4.4. Copei abandona a Irene Sáez.

Apoyo a la candidatura presidencial de Henrique Salas Römer. Resultados electorales. Colapso del partido y de su dirigencia.

Introducción

Acción Democrática y Copei, faltando pocos días para las elecciones presidenciales, acordaron abandonar a sus candidatos plegándose al abanderado de Proyecto Venezuela, Henrique Salas Römer. Estos partidos políticos, protagonistas de los últimos cuarenta años de la historia política de Venezuela, no estuvieron a la altura de las circunstancias y así lo constatarían. Irene Sáez sufrió la “crueldad” de ser excluida a último momento, si bien continuó la campaña sin Copei.

Los resultados electorales reflejarán el colapso de Copei.

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A pesar de haber afirmado Donald Ramírez, el 25 de noviembre a la salida del Palacio de Miraflores, que con “mucha decencia” la Dirección Nacional de Copei descartaba cualquier tipo de pacto, cinco días antes de las elecciones presidenciales no pudo demorar más su decisión y optó por revocar, finalmente, la candidatura de Irene Sáez. El paso siguiente fue darle su apoyo al candidato de Proyecto Venezuela, Henrique Salas Römer. Si bien pudo haber más de un miembro de la alta dirigencia nacional que en los últimos meses de la campaña no se hubiese sentido del todo convencido con esta medida, a la hora de la verdad: “La decisión se acordó con el apoyo mayoritario de los 34 miembros del Comité Nacional y solo salvaron sus votos los dirigentes Agustín Berrios y Oscar Arnal. Oswaldo Álvarez Paz aprobó la resolución, pero con reservas”. (El Universal, 1-12-98, 1-12 [Nacional y Política]).

Para mejor comprensión de este inesperado desenlace expondré los hechos en estricto orden cronológico. La secuencia de entradas en la agenda hará evidente la inconsecuencia en la toma de decisiones. A su vez, se observará la conducta de Salas Römer, quien tampoco mantuvo un criterio único y se fue moviendo al compás de las circunstancias:

17-9-1997: Humberto Calderón Berti ante la XXI Convención Nacional Ordinaria de Copei, expresó: “Enrique Salas Römer fue diputado dos veces con el apoyo de Copei, él fue gobernador dos veces con el apoyo de Copei, desafortunadamente Enrique Salas y Copei mantienen unas relaciones vidriosas, distantes, no próximas”. (XXI Convención Nacional de Copei, “Diálogos y Decisiones para Gobernar”, pp.60-61).

25-9-98: Donald Ramírez pidió al Partido Copei excluir de sus filas al ex Gobernador de Carabobo, Henrique Salas Römer, ante el lanzamiento de su candidatura por fuera del partido

25-5-98: Salas Rómer argumentó que si Copei había fijado en 1993 una norma para elegir al candidato presidencial, más adelante había decidido cambiar las reglas de juego: “Si Copei tenía establecida como única norma la elección abierta, por qué entonces tuvo ahora que cambiar las reglas del juego para que haya la posibilidad de una elección cerrada o la de hacer el nombramiento por aclamación”. Prosiguió con un comentario tan desagradable como certero: “Lo mismo está ocurriendo en AD. Es el síndrome de los dinosaurios: gente que sabe que está viviendo sus últimos momentos en el poder e intenta de cualquier manera sujetar el asidero que les permita continuar controlando el país”.

Finalmente, hizo una afirmación provocativa: “(…) a lo que no estamos dispuestos es a transacciones con los cogollos partidistas”.

25-5-98: Salas Römer comentó en el programa Conversaciones con Alfredo Peña que no había tenido ‘ninguna conversación informal’ con Copei o con ninguna otra organización política porque, a su juicio, después de recorrer solo la parte más difícil de la campaña, sería absurdo que realice pactos a espaldas de un país que lo ha visto libre de ataduras. Sin embargo, indicó que su postura es de diálogo y amplitud, sin que ello implique que participe de acuerdos hechos por arriba.

