Residencia Seaman Long Island, Nueva York

Vista de la sala desde el comedor. Aunque dubitativos al comienzo, los clientes aprobaron la decisión de Montoya de poner en el piso el tapete diseñado por Picasso, que anteriormente colgaba de una pared de la sala.  

Montoya solucionó el problema de una pequeña ventana con vista poco atractiva cubriéndola con este biombo plegable en papel, que le añade textura y cierto misterio al comedor. El diámetro de la mesa de comedor, diseñada por Montoya, es variable y puede ser ajustado según el número de invitados. 

En medio de una atmósfera cómoda y relajada, este cuarto de estar exhibe la colección de arte del siglo XX del dueño. 

Texto de: Margaret Cottom Winslow

Poco después de comprar esta casa en Hewlett Harbor, Long Island, los clientes solicitaron a Juan Montoya renovar su interior. Habían visto un ejemplo del trabajo de Montoya en el pueblo vecino de Lawrence (Residencia Boyarsky [p.48]), y querían que realizara la misma magia en su nuevo hogar.

“Quedé consternado cuando vi la casa. Era oscura e insulsa y la distribución de los cuartos era un desastre”, dice Montoya. Ahora que los hijos de la pareja iban a la universidad, estaban dispuestos a que Montoya alterara la estructura y la abriera para ajustarla a sus necesidades.

Montoya hizo una nueva distribución de los cuartos y de la circulación, aportándole una sensación de procesión y de anticipación ausente en la estructura original. Como la casa no tenía un vestíbulo definido, Montoya eliminó una pared sobrante, permitiendo que los visitantes fueran acogidos por la nueva y elegante escalera que lleva a los dormitorios de la segunda planta. Los pisos fueron pintados en verde claro con un diseño geométrico dentado. Usándolos como elemento unificador de todas las áreas sociales, los pisos sugieren un movimiento dinámico y fluido, a tiempo que su color hace referencia a la vegetación que rodea la casa.

Montoya usó mamparas de estilo japonés en vidrio opaco para disimular ventanas pequeñas con vistas poco interesantes o para servir de divisiones flexibles y separar ocasionalmente áreas contiguas. A la biblioteca, separada de la sala por una pared tapizada en piel de tiburón, se le abrió una segunda entrada, creando un flujo de circulación dinámico.

Molesto con el tamaño reducido del comedor, Montoya diseñó un invernadero adyacente para un incluir un comedor adicional menos formal. Dos unidades para depósito, en forma de columna, separan la sala del comedor. Montoya agrupó una serie de platos diseñados por Picasso que los clientes tenían distribuidos por toda la casa y los exhibió de manera destacada en el comedor.

El dormitorio principal, amoblado con piezas en laca diseñadas por encargo y un biombo Coromandel, tiene un ambiente decididamente oriental. El cielo raso en trompe l´oeil amplía el cuarto casi exento de ventanas. En el cuarto de baño principal, que da a la calle, utilizó mármol rosa aurora pulido. Montoya diseñó los paneles art deco en vidrio grabado, que dan intimidad al tiempo que permiten que la luz natural se filtre a través de ellos.

Montoya sabe que a veces un gesto es suficiente para darle vida a un cuarto. En este proyecto, sin embargo, hubo que cambiar toda la casa. “Disfruto ambos tipos de proyectos”, dice Montoya. "Es un placer trabajar en espacios que poseen cualidades nobles inherentes que sólo requieren una intervención respetuosa y discreta, pero una renovación completa es siempre desafiante y excitante”.