- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
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- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
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- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
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- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
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- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
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- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
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- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
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- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
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- Luis Restrepo. construcciones (2007)
- Juan Cárdenas (2007)
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- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
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- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Parque Nacional Natural Farallones de Cali
Amanecer en el Parque Nacional Natural Farallones de Cali. Aldo Brando.
Vista general de los picos del parque. Aldo Brando.
Uno de los picos rodeado de niebla. Aldo Brando.
Cascada en el sector Topacio, una de las más de 70 quebradas que, junto con 10 ríos principales, aportan 215 m3 por segundo de agua, convirtiendo esta área protegida en un sinónimo de agua en el Valle del Cauca. Carlos E. Porras.
Texto de: Laura Sesana
Localización: Departamento del Valle del Cauca
Año creación: 1968
Extensión: 205 266 ha
Altura: 200 - 4 100 m.s.n.m.
Temperatura: 5 - 25 ºC
Ecosistemas: Páramo, bosque húmedo montano alto o altoandino, bosque húmedo montano bajo o andino y bosque húmedo premontano o subandino.
El Parque Nacional Natural Farallones de Cali está ubicado en el departamento del Valle del Cauca, registrando las máximas elevaciones de la cordillera Occidental. El área protegida comprende territorio bajo la jurisdicción de los municipios de Cali, Jamundí, Dagua y Buenaventura. La variedad de ecosistemas que permite la diferencia de climas y elevaciones que en el parque se encuentran, hacen del área protegida un santuario para un número elevado de especies en peligro de extinción y especies endémicas. El parque contribuye a la conservación de ecosistemas pertenecientes a la Provincia Biogeográfica del Chocó y la Región Norandina. Declarado Parque Nacional Natural provisionalmente en 1962, se ratificó en 1968 con un área de 150 000 hectáreas. Sin embargo, nuevas investigaciones calculan la superficie en 205 266 hectáreas dentro de los mismos linderos establecidos en la resolución.
Las elevaciones del parque oscilan entre 200 y 4 100 m.s.n.m. El parque tiene un relieve escarpado y quebrado con fuertes pendientes y altos cerros, especialmente en los lados oriental y occidental del macizo de los Farallones de Cali. Además, encierra un sector con gran riqueza hidrográfica: forma parte de las vertientes del río Cauca y el océano Pacífico, alimenta dos represas y abastece de agua a miles de habitantes de la zona. El parque contiene partes de las vertientes de los ríos Cali, Pance, Meléndez, Timba, Claro, Jamundí, Anchicayá, Mayorquín, Raposo, Cajambre, Yurumanguí y Naya, entre otros.
El promedio de temperatura y precipitación varía dependiendo de la vertiente de la cordillera y la elevación. En la vertiente occidental, las temperaturas van de los 25 ºC en las zonas bajas, hasta 5 ºC en las más altas. La precipitación en el suroccidente es de aproximadamente 6 000 mm al año, mientras que en la parte de Los Farallones el medio de las lluvias son de entre 2 000 y 2 500 mm anuales. En esta vertiente, las lluvias máximas se presentan en febrero, aunque todos los meses son lluviosos. Por su parte, la vertiente oriental registra temperaturas un poco más altas y el promedio de precipitación es de alrededor de 3 000 mm anuales. En esta vertiente las lluvias se acomodan a un patrón bimodal, es decir, con dos épocas de lluvia y dos épocas secas. Los periodos secos van de enero a marzo y luego de julio a agosto.
En el parque las plantas cuentan con suficiente agua durante todo el año. Hay cuatro biomas dominantes en el área protegida: páramo, bosque húmedo montano alto o altoandino, bosque húmedo montano bajo o andino y bosque húmedo premontano o subandino.
Entre los 200 y los 1 200 m.s.n.m. crece la selva húmeda de piso cálido o bosque húmedo premontano o subandino. Esta selva se caracteriza por árboles de gran porte que puede llegar a tener un dosel entre los 30 y 40 m. Existen helechos arborescentes y una gran cantidad de especies de lianas y bejucos leñosos. Las lianas son plantas de tallos largos que trepan los árboles y se ramifican en las partes altas de los árboles. Los bejucos también tienen largos tallos y son plantas tropicales, utilizadas en la cestería. Las raíces de muchos de los árboles en este bosque son fúlcreas, es decir, crecen fuera de la tierra. De esta manera proporcionan mejor soporte en las pendientes y facilitan la aeración y capacidad de retoñar. Esta selva también contiene una profusión de epifitas. Además, el sotobosque de esta clase de selva es muy rico y denso, cubierto de herbáceas que pueden alcanzar un gran tamaño.
En la selva húmeda de piso cálido predomina una gran biodiversidad en términos de vegetación. En este bosque crece una gran variedad de especies de palmas. Entre otras sobresalen las palmas taparín (Attalea alleni), barrigona o pambil (Iriartea deltoidea), zancona (Socratea sp.), gualte (Wettinia quinaria) y cumbi (Catostigma radiatum). Entre los otros árboles se destacan varias especies de cargadera (Guatteria elegantisima), el guabo dormilón (Parkia velutina) y el cacao silvestre (Theobroma capilliferum).
Entre las alturas de 1 200 y 2 000 m.s.n.m. crece el bosque húmedo de piso templado, montano bajo o andino. En el bosque de piso templado existen menos árboles con raíces fúlcreas y disminuye la cantidad de epifitas, bejucos, lianas y palmas, especialmente las palmas de gran porte. En este bosque predomina el roble (Quercus humboldtii), la media cara (Billia columbiana), el encenillo (Weinmannia sp.), el azuceno (Ladenbergia magnifolia), el riñón (Brunellia occidentalis), el candelo (Hieronyma duquei), el cedro (Cedrela spp.), el yarumo blanco (Cecropia telealba) y el alma negra (Dugandiodendron mahechae), especie endémica.
En las partes altas del parque el carácter de la vegetación es considerado por factores como la elevación, el grado de pendiente del terreno y la exposición a la luz y el viento. Entre los 2 000 y 3 500 m.s.n.m. se sitúa el bosque húmedo de piso térmico frío o bosque húmedo montano alto o altoandino. En este bosque crece otra vez una abundancia de epifitas y se destacan los encenillos (Weinmannia spp.), los tunos (Escallonia sp.) y los chusques (Chusquea sp.). El páramo empieza approximadamente a los 3 500 m.s.n.m. y el páramo en los Farallones se caracteriza por que no crecen los frailejones, los cuales son abundantes en los otros páramos de los Andes colombianos. En los páramos del parque crece la violeta silvestre (Viola cuatrecasasii), especie endémica, que ostenta corolas color rosa.
La fauna de los Farallones es también muy diversa y abundante. Entre las especies de aves, se ha calculado que en el parque existen más de 600 (UAE 228), incluyendo varios endemismos como la trápuda (Bangsia rothschildi), un ave de plumaje oscuro y lustroso, con una mancha amarilla en el pecho. Allí también está el barranquero (Momotus momota aequatorialis), el águila solitaria (Harpyhaliaetus solitarius), el vencejo cuelliblanco (Streptoprocne zonaris) y la paloma (Geotrygon saphirina).
El Saltator alinegro (Saltator atripennis), es una especie priorizada para la gestión del parque a causa de las numerosas presiones que sufre el bosque subhúmedo tropical en que habita. Otras aves priorizadas incluyen Rhamphocelus flammigerus, Myioborus ornatus chrysops y el gallito de roca (Rupícola peruviana sanguinolenta). Esta ave depende de los bosques riparios, y a medida que estos bosques desaparecen, también desaparece esta especie. El gallito de roca, como muchas de las especies priorizadas, presenta un caso que ilustra el vínculo entre los ecosistemas y ciertas de las especies que allí habitan.
