- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
- Ricardo Gómez Campuzano (1987)
- El encanto de Bogotá (1987)
- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
- Casa de Campo en Colombia (2007)
- Luis Restrepo. construcciones (2007)
- Juan Cárdenas (2007)
- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
De 1945 a 1962
Junta Revolucionaria de Gobierno (1944): Mayor Jacobo Arbenz, ciudadano Jorge Toriello, Capitán Javier Arana, quienes derrocaron la larga dictadura de Jorge Ubico e iniciaron el proceso democrático.
Almácigos en tubos de bambú, finca Oná, 1950. Fotografía de George Holton.
Junta Asesora de la Oficina Central del Café (1945), Roberto Pivaral (centro izq. sosteniendo un papel).
Recepción y cena brindada por la National Coffee Association a los miembros y delegados de la Conferencia Panamericana de Café Extraordinaria, en el Hotel Plaza, Nueva York, 11 de mayo de 1948. 1. Sexto izquierda arriba: Carlos Mirón. 2. Centro delante de la mesa larga: Pedro Cofiño.
Patio de secado y lavado de finca Oná, de los Hermanos Hawley, en El Quetzal, San Marcos. Fotografía de George Holton, 1950.
Patio de secado y pila de correteo en la finca Oná, en San Marcos, 1950. Fotografía de George Holton.
Entrega y pesa de café, finca Oná. Fotografía de George Holton, 1950.
Texto de: Regina Wagner
Pasada la Segunda Guerra Mundial, los precios del café acusaron un alza constante hasta llegar a niveles de estímulo para el desarrollo económico. Sin embargo, después de más de un decenio de bonanza, la superproducción motivó una baja en los precios, a partir de 1958, con características alarmantes, en vista de que la crisis se mantuvo cerca de 12 años, hasta 1969. La causa fue la entrada de cafés africanos al mercado mundial y el uso del café soluble, que rinde un mayor número de tazas por libra de grano.
En Guatemala, la caída de la dictadura de Jorge Ubico y la gesta revolucionaria del 20 de octubre de 1944, que depuso al General Federico Ponce Vaides, dieron fin a tres cuartos de siglo de Liberalismo en el poder. En su lugar se instauró una Junta Revolucionaria, que convocó a una nueva Constituyente y a elecciones populares, cuyos gobiernos electos, del Dr. Juan José Arévalo (1945-1951) y del Coronel Jacobo Árbenz (1951-1954), fortalecieron las libertades individuales y políticas y los derechos económicos y sociales de la población.
Ambos gobiernos introdujeron cambios sustanciales en Guatemala en lo político-institucional, económico, social, laboral y cultural. Árbenz, por la influencia comunista en su gobierno, trató de modificar las estructuras del agro por medio de una Reforma Agraria, que fue el detonante para su caída. Muchas de estas medidas fueron revertidas o modificadas bajo los gobiernos de la Liberación, del Coronel Carlos Castillo Armas (1954-1957) y del General e Ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes (1958-1963).
Importante para Guatemala fue la creación de la Asociación Nacional del Café, en 1960, en vista de que la producción de café constituye la actividad económica más importante del país y requería de una institución que representara dignamente los intereses de los caficultores, en su totalidad.
En 1962 se llevó a cabo el Primer Convenio Internacional del Café en las Naciones Unidas, que dio origen a la Organización Internacional del Café, con sede en Londres.
La situación agraria y cafetalera de 1945 a 1954
Bajo la Junta Revolucionaria de Gobierno de 1944 y los primeros dos gobiernos de la Revolución, se establecieron en lo económico y financiero los Ministerios de Economía y de Trabajo y Previsión Social, una Ley Monetaria, una Ley de Banca Central, una Ley de Bancos; se creó el Banco de Guatemala, la Superintendencia de Bancos y una Junta Monetaria independiente; se promulgó la Ley de Titulación Supletoria, que ampara la posesión de la tierra de quienes la hubieran trabajado por más de 10 años consecutivos, sin respaldo de título de propiedad.
En lo económico-social, el gobierno creó el Instituto de Fomento de la Producción (INFOP), que también otorgó créditos a la agricultura, y se crearon el Instituto Cooperativo y el Departamento de Fomento Cooperativo como dependencia del Crédito Hipotecario Nacional, o sea un banco que trató de impulsar el cooperativismo agrícola mediante el apoyo financiero, y una Ley Fundamental de Cooperativas. Sin embargo, el Departamento de Fomento Cooperativo tuvo poca relevancia y fue clausurado por el gobierno de Árbenz en 1953.
A partir de 1945 se suprimió el servicio personal de vialidad, que obligaba a los trabajadores del campo a prestar servicio gratuito en la construcción de carreteras en detrimento de la agricultura. Para el efecto se promulgó una Ley de Contratación de Trabajadores Agrícolas, que regulaba en forma individual o colectiva la contratación entre patronos y trabajadores. Se estableció un Reglamento de Control de Jornales, que unificaba todas las disposiciones sobre la forma de controlar la vagancia, considerando vagos a todos los jornaleros que no portaban su constancia registrada (libreta), pues era una obligación laborar 100 jornales para los que tuvieran cultivos y 150 para los que no los poseían.
En mayo de 1945 fue derogada la Ley contra la Vagancia de Ubico de 1934, así como el Reglamento de Control de Jornales emitido por la Junta Revolucionaria. Sin embargo, se mantuvo la pena de prisión para los que no tenían oficio, profesión u ocupación honesta, o sea que se continuaba penando a las personas por el delito de vagancia o embriaguez habitual con 30 días de prisión. En otras palabras, aunque estaba terminantemente prohibido “exigir prestación gratuita de servicios personales”, las leyes no modificaban en casi nada el fondo de la situación anterior, puesto que continuaron existiendo los adelantos de dinero a los trabajadores de la tierra fría para que levantaran las cosechas en las fincas de la costa y bocacosta sur, y la libreta de jornales. En 1947 se aprobó el Código de Trabajo, que rigió a partir de entonces las relaciones laborales entre patronos y trabajadores.
El gobierno autorizó la creación de estaciones experimentales agronómicas en las fincas nacionales “Chocolá”, “Monterrey” y “Palo Gordo”, que quedaron adscritas a la Dirección General de Agricultura. La idea era mejorar técnica y científicamente los cultivos a fin de obtener mayores rendimientos y calidad superior en los productos, así como introducir nuevas plantas susceptibles de explotación en el país. Para el efecto se firmó un Convenio de cooperación con Estados Unidos.
Asimismo, se creó un Departamento de Extensión Agrícola, con el fin de orientar y entrenar al personal en los diferentes departamentos. Se organizaron brigadas de campo para el fomento de los agricultores y de los cultivos especiales y la mecanización agrícola. Entre otras, había una sección de café. También se reorganizó la Escuela de Agricultura en Bárcenas y, en 1950, se creó la Facultad de Agronomía en la Universidad de San Carlos.
