- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
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- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
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- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
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- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
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- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
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- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
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- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
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- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
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- Omar Rayo. Homenