- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
- Ricardo Gómez Campuzano (1987)
- El encanto de Bogotá (1987)
- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
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- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
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- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
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- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
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- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
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- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Parque Nacional Natural Alto Fragua Indiwasi
Texto de: Laura Sesana
Localización: Departamento del Caquetá
Año creación: 2002
Extensión: 77 336 ha
Altura: 900 - 3 275 m.s.n.m.
Temperatura: 18 - 23 ºC
Ecosistemas: Selva andina, bosque subandino, páramo.
La vida no es sólo las especies que están en la montaña, la vida son también los espíritus y seres invisibles. Cuando nosotros cantamos para curar estamos pidiendo la ayuda de ellos, pero si las selvas en las que se encuentran desaparecen llegará un día en el que no podamos contar con su presencia y entonces nuestra medicina perderá todo su poder.
El Parque Nacional Natural Alto Fragua Indiwasi fue creado con el objetivo de preservar la altísima diversidad natural y los patrones culturales tradicionales del Pueblo ingano, descendientes de varias etnias pertenecientes a lo que se ha denominado “la cultura del yajé”. El área del parque se considera de especial importancia por la riqueza y diversidad de especies encontradas, el rango amplio de distribución de especies, el alto número de especies en los grupos estudiados y la presencia de especies seriamente amenazadas. El parque nació del convenio entre Cabildos Inganos Tandachiridu Inganokuna, la Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia y la ONG estadounidense Amazon Conservation Team, en mayo de 1999. Los Cabildos Inganos Tandachiridu Inganokuna representan las autoridades tradicionales del pueblo ingano.
Fue declarado Parque Nacional Natural en 2002, con una extensión de 77 336 hectáreas. Se ubica en la cordillera Oriental, entre los ríos Pescado y Fragua Grande, en el occidente del departamento del Caquetá, a 70 km de Florencia.
Limita al norte con el municipio de Acevedo, departamento del Huila, y con el Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos; al occidente, con el municipio de Piamonte, departamento del Cauca y la serranía de los Churumbelos; al sur limita con el municipio de San José del Fragua; y al oriente con en el municipio de Belén de los Andaquíes. Las alturas del área protegida van de los 900 a los 3 275 m.s.n.m.
Desde el punto de vista de los servicios ambientales, el área del Alto Fragua es reconocida por su importante papel en la producción del recurso hídrico ya que las corrientes de agua que nacen en ella surten la mayor parte de la población de los municipios de San José de Fragua, Belén de los Andaquíes y Albania.
Los biomas predominantes en el parque son la selva andina, el bosque subandino y los páramos localizados en los picos de la Fragua. Estos contienen una riqueza biológica que no se ha empezado a descubrir. Después del estudio realizado en 2000 por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, se describieron varias especies de flora y fauna desconocidas para la ciencia y se reportaron varias especies en vía de extinción.
La fauna del parque es variada. Entre las aves sobresalen dos especies de saltarín (Pipra isidorei y Tinamus osgoodi), aves pequeñas que no sobrepasan los 15 cm en tamaño. Las hembras tienen plumaje de color verde mientras que los machos ostentan un plumaje de colores brillantes, usualmente amarillo, rojo y azul, en el pecho, cabeza y dorso. Estos colores contrastan con el resto de las plumas, las cuales son negras. Se alimentan de frutos que atrapan al vuelo. Su nombre origina de los saltos que dan durante el tiempo del cortejo.
Igualmente, se encuentra el jacamar perteneciente al género Galbula. Estas son aves de tamaño pequeño, plumaje colorido y pico largo y delgado. Además en el parque se puede ver el colibrí (Campylopterus villaviscencio). Un colibrí puede aletear hasta 76 veces por segundo. Para acumular suficiente energía para esto, esta especie de ave debe consumir grandes cantidades de néctar, rico en azúcar y calorías. Como el néctar es pobre en proteína, los colibríes suplementan su dieta con insectos. La composición de sus alas es diferente de la del resto de las aves, las cuales sólo pueden moverse de arriba abajo. Las alas de los colibríes son similares a la composición del hombro humano, lo cual les permite mover las alas en forma circular.
