- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
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- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
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- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
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- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
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- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
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- Manzur. Homenaje (2005)
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- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
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- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Parque Nacional Natural Serranía de Chibiriquete
Vista aérea de los tepuyes característicos del parque. Carlos Castaño.
Vegetación asociada a los afloramientos rocosos del Escudo Guyanés. Carlos Castaño.
Vegetación asociada a los afloramientos rocosos del Escudo Guyanés. Carlos Castaño.
Caída de agua que ilustra su abundante presencia en el parque. Andrés Hurtado.
Pictografías sobre piedra. Carlos Castaño.
Pantera onca. Diego Miguel Garcés.
Caída de agua. Andrés Hurtado.
Texto de: Laura Sesana
Localización: Entre los departamentos de Caquetá y Guaviare
Año creación: 1989
Extensión: 1’280 000 ha
Altura: 1000 m.s.n.m.
Temperatura: 23 - 25 ºC
Ecosistemas: Bosques y sabanas inundables, bosque de tierra firme, sabana, arbustales asociados con los cerros.
La Serranía de Chiribiquete es una de las áreas protegidas más extensas bajo el Sistema de Parques Nacionales de Colombia, pues cuenta con 1’280 000 hectáreas. Fue declarado Parque Nacional Natural en 1989, y es un lugar de riqueza biológica y cultural donde el impresionante poder de la naturaleza es explosivo y visible en todas partes. Existe una variedad de paisajes y de ecosistemas que pueden ir desde las grandes cascadas que descienden de las alturas de las formaciones rocosas escarpadas, hasta las sabanas ricas en especies representativas de la Amazonia colombiana.
El Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete se ubica en los departamentos de Caquetá y Guaviare en el medio de la región amazónica. Limita al norte y al oriente con el río Macaya o Tunía, el cual en su confluencia con el río Ajaju se convierte en el río Apaporis. Al oriente limita con los ríos Apaporis, Gunaré y Amú. El río Mesay y el lugar de Maraya y Raudal de Tornés y Mesay comprenden los límites meridionales del parque, mientras que los límites occidentales están marcados por los ríos Ayaya, Hiutotos, Ajaju y Tajisa.
El área protegida comprende las cuencas de los ríos Mesay, Cuñaré, San Jorge y Amú, y las corrientes de agua dentro del parque forman parte de la cuenca del río Caquetá, el cual es a su vez afluente del río Amazonas. Muchos de los ríos del área protegida son denominados “aguas negras” por el color que adquieren gracias a los sedimentos que reciben de los suelos. Hay algunos ríos dentro del parque que presentan “cachiveras” o raudales, incluyendo los ríos Yarí y Tunia o Macaya.
Las alturas máximas del parque son de aproximadamente 1 000 m.s.n.m., y sus formaciones geológicas se pueden dividir en tres sectores: el macizo Norte, el macizo Central y las mesas de Iguaje. Estas formaciones comprenden mesetas y estructuras rocosas escarpadas, segmentadas por enormes cañones que hacen que la topografía del área adquiera una belleza dramática y excepcional. Este relieve tiene un fuerte impacto sobre la flora y la fauna, las que han desarrollado un gran número de sorprendentes adaptaciones a su medio.
Aunque no existen medidas climatológicas exactas, se deduce que la medida de temperatura es entre 23 y 25 ºC, y que el promedio anual de lluvias es de alrededor de 4 500 mm con una humedad relativa alta. Por la orientación de la serranía de Chiribiquete con respecto a los vientos, en el área protegida hay un alto nivel de nubosidad.
La flora del parque es extremadamente variada y presenta los biomas de bosques y sabanas inundables, bosque de tierra firme, sabana y arbustales asociados con los cerros. Hay además dos tipos de vegetación que merecen ser mencionados: la vegetación de los chorros en los ríos y aquella asociada con las grietas y paredes.
En la selva de tierra firme se encuentra una gran variedad de especies dentro de un bosque desarrollado, el cual está cubierto de árboles de gran altura, incluyendo árboles emergentes que pueden llegar hasta los 40 m. Tiene un sotobosque denso donde predominan las epifitas y las parásitas. Las especies de árbol es mejor representados son el caimarón (Pourouma cecropiaefolia), el arenillo (Qualea paraensis), el guamo (Inga acrocephala), el cabo de hacha (Iryanthera laevis), la siringa (Hevea guianensis) y el capinurí (Psedolmedia laevis).