29-9-98: Donald Ramírez leyó a la prensa un documento firmado en el Comité Nacional donde “se afirma categóricamente que ‘no está planteado el respaldo a ninguna candidatura presidencial distinta a la que por decisión soberana y democrática aprobó la Convención Nacional’. Para el partido esa alternativa “es fantasiosa y está absolutamente descartada”. En el documento se enfatizó en aclarar que el apoyo a Irene Sáez es “total, irrestricto y sin vacilaciones”.

Poco después, afirmó Ramírez: “Copei es un partido serio y responsable con sus decisiones, y no tiene dudas sobre su escogencia candidatural”.

Esta reafirmación de la posición de Copei las ofreció el Secretario General debido a declaraciones del dirigente Nelson Chitty sobre un posible apoyo a Salas Römer.

16-10-98: Enrique Naime, Secretario de Organización, negó cualquier pacto electoral con Henrique Salas Römer:

— Copei es un partido serio y responsable que, por encima de cualquier oportunismo, se preocupa por el bien del país. Por eso no está planteado reconsiderar la decisión de la Convención Nacional socialcristiana que escogió como su abanderada presidencial a Irene Sáez. Ya nadie cree en oportunistas.

— La reunificación será un hecho alrededor de Copei, ya que es la organización que encarna el sentimiento socialcristiano. Con respecto a la candidatura presidencial, Irene Sáez es la abanderada partidista y soñar con cualquier otra opción solo revela una pesadilla electoral, producto de un proceso comicial atípico, que en ningún momento se adapta a las circunstancias y expectativas de los copeyanos e independientes.

19-11-98: En la presentación de su programa de gobierno, Salas Römer dijo que convocaría “(…) a todos los venezolanos a una ‘unidad superior’, que trascienda los límites partidistas e ideológicos, para reiterar luego que ‘no habrá pactos’ y que ‘no voy a parcelar el poder’ ”.

21-11-98: Salas Römer quiso despejar cualquier duda sobre su independencia o sobre la posibilidad de establecer pactos con otros partidos políticos:

Hay mucha gente que con la mayor buena fe está hablando de constituir un polo democrático, contra el otro frente o polo de partidos que apoya a mi adversario. A mí que me lo dejen solo. Esta es una batalla hombre a hombre.

Sin embargo, a los pocos días:

1-12-98: Comunicado oficial de Copei:

El comunicado del Comité Nacional de Copei expresa que, basándose en las normas estatutarias, asume por urgencia la atribución de la Convención Nacional que eligió como abanderada presidencial a Irene Sáez por tanto acuerda:

1. Existe un caudaloso movimiento de opinión pública que reclama la compactación del voto democrático para lograr el objetivo del cambio en libertad y paz, en cuya formación ha sido sobresaliente la participación de nuestra candidata Irene Sáez, por quien seguimos manteniendo sincero respeto y alto aprecio. Ella ha manifestado pública y privadamente su disposición de respetarle a Copei el derecho que el partido tiene a la tarjeta verde.
2. El diálogo, las consultas y el examen de la situación electoral nos lleva a la conclusión de que el voto democrático debe concentrarse en torno a una garantía de cambio en paz y libertad. Esa garantía la representa en estos momentos la candidatura independiente de Henrique Salas Römer. El Comité Nacional, en ejercicio de las facultades, ha decidido respaldar esa candidatura. [negrillas nuestras]
3. El Comité Nacional ha tomado muy en cuenta las opiniones que en apoyo a esta posición nos han dado los dirigentes regionales y municipales, y muy especialmente los criterios de los gobernadores, congresistas y legisladores regionales electos con el voto socialcristiano el pasado 8 de noviembre.
4. El Comité Nacional instruye a los comités regionales, municipales y parroquiales, a objeto de que tomen las providencias para que los electores socialcristianos sean orientados con la urgencia del caso sobre esta decisión del partido.
5. Solicitamos a los dirigentes del partido a todo nivel, a los militantes y simpatizantes socialcristianos que presten su colaboración a los fines de la orientación del electorado en sus respectivos estados y municipios.
6. El presidente y el secretario general quedan facultados para el cumplimiento de los trámites legales que demanda la resolución adoptada.