En la zona también se encuentran dos especies de hormigueros (Myrmotherula spodionata y Schistes geoffroyi), aves que se pueden ver en el suelo y en las ramas bajas de los árboles; suelen alimentarse de arañas e insectos. Los hormigueros reciben su nombre porque persiguen a los ejércitos de hormigas que marchan sobre los suelos de la selva. Sin embargo, no se alimentan de estas, sino que cazan los insectos que huyen de ellas.
Entre los mamíferos sobresale el jaguar, localmente llamado tigre mariposo (Felix onca), el felino más grande del continente americano, el cual se encuentra en grave peligro de extinción. El jaguar se alimenta en parte de tortugas de agua dulce, extrayendo el cuerpo del caparazón, utilizando sus garras poderosas.
El Piedemonte amazónico ha sido habitado históricamente por indígenas pertenecientes a la “cultura del yajé”. Estos indígenas pertenecen al grupo ingano, que desciende de varias etnias. Lo conforman grupos migratorios provenientes de la Amazonia peruana y ecuatoriana, junto con los mocoas, grupos habitantes del bajo Putumayo, y algunos sobrevivientes de los andaquíes. Estos clanes se ven unidos por su localización, cosmovisión y, como se dijo anteriormente, por el yajé. Durante los últimos 300 años, estos grupos han trabajado conjuntamente para sobrevivir y adaptarse como grupo, lo cual ha incluido la adopción de una sola lengua –inga– perteneciente a la familia lingüística quechua.
Posterior a la ola colonizadora de principios del siglo XX, los inganos quedaron fragmentados en grupos: los que habitan en el Valle del Sibundoy; los que viven en las regiones vecinas a Mocoa, en el bajo Putumayo; los habitantes de la Bota Caucana y los que viven en la región del Fragua en el Caquetá. Se calcula que en Colombia viven alrededor de 35 000 individuos que se identifican con la lengua inga.
El área del parque ha sido considerada durante cientos de años como un sitio sagrado de congregación de los sabios pertenecientes a los pueblos amazónicos y los sabios de los pueblos andinos. Estos se reunían para intercambiar conocimientos sobre la naturaleza y el manejo de recursos. Los clanes se ven unidos por la planta medicinal “yajé” (Banisteriopsis spp.), la cual consideran sagrada.
El yajé, también llamado Ayahuasca, tiene fuertes connotaciones espirituales para muchos de los habitantes indígenas de Colombia, Brasil y Perú. La palabra Ayahuasca viene del quechua y significa “vid de los antepasados”, “vid de los muertos” o “vid de las almas”. Se dice que al tomar yajé el creyente pasa a un plano espiritual donde tiene acceso a los secretos de la vida. Sin embargo, es una planta peligrosa, ya que puede causar la muerte si es ingerida incorrectamente o en grandes cantidades.
Estos indígenas mantienen un vínculo estrecho con la naturaleza que los rodea, la cual conocen a fondo, extrayendo de ella un conocimiento médico milenario. En la actualidad estos indígenas enfrentan varias presiones, incluyendo la fragmentación y destrucción de sus territorios, la pérdida de costumbres y tradiciones, junto con las enfermedades traídas por el “hombre blanco”.
Desafortunadamente, los inga de la zona de influencia enfrentan varios problemas que ponen en peligro sus tradiciones y su cultura. Por una parte, sus resguardos y asentamientos son muy pequeños para permitir la autosubsistencia; por otra, sus territorios se encuentran entre sí fragmentados y dispersos, lo que no permite una unidad ambiental o territorial. Además, en los resguardos existe un grave deterioro ambiental, con una severa disminución de los recursos, lo cual afecta la cacería y la habilidad de obtener plantas medicinales. Adicionalmente, los cultivos ilícitos, las exploraciones petroleras, la tala indiscriminada de bosques y los megaproyectos e infraestructuras de vías, ponen en peligro las tradiciones y la forma de vida de los inga.
