuales se caracterizan por tener un hoyo o foseta entre las aperturas nasales y los ojos. Sobresale Bothrops atrox, Bothrops nasutos y Bothrops schlegelli, asociada con la serpiente terciopelo pero de menor tamaño. También sobresalen dos especies de serpiente coral, junto con las especies venenosas existen varias especies de serpiente inofensiva, como Chironius monticola, Dendrophidion bivittatum o cazadora y Leptophis ahaetulla.
Existen varias historias y leyendas acerca de lo antiguos habitantes de la zona. Muchos relatos hablan de una civilización avanzada de guerreros poderosos. Sin embargo, aunque se han descubierto importantes sitios arqueológicos en “Pueblo Rico”, “cerro de Moctezuma” y “el Tesoro” al norte de la reserva, no han sido lo suficientemente estudiados.
En el área también se encuentran restos de establecimientos de indígenas tataimas, tadóes y tunasis, pertenecientes aparentemente a la filiación karib-chocó. El ingreso de los españoles al área, con su práctica de la encomienda y el uso del indígena como mano de obra en las minas de oro causó la migración de varios grupos indígenas a la zona en busca de refugio, empezando en el siglo XVII en el este y el oeste especialmente con los emberá.
En la parte noroccidental del departamento de Risaralda hoy en día habitan los indígenas chamí o emberá-chamí, pertenecientes a la etnia chocó. Existen casi 5 000 individuos chamíes que se dedican al cultivo de huertas, la cacería, la recolección y la pesca. Estos indígenas son seminómadas y cada vez les es más difícil encontrar zonas donde puedan refugiarse en la selva, dadas las presiones del “hombre blanco” y el conflicto armado en Colombia. En la actualidad muchos se han visto amenazados por las AUC y otros grupos armados.
Hoy en día existen alrededor de 50 propietarios particulares dueños de terreno dentro del parque, la mayoría de los cuales están casi completamente cubiertos de selva y no son aprovechados por sus propietarios (SPNC 107). Existen poblaciones en las cuales sí se explota el terreno en los municipios de Pueblo Rico y el Águila. En el parque habitan comunidades negras, indígenas, mestizas y campesinas. Existe una diferencia marcada en el aprovechamiento y uso de recursos naturales entre las dos vertientes de Tatamá, a raíz de las diferentes características socioculturales de los habitantes. Sobre la vertiente oriental de la cordillera, en la cuenca del Cauca, los mestizos y campesinos del área practican una economía agrícola sostenible. Por otro lado, en la vertiente occidental donde prevalecen comunidades indígenas y negras, predominan los huertos de frutas.
Aunque no posee infraestructura para el ecoturismo, en el Tatamá existe un centro de visitantes en la vereda San Rafael Los Planes, el cual cuenta con alojamiento para cuarenta personas, servicio de restaurante y servicio de guías turísticas.