Los arbustales encontrados en los cerros crecen frecuentemente sobre suelos arenosos. Se destacan por su aspecto de matorral gracias a su porte bajo de alrededor de 12 a 15 m de altura. En los chorros y las grietas de las rocas crecen varias especies en lugares que tienen muy poca cobertura de tierra. Varias de estas especies son endémicas como el género Senefelderopsis, miembros de la familia de plantas florecientes tropicales y las especies Hevea nitida var. toxicondendroides, arbusto de caucho que no sobrepasa los 2 m de altura; Graffenrieda fantastica y Vellozia phantasmagorica.
En cuanto a la fauna, aunque aún no ha sido estudiada a fondo, se sabe que representa un lazo importante con las biotas del Alto río Negro, el norte de Brasil y los tepuyes de Venezuela. Los tepuyes son un conjunto de alrededor de 100 mesetas que se levantan abruptamente, muchos de los cuales siguen inexplorados por la dificultad de acceso. Entre las aves que se encuentran en el parque figura la guacamaya roja (Ara macao) y los martines pescadores (Ceryle torquata), que tienen un pico muy fuerte para pescar y sacar a su presa del agua. Se alimentan mayoritariamente de peces y ocasionalmente de insectos que atrapan al vuelo.
También existe en el parque el guácharo (Steatornis caripensis), ave ruidosa que no se guía por visión sino por sonido. También se ven los barranqueros (Momotus momota, Baryphtengus ruficapillus y Momotus), los gallitos de roca (Rupicola rupicola) y varias especies de gallinetas de la familia Tinamidae. Además se pueden ver paujiles (crax spp.), guacharacas (Ortalis guttata) y pavas de monte (Penelope jacquacu). De igual manera se encuentra una especie nueva y endémica de colibrí (Chlorostilbon olivaresi) descrita por Stiles (1998) y que puede ser única en el mundo, y el águila arpía (Harpia harpya), especie amenazada (IUCN, Red data book).
En el área protegida existe una gran variedad de murciélagos (Carollia spp., Noctilio leporinus y Noctilio labialis): aquellos que se alimentan de insectos, aquellos que se alimentan de frutos, aquellos que se alimentan de néctar e incluso aquellos que se alimentan de sangre. Viven en el parque el ñeque (Dasyprocta fuliginosa), el perro de agua (Pteronura brasiliensis), la nutria (Lutra longicaudis), el puma (Felis concolor) y el tigrillo (Felis pardalis).
También se puede ver el cerillo (Tayassu pecari), especie de jabalí de tamaño mediano que se comunica por medio de sonidos particulaes; el borugo (Agouti paca), especie de lapa o roedor mediano que se caracteriza por tener manchas blancas en el cuerpo. Es un animal nocturno y solitario que pasa el día en su madriguera. Por ser buen nadador, huye hacia el agua cuando se siente amenazado. El armadillo (Dasypus sp.) es un buen excavador cuyo impresionante sentido del olfato le permite detectar insectos y lombrices hasta 20 cm bajo tierra.
Entre los primates se pueden ver el mico maicero (Cebus albifrons y Cebus apella), mono mediano que pasa la mayoría de su vida en las ramas de los árboles y el mico de noche (Aoutus vociferans), el único mono nocturno del planeta. Además se encuentra el mico tití (Saimiri sciureus), especie más pequeña de mono; el churuco (Lagothrix lagotricha), mico robusto considerado como uno de los monos más grandes por su peso, y el mico cotudo, aullador o araguato (Alouatta seniculus), cuyas vocalizaciones se pueden escuchar a largas distancias.
Entre los reptiles figuran las babillas del Apaporis (Caiman crocodilus apaporiensis), especie que sólo se encuentra en las aguas de este río y sus afluentes, y que se distingue por una trompa más angosta que otras especies. También el caimán negro (Melanosuchus niger), el depredador más grande del Amazonas, pues puede crecer hasta los 8.5 m de largo.
La región es el territorio tradicional de la etnia carijona, miembros de la familia lingüística caribe, los cuales eran conocidos como guerreros que presentaban la peculiaridad de remar sus embarcaciones de pie. Esta práctica inusual parece explicarse gracias a su costumbre de llevar fajas abdominales ceñidas, hechas con fibras vegetales y adornadas de bellos y llamativos colores, las cuales les impedían sentarse. Utilizaban las mismas fibras vegetales para confeccionar pelucas negras, que llevaban sobre su larga cabellera. Habitaban las sabanas tanto como las partes altas de los tepuyes venezolanos y brasileños (UAE 443-444).
Los primeros hombres blancos que entraron en contacto con los carijona parecen ser los misioneros franciscanos a finales del siglo XVIII. En 1782, don Francisco Requena anotó una población carijona de más de 15 000 individuos a lo largo de su recorrido por los ríos Cunaré, Mesay, Amú y Yarí (UAE 443). Posteriormente, durante el clímax de la explotación del caucho en el Amazonas por caucheros colombianos y peruanos, los carijona migraron a causa de la invasión del hombre blanco. Esta industria trajo consigo la esclavitud y el etnocidio de los indígenas amazónicos y los carijona no estuvieron excentos de estos graves atropellos.
Según las creencias indígenas, en las formaciones rocosas que se encuentran en el área habita WaMaxse?, el padre de los animales, quien vive dentro de las cuevas de la zona desde donde puede cuidar a todas sus criaturas (UAE 444). La tradición indígena considera que en estos lugares crecen plantas mágicas que proporcionan buena suerte en la caza. No se puede hablar del Chiribiquete sin mencionar las numerosas pinturas rupestres que allí se encuentran y que sobresalen por su valor histórico y cultural.
Hoy en día el área del Parque Nacional Natural Chiribiquete se encuentra prácticamente deshabitada. Se piensa que los carijona se han extinguido, con excepción de algunos individuos que se han mezclado con los indígenas coreguajes y una familia nuclear proveniente de la unión de una mujer carijona y un negro caucano llamado Salvador Perea, quienes vivieron cerca de la población de Calamar a principios del siglo XX (UAE 444). En las zonas cercanas al parque, los habitantes se dedican al cultivo de maíz, plátano, yuca y arroz.
La protección de la flora, de la fauna y de las muestras representativas de la Provincia Biogeográfica de la Guyana es uno de los objetivos principales de la protección del área, así como el de preservar la oferta de bienes y servicios ambientales proporcionados por el parque. En la actualidad, el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete está cerrado para el ecoturismo ya que no cuenta con la infraestructura necesaria para alojar visitantes; sin embargo, existe la posibilidad de desarrollar la investigación para mejorar el conocimiento del área.
#AmorPorColombia
Parque Nacional Natural Serranía de Chibiriquete
Vista aérea de los tepuyes característicos del parque. Carlos Castaño.
Vegetación asociada a los afloramientos rocosos del Escudo Guyanés. Carlos Castaño.
Vegetación asociada a los afloramientos rocosos del Escudo Guyanés. Carlos Castaño.
Caída de agua que ilustra su abundante presencia en el parque. Andrés Hurtado.
Pictografías sobre piedra. Carlos Castaño.
Pantera onca. Diego Miguel Garcés.
Caída de agua. Andrés Hurtado.
Texto de: Laura Sesana
Localización: Entre los departamentos de Caquetá y Guaviare
Año creación: 1989
Extensión: 1’280 000 ha
Altura: 1000 m.s.n.m.
Temperatura: 23 - 25 ºC
Ecosistemas: Bosques y sabanas inundables, bosque de tierra firme, sabana, arbustales asociados con los cerros.
La Serranía de Chiribiquete es una de las áreas protegidas más extensas bajo el Sistema de Parques Nacionales de Colombia, pues cuenta con 1’280 000 hectáreas. Fue declarado Parque Nacional Natural en 1989, y es un lugar de riqueza biológica y cultural donde el impresionante poder de la naturaleza es explosivo y visible en todas partes. Existe una variedad de paisajes y de ecosistemas que pueden ir desde las grandes cascadas que descienden de las alturas de las formaciones rocosas escarpadas, hasta las sabanas ricas en especies representativas de la Amazonia colombiana.
El Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete se ubica en los departamentos de Caquetá y Guaviare en el medio de la región amazónica. Limita al norte y al oriente con el río Macaya o Tunía, el cual en su confluencia con el río Ajaju se convierte en el río Apaporis. Al oriente limita con los ríos Apaporis, Gunaré y Amú. El río Mesay y el lugar de Maraya y Raudal de Tornés y Mesay comprenden los límites meridionales del parque, mientras que los límites occidentales están marcados por los ríos Ayaya, Hiutotos, Ajaju y Tajisa.