El coatí (Nasua narica) es otra especie priorizadas para la gestión del parque. La cola de este mamífero es delgada y es tan larga como el resto de su cuerpo. Tiene una trompa alargada y muy flexible. Sus fuertes garras lo hacen un buen trepador y se puede ver tanto en el suelo como en los árboles. Se alimenta de carroña, huevos, frutos e insectos y llega a pesar 6 kg. Existen varias especies de marsupiales y se calcula que existen por lo menos cinco clases de primates. El mico maicero (Cebus capucinus), el cual mide alrededor de 45 cm más una cola de entre 35 y 50 cm de larga. Se alimenta de frutas, hojas y animales pequeños. Vive en pequeños grupos y pasa la mayor parte de su vida en los árboles. Los monos colorados (Alouatta seniculus) son los primates más grandes de Suramérica. Están cubiertos de un pelo corto de color rojizo o castaño y no tienen pelo en el área facial, la piel es de color oscuro y pesan de 7 a 10 kg. Los aullidos de estos animales se escuchan a una distancia de 500 m y vocalizan durante varios momentos del día para informar a otros grupos sobre su posición. El chongo (Alouatta palliata aequatorialis), el mico de noche (Aoutus lemurinus) y la marimonda (Ateles paniscus) son otros primates.
Se sabe de la existencia de más de 80 especies de murciélagos y varias ardillas. Otro mamífero interesante es el oso hormiguero (Myrmecophaga tridactyla), de cuerpo robusto, cabeza pequeña y nariz alargada con la boca al final. Se alimenta de hormigas y termitas, utilizando sus largas y fuertes uñas para abrir los hormigueros y sacar los insectos con su lengua viscosa. Además se puede observar el perico ligero (Choloepus hoffmanni), una especie de perezoso con dos uñas, pelaje largo y marrón. El ratón chácaro (Heteromys australis) habita en el parque, al igual que el oso de anteojos (Tremactos ornatus), que se encuentra gravemente amenazado por la reducción de su hábitat, la tala de bosques y la cacería deportiva. Tiene pelambre de color negro o marrón y obtiene su nombre por la mancha blanca que le rodea los ojos y se extiende hacia la garganta.
Los indígenas gorrones fueron los mayores pobladores de la zona durante el tiempo de la Conquista, aunque el territorio estaba poblado por varias otras tribus indígenas, como los Timba en la vertiente oriental de la cordillera Occidental. Se cree que los timba pertenecían a la familia lingüística chibcha. Asimismo, los liles habitaban al sur de la actual ciudad de Cali y los Jamundí y Pance habitaron las cuencas de los ríos del mismo nombre.
Hoy en día habitan en el parque los indígenas cholos, que habitan las partes bajas, cerca de los ríos y del lado del océano Pacífico. También se encuentran comunidades negras, que habitan los lugares aledaños a los ríos Anchicayá, Raposo, Mayorquín, Yurumanguí, Cajambre, Naya y Dagua. Varias comunidades páez se encuentran asentadas en el Alto Naya, Alto Anchicayá, Inga, Embera-Chamí, Nonam y Eperaras-Siapidaras.
Las presiones que enfrentan los ecosistemas y la flora y fauna que habitan dentro del Parque Nacional Natural Farallones de Cali son de varias naturalezas e incluyen la tala doméstica y comercial, las actividades agropecuarias, el tránsito de visitantes, la ocupación ilícita, el turismo sin control, los incendios, incremento de la actividad agrícola en la zona, la cacería comercial y legal, y la construcción de vías.
La protección de la oferta hídrica del parque está al centro de los objetivos de conservación. Además se busca preservar las muestras de flora y fauna que allí crecen. La protección de los Farallones por su belleza paisajística es otro objetivo importante. Aunque el parque presta servicio de ecoturismo y comprende lugares de alojamiento para los turistas, existen restricciones para los visitantes.