Es necesario mencionar que la población ingana de la Asociación Tandachiridú Inganocuna está reunida en 5 resguardos que se encuentran en el área de influencia del parque: San Miguel, Las Brisas, Yurayaco, Niñeras, y Cosumbe. En los alrededores del parque existen 3 resguardos indígenas de grupos que han llegado a la región recientemente. Existen los resguardos de La Esperanza y El Portal, en los cuales viven miembros de la etnia páez, provenientes del departamento del Huila; subsisten de la caza, la pesca, el cultivo de yuca, plátano, maíz y de la ganadería extensiva. Los miembros de la etnia Emberá-katío viven en el resguardo de La Cernida. Provienen de Florencia, a donde llegaron en 1961 provenientes del Chocó; subsisten de la caza, la pesca, el cultivo de yuca, plátano, maíz y de las artesanías.
Para comprender la razón de ser del Parque Nacional Natural Alto Fragua Indiwasi, se debe entender que el aspecto biológico y el cultural están indiscutiblemente ligados. Los objetivos de conservación del Parque Nacional Natural Alto Fragua Indiwasi se centran en la protección de una muestra en buen estado de conservación de selva de la vertiente oriental de la cordillera oriental, que constituye un corredor entre los ecosistemas andino-amazónico y la biodiversidad que albergan. Además se busca proteger los territorios ancestrales y los conocimientos sobre la naturaleza y el desarrollo sostenible que han utilizado los indígenas del área por cientos de años, garantizando sus sistemas de conocimiento.
Una de las principales presiones que enfrenta la conservación en el parque es el deterioro de la cultura de los inga y sus conocimientos medicinales. La población campesina, con sus modelos económicos insostenibles, pone una fuerte presión sobre los recursos naturales. La cacería, por el elevado número de cazadores furtivos y comerciales, se está convirtiendo en un problema. Además, el conflicto armado en esta zona del país también pone fuertes presiones sobre el orden público y la implementación de planes de conservación.
En la actualidad, el Parque Nacional Natural Alto Fragua Indiwasi está cerrado para el ecoturismo.
#AmorPorColombia
Parque Nacional Natural Alto Fragua Indiwasi
Texto de: Laura Sesana
Localización: Departamento del Caquetá
Año creación: 2002
Extensión: 77 336 ha
Altura: 900 - 3 275 m.s.n.m.
Temperatura: 18 - 23 ºC
Ecosistemas: Selva andina, bosque subandino, páramo.
La vida no es sólo las especies que están en la montaña, la vida son también los espíritus y seres invisibles. Cuando nosotros cantamos para curar estamos pidiendo la ayuda de ellos, pero si las selvas en las que se encuentran desaparecen llegará un día en el que no podamos contar con su presencia y entonces nuestra medicina perderá todo su poder.
El Parque Nacional Natural Alto Fragua Indiwasi fue creado con el objetivo de preservar la altísima diversidad natural y los patrones culturales tradicionales del Pueblo ingano, descendientes de varias etnias pertenecientes a lo que se ha denominado “la cultura del yajé”. El área del parque se considera de especial importancia por la riqueza y diversidad de especies encontradas, el rango amplio de distribución de especies, el alto número de especies en los grupos estudiados y la presencia de especies seriamente amenazadas. El parque nació del convenio entre Cabildos Inganos Tandachiridu Inganokuna, la Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia y la ONG estadounidense Amazon Conservation Team, en mayo de 1999. Los Cabildos Inganos Tandachiridu Inganokuna representan las autoridades tradicionales del pueblo ingano.
Fue declarado Parque Nacional Natural en 2002, con una extensión de 77 336 hectáreas. Se ubica en la cordillera Oriental, entre los ríos Pescado y Fragua Grande, en el occidente del departamento del Caquetá, a 70 km de Florencia.
Limita al norte con el municipio de Acevedo, departamento del Huila, y con el Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos; al occidente, con el municipio de Piamonte, departamento del Cauca y la serranía de los Churumbelos; al sur limita con el municipio de San José del Fragua; y al oriente con en el municipio de Belén de los Andaquíes. Las alturas del área protegida van de los 900 a los 3 275 m.s.n.m.