El área protegida comprende las cuencas de los ríos Mesay, Cuñaré, San Jorge y Amú, y las corrientes de agua dentro del parque forman parte de la cuenca del río Caquetá, el cual es a su vez afluente del río Amazonas. Muchos de los ríos del área protegida son denominados “aguas negras” por el color que adquieren gracias a los sedimentos que reciben de los suelos. Hay algunos ríos dentro del parque que presentan “cachiveras” o raudales, incluyendo los ríos Yarí y Tunia o Macaya.
Las alturas máximas del parque son de aproximadamente 1 000 m.s.n.m., y sus formaciones geológicas se pueden dividir en tres sectores: el macizo Norte, el macizo Central y las mesas de Iguaje. Estas formaciones comprenden mesetas y estructuras rocosas escarpadas, segmentadas por enormes cañones que hacen que la topografía del área adquiera una belleza dramática y excepcional. Este relieve tiene un fuerte impacto sobre la flora y la fauna, las que han desarrollado un gran número de sorprendentes adaptaciones a su medio.
Aunque no existen medidas climatológicas exactas, se deduce que la medida de temperatura es entre 23 y 25 ºC, y que el promedio anual de lluvias es de alrededor de 4 500 mm con una humedad relativa alta. Por la orientación de la serranía de Chiribiquete con respecto a los vientos, en el área protegida hay un alto nivel de nubosidad.
La flora del parque es extremadamente variada y presenta los biomas de bosques y sabanas inundables, bosque de tierra firme, sabana y arbustales asociados con los cerros. Hay además dos tipos de vegetación que merecen ser mencionados: la vegetación de los chorros en los ríos y aquella asociada con las grietas y paredes.
En la selva de tierra firme se encuentra una gran variedad de especies dentro de un bosque desarrollado, el cual está cubierto de árboles de gran altura, incluyendo árboles emergentes que pueden llegar hasta los 40 m. Tiene un sotobosque denso donde predominan las epifitas y las parásitas. Las especies de árbol es mejor representados son el caimarón (Pourouma cecropiaefolia), el arenillo (Qualea paraensis), el guamo (Inga acrocephala), el cabo de hacha (Iryanthera laevis), la siringa (Hevea guianensis) y el capinurí (Psedolmedia laevis).
Los arbustales encontrados en los cerros crecen frecuentemente sobre suelos arenosos. Se destacan por su aspecto de matorral gracias a su porte bajo de alrededor de 12 a 15 m de altura. En los chorros y las grietas de las rocas crecen varias especies en lugares que tienen muy poca cobertura de tierra. Varias de estas especies son endémicas como el género Senefelderopsis, miembros de la familia de plantas florecientes tropicales y las especies Hevea nitida var. toxicondendroides, arbusto de caucho que no sobrepasa los 2 m de altura; Graffenrieda fantastica y Vellozia phantasmagorica.
En cuanto a la fauna, aunque aún no ha sido estudiada a fondo, se sabe que representa un lazo importante con las biotas del Alto río Negro, el norte de Brasil y los tepuyes de Venezuela. Los tepuyes son un conjunto de alrededor de 100 mesetas que se levantan abruptamente, muchos de los cuales siguen inexplorados por la dificultad de acceso. Entre las aves que se encuentran en el parque figura la guacamaya roja (Ara macao) y los martines pescadores (Ceryle torquata), que tienen un pico muy fuerte para pescar y sacar a su presa del agua. Se alimentan mayoritariamente de peces y ocasionalmente de insectos que atrapan al vuelo.
También existe en el parque el guácharo (Steatornis caripensis), ave ruidosa que no se guía por visión sino por sonido. También se ven los barranqueros (Momotus momota, Baryphtengus ruficapillus y Momotus), los gallitos de roca (Rupicola rupicola) y varias especies de gallinetas de la familia Tinamidae. Además se pueden ver paujiles (crax spp.), guacharacas (Ortalis guttata) y pavas de monte (Penelope jacquacu). De igual manera se encuentra una especie nueva y endémica de colibrí (Chlorostilbon olivaresi) descrita por Stiles (1998) y que puede ser única en el mundo, y el águila arpía (Harpia harpya), especie amenazada (IUCN, Red data book).
En el área protegida existe una gran variedad de murciélagos (Carollia spp., Noctilio leporinus y Noctilio labialis): aquellos que se alimentan de insectos, aquellos que se alimentan de frutos, aquellos que se alimentan de néctar e incluso aquellos que se alimentan de sangre. Viven en el parque el ñeque (Dasyprocta fuliginosa), el perro de agua (Pteronura brasiliensis), la nutria (Lutra longicaudis), el puma (Felis concolor) y el tigrillo (Felis pardalis).