#AmorPorColombia
Parque Nacional Natural Farallones de Cali
Amanecer en el Parque Nacional Natural Farallones de Cali. Aldo Brando.
Vista general de los picos del parque. Aldo Brando.
Uno de los picos rodeado de niebla. Aldo Brando.
Cascada en el sector Topacio, una de las más de 70 quebradas que, junto con 10 ríos principales, aportan 215 m3 por segundo de agua, convirtiendo esta área protegida en un sinónimo de agua en el Valle del Cauca. Carlos E. Porras.
Texto de: Laura Sesana
Localización: Departamento del Valle del Cauca
Año creación: 1968
Extensión: 205 266 ha
Altura: 200 - 4 100 m.s.n.m.
Temperatura: 5 - 25 ºC
Ecosistemas: Páramo, bosque húmedo montano alto o altoandino, bosque húmedo montano bajo o andino y bosque húmedo premontano o subandino.
El Parque Nacional Natural Farallones de Cali está ubicado en el departamento del Valle del Cauca, registrando las máximas elevaciones de la cordillera Occidental. El área protegida comprende territorio bajo la jurisdicción de los municipios de Cali, Jamundí, Dagua y Buenaventura. La variedad de ecosistemas que permite la diferencia de climas y elevaciones que en el parque se encuentran, hacen del área protegida un santuario para un número elevado de especies en peligro de extinción y especies endémicas. El parque contribuye a la conservación de ecosistemas pertenecientes a la Provincia Biogeográfica del Chocó y la Región Norandina. Declarado Parque Nacional Natural provisionalmente en 1962, se ratificó en 1968 con un área de 150 000 hectáreas. Sin embargo, nuevas investigaciones calculan la superficie en 205 266 hectáreas dentro de los mismos linderos establecidos en la resolución.
Las elevaciones del parque oscilan entre 200 y 4 100 m.s.n.m. El parque tiene un relieve escarpado y quebrado con fuertes pendientes y altos cerros, especialmente en los lados oriental y occidental del macizo de los Farallones de Cali. Además, encierra un sector con gran riqueza hidrográfica: forma parte de las vertientes del río Cauca y el océano Pacífico, alimenta dos represas y abastece de agua a miles de habitantes de la zona. El parque contiene partes de las vertientes de los ríos Cali, Pance, Meléndez, Timba, Claro, Jamundí, Anchicayá, Mayorquín, Raposo, Cajambre, Yurumanguí y Naya, entre otros.
El promedio de temperatura y precipitación varía dependiendo de la vertiente de la cordillera y la elevación. En la vertiente occidental, las temperaturas van de los 25 ºC en las zonas bajas, hasta 5 ºC en las más altas. La precipitación en el suroccidente es de aproximadamente 6 000 mm al año, mientras que en la parte de Los Farallones el medio de las lluvias son de entre 2 000 y 2 500 mm anuales. En esta vertiente, las lluvias máximas se presentan en febrero, aunque todos los meses son lluviosos. Por su parte, la vertiente oriental registra temperaturas un poco más altas y el promedio de precipitación es de alrededor de 3 000 mm anuales. En esta vertiente las lluvias se acomodan a un patrón bimodal, es decir, con dos épocas de lluvia y dos épocas secas. Los periodos secos van de enero a marzo y luego de julio a agosto.
En el parque las plantas cuentan con suficiente agua durante todo el año. Hay cuatro biomas dominantes en el área protegida: páramo, bosque húmedo montano alto o altoandino, bosque húmedo montano bajo o andino y bosque húmedo premontano o subandino.