El Convenio Interamericano del Café de 1940, con vigencia hasta el año 1943, fue prorrogado consecutivamente hasta 1945-46. Sumamente favorable fue el aumento de cuotas por Estados Unidos para el ejercicio de 1944-45, al inicio en un 115% de las cuotas básicas –que significó para Guatemala 615,250 sacos de 60 kilos, equivalentes a 802,500 quintales españoles de café; luego, en un 25% sobre el aumento anterior, o sea que llegó a 754,206 sacos de 60 kilos o 983,747 quintales españoles. Se exportaron 156,000 quintales de café en oro del Departamento de Fincas Rústicas Nacionales e Intervenidas fuera de cuota, o sea en total un aumento de 100% y, finalmente, se estableció un incremento de un 300% de las cuotas básicas, equivalente a 1.023,594 sacos de 60 kilos ó 1.335,123 quintales españoles.
La Oficina Central del Café mantuvo el control de la producción, de las ventas, exportaciones y remates del grano, y destinó, por lo general, el 80% de las cosechas de calidad apropiada a Estados Unidos y el 20% restante a países como Canadá, Bélgica, Holanda, Italia, Suecia, Suiza y otros. Gradualmente se reconquistaron los mercados perdidos durante la guerra, como el de Alemania, que nuevamente comenzó a comprar café de Guatemala en 1949, primero en pequeñas cantidades, que aumentaron en la década de los cincuentas.
En 1945, durante la Cuarta Conferencia Panamericana del Café, surgió la idea de crear una Convención Cafetera Centroamericana-Mexicana, que se instituyó formalmente como Federación (FEDECAME) en 1946, en una conferencia técnica en San José, Costa Rica, y sesionó cada año en diferente país. Su finalidad era estudiar, orientar y, en caso dado, resolver los problemas que confrontaba la industria cafetera en los países federados y de colaborar con la Oficina Panamericana del Café, la Junta Interamericana del Café, y otras entidades afines.
También en el año de 1945 la Junta Revolucionaria reconoció el “completo estado de abandono” en que se encontraban las fincas nacionales. Un gran porcentaje de la producción de café de la República provenía del Departamento de Fincas Rústicas Nacionales e Intervenidas, hecho que hacía catalogarlo como la entidad comercial más grande del país. Para proteger dicha riqueza nacional se tomaron medidas con el fin de reparar los daños y mantenerlas en condiciones satisfactorias para obtener la máxima producción. Se prestó especial atención a la adquisición de maquinaria y repuestos para casi todos los beneficios del Departamento de Fincas Rústicas Nacionales e Intervenidas, principalmente para los ingenios de “Concepción” y “Palo Gordo”.
Las fincas nacionales se rigieron por una ley orgánica, se levantaron cuadros estadísticos exactos y un inventario, que arrojó Q. 20.731,889 en activos; se fijó un presupuesto para las mismas, y se liquidaron los Asuntos de Guerra. Tales fincas fueron expropiadas definitivamente a sus legítimos dueños, y la venta de sus frutos o productos eran parte del Estado por concepto de indemnización por motivo de guerra.
El café de las fincas nacionales se vendió en pública subasta por medio de la Oficina Central del Café, y fue un verdadero éxito por los precios nunca antes registrados en la historia cafetera de Guatemala, dadas sus calidades. La cosecha de 1946-47 se vendió al precio promedio de 30.70 quetzales o dólares por quintal oro, puesto en Puerto Barrios, en 1947-48 a Q. 32.76 y en 1950-51 a Q. 48.56 el quintal. Para que el Departamento de Fincas Rústicas Nacionales e Intervenidas desarrollara sus actividades con más sentido comercial, se le otorgó mayor autonomía en 1948.
Otra de las atribuciones de la Oficina era celebrar, cada año, el Concurso Nacional de Café por altura y zonas, que se organizaba para estimular a los caficultores a que con su esmero y dedicación mejoraban el producto en su calidad y beneficio. La Oficina tenía, además, una sala de servicios de degustación y otra en el aeropuerto “La Aurora”, en donde se atendía y servía a los turistas tazas de café y se les obsequiaba pequeñas muestras de café. Esto fomentó mayores solicitudes de café molido en el exterior, lo que hizo necesario comprar nuevos aparatos en 1947.
En la Conferencia Extraordinaria Panamericana del Café en Nueva York, de 1948, se resolvió crear una comisión especial de café dentro del Consejo Económico y Social Interamericano, que fue prácticamente una continuación de la Junta Interamericana del Café. Delegados por parte de Guatemala fueron Pedro Cofiño y Carlos Mirón de la Oficina Central del Café.
En 1949 Guatemala sufrió grandes problemas por los estragos causados por los temporales que azotaron en los meses de septiembre y octubre. Se tomaron medidas de acuerdo con las circunstancias y más adelante se resolvieron ampliamente con la creación del Instituto Autónomo de Defensa del Café. Durante el inicio de la temporada de cosecha padeció la caficultura, pero en lo que respecta a los precios, estos continuaron alcanzando alturas nunca antes vistas en la historia del café. Ese año había 1,499 fincas cafetaleras registradas en la Oficina Central del Café.
La Oficina Panamericana del Café fue fundada en febrero de 1936. Aglutinaba a 15 países productores de café de América Latina. Además de su función política cafetera, tenía un departamento de estadística, uno de información y un laboratorio, en el que se estudiaban los mejores métodos para la preparación de la bebida, se impartían conferencias y se otorgaban premios por la buena preparación del café, tales como el “premio de la taza de oro”, que llegó a ser el trofeo más apetecido entre los restaurantes y hoteles estadounidenses. Logró revertir, entre los fabricantes de cafeteras industriales y domésticas, la tendencia al uso de la percoladora, que arruinaba el café, sustituyéndola por la cafetera de filtro, que puede preparar una bebida perfecta. El guatemalteco Óscar Díaz Echeverría, funcionario de ANACAFÉ de 1967 a 1969, figuró en su dirección ejecutiva como adjunto, desde 1969 hasta 1975.
Para promover el consumo de café en Estados Unidos, la Oficina Panamericana del Café lanzó en 1952 una campaña publicitaria a través de la radio, los periódicos y las revistas, inventando la famosa frase del “coffee break” o pausa del café, que se institucionalizó mediante la máquina automática de vender café. La práctica del “coffee break” permitía a los trabajadores un momento de relajación con un estímulo de cafeína, lo cual se convirtió en algo común en las oficinas, fábricas y hogares, por lo que la frase llegó a formar parte del lenguaje popular anglosajón.
En el cuadro anterior se observa el alza constante de los precios del café, alcanzando el año 1953-54 el punto más alto registrado hasta entonces. Inicialmente se debió esto al subsidio concedido por Estados Unidos en noviembre de 1945, y posteriormente al aumento de las cotizaciones en el mercado internacional.
Dicha alza en los precios del café a fines de la década de los cuarentas y principios de los cincuentas, fue de gran beneficio para la economía del país, pues creció el Producto Interno Bruto, lo que permitió un aumento de los salarios en más del 80%, entre 1945 y 1950. También en el aspecto hacendario, el Estado se vio favorecido cuando en octubre de 1950 estableció un impuesto al café, de Q.4.35 por quintal de café exportado, que recaudó un total de Q.2.700,000. En junio de 1951 se elevó dicho impuesto a Q. 8.00, y en abril de 1954 se agregó un impuesto adicional de 10 centavos sobre la exportación de cada 100 libras españolas de café oro o su equivalente en pergamino o tostado. Fue destinado para amortizar las cuotas que el gobierno adeudaba a la Oficina Panamericana del Café, y después para la construcción del Estadio Nacional. En 1952 (Decreto Nº 2615) se gravó el quintal de café en cinco centavos para sostener la Oficina Central del Café.
La Reforma Agraria en Guatemala, 1952-1954
La Constitución de 1945 reconoció la propiedad privada, pero la condicionó a la función social. Prohibió los latifundios y en 1948 se emitió la Ley de Expropiación Forzosa por causa de utilidad pública o interés social. El punto central del programa de Jacobo Árbenz fue la Ley de Reforma Agraria o Decreto Nº 900, promulgado en 1952. Para su efecto, se organizaron 986 Comités Agrarios Locales, 21 Comisiones Agrarias Departamentales, el Consejo Agrario Nacional, el Departamento Agrario Nacional y el Banco Agrario Nacional, cuyo fin era otorgar créditos a los campesinos beneficiados por la reforma.
En 1952 se realizó en Guatemala un Seminario Centroamericano de Crédito Agrícola, bajo los auspicios del gobierno de Guatemala, la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), con la participación de otros países. El objetivo del Seminario era discutir los problemas atingentes al Crédito Agrícola e intercambiar valiosas experiencias, particularmente en momentos en que se llevaba a cabo la Reforma Agraria.
Al cobrar vigencia la Ley de Reforma Agraria, el gobierno hizo entrega de 35 fincas nacionales expropiadas a los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, el equivalente de unas 80,000 hectáreas, que fueron divididas en parcelas individuales o entregadas a cooperativas de trabajadores agrícolas y campesinos, en calidad de usufructo vitalicio. En total fueron expropiadas 1,385 fincas, de las cuales un gran número era de café. La tierra expropiada equivalía a 885,035 hectáreas de tierra, la mayor parte en la costa sur, sólo el 25% en el departamento de Escuintla, donde estaba la Compañía Agrícola de Guatemala (CAG-UFCO), 16% en Alta Verapaz y 14% en Izabal, donde también estaba la United Fruit Company.
Mientras tanto, la continua elevación de los precios del café durante el último decenio, como consecuencia de una mayor demanda en el mercado internacional, impulsó a los caficultores a elevar la producción. Cada año se suscribían 100,000 contratos con jornaleros de la tierra fría para que bajaran a las fincas de la costa.
El gobierno también se preocupó de la crisis agrícola que podía producirse si se continuaba dependiendo de un sólo artículo de exportación y bajaban sus precios en el mercado internacional. Por tal razón, comenzó con un programa de diversificación agrícola, en particular con siembras de algodón, kenaf, palma africana, trigo, caña de azúcar, arroz, hule y cardamomo.
La Reforma Agraria creó un fuerte conflicto social, pues un gran número de propietarios demostró que sus propiedades no eran afectables, muchos otros resistieron la reforma. La oposición a la reforma agraria, integrada por los terratenientes nacionales y extranjeros y la Iglesia Católica, fue una de las causas internas de la caída del gobierno de Árbenz, quien renunció a la presidencia el 27 de junio de 1954.
La caficultura de 1954-1962
Cuando el Movimiento de Liberación Nacional llegó al poder, se devolvieron a sus legítimos dueños las fincas expropiadas por la reforma agraria arbencista. Sin embargo, no todas las instituciones creadas anteriormente fueron desmanteladas. Se mantuvo la apariencia de reforma y legislación, pues no se podía ignorar los avances de las reformas políticas y sociales entre los trabajadores y las clases medias.
El Código de Trabajo fue revisado y enmendado; se sustituyó la Ley de Reforma Agraria por un programa propio, el Estatuto Agrario, decretado en 1956, cuyo propósito era propiciar “la convivencia armónica de campesinos y propietarios de fincas rústicas”; asimismo, se creó la Dirección General de Asuntos Agrarios, que estuvo a cargo de la distribución de tierras incultas públicas y privadas a los trabajadores rurales que no las tuvieran, pero que debían comprarlas al precio del mercado, sin quitárselas a sus legítimos propietarios. En 1962 se promulgó una Ley de Transformación Agraria, que sustituyó al Estatuto Agrario y que llevó posteriormente a la creación del Instituto Nacional de Transformación Agraria (INTA), cuyas atribuciones eran planificar, desarrollar y ejecutar la mejor explotación de las tierras incultas; en lo particular, se hizo cargo de la administración de las Fincas Nacionales.
En octubre de 1955 se celebró en Caracas, Venezuela, la reunión anual de la Federación de Caficultores de América (FEDECAME), que mantuvo las mismas siglas después que a la Federación Cafetalera Centroamérica-México se le adhirieron cinco países del Caribe y tres de América del Sur. En Caracas se acordó procurar lo siguiente: incrementar el consumo mundial de café mediante el desarrollo de un amplio y eficaz plan de propaganda en Europa; lograr un mayor intercambio de información técnica sobre distintos aspectos de la industria cafetera y formular planes mundiales para un mejor entendimiento entre los países productores y consumidores de café.
Para facilitar la obtención de créditos y asistencia a quienes se dedicaban al cultivo de la tierra y labores afines, y que deseaban aplicar técnicas más avanzadas a efecto de lograr el incremento de su producción y el mejoramiento de su beneficio, se creó el Banco del Agro, en octubre de 1955, mediante el gravamen de Q.2.50 a cada 100 libras españolas de café oro de la exportación correspondiente al ejercicio 1955-56, con lo cual se esperaba alcanzar un monto de Q.2.500,000 para su capitalización.
Por acuerdo gubernativo del 13 de noviembre de 1951, se había establecido la celebración del “Día Nacional del Café” el 1o de diciembre de cada año. Sin embargo, por estar la mayor parte de los caficultores dedicados a la cosecha de su producto en esa fecha, por acuerdo del 18 de octubre de 1955 se trasladó el “Día Nacional del Café” al 31 de enero de cada año.