También se puede ver el cerillo (Tayassu pecari), especie de jabalí de tamaño mediano que se comunica por medio de sonidos particulaes; el borugo (Agouti paca), especie de lapa o roedor mediano que se caracteriza por tener manchas blancas en el cuerpo. Es un animal nocturno y solitario que pasa el día en su madriguera. Por ser buen nadador, huye hacia el agua cuando se siente amenazado. El armadillo (Dasypus sp.) es un buen excavador cuyo impresionante sentido del olfato le permite detectar insectos y lombrices hasta 20 cm bajo tierra.
Entre los primates se pueden ver el mico maicero (Cebus albifrons y Cebus apella), mono mediano que pasa la mayoría de su vida en las ramas de los árboles y el mico de noche (Aoutus vociferans), el único mono nocturno del planeta. Además se encuentra el mico tití (Saimiri sciureus), especie más pequeña de mono; el churuco (Lagothrix lagotricha), mico robusto considerado como uno de los monos más grandes por su peso, y el mico cotudo, aullador o araguato (Alouatta seniculus), cuyas vocalizaciones se pueden escuchar a largas distancias.
Entre los reptiles figuran las babillas del Apaporis (Caiman crocodilus apaporiensis), especie que sólo se encuentra en las aguas de este río y sus afluentes, y que se distingue por una trompa más angosta que otras especies. También el caimán negro (Melanosuchus niger), el depredador más grande del Amazonas, pues puede crecer hasta los 8.5 m de largo.
La región es el territorio tradicional de la etnia carijona, miembros de la familia lingüística caribe, los cuales eran conocidos como guerreros que presentaban la peculiaridad de remar sus embarcaciones de pie. Esta práctica inusual parece explicarse gracias a su costumbre de llevar fajas abdominales ceñidas, hechas con fibras vegetales y adornadas de bellos y llamativos colores, las cuales les impedían sentarse. Utilizaban las mismas fibras vegetales para confeccionar pelucas negras, que llevaban sobre su larga cabellera. Habitaban las sabanas tanto como las partes altas de los tepuyes venezolanos y brasileños (UAE 443-444).
Los primeros hombres blancos que entraron en contacto con los carijona parecen ser los misioneros franciscanos a finales del siglo XVIII. En 1782, don Francisco Requena anotó una población carijona de más de 15 000 individuos a lo largo de su recorrido por los ríos Cunaré, Mesay, Amú y Yarí (UAE 443). Posteriormente, durante el clímax de la explotación del caucho en el Amazonas por caucheros colombianos y peruanos, los carijona migraron a causa de la invasión del hombre blanco. Esta industria trajo consigo la esclavitud y el etnocidio de los indígenas amazónicos y los carijona no estuvieron excentos de estos graves atropellos.
Según las creencias indígenas, en las formaciones rocosas que se encuentran en el área habita WaMaxse?, el padre de los animales, quien vive dentro de las cuevas de la zona desde donde puede cuidar a todas sus criaturas (UAE 444). La tradición indígena considera que en estos lugares crecen plantas mágicas que proporcionan buena suerte en la caza. No se puede hablar del Chiribiquete sin mencionar las numerosas pinturas rupestres que allí se encuentran y que sobresalen por su valor histórico y cultural.
Hoy en día el área del Parque Nacional Natural Chiribiquete se encuentra prácticamente deshabitada. Se piensa que los carijona se han extinguido, con excepción de algunos individuos que se han mezclado con los indígenas coreguajes y una familia nuclear proveniente de la unión de una mujer carijona y un negro caucano llamado Salvador Perea, quienes vivieron cerca de la población de Calamar a principios del siglo XX (UAE 444). En las zonas cercanas al parque, los habitantes se dedican al cultivo de maíz, plátano, yuca y arroz.
La protección de la flora, de la fauna y de las muestras representativas de la Provincia Biogeográfica de la Guyana es uno de los objetivos principales de la protección del área, así como el de preservar la oferta de bienes y servicios ambientales proporcionados por el parque. En la actualidad, el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete está cerrado para el ecoturismo ya que no cuenta con la infraestructura necesaria para alojar visitantes; sin embargo, existe la posibilidad de desarrollar la investigación para mejorar el conocimiento del área.