Desde el punto de vista de los servicios ambientales, el área del Alto Fragua es reconocida por su importante papel en la producción del recurso hídrico ya que las corrientes de agua que nacen en ella surten la mayor parte de la población de los municipios de San José de Fragua, Belén de los Andaquíes y Albania.
Los biomas predominantes en el parque son la selva andina, el bosque subandino y los páramos localizados en los picos de la Fragua. Estos contienen una riqueza biológica que no se ha empezado a descubrir. Después del estudio realizado en 2000 por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, se describieron varias especies de flora y fauna desconocidas para la ciencia y se reportaron varias especies en vía de extinción.
La fauna del parque es variada. Entre las aves sobresalen dos especies de saltarín (Pipra isidorei y Tinamus osgoodi), aves pequeñas que no sobrepasan los 15 cm en tamaño. Las hembras tienen plumaje de color verde mientras que los machos ostentan un plumaje de colores brillantes, usualmente amarillo, rojo y azul, en el pecho, cabeza y dorso. Estos colores contrastan con el resto de las plumas, las cuales son negras. Se alimentan de frutos que atrapan al vuelo. Su nombre origina de los saltos que dan durante el tiempo del cortejo.
Igualmente, se encuentra el jacamar perteneciente al género Galbula. Estas son aves de tamaño pequeño, plumaje colorido y pico largo y delgado. Además en el parque se puede ver el colibrí (Campylopterus villaviscencio). Un colibrí puede aletear hasta 76 veces por segundo. Para acumular suficiente energía para esto, esta especie de ave debe consumir grandes cantidades de néctar, rico en azúcar y calorías. Como el néctar es pobre en proteína, los colibríes suplementan su dieta con insectos. La composición de sus alas es diferente de la del resto de las aves, las cuales sólo pueden moverse de arriba abajo. Las alas de los colibríes son similares a la composición del hombro humano, lo cual les permite mover las alas en forma circular.
En la zona también se encuentran dos especies de hormigueros (Myrmotherula spodionata y Schistes geoffroyi), aves que se pueden ver en el suelo y en las ramas bajas de los árboles; suelen alimentarse de arañas e insectos. Los hormigueros reciben su nombre porque persiguen a los ejércitos de hormigas que marchan sobre los suelos de la selva. Sin embargo, no se alimentan de estas, sino que cazan los insectos que huyen de ellas.
Entre los mamíferos sobresale el jaguar, localmente llamado tigre mariposo (Felix onca), el felino más grande del continente americano, el cual se encuentra en grave peligro de extinción. El jaguar se alimenta en parte de tortugas de agua dulce, extrayendo el cuerpo del caparazón, utilizando sus garras poderosas.
El Piedemonte amazónico ha sido habitado históricamente por indígenas pertenecientes a la “cultura del yajé”. Estos indígenas pertenecen al grupo ingano, que desciende de varias etnias. Lo conforman grupos migratorios provenientes de la Amazonia peruana y ecuatoriana, junto con los mocoas, grupos habitantes del bajo Putumayo, y algunos sobrevivientes de los andaquíes. Estos clanes se ven unidos por su localización, cosmovisión y, como se dijo anteriormente, por el yajé. Durante los últimos 300 años, estos grupos han trabajado conjuntamente para sobrevivir y adaptarse como grupo, lo cual ha incluido la adopción de una sola lengua –inga– perteneciente a la familia lingüística quechua.
Posterior a la ola colonizadora de principios del siglo XX, los inganos quedaron fragmentados en grupos: los que habitan en el Valle del Sibundoy; los que viven en las regiones vecinas a Mocoa, en el bajo Putumayo; los habitantes de la Bota Caucana y los que viven en la región del Fragua en el Caquetá. Se calcula que en Colombia viven alrededor de 35 000 individuos que se identifican con la lengua inga.