La producción y exportación de café oro de Guatemala, en quintales, su precio promedio y su valor total, FOB, de 1954-55 a 1961-62, fue como sigue:
La Asociación Nacional del Café (ANACAFÉ)
En 1955 la Junta Asesora de la Oficina Central del Café consideró la necesidad de crear un Instituto Nacional del Café o Dirección General del Café, para lo cual inició los estudios pertinentes.
En 1957 se organizó el sector privado organizado en el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF). Casi al mismo tiempo Guatemala estableció una Oficina de Café en Nueva York, la cual no garantizaba éxito alguno si el gremio de caficultores no se organizaba y no coordinaba sus gestiones con las de la Oficina Central del Café, organismo encargado de la supervisión de la producción, exportación y venta del producto.
Desde 1957 el Jefe de la Oficina Central del Café, Miguel Villegas Rodas, expuso su plan de ayuda efectiva al caficultor. Para el efecto estudió la organización de los demás países cafetaleros y le pareció que la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia resultaba ser la más adaptable al medio guatemalteco. Su idea era crear una Dirección o Instituto Nacional del Café, con estructuración y atribuciones en beneficio de la caficultura nacional y presupuesto propio.
Lo que se buscaba era la creación de un ente jurídico de índole privada, con patrimonio y plena capacidad para adquirir derechos, contraer obligaciones, disponer de sus bienes y asociar a los productores de café de la República para defender e incrementar la industria cafetera nacional. Se hacía impostergable la necesidad de crear dicha entidad, que debía encargarse de dirigir todo lo relacionado con el café, que tanta importancia revestía en la economía nacional. Pero dificultades internas entre los cafetaleros se oponían a la formación del gremio.
La Oficina Central del Café, fundada el 6 de diciembre de 1928 y reorganizada el 20 de marzo de 1933, había sufrido modificaciones en cuanto a la integración de su Junta Asesora el 29 de julio de 1941 y el 31 de octubre de 1944, predominando el sector gubernamental. Así funcionó hasta 1960, cuando en la primera reunión general de caficultores, celebrada en el Conservatorio Nacional, se expresó que, como entidad gubernamental, la Oficina ya no satisfacía sus exigencias ni expectativas y que deseaban crear un organismo eficaz propio.
Fue así como el 18 de marzo de 1960, por intermediación de la Asociación General de Agricultores (AGA), se autorizó la creación de una oficina, cuyo objetivo sería supervizar las exportaciones de café del país. El 22 de abril de ese año, se constituyó la “Oficina Contralora del Café”, a la que por acuerdo gubernativo del 20 de julio de 1960 le fueron transferidos los fondos de operación de la Oficina Central del Café. La Junta Directiva estaba conformada por cinco miembros propietarios y cinco suplentes, nombrados por la Junta General de Caficultores, que representarían los intereses de todos los productores de café de la República.
En un principio la Oficina Central del Café se convirtió en una Oficina Contralora y, siete meses después, en la Asociación Nacional del Café (ANACAFÉ), por medio del Decreto Nº 1397 o Ley de creación de la Asociación Nacional del Café, emitida el 4 de noviembre de 1960. Todo esto ocurrió a instancias de Roberto Alejos Arzú (primer presidente de ANACAFÉ), quien en nombre de los caficultores gestionó su creación ante el gobierno del general Miguel Ydígoras Fuentes.
La política cafetera, hasta entonces controlada a través de las dependencias del Ministerio de Agricultura, se convirtió así en atribución exclusiva de ANACAFÉ, entidad de derecho público, autónoma, con patrimonio propio y fondos privativos. Tenía como objetivo fundamental “proteger la economía nacional en lo relativo a la producción del café y a los intereses gremiales de los productores de dicho grano”. Era la única autorizada para extender los permisos de exportación y embarque y de concederlos después de haberse satisfecho todos los requisitos legales.
Para el efecto, la nueva organización estaba autorizada a operar servicios de investigación, experimentación, demostración, asistencia y divulgación en las diversas ramas de la industria cafetera. Para el efecto debía organizar servicios de promoción, crédito, catación, arbitraje, registros y estadísticas. Asimismo, tendría la representación de los intereses económicos de los caficultores y de la industria del café ante organismos, entidades o conferencias nacionales e internacionales. Su reglamento fue emitido el 27 de mayo de 1961.
El Convenio Internacional del Café y la Organización Internacional del Café (OIC)
En septiembre de 1962 se llevó a cabo el Primer Convenio Internacional del Café, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York. Dicho Convenio fue firmado por 32 países productores que representaban el 95% de las exportaciones totales de café en el mundo y por 22 países consumidores (en total 54 gobiernos) que tenían una fuerte participación en las importaciones totales. Su objetivo era estabilizar el mercado cafetero y establecer un sistema completo de cuotas, conforme a lo siguiente:
- Establecer un equilibrio razonable entre la oferta y la demanda, asegurando un adecuado abastecimiento de café a los consumidores y mercados para los productores, a precios equitativos.
- Aliviar las dificultades ocasionadas por excedentes y las violentas fluctuaciones de los precios del café que perjudican a productores y consumidores.
- Contribuir al desarrollo de los recursos productivos y a la promoción y mantenimiento del nivel de empleo e ingreso, así como de salarios justos y un nivel de vida más elevado y mejores condiciones de trabajo.
- Ayudar a ampliar la capacidad adquisitiva de los países exportadores mediante el mantenimiento de los precios a niveles justos.
- Fomentar el consumo del café por todos los medios posibles.
- Estimular la colaboración internacional respecto de los problemas mundiales del café.
El Convenio Internacional del Café es el instrumento legal por medio del cual todos los países signatarios se adhieren a la Organización Internacional del Café (OIC), cuya función es administrar las disposiciones del Convenio, seguir su política y observar las normas reguladoras que dicte. La OIC tiene su sede en Londres, y ejerce sus funciones por intermedio del Consejo Internacional del Café, que está integrado por todos los miembros de la Organización. La Junta Ejecutiva, compuesta de ocho miembros exportadores y ocho miembros importadores, es la responsable ante el Consejo y actúa bajo su dirección.
Las funciones de la OIC fueron, en esencia, regular la oferta y la demanda de café en el mercado mundial, en sus reuniones anuales en Londres, mediante la fijación de la cuota mundial de consumo y su distribución en porcentajes correspondientes a cada país productor.
El Convenio de 1962 establecía que, para evitar que en un momento dado la totalidad de la cuota de un país ingrese al mercado mundial y se produzca una baja de precios, la OIC distribuiría las cuotas anuales en cuatro trimestres, tratando de que cada trimestre fuera lo más cercano al 25% de la cuota anual, pero en todo caso, ningún miembro podría exportar más del 30% en el primer trimestre, ni más del 60% en los primeros dos trimestres, ni más del 80% en los primeros tres trimestres.
