Museo de Antioquia

Texto de: Carolina Jaramillo Seligmann

El antiguo Palacio Municipal de Medellín —hoy Museo de Antioquia— hace parte de las 10 construcciones más importantes del país en el siglo xx, según el arquitecto e historiador Alberto Saldarriaga. Ubicado entre las carreras Carabobo y Cundinamarca, y la calle Calibío y la avenida de Greiff, es precursor e hito de la arquitectura racionalista colombiana y antioqueña, así como ejemplo de calidad constructiva y funcionalidad interna y urbanística.

El edificio fue diseñado y construido por H. M. Rodríguez e Hijos, firma ganadora del concurso que para su sede convocó la alcaldía en 1927. La crisis económica de los años treinta demoró el inicio de la obra, que sólo se inauguró en 1937.

Según Luis Fernando Molina “…el edificio de la alcaldía representa una arquitectura de transición del eclecticismo y el modernismo hacia el racionalismo; posee una geometría elemental, sin acercarse todavía al purismo formal de los racionalistas… en relación con los materiales, especialmente ladrillo, Rodríguez lo explora aplicado a nuevas formas y lo somete a combinaciones con el concreto reforzado, el hierro y el vidrio, propios de las arquitecturas de vanguardia, en especial del art deco”.

La edificación no sólo adquirió fama por sus virtudes arquitectónicas sino también por los once imponentes murales tempranos de Pedro Nel Gómez que, concluidos en 1938, cubren 300 metros cuadrados y describen con gran fuerza escenas de la vida y el trabajo humanos.

El Museo de Antioquia, llamado antiguamente Museo de Zea —en homenaje al prócer Francisco Antonio Zea— estaba situado en un lugar distinto a su sede actual. Fue el primero del departamento, el segundo de Colombia y uno de los primeros de Suramérica en contar con una sala de arte. En 1881, Manuel Uribe Ángel, Antonio José “Ñito” Restrepo y el Coronel Martín Gómez se dieron a la tarea de crear este museo e integrarlo a la Biblioteca del Estado Soberano de Antioquia, a fin de convertirlo en entidad representativa de los intereses educativos y culturales de la comunidad. Sus primeras colecciones se conformaron con objetos de valor histórico, artístico y bibliográfico, pertenecientes a los fundadores. Entre los objetos que allí reposaban había piezas de arte precolombino, rocas, minerales, colecciones numismáticas, algunos retratos de próceres y otros elementos curiosos.

Desde mediados de los años setenta, el museo ha sido beneficiario de muchas donaciones del artista Fernando Botero quien, tras una exposición en la Biblioteca Piloto de Medellín, decidió regalar una obra suya, iniciando la colección del Museo, llamada La Donación Botero, que hoy consta de 108 cuadros y 16 esculturas suyas, y 21 obras de otros artistas internacionales, como Sam Francis, Frank Stella, Robert Rauschenberg, Julian Schnabel, Alex Katz, Antoni Tápies, Roberto Matta, Manolo Valdés y Miquel Barceló.

En 1997 Fernando Botero, la Gobernación de Antioquia, la Alcaldía de Medellín y las directivas del Museo llegaron a la conclusión de que la nueva sede del Museo debía ser el antiguo Palacio Municipal. Para ello se adquirieron 7 000 metros cuadrados en sus alrededores, los cuales conforman en su mayoría la Plazoleta Fernando Botero, donde permanentemente se exhiben 14 esculturas monumentales del artista. La antigua casa del museo aún se usa como sede anexa.

Inaugurado en 2000, este nuevo Museo de Antioquia, es la entidad cultural privada más importante del departamento. Encargado de conservar y exhibir el patrimonio artístico antioqueño, en sus más de treinta salas expone obras de artistas de Antioquia, así como de importantes artistas nacionales y extranjeros, artes decorativas y piezas históricas.