2-12-98: Irene Sáez, en rueda de prensa, declaró: “(…) considero que no ha sido correcto el proceder de una organización que no voy a juzgar, que voy a respetar, que no juzgo porque será el pueblo de Venezuela, que el próximo 6 de diciembre tome su decisión”.

2-12-98: Irene Sáez siguió sola en la lucha electoral con el apoyo de Factor Democrático y del Movimiento Irene. Para el triunfalismo que caracterizó a Irene Sáez, ha debido resultar muy duro pronunciar las siguientes palabras: “Quiero que tachen mi cara [en el tarjetón electoral] porque ese voto no será para mí sino para Salas Römer, y no quiero que se burle la voluntad popular”.

2-12-98: Donald Ramírez no solo reconoció finalmente el apoyo a la candidatura de Salas Römer, sino incluso le encontró importantes cualidades:

Los partidos nos hemos visto obligados a sumarnos a Salas Römer por la presión que la militancia, alcaldes y gobernadores nos han exigido frente a este difícil momento. Además, Salas encarna una fórmula de cambios radicales en democracia y libertad.

3-12-98: El 2 de diciembre, cuatro días antes de las elecciones presidenciales, tuvo lugar en Parque Central un evento donde 14 gobernadores electos, entre ellos 8 de Acción Democrática y 4 de Copei, además de casi 300 alcaldes, decidieron darle su apoyo al candidato presidencial de Proyecto Venezuela, Henrique Salas Römer. El objetivo era impedir el triunfo de Hugo Chávez Frías. Salas Römer comentó: “No es una alianza bobalicona, cómplice ni de cogollos”.

3-12-98: La periodista Luisana Colomine expresó el deleite que significó para la prensa el desenlace de la campaña electoral:

El menú que nos ofrece este cierre de campaña es de lo más apetitoso: los partidos tradicionales (AD, Copei, MAS, PCV) sin candidato propio, la expulsión de Luis Alfaro Ucero, la renuncia de Irene Sáez a la tarjeta verde, los gobernadores convertidos en grandes electores, el país partido en dos polos, una renovada discusión sobre qué es mejor, si democracia o dictadura, y, de repente, las militancias partidistas pautando a las cúpulas

En la misma reseña, la periodista citó el comentario del profesor Herbert Koeneke, anteriormente mencionado, sobre la actuación de los dos grandes partidos al calificarla como ‘un ejercicio de realismo político, dado el peligro que encarna Hugo Chávez’.

4-12-98: Finalmente, Copei tomó la decisión de endosar sus votos a Henrique Salas Römer:

El partido socialcristiano Copei oficializó la sustitución de su candidata Irene Sáez por Henrique Salas Römer, ayer, ante el Consejo Nacional Electoral. Los votos que obtenga la tarjeta verde se sumarán al abanderado de Proyecto Venezuela.

Donald Ramírez ante la pregunta de si Salas Römer se quedaría con los votos copeyanos, contestó: “lo importante es jugar a los intereses del país y que si el proyecto Caldera no acabó con él, nada lo hará”, y añadió: “Copei es un partido histórico que está en toda partes”.

En verdad, impresiona la incapacidad de Donald Ramírez y de aquellos por quienes hablaba, de ver lo que saltaba a la vista: que Copei no jugó a los intereses del país sino a los suyos propios; que Caldera había contribuido sustancialmente a la destrucción de Copei y de que éste había dejado ya de estar en todas partes y de ser un partido histórico. Los resultados electorales se encargarán de demostrar esto último.