#AmorPorColombia
De 1945 a 1962
Junta Revolucionaria de Gobierno (1944): Mayor Jacobo Arbenz, ciudadano Jorge Toriello, Capitán Javier Arana, quienes derrocaron la larga dictadura de Jorge Ubico e iniciaron el proceso democrático.
Almácigos en tubos de bambú, finca Oná, 1950. Fotografía de George Holton.
Junta Asesora de la Oficina Central del Café (1945), Roberto Pivaral (centro izq. sosteniendo un papel).
Recepción y cena brindada por la National Coffee Association a los miembros y delegados de la Conferencia Panamericana de Café Extraordinaria, en el Hotel Plaza, Nueva York, 11 de mayo de 1948. 1. Sexto izquierda arriba: Carlos Mirón. 2. Centro delante de la mesa larga: Pedro Cofiño.
Patio de secado y lavado de finca Oná, de los Hermanos Hawley, en El Quetzal, San Marcos. Fotografía de George Holton, 1950.
Patio de secado y pila de correteo en la finca Oná, en San Marcos, 1950. Fotografía de George Holton.
Entrega y pesa de café, finca Oná. Fotografía de George Holton, 1950.
Texto de: Regina Wagner
Pasada la Segunda Guerra Mundial, los precios del café acusaron un alza constante hasta llegar a niveles de estímulo para el desarrollo económico. Sin embargo, después de más de un decenio de bonanza, la superproducción motivó una baja en los precios, a partir de 1958, con características alarmantes, en vista de que la crisis se mantuvo cerca de 12 años, hasta 1969. La causa fue la entrada de cafés africanos al mercado mundial y el uso del café soluble, que rinde un mayor número de tazas por libra de grano.
En Guatemala, la caída de la dictadura de Jorge Ubico y la gesta revolucionaria del 20 de octubre de 1944, que depuso al General Federico Ponce Vaides, dieron fin a tres cuartos de siglo de Liberalismo en el poder. En su lugar se instauró una Junta Revolucionaria, que convocó a una nueva Constituyente y a elecciones populares, cuyos gobiernos electos, del Dr. Juan José Arévalo (1945-1951) y del Coronel Jacobo Árbenz (1951-1954), fortalecieron las libertades individuales y políticas y los derechos económicos y sociales de la población.
Ambos gobiernos introdujeron cambios sustanciales en Guatemala en lo político-institucional, económico, social, laboral y cultural. Árbenz, por la influencia comunista en su gobierno, trató de modificar las estructuras del agro por medio de una Reforma Agraria, que fue el detonante para su caída. Muchas de estas medidas fueron revertidas o modificadas bajo los gobiernos de la Liberación, del Coronel Carlos Castillo Armas (1954-1957) y del General e Ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes (1958-1963).
Importante para Guatemala fue la creación de la Asociación Nacional del Café, en 1960, en vista de que la producción de café constituye la actividad económica más importante del país y requería de una institución que representara dignamente los intereses de los caficultores, en su totalidad.
En 1962 se llevó a cabo el Primer Convenio Internacional del Café en las Naciones Unidas, que dio origen a la Organización Internacional del Café, con sede en Londres.
La situación agraria y cafetalera de 1945 a 1954
Bajo la Junta Revolucionaria de Gobierno de 1944 y los primeros dos gobiernos de la Revolución, se establecieron en lo económico y financiero los Ministerios de Economía y de Trabajo y Previsión Social, una Ley Monetaria, una Ley de Banca Central, una Ley de Bancos; se creó el Banco de Guatemala, la Superintendencia de Bancos y una Junta Monetaria independiente; se promulgó la Ley de Titulación Supletoria, que ampara la posesión de la tierra de quienes la hubieran trabajado por más de 10 años consecutivos, sin respaldo de título de propiedad.
En lo económico-social, el gobierno creó el Instituto de Fomento de la Producción (INFOP), que también otorgó créditos a la agricultura, y se crearon el Instituto Cooperativo y el Departamento de Fomento Cooperativo como dependencia del Crédito Hipotecario Nacional, o sea un banco que trató de impulsar el cooperativismo agrícola mediante el apoyo financiero, y una Ley Fundamental de Cooperativas. Sin embargo, el Departamento de Fomento Cooperativo tuvo poca relevancia y fue clausurado por el gobierno de Árbenz en 1953.
A partir de 1945 se suprimió el servicio personal de vialidad, que obligaba a los trabajadores del campo a prestar servicio gratuito en la construcción de carreteras en detrimento de la agricultura. Para el efecto se promulgó una Ley de Contratación de Trabajadores Agrícolas, que regulaba en forma individual o colectiva la contratación entre patronos y trabajadores. Se estableció un Reglamento de Control de Jornales, que unificaba todas las disposiciones sobre la forma de controlar la vagancia, considerando vagos a todos los jornaleros que no portaban su constancia registrada (libreta), pues era una obligación laborar 100 jornales para los que tuvieran cultivos y 150 para los que no los poseían.
En mayo de 1945 fue derogada la Ley contra la Vagancia de Ubico de 1934, así como el Reglamento de Control de Jornales emitido por la Junta Revolucionaria. Sin embargo, se mantuvo la pena de prisión para los que no tenían oficio, profesión u ocupación honesta, o sea que se continuaba penando a las personas por el delito de vagancia o embriaguez habitual con 30 días de prisión. En otras palabras, aunque estaba terminantemente prohibido “exigir prestación gratuita de servicios personales”, las leyes no modificaban en casi nada el fondo de la situación anterior, puesto que continuaron existiendo los adelantos de dinero a los trabajadores de la tierra fría para que levantaran las cosechas en las fincas de la costa y bocacosta sur, y la libreta de jornales. En 1947 se aprobó el Código de Trabajo, que rigió a partir de entonces las relaciones laborales entre patronos y trabajadores.
El gobierno autorizó la creación de estaciones experimentales agronómicas en las fincas nacionales “Chocolá”, “Monterrey” y “Palo Gordo”, que quedaron adscritas a la Dirección General de Agricultura. La idea era mejorar técnica y científicamente los cultivos a fin de obtener mayores rendimientos y calidad superior en los productos, así como introducir nuevas plantas susceptibles de explotación en el país. Para el efecto se firmó un Convenio de cooperación con Estados Unidos.
Asimismo, se creó un Departamento de Extensión Agrícola, con el fin de orientar y entrenar al personal en los diferentes departamentos. Se organizaron brigadas de campo para el fomento de los agricultores y de los cultivos especiales y la mecanización agrícola. Entre otras, había una sección de café. También se reorganizó la Escuela de Agricultura en Bárcenas y, en 1950, se creó la Facultad de Agronomía en la Universidad de San Carlos.
