Biblioteca EPM

Texto de: Carolina Jaramillo Seligmann

En la continua renovación urbana, social y arquitectónica iniciada con el cambio de siglo en el Valle de Aburrá, las Empresas Públicas de Medellín han tenido un papel protagónico. La Biblioteca Pública EPM se yergue, con su aire de navío de piedra, en lo que fuera uno de los sectores más deprimidos de la ciudad. El conjunto urbano incluye, además, la plaza de Cisneros y los edificios vecinos Vásquez y Carré.

El barrio Guayaquil, que nació contiguo a la plaza de mercado construida por encargo de la rica familia Amador en 1894, recibió su nombre en solidaridad con la ciudad ecuatoriana que había sufrido una epidemia de fiebre amarilla.

Sin embargo, por más de 40 años fue un centro de delincuencia y deterioro. A mediados del siglo xx, según Ana María Jaramillo, la zona tenía “un ambiente de tertulia y de jolgorio propio de cafés, bares y prostíbulos… frecuentados por ?bohemios malevos, hampones y personas recién llegadas a la ciudad”.

Con el fin de recuperar esta zona, se planteo el diseño de la biblioteca, que obedece a una estrategia integradora: las oquedades en sus costados norte y sur funcionan como calles cubiertas, que vinculan al edificio con la zona circundante, permitiendo el acceso de público por todos los costados e impidiendo que el volumen se convierta en barrera.

Un año después de construida, la mejora del sector ya era evidente. El desplazamiento inclinado de las fachadas hacia el exterior no fue un capricho formal. Como describe la revista Proyecto Diseño, “el proyecto aportó al ámbito público un deambulatorio vestibular de unos 1 600 metros cuadrados que permiten proteger a los peatones del sol y de la lluvia, a la vez que proporciona un recinto ideal para el intercambio, la convivencia y la socialización del conocimiento. La función de la biblioteca se extiende al exterior permitiendo la lectura y el estudio bajo el confort de este umbral sombrío”.Los grandes ventanales de la fachada inclinada son como “vitrinas” que convidan al sombreado y a la vez luminoso recinto. El edificio se complementa con una gran terraza, locales comerciales, galería de arte y cinemateca.La biblioteca nació con el propósito de proporcionar ante todo información sobre ciencia, tecnología, industria y medio ambiente, buscando apoyar la educación, la autoformación, la investigación y las iniciativas empresariales. Inicialmente, la Colección General se fue constituyendo teniendo como fuente principal las publicaciones seriadas —revistas.

Con el paso del tiempo y la llegada de nuevas tecnologías, la colección comenzó a especializarse en temas relacionados con las ingenierias —civil, eléctrica, hidráulica, electrónica y de sistemas—, y se expandió hacia otros saberes tales como el derecho, la administración y la economía.

Abrió sus puertas el 11 de julio de 2005. En su construcción intervinieron Felipe Uribe de Bedout como arquitecto director, Gerardo Olave Triana como arquitecto coordinador, y José Álvaro Criollo López como arquitecto encargado.

En sus cuatro pisos, además de 1 230 puestos de lectura, ofrece servicios de referencia general, especializada y virtual, conexión a Internet con 500 puntos de red, equipos de video y sonido, catálogo público de acceso en línea, bases de datos en línea y CD Rom, asesorías en temas especializados, bibliografías y envío de documentos.

La Biblioteca EPM es uno de los pilares de la Red de Bibliotecas Medellín Área Metropolitana, que ganó en diciembre de 2007 el premio del Global Knowledge Partnership —GKP— en la categoría Cultura, que fue otorgado en Kuala Lumpur, Malasia.