Pocos días antes, Marta Colomina, conocida comunicadora social, hizo un devastador comentario sobre la actuación de las cúpulas partidistas:

Esta cronista no quiere dar crédito a sus ojos y oídos al ver que quienes fueron investidos con la responsabilidad de gobernarnos durante más de cuarenta años, se nos exhiben hoy (como quizá lo que siempre fueron) carentes de estrategias ideológicas y de organización para hacer sobrevivir, no sólo a la democracia, sino a sus propias organizaciones políticas. El espectáculo público ofrecido por Copei y Acción Democrática va de lo ridículo a lo patético. (…).

Los viejos dirigentes que se olvidaron de la ideología y rindieron culto solamente a la conquista del poder —los partidos devinieron en simples maquinarias para ganar elecciones— hoy son devorados por sus propias enseñanzas y por quienes fueron sus dilectos discípulos. (“De lo ridículo a lo patético”, El Universal, 29-11-98, 1-4 [Opinión]).

Aníbal Romero, a través de la frase de André Malraux en la novela Tiempo del Desprecio, “Entre los políticos, el desprecio de los hombres es frecuente, pero soterrado”, destacó la pobreza y miseria humana del político venezolano en detrimento de su credibilidad:

Los venezolanos estamos asistiendo al fin de una época. En tales situaciones, son comunes las traiciones, y prolifera el miedo. Estas pasadas tres semanas, previas al acto comicial, el electorado fue testigo de un asombroso despliegue de pánico y deslealtad en nuestro patético escenario político, de un espectáculo que disipó los precarios restos de credibilidad en las ‘élites tradicionales’. No debimos sorprendernos por lo que vimos; sencillamente, el desprecio soterrado a la gente, por parte de una dirigencia acosada, brotó a la superficie. (El Universal, 8-12-98, 1-5 [Opinión]).

Enrique Ochoa Antich, ex Secretario General del MAS, destacó el móvil fundamental de los partidos Acción Democrática y Copei para apoyar a última hora a Henrique Salas Römer: dejar diluir sus votos en partidos ajenos y así evitar la constatación por parte de sus electores de los niveles de hundimiento político y electoral al cual habían llegado:

Comprendería, y comprendo, que algunos gobernadores elegidos con las tarjetas de AD y Copei respalden individualmente la candidatura de Salas Römer. Pero tengo que rechazar, en nombre de toda una vida de luchas por el cambio, el eventual respaldo que, en tanto que partidos, puedan ofrecerle las direcciones políticas de AD y Copei. No es verdad que las razones por las cuales AD y Copei buscan afanosamente una opción electoral común sea la defensa de la democracia. Lo que buscan AD y Copei es no ser contados en diciembre para no objetivar el histórico cambio de piel que conoce la sociedad venezolana y su clamorosa decisión de cambio. (…). El patético espectáculo que ofrecen esos partidos hoy no es sino el último estertor del fin de una época. (El Universal, 2-12-98, 1-5 [Opinión]).

Resultados electorales.

Los resultados de las elecciones del 6 de diciembre fueron los siguientes: Hugo Chávez (MVR), 3.673.685 votos ó 56,20%; Henrique Salas Römer (Proyecto Venezuela), 2.613.161 ó 39,97%; Irene Sáez Conde (IRENE), 184.568 ó 2,82%; Luis Alfaro Ucero (ORA, Renace, URD y otros) 27.586 ó 0,42%; Miguel Rodríguez (Apertura), 19.629 ó 0,30%; Alfredo Ramos (LCR), 7.275 ó 0,11%; Radamés Muñoz León (NR), 2.919 ó 0,04%;Oswaldo Sujú Raffo (FS), 2.901 ó 0,04%; Alejandro Peña Esclusa (PLV), 2.424 ó 0,04%; Doménico Tanzi (Participa), 1.900 ó 0,03%; Ignacio Quintana (OPINA), 1.256 ó 0,02% (http://www.cne.gob.ve/web/documentos/estadisticas/e98-01.pdf, [30-10-2011]).