El Convenio Interamericano del Café de 1940, con vigencia hasta el año 1943, fue prorrogado consecutivamente hasta 1945-46. Sumamente favorable fue el aumento de cuotas por Estados Unidos para el ejercicio de 1944-45, al inicio en un 115% de las cuotas básicas –que significó para Guatemala 615,250 sacos de 60 kilos, equivalentes a 802,500 quintales españoles de café; luego, en un 25% sobre el aumento anterior, o sea que llegó a 754,206 sacos de 60 kilos o 983,747 quintales españoles. Se exportaron 156,000 quintales de café en oro del Departamento de Fincas Rústicas Nacionales e Intervenidas fuera de cuota, o sea en total un aumento de 100% y, finalmente, se estableció un incremento de un 300% de las cuotas básicas, equivalente a 1.023,594 sacos de 60 kilos ó 1.335,123 quintales españoles.
La Oficina Central del Café mantuvo el control de la producción, de las ventas, exportaciones y remates del grano, y destinó, por lo general, el 80% de las cosechas de calidad apropiada a Estados Unidos y el 20% restante a países como Canadá, Bélgica, Holanda, Italia, Suecia, Suiza y otros. Gradualmente se reconquistaron los mercados perdidos durante la guerra, como el de Alemania, que nuevamente comenzó a comprar café de Guatemala en 1949, primero en pequeñas cantidades, que aumentaron en la década de los cincuentas.
En 1945, durante la Cuarta Conferencia Panamericana del Café, surgió la idea de crear una Convención Cafetera Centroamericana-Mexicana, que se instituyó formalmente como Federación (FEDECAME) en 1946, en una conferencia técnica en San José, Costa Rica, y sesionó cada año en diferente país. Su finalidad era estudiar, orientar y, en caso dado, resolver los problemas que confrontaba la industria cafetera en los países federados y de colaborar con la Oficina Panamericana del Café, la Junta Interamericana del Café, y otras entidades afines.
También en el año de 1945 la Junta Revolucionaria reconoció el “completo estado de abandono” en que se encontraban las fincas nacionales. Un gran porcentaje de la producción de café de la República provenía del Departamento de Fincas Rústicas Nacionales e Intervenidas, hecho que hacía catalogarlo como la entidad comercial más grande del país. Para proteger dicha riqueza nacional se tomaron medidas con el fin de reparar los daños y mantenerlas en condiciones satisfactorias para obtener la máxima producción. Se prestó especial atención a la adquisición de maquinaria y repuestos para casi todos los beneficios del Departamento de Fincas Rústicas Nacionales e Intervenidas, principalmente para los ingenios de “Concepción” y “Palo Gordo”.
Las fincas nacionales se rigieron por una ley orgánica, se levantaron cuadros estadísticos exactos y un inventario, que arrojó Q. 20.731,889 en activos; se fijó un presupuesto para las mismas, y se liquidaron los Asuntos de Guerra. Tales fincas fueron expropiadas definitivamente a sus legítimos dueños, y la venta de sus frutos o productos eran parte del Estado por concepto de indemnización por motivo de guerra.
El café de las fincas nacionales se vendió en pública subasta por medio de la Oficina Central del Café, y fue un verdadero éxito por los precios nunca antes registrados en la historia cafetera de Guatemala, dadas sus calidades. La cosecha de 1946-47 se vendió al precio promedio de 30.70 quetzales o dólares por quintal oro, puesto en Puerto Barrios, en 1947-48 a Q. 32.76 y en 1950-51 a Q. 48.56 el quintal. Para que el Departamento de Fincas Rústicas Nacionales e Intervenidas desarrollara sus actividades con más sentido comercial, se le otorgó mayor autonomía en 1948.
Otra de las atribuciones de la Oficina era celebrar, cada año, el Concurso Nacional de Café por altura y zonas, que se organizaba para estimular a los caficultores a que con su esmero y dedicación mejoraban el producto en su calidad y beneficio. La Oficina tenía, además, una sala de servicios de degustación y otra en el aeropuerto “La Aurora”, en donde se atendía y servía a los turistas tazas de café y se les obsequiaba pequeñas muestras de café. Esto fomentó mayores solicitudes de café molido en el exterior, lo que hizo necesario comprar nuevos aparatos en 1947.
En la Conferencia Extraordinaria Panamericana del Café en Nueva York, de 1948, se resolvió crear una comisión especial de café dentro del Consejo Económico y Social Interamericano, que fue prácticamente una continuación de la Junta Interamericana del Café. Delegados por parte de Guatemala fueron Pedro Cofiño y Carlos Mirón de la Oficina Central del Café.
En 1949 Guatemala sufrió grandes problemas por los estragos causados por los temporales que azotaron en los meses de septiembre y octubre. Se tomaron medidas de acuerdo con las circunstancias y más adelante se resolvieron ampliamente con la creación del Instituto Autónomo de Defensa del Café. Durante el inicio de la temporada de cosecha padeció la caficultura, pero en lo que respecta a los precios, estos continuaron alcanzando alturas nunca antes vistas en la historia del café. Ese año había 1,499 fincas cafetaleras registradas en la Oficina Central del Café.
La Oficina Panamericana del Café fue fundada en febrero de 1936. Aglutinaba a 15 países productores de café de América Latina. Además de su función política cafetera, tenía un departamento de estadística, uno de información y un laboratorio, en el que se estudiaban los mejores métodos para la preparación de la bebida, se impartían conferencias y se otorgaban premios por la buena preparación del café, tales como el “premio de la taza de oro”, que llegó a ser el trofeo más apetecido entre los restaurantes y hoteles estadounidenses. Logró revertir, entre los fabricantes de cafeteras industriales y domésticas, la tendencia al uso de la percoladora, que arruinaba el café, sustituyéndola por la cafetera de filtro, que puede preparar una bebida perfecta. El guatemalteco Óscar Díaz Echeverría, funcionario de ANACAFÉ de 1967 a 1969, figuró en su dirección ejecutiva como adjunto, desde 1969 hasta 1975.
Para promover el consumo de café en Estados Unidos, la Oficina Panamericana del Café lanzó en 1952 una campaña publicitaria a través de la radio, los periódicos y las revistas, inventando la famosa frase del “coffee break” o pausa del café, que se institucionalizó mediante la máquina automática de vender café. La práctica del “coffee break” permitía a los trabajadores un momento de relajación con un estímulo de cafeína, lo cual se convirtió en algo común en las oficinas, fábricas y hogares, por lo que la frase llegó a formar parte del lenguaje popular anglosajón.
En el cuadro anterior se observa el alza constante de los precios del café, alcanzando el año 1953-54 el punto más alto registrado hasta entonces. Inicialmente se debió esto al subsidio concedido por Estados Unidos en noviembre de 1945, y posteriormente al aumento de las cotizaciones en el mercado internacional.