Entre los 200 y los 1 200 m.s.n.m. crece la selva húmeda de piso cálido o bosque húmedo premontano o subandino. Esta selva se caracteriza por árboles de gran porte que puede llegar a tener un dosel entre los 30 y 40 m. Existen helechos arborescentes y una gran cantidad de especies de lianas y bejucos leñosos. Las lianas son plantas de tallos largos que trepan los árboles y se ramifican en las partes altas de los árboles. Los bejucos también tienen largos tallos y son plantas tropicales, utilizadas en la cestería. Las raíces de muchos de los árboles en este bosque son fúlcreas, es decir, crecen fuera de la tierra. De esta manera proporcionan mejor soporte en las pendientes y facilitan la aeración y capacidad de retoñar. Esta selva también contiene una profusión de epifitas. Además, el sotobosque de esta clase de selva es muy rico y denso, cubierto de herbáceas que pueden alcanzar un gran tamaño.
En la selva húmeda de piso cálido predomina una gran biodiversidad en términos de vegetación. En este bosque crece una gran variedad de especies de palmas. Entre otras sobresalen las palmas taparín (Attalea alleni), barrigona o pambil (Iriartea deltoidea), zancona (Socratea sp.), gualte (Wettinia quinaria) y cumbi (Catostigma radiatum). Entre los otros árboles se destacan varias especies de cargadera (Guatteria elegantisima), el guabo dormilón (Parkia velutina) y el cacao silvestre (Theobroma capilliferum).
Entre las alturas de 1 200 y 2 000 m.s.n.m. crece el bosque húmedo de piso templado, montano bajo o andino. En el bosque de piso templado existen menos árboles con raíces fúlcreas y disminuye la cantidad de epifitas, bejucos, lianas y palmas, especialmente las palmas de gran porte. En este bosque predomina el roble (Quercus humboldtii), la media cara (Billia columbiana), el encenillo (Weinmannia sp.), el azuceno (Ladenbergia magnifolia), el riñón (Brunellia occidentalis), el candelo (Hieronyma duquei), el cedro (Cedrela spp.), el yarumo blanco (Cecropia telealba) y el alma negra (Dugandiodendron mahechae), especie endémica.
En las partes altas del parque el carácter de la vegetación es considerado por factores como la elevación, el grado de pendiente del terreno y la exposición a la luz y el viento. Entre los 2 000 y 3 500 m.s.n.m. se sitúa el bosque húmedo de piso térmico frío o bosque húmedo montano alto o altoandino. En este bosque crece otra vez una abundancia de epifitas y se destacan los encenillos (Weinmannia spp.), los tunos (Escallonia sp.) y los chusques (Chusquea sp.). El páramo empieza approximadamente a los 3 500 m.s.n.m. y el páramo en los Farallones se caracteriza por que no crecen los frailejones, los cuales son abundantes en los otros páramos de los Andes colombianos. En los páramos del parque crece la violeta silvestre (Viola cuatrecasasii), especie endémica, que ostenta corolas color rosa.
La fauna de los Farallones es también muy diversa y abundante. Entre las especies de aves, se ha calculado que en el parque existen más de 600 (UAE 228), incluyendo varios endemismos como la trápuda (Bangsia rothschildi), un ave de plumaje oscuro y lustroso, con una mancha amarilla en el pecho. Allí también está el barranquero (Momotus momota aequatorialis), el águila solitaria (Harpyhaliaetus solitarius), el vencejo cuelliblanco (Streptoprocne zonaris) y la paloma (Geotrygon saphirina).
El Saltator alinegro (Saltator atripennis), es una especie priorizada para la gestión del parque a causa de las numerosas presiones que sufre el bosque subhúmedo tropical en que habita. Otras aves priorizadas incluyen Rhamphocelus flammigerus, Myioborus ornatus chrysops y el gallito de roca (Rupícola peruviana sanguinolenta). Esta ave depende de los bosques riparios, y a medida que estos bosques desaparecen, también desaparece esta especie. El gallito de roca, como muchas de las especies priorizadas, presenta un caso que ilustra el vínculo entre los ecosistemas y ciertas de las especies que allí habitan.