La votación obtenida por AD o Copei se desparramó entre el resultado final del candidato Salas Römer y, probablemente, de otros candidatos. Herrera Campíns reconoció haber recibido un duro golpe, si bien Copei tiene “(…) un peso político muy superior a su votación cuantitativa de este domingo”. (El Universal, 12-12-98, 1-12 [Nacional y Política]).

El politólogo Ángel E. Álvarez escribió:

[Copei] En las elecciones presidenciales del año 98, en el que obtuvo la peor cifra electoral presidencial de su historia, recibió el 2,15 % del total de los votos válidos (…). Sólo un poco más de 140 mil personas [140.792] usaron la tarjeta del partido para elegir al Presidente. (Molina y Alvarez, 2004: 188).

En la votación presidencial de diciembre de 1998, la simpatía partidista no tuvo el impacto que regularmente se le había conferido. El estudio de Redpol del mes de noviembre, en el caso del MVR, solo un 13,8 % del total de la muestra entrevistada afirmó ser simpatizante y 1,87 % del MAS. En el caso de Proyecto Venezuela, el 7,6 %, AD, el 9,7 % y Copei el 2,07 %. Es decir, sumados los simpatizantes de Proyecto Venezuela, AD y Copei, el total solo alcanzó un 19,4 %. Resultó evidente que el voto de los independientes tuvo más peso que el de los adeptos a los partidos en el resultado de unas elecciones caracterizadas además por una elevada abstención (36,2 %).

Colapso del partido y de su dirigencia.

Donald Ramírez, durante una reunión del Comité Nacional tres días después de las elecciones presidenciales, llegó, entre otras, a las siguientes conclusiones:

1) Copei no supo comprender en su momento ni el Caracazo, ni los dos intentos golpistas; 2) Esta falta de sintonía con el país le costó largos períodos en la oposición; 3) Copei debe abrirse a las nuevas generaciones; 4) Debe proponer una reforma estatutaria para que los militantes de base escojan a los integrantes del Comité Nacional “y no que 4 ó 5 personas escojan a dedo desde Caracas a la dirección, sin considerar la opinión de los copeyanos de abajo”. (El Universal, 10-12-98, 1-14 [Nacional y Política]).

¿Por qué los dirigentes políticos se vuelven tan lúcidos en la derrota? La esperanza es lo último en perder, es verdad, pero los cálculos electorales no suelen ser tan desacertados y Donald Ramírez conocía de las grandes fallas de Copei, tales como la ausencia de democracia interna, la imposición de decisiones “cogolléricas” al partido y la falta de oportunidades a las nuevas generaciones.

En la misma reunión, Ramírez afirmó:

Tenemos que definir un nuevo modelo de partido, una nueva fórmula de concebir la política. No podemos seguir siendo dirigentes de oficina, reuniéndonos cada semana para dar discursos ausentes del sentimiento y las frustraciones de por lo menos dos terceras partes de la población. (Ídem).

Para el diputado Ramón Guillermo Aveledo, los errores se debieron a: “(…) toda la cambiadera constante de opiniones de Copei, (…) lo cual demuestra que no tenemos definidos los objetivos”. (El Universal, 11-12-98, 1-16 [Nacional y Política]).
Y luego agregó:

(…) en el Congreso se decidió una política de deslinde con Acción Democrática y se realizó una triple alianza con otras organizaciones parlamentarias. Pero este año se alteró la estrategia y la gente percibió la reinstauración de la ‘guanábana’ . (Ídem).

Algo similar ocurrió con la candidatura presidencial cuando se sustituyó tardíamente a Irene Sáez por Henrique Salas Römer con el apoyo de Acción Democrática y Copei. Y, finalmente: “Esa cantidad de señales confusas crea incertidumbre en la gente. Eso se resuelve teniendo claros los objetivos”. (Ídem).