Dicha alza en los precios del café a fines de la década de los cuarentas y principios de los cincuentas, fue de gran beneficio para la economía del país, pues creció el Producto Interno Bruto, lo que permitió un aumento de los salarios en más del 80%, entre 1945 y 1950. También en el aspecto hacendario, el Estado se vio favorecido cuando en octubre de 1950 estableció un impuesto al café, de Q.4.35 por quintal de café exportado, que recaudó un total de Q.2.700,000. En junio de 1951 se elevó dicho impuesto a Q. 8.00, y en abril de 1954 se agregó un impuesto adicional de 10 centavos sobre la exportación de cada 100 libras españolas de café oro o su equivalente en pergamino o tostado. Fue destinado para amortizar las cuotas que el gobierno adeudaba a la Oficina Panamericana del Café, y después para la construcción del Estadio Nacional. En 1952 (Decreto Nº 2615) se gravó el quintal de café en cinco centavos para sostener la Oficina Central del Café.
La Reforma Agraria en Guatemala, 1952-1954
La Constitución de 1945 reconoció la propiedad privada, pero la condicionó a la función social. Prohibió los latifundios y en 1948 se emitió la Ley de Expropiación Forzosa por causa de utilidad pública o interés social. El punto central del programa de Jacobo Árbenz fue la Ley de Reforma Agraria o Decreto Nº 900, promulgado en 1952. Para su efecto, se organizaron 986 Comités Agrarios Locales, 21 Comisiones Agrarias Departamentales, el Consejo Agrario Nacional, el Departamento Agrario Nacional y el Banco Agrario Nacional, cuyo fin era otorgar créditos a los campesinos beneficiados por la reforma.
En 1952 se realizó en Guatemala un Seminario Centroamericano de Crédito Agrícola, bajo los auspicios del gobierno de Guatemala, la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), con la participación de otros países. El objetivo del Seminario era discutir los problemas atingentes al Crédito Agrícola e intercambiar valiosas experiencias, particularmente en momentos en que se llevaba a cabo la Reforma Agraria.
Al cobrar vigencia la Ley de Reforma Agraria, el gobierno hizo entrega de 35 fincas nacionales expropiadas a los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, el equivalente de unas 80,000 hectáreas, que fueron divididas en parcelas individuales o entregadas a cooperativas de trabajadores agrícolas y campesinos, en calidad de usufructo vitalicio. En total fueron expropiadas 1,385 fincas, de las cuales un gran número era de café. La tierra expropiada equivalía a 885,035 hectáreas de tierra, la mayor parte en la costa sur, sólo el 25% en el departamento de Escuintla, donde estaba la Compañía Agrícola de Guatemala (CAG-UFCO), 16% en Alta Verapaz y 14% en Izabal, donde también estaba la United Fruit Company.
Mientras tanto, la continua elevación de los precios del café durante el último decenio, como consecuencia de una mayor demanda en el mercado internacional, impulsó a los caficultores a elevar la producción. Cada año se suscribían 100,000 contratos con jornaleros de la tierra fría para que bajaran a las fincas de la costa.
El gobierno también se preocupó de la crisis agrícola que podía producirse si se continuaba dependiendo de un sólo artículo de exportación y bajaban sus precios en el mercado internacional. Por tal razón, comenzó con un programa de diversificación agrícola, en particular con siembras de algodón, kenaf, palma africana, trigo, caña de azúcar, arroz, hule y cardamomo.
La Reforma Agraria creó un fuerte conflicto social, pues un gran número de propietarios demostró que sus propiedades no eran afectables, muchos otros resistieron la reforma. La oposición a la reforma agraria, integrada por los terratenientes nacionales y extranjeros y la Iglesia Católica, fue una de las causas internas de la caída del gobierno de Árbenz, quien renunció a la presidencia el 27 de junio de 1954.
La caficultura de 1954-1962
Cuando el Movimiento de Liberación Nacional llegó al poder, se devolvieron a sus legítimos dueños las fincas expropiadas por la reforma agraria arbencista. Sin embargo, no todas las instituciones creadas anteriormente fueron desmanteladas. Se mantuvo la apariencia de reforma y legislación, pues no se podía ignorar los avances de las reformas políticas y sociales entre los trabajadores y las clases medias.
El Código de Trabajo fue revisado y enmendado; se sustituyó la Ley de Reforma Agraria por un programa propio, el Estatuto Agrario, decretado en 1956, cuyo propósito era propiciar “la convivencia armónica de campesinos y propietarios de fincas rústicas”; asimismo, se creó la Dirección General de Asuntos Agrarios, que estuvo a cargo de la distribución de tierras incultas públicas y privadas a los trabajadores rurales que no las tuvieran, pero que debían comprarlas al precio del mercado, sin quitárselas a sus legítimos propietarios. En 1962 se promulgó una Ley de Transformación Agraria, que sustituyó al Estatuto Agrario y que llevó posteriormente a la creación del Instituto Nacional de Transformación Agraria (INTA), cuyas atribuciones eran planificar, desarrollar y ejecutar la mejor explotación de las tierras incultas; en lo particular, se hizo cargo de la administración de las Fincas Nacionales.
En octubre de 1955 se celebró en Caracas, Venezuela, la reunión anual de la Federación de Caficultores de América (FEDECAME), que mantuvo las mismas siglas después que a la Federación Cafetalera Centroamérica-México se le adhirieron cinco países del Caribe y tres de América del Sur. En Caracas se acordó procurar lo siguiente: incrementar el consumo mundial de café mediante el desarrollo de un amplio y eficaz plan de propaganda en Europa; lograr un mayor intercambio de información técnica sobre distintos aspectos de la industria cafetera y formular planes mundiales para un mejor entendimiento entre los países productores y consumidores de café.
Para facilitar la obtención de créditos y asistencia a quienes se dedicaban al cultivo de la tierra y labores afines, y que deseaban aplicar técnicas más avanzadas a efecto de lograr el incremento de su producción y el mejoramiento de su beneficio, se creó el Banco del Agro, en octubre de 1955, mediante el gravamen de Q.2.50 a cada 100 libras españolas de café oro de la exportación correspondiente al ejercicio 1955-56, con lo cual se esperaba alcanzar un monto de Q.2.500,000 para su capitalización.
Por acuerdo gubernativo del 13 de noviembre de 1951, se había establecido la celebración del “Día Nacional del Café” el 1o de diciembre de cada año. Sin embargo, por estar la mayor parte de los caficultores dedicados a la cosecha de su producto en esa fecha, por acuerdo del 18 de octubre de 1955 se trasladó el “Día Nacional del Café” al 31 de enero de cada año.