El coatí (Nasua narica) es otra especie priorizadas para la gestión del parque. La cola de este mamífero es delgada y es tan larga como el resto de su cuerpo. Tiene una trompa alargada y muy flexible. Sus fuertes garras lo hacen un buen trepador y se puede ver tanto en el suelo como en los árboles. Se alimenta de carroña, huevos, frutos e insectos y llega a pesar 6 kg. Existen varias especies de marsupiales y se calcula que existen por lo menos cinco clases de primates. El mico maicero (Cebus capucinus), el cual mide alrededor de 45 cm más una cola de entre 35 y 50 cm de larga. Se alimenta de frutas, hojas y animales pequeños. Vive en pequeños grupos y pasa la mayor parte de su vida en los árboles. Los monos colorados (Alouatta seniculus) son los primates más grandes de Suramérica. Están cubiertos de un pelo corto de color rojizo o castaño y no tienen pelo en el área facial, la piel es de color oscuro y pesan de 7 a 10 kg. Los aullidos de estos animales se escuchan a una distancia de 500 m y vocalizan durante varios momentos del día para informar a otros grupos sobre su posición. El chongo (Alouatta palliata aequatorialis), el mico de noche (Aoutus lemurinus) y la marimonda (Ateles paniscus) son otros primates.
Se sabe de la existencia de más de 80 especies de murciélagos y varias ardillas. Otro mamífero interesante es el oso hormiguero (Myrmecophaga tridactyla), de cuerpo robusto, cabeza pequeña y nariz alargada con la boca al final. Se alimenta de hormigas y termitas, utilizando sus largas y fuertes uñas para abrir los hormigueros y sacar los insectos con su lengua viscosa. Además se puede observar el perico ligero (Choloepus hoffmanni), una especie de perezoso con dos uñas, pelaje largo y marrón. El ratón chácaro (Heteromys australis) habita en el parque, al igual que el oso de anteojos (Tremactos ornatus), que se encuentra gravemente amenazado por la reducción de su hábitat, la tala de bosques y la cacería deportiva. Tiene pelambre de color negro o marrón y obtiene su nombre por la mancha blanca que le rodea los ojos y se extiende hacia la garganta.
Los indígenas gorrones fueron los mayores pobladores de la zona durante el tiempo de la Conquista, aunque el territorio estaba poblado por varias otras tribus indígenas, como los Timba en la vertiente oriental de la cordillera Occidental. Se cree que los timba pertenecían a la familia lingüística chibcha. Asimismo, los liles habitaban al sur de la actual ciudad de Cali y los Jamundí y Pance habitaron las cuencas de los ríos del mismo nombre.
Hoy en día habitan en el parque los indígenas cholos, que habitan las partes bajas, cerca de los ríos y del lado del océano Pacífico. También se encuentran comunidades negras, que habitan los lugares aledaños a los ríos Anchicayá, Raposo, Mayorquín, Yurumanguí, Cajambre, Naya y Dagua. Varias comunidades páez se encuentran asentadas en el Alto Naya, Alto Anchicayá, Inga, Embera-Chamí, Nonam y Eperaras-Siapidaras.
Las presiones que enfrentan los ecosistemas y la flora y fauna que habitan dentro del Parque Nacional Natural Farallones de Cali son de varias naturalezas e incluyen la tala doméstica y comercial, las actividades agropecuarias, el tránsito de visitantes, la ocupación ilícita, el turismo sin control, los incendios, incremento de la actividad agrícola en la zona, la cacería comercial y legal, y la construcción de vías.
La protección de la oferta hídrica del parque está al centro de los objetivos de conservación. Además se busca preservar las muestras de flora y fauna que allí crecen. La protección de los Farallones por su belleza paisajística es otro objetivo importante. Aunque el parque presta servicio de ecoturismo y comprende lugares de alojamiento para los turistas, existen restricciones para los visitantes.