Ante la pregunta si Copei presentaba propósito de enmienda, contestó no percibirlo porque reaccionó igual que en pasados fracasos electorales llevando a cabo debates y creando comisiones sin ningún resultado: “Hacemos una especie de trivialización de la situación, como cuando uno va a un entierro y luego sigue su vida normal”. (Ídem).

El joven diputado Vladimir Petit hizo un comentario muy pertinente y necesario al señalar el contrasentido de la actitud de Herrera Campíns, “(…) quien pretende permanecer en la presidencia de Copei hasta mediados del próximo año, cuando se realice la Convención Nacional, mientras el país experimenta profundas y rápidas transformaciones políticas”. (El Universal, 9-12-98, 1-12 [Nacional y Políticas]).

En cualquier otro país del mundo, las máximas autoridades habrían renunciado de inmediato ante tal descalabro electoral, pero no ocurrió así en Copei. Tanto Luis Herrera Campíns como Donald Ramírez permanecieron en la dirección del partido, pues estaban pendientes, no solo la Convención Nacional, sino la elección de la próxima Asamblea Constituyente. Copei aún mantenía cierta fuerza a nivel parlamentario y la aprovecharía al máximo como veremos más adelante.

El ex coordinador de Medios de Copei, Víctor Emiro Montero, hizo responsable de la derrota electoral a toda la dirigencia copeyana, sin excluir a nadie: “Estamos desprestigiados por nuestra conducta egoísta, individualista, oportunista, totalmente alejada de los principios que dieron origen a nuestra institución”. Para este dirigente “(…) ‘todos, desde el fundador del partido, Rafael Caldera, hasta el más bajo de los dirigentes y funcionarios han colaborado en el ‘desastre’ de Copei, por supuesto, con distintos grados de responsabilidad’ ”. Y finalmente: “La renuncia debe ser colectiva y la solución igual. Nadie sobra, pero ninguno es indispensable”. (El Universal, 14-12-98, 1-14 [Nacional y Política]).

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Notas al pie

(57) En lo sucesivo, las referencias fechadas entre el 25-9-98 y el 4-12-98 inclusive, correspon- den a la sección “Nacional y Política” de El Universal, citado de la versión digital.

(58) La directiva de Copei se reunió en Valencia con motivo del lanzamiento de la candidatura de Henrique Salas Römer, allí se propuso su exclusión, si bien se le consideró de una vez “autoexcluido”. Se le reprochó utilizar al partido como plataforma para atraer adeptos pues no especificó si se lanzaría como copeyano o como independiente. La actitud de Salas Rómer nos recordó a aquella tomada por Rafael Caldera ante las elecciones de 1993. Es decir, a Copei, en dos oportunidades sucesivas, alguien salido de sus propias filas le robó su electorado natural.

(59) El escritor margariteño Francisco Suniaga nos ofreció una excelente explicación del papel jugado por la Asociación de Gobernadores y su repercusión en las elecciones de 1998. La famosa “rebelión de los gobernadores” de AD y Copei prácticamente impuso a sus partidos la destitución tanto de Alfaro Ucero como de Irene Sáez a escasos días de los comicios presidenciales: “Los mandatarios regionales electos de AD y Copei quienes propiciaron la destitución de sus respectivos candidatos presidenciales de sus respectivas organizaciones partidistas a solo cinco días del acto comicial de 6-D. (...) sin detenerse en las motivaciones reales ni en la moralidad del acto, la acción de los gobernadores dejó revelada la falla fundamental del sistema: la falta de democracia interna en el seno de los partidos políticos. Si los candidatos hubiesen sido electos por la voluntad de todos los militantes de sus organizaciones, en unas elecciones primarias, no habría habido espacio para las deposiciones de última hora.” (El Universal, 9-12-98, versión digital).

(60) La guanábana es una fruta de cáscara verde y carne blanca, los colores de Copei y Acción Democrática respectivamente. Así se le llamó a los pactos políticos establecidos entre estos dos partidos durante el gobierno de Rómulo Betancourt (1959-1964).