El área del parque ha sido considerada durante cientos de años como un sitio sagrado de congregación de los sabios pertenecientes a los pueblos amazónicos y los sabios de los pueblos andinos. Estos se reunían para intercambiar conocimientos sobre la naturaleza y el manejo de recursos. Los clanes se ven unidos por la planta medicinal “yajé” (Banisteriopsis spp.), la cual consideran sagrada.
El yajé, también llamado Ayahuasca, tiene fuertes connotaciones espirituales para muchos de los habitantes indígenas de Colombia, Brasil y Perú. La palabra Ayahuasca viene del quechua y significa “vid de los antepasados”, “vid de los muertos” o “vid de las almas”. Se dice que al tomar yajé el creyente pasa a un plano espiritual donde tiene acceso a los secretos de la vida. Sin embargo, es una planta peligrosa, ya que puede causar la muerte si es ingerida incorrectamente o en grandes cantidades.
Estos indígenas mantienen un vínculo estrecho con la naturaleza que los rodea, la cual conocen a fondo, extrayendo de ella un conocimiento médico milenario. En la actualidad estos indígenas enfrentan varias presiones, incluyendo la fragmentación y destrucción de sus territorios, la pérdida de costumbres y tradiciones, junto con las enfermedades traídas por el “hombre blanco”.
Desafortunadamente, los inga de la zona de influencia enfrentan varios problemas que ponen en peligro sus tradiciones y su cultura. Por una parte, sus resguardos y asentamientos son muy pequeños para permitir la autosubsistencia; por otra, sus territorios se encuentran entre sí fragmentados y dispersos, lo que no permite una unidad ambiental o territorial. Además, en los resguardos existe un grave deterioro ambiental, con una severa disminución de los recursos, lo cual afecta la cacería y la habilidad de obtener plantas medicinales. Adicionalmente, los cultivos ilícitos, las exploraciones petroleras, la tala indiscriminada de bosques y los megaproyectos e infraestructuras de vías, ponen en peligro las tradiciones y la forma de vida de los inga.
Es necesario mencionar que la población ingana de la Asociación Tandachiridú Inganocuna está reunida en 5 resguardos que se encuentran en el área de influencia del parque: San Miguel, Las Brisas, Yurayaco, Niñeras, y Cosumbe. En los alrededores del parque existen 3 resguardos indígenas de grupos que han llegado a la región recientemente. Existen los resguardos de La Esperanza y El Portal, en los cuales viven miembros de la etnia páez, provenientes del departamento del Huila; subsisten de la caza, la pesca, el cultivo de yuca, plátano, maíz y de la ganadería extensiva. Los miembros de la etnia Emberá-katío viven en el resguardo de La Cernida. Provienen de Florencia, a donde llegaron en 1961 provenientes del Chocó; subsisten de la caza, la pesca, el cultivo de yuca, plátano, maíz y de las artesanías.
Para comprender la razón de ser del Parque Nacional Natural Alto Fragua Indiwasi, se debe entender que el aspecto biológico y el cultural están indiscutiblemente ligados. Los objetivos de conservación del Parque Nacional Natural Alto Fragua Indiwasi se centran en la protección de una muestra en buen estado de conservación de selva de la vertiente oriental de la cordillera oriental, que constituye un corredor entre los ecosistemas andino-amazónico y la biodiversidad que albergan. Además se busca proteger los territorios ancestrales y los conocimientos sobre la naturaleza y el desarrollo sostenible que han utilizado los indígenas del área por cientos de años, garantizando sus sistemas de conocimiento.
Una de las principales presiones que enfrenta la conservación en el parque es el deterioro de la cultura de los inga y sus conocimientos medicinales. La población campesina, con sus modelos económicos insostenibles, pone una fuerte presión sobre los recursos naturales. La cacería, por el elevado número de cazadores furtivos y comerciales, se está convirtiendo en un problema. Además, el conflicto armado en esta zona del país también pone fuertes presiones sobre el orden público y la implementación de planes de conservación.
En la actualidad, el Parque Nacional Natural Alto Fragua Indiwasi está cerrado para el ecoturismo.