Paraninfo de la Universidad de Antioquia / Edificio San Ignacio

Texto de: Carolina Jaramillo Seligmann

El aula máxima de la Universidad de Antioquia forma parte del edificio San Ignacio, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo xviii, cuando el cabildo de Medellín adquirió los terrenos e inició la recolección de fondos para la construcción de un conjunto arquitectónico que estaría compuesto por una iglesia, un convento y un colegio.

El 2 de agosto 1803, fray Rafael de la Serna, primer rector del alma máter, dio inicio a la construcción de los edificios.

Se considera que la Universidad como tal nació con el decreto orgánico firmado el 9 de octubre de 1822 por el general Francisco de Paula Santander y que en su artículo primero dice textualmente: “Se establece un Colegio en la Villa de Medellín, de la Provincia de Antioquia, que se denominará Colegio de Antioquia, a cuyo fin se destina el edificio del Convento Suprimido de san Francisco con todas sus anexidades”.

A lo largo del siglo xix, la institución fue consolidándose, y en 1886 recibió el nombre de Universidad de Antioquia. En el edificio San Ignacio funcionaron las facultades de medicina, filosofía y letras y jurisprudencia, además de la Escuela de Artes y Oficios y la facultad de minas. A partir de 1908, durante las rectorías de Tulio Ospina y Miguel María Calle, se remodelaron y ampliaron las instalaciones.

El edificio San Ignacio está compuesto por dos claustros conformados por cinco naves, con una atura de 15 metros y un área de 7 600 metros cuadrados. Su fachada principal, que cuenta con muchos elementos neoclásicos, está enmarcada por un pórtico que la divide en dos cuerpos, conformado cada uno, por un ritmo de seis vanos. La torre en madera resalta el acceso principal. Sobresale la decoración de sus puertas, ventanas, capiteles, cornisas, arcos y balaustradas. En el interior se funden la yesería, y el trabajo en madera y latón troquelado que caracterizan el paraninfo.

La construcción del aula máxima se encomendó al arquitecto Horacio Rodríguez, de la firma H. M. Rodríguez e Hijos, a la que se debe, entre otros, el Palacio Municipal, hoy Museo de Antioquia. Se escogió a Rodríguez por su habilidad para la remodelación de edificios antiguos, cosa que probó al levantar un salón de “estilo moderno”, con hermosas proporciones, en el colegio colonial.

En su ornamentación se aprecia la madera pulida y labrada, que le da un aspecto académico y solemne, así como la talla de los marcos de puertas y ventanas que recrean diversos elementos como hojas de laurel y piñas, entre otros.

Entre 1987 y 1997 el edifico San Ignacio y el paraninfo fueron sometidos a una restauración que respetó la intervención hecha en el período republicano por el maestro Horacio Rodríguez.

Hoy día, funcionan en él las siguientes oficinas: el fondo acumulativo universitario, los programas de gestión tecnológica, de emprendimiento empresarial, la librería interuniversitaria, la sección de historia del Museo Universitario, la emisora cultural y siete salas de exposiciones.

Declarado Monumento Nacional el 12 de marzo de 1982, el valor del paraninfo trasciende lo artístico, lo histórico o lo constructivo. En sus instalaciones, con capacidad para más de 350 personas, han tenido lugar acontecimientos vitales para la memoria colectiva, formando parte esencial de la identidad antioqueña. En su programación cultural habitual ofrece los programas “Martes de paraninfo”, “Cine del paraninfo”, “Tarde de cine” y “El paraninfo de concierto”, entre otros.

El paraninfo de la Universidad de Antioquia es, sin duda, un auténtico epicentro del desarrollo cultural y educativo del departamento y del país.