Palacio de Bellas Artes

Texto de: Carolina Jaramillo Seligmann

Un mismo lugar en Medellín ha logrado reunir, con el paso de los años, a reconocidos artistas plásticos como Fernando Botero, Pedro Nel Gómez, Ricardo Rendón, Débora Arango o Rodrigo Arenas Betancourt, y a destacados músicos y cantantes de la talla de Gonzalo Vidal, Luis Carlos García, Blanca Uribe, Blas Emilio Atehortúa, Harold Martina, Teresita Gómez, Sergio y Alejandro Posada y Alba del Castillo, entre otros.

Se trata del Instituto de Bellas Artes, fundado en 1910 como “Escuela de música, pintura y escultura” por la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín, gracias a la iniciativa de Francisco Antonio Cano, uno de los artistas más reconocidos de la pintura y la escultura colombianas. Las primeras clases que se dictaron en estas aulas fueron impartidas, de manera exclusiva en su áreas, por el maestro Cano y el notable músico español Jesús Arriola.

En 1926 se comenzó a construir el Palacio de Bellas Artes —sede actual del Instituto de Bellas Artes y de la Sociedad de Mejoras Públicas—, catalogado como Monumento Nacional y Patrimonio Artístico y Cultural de la ciudad. El arquitecto encargado de su diseño y construcción fue Nel Rodríguez. La edificación, inacabada, se puso en funcionamiento en 1928. Pero sólo en 1936, cuando se culminaron las obras, se pudo apreciar una de las construcciones de estilo art deco más representativas que existen hoy.

En su interior está la sala de conciertos más antigua de la ciudad, la Sala Beethoven, en donde está el busto del maestro Oreste Sindici, autor de la música del Himno Nacional de Colombia, además de albergar ocho paisajes en óleo de Eladio Vélez. Con capacidad para 300 espectadores, en su escenario se ofrecen conciertos de música clásica, contemporánea y colombiana, así como foros, eventos y conferencias. Complementa su actividad cultural la Sala de Exposiciones Eladio Vélez —escenario destinado a mostrar durante todo el año las obras de los estudiantes, profesores y exalumnos del Instituto.

En su misión de educar a los jóvenes y formar profesionales en el campo de la cultura, las artes y las humanidades, la Sociedad de Mejoras Públicas creó en 2003 la Fundación Universitaria Bellas Artes. Antes de esto, había sido la gestora de importantes proyectos como el Parque de la Independencia, hoy Jardín Botánico; el Teatro Pablo Tobón Uribe; la Biblioteca Pública Piloto; el Zoológico Santa Fe y la Clínica Luz Castro de Gutiérrez, entre otros. Una vez constituida la Universidad, con el aval del Ministerio de Educación en 2006, las carreras adquirieron el respectivo reconocimiento. Música en enero de 2007 y Artes Plásticas y Diseño Visual en mayo del mismo año. La Fundación Universitaria cuenta además con la sede ubicada en Ayacucho con Cervantes.

De ahí que el Palacio de Bellas Artes se proyecte como una institución fortalecida, en constante actividad y con un dinamismo sin par en la escena cultural de la ciudad. Eventos como los Martes de Bellas Artes —espacio para solistas y grupos musicales de diversos géneros— y los viernes de Cine Arte, son los imperdibles en medio de la habitual programación. Otro evento que organiza es el popular Concurso Nacional de Pintura Infantil.

Uno de los tesoros más valiosos que guarda este establecimiento es su nutrida biblioteca especializada en artes. La Biblioteca Gonzalo Vidal —en homenaje al compositor del himno antioqueño— abrió sus puertas por primera vez en 1942. Sin embargo, el descuido y la desorganización obligaron a su cierre y todo su contenido tuvo que ser archivado. Su recuperación y organización se inició en 1991. La biblioteca se ubica en su sede de Ayacucho con Cervantes.