La producción y exportación de café oro de Guatemala, en quintales, su precio promedio y su valor total, FOB, de 1954-55 a 1961-62, fue como sigue:
La Asociación Nacional del Café (ANACAFÉ)
En 1955 la Junta Asesora de la Oficina Central del Café consideró la necesidad de crear un Instituto Nacional del Café o Dirección General del Café, para lo cual inició los estudios pertinentes.
En 1957 se organizó el sector privado organizado en el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF). Casi al mismo tiempo Guatemala estableció una Oficina de Café en Nueva York, la cual no garantizaba éxito alguno si el gremio de caficultores no se organizaba y no coordinaba sus gestiones con las de la Oficina Central del Café, organismo encargado de la supervisión de la producción, exportación y venta del producto.
Desde 1957 el Jefe de la Oficina Central del Café, Miguel Villegas Rodas, expuso su plan de ayuda efectiva al caficultor. Para el efecto estudió la organización de los demás países cafetaleros y le pareció que la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia resultaba ser la más adaptable al medio guatemalteco. Su idea era crear una Dirección o Instituto Nacional del Café, con estructuración y atribuciones en beneficio de la caficultura nacional y presupuesto propio.
Lo que se buscaba era la creación de un ente jurídico de índole privada, con patrimonio y plena capacidad para adquirir derechos, contraer obligaciones, disponer de sus bienes y asociar a los productores de café de la República para defender e incrementar la industria cafetera nacional. Se hacía impostergable la necesidad de crear dicha entidad, que debía encargarse de dirigir todo lo relacionado con el café, que tanta importancia revestía en la economía nacional. Pero dificultades internas entre los cafetaleros se oponían a la formación del gremio.
La Oficina Central del Café, fundada el 6 de diciembre de 1928 y reorganizada el 20 de marzo de 1933, había sufrido modificaciones en cuanto a la integración de su Junta Asesora el 29 de julio de 1941 y el 31 de octubre de 1944, predominando el sector gubernamental. Así funcionó hasta 1960, cuando en la primera reunión general de caficultores, celebrada en el Conservatorio Nacional, se expresó que, como entidad gubernamental, la Oficina ya no satisfacía sus exigencias ni expectativas y que deseaban crear un organismo eficaz propio.
Fue así como el 18 de marzo de 1960, por intermediación de la Asociación General de Agricultores (AGA), se autorizó la creación de una oficina, cuyo objetivo sería supervizar las exportaciones de café del país. El 22 de abril de ese año, se constituyó la “Oficina Contralora del Café”, a la que por acuerdo gubernativo del 20 de julio de 1960 le fueron transferidos los fondos de operación de la Oficina Central del Café. La Junta Directiva estaba conformada por cinco miembros propietarios y cinco suplentes, nombrados por la Junta General de Caficultores, que representarían los intereses de todos los productores de café de la República.
En un principio la Oficina Central del Café se convirtió en una Oficina Contralora y, siete meses después, en la Asociación Nacional del Café (ANACAFÉ), por medio del Decreto Nº 1397 o Ley de creación de la Asociación Nacional del Café, emitida el 4 de noviembre de 1960. Todo esto ocurrió a instancias de Roberto Alejos Arzú (primer presidente de ANACAFÉ), quien en nombre de los caficultores gestionó su creación ante el gobierno del general Miguel Ydígoras Fuentes.
La política cafetera, hasta entonces controlada a través de las dependencias del Ministerio de Agricultura, se convirtió así en atribución exclusiva de ANACAFÉ, entidad de derecho público, autónoma, con patrimonio propio y fondos privativos. Tenía como objetivo fundamental “proteger la economía nacional en lo relativo a la producción del café y a los intereses gremiales de los productores de dicho grano”. Era la única autorizada para extender los permisos de exportación y embarque y de concederlos después de haberse satisfecho todos los requisitos legales.
Para el efecto, la nueva organización estaba autorizada a operar servicios de investigación, experimentación, demostración, asistencia y divulgación en las diversas ramas de la industria cafetera. Para el efecto debía organizar servicios de promoción, crédito, catación, arbitraje, registros y estadísticas. Asimismo, tendría la representación de los intereses económicos de los caficultores y de la industria del café ante organismos, entidades o conferencias nacionales e internacionales. Su reglamento fue emitido el 27 de mayo de 1961.
El Convenio Internacional del Café y la Organización Internacional del Café (OIC)
En septiembre de 1962 se llevó a cabo el Primer Convenio Internacional del Café, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York. Dicho Convenio fue firmado por 32 países productores que representaban el 95% de las exportaciones totales de café en el mundo y por 22 países consumidores (en total 54 gobiernos) que tenían una fuerte participación en las importaciones totales. Su objetivo era estabilizar el mercado cafetero y establecer un sistema completo de cuotas, conforme a lo siguiente:
- Establecer un equilibrio razonable entre la oferta y la demanda, asegurando un adecuado abastecimiento de café a los consumidores y mercados para los productores, a precios equitativos.
- Aliviar las dificultades ocasionadas por excedentes y las violentas fluctuaciones de los precios del café que perjudican a productores y consumidores.
- Contribuir al desarrollo de los recursos productivos y a la promoción y mantenimiento del nivel de empleo e ingreso, así como de salarios justos y un nivel de vida más elevado y mejores condiciones de trabajo.
- Ayudar a ampliar la capacidad adquisitiva de los países exportadores mediante el mantenimiento de los precios a niveles justos.
- Fomentar el consumo del café por todos los medios posibles.
- Estimular la colaboración internacional respecto de los problemas mundiales del café.
El Convenio Internacional del Café es el instrumento legal por medio del cual todos los países signatarios se adhieren a la Organización Internacional del Café (OIC), cuya función es administrar las disposiciones del Convenio, seguir su política y observar las normas reguladoras que dicte. La OIC tiene su sede en Londres, y ejerce sus funciones por intermedio del Consejo Internacional del Café, que está integrado por todos los miembros de la Organización. La Junta Ejecutiva, compuesta de ocho miembros exportadores y ocho miembros importadores, es la responsable ante el Consejo y actúa bajo su dirección.
Las funciones de la OIC fueron, en esencia, regular la oferta y la demanda de café en el mercado mundial, en sus reuniones anuales en Londres, mediante la fijación de la cuota mundial de consumo y su distribución en porcentajes correspondientes a cada país productor.
El Convenio de 1962 establecía que, para evitar que en un momento dado la totalidad de la cuota de un país ingrese al mercado mundial y se produzca una baja de precios, la OIC distribuiría las cuotas anuales en cuatro trimestres, tratando de que cada trimestre fuera lo más cercano al 25% de la cuota anual, pero en todo caso, ningún miembro podría exportar más del 30% en el primer trimestre, ni más del 60% en los primeros dos trimestres, ni más del 80% en los primeros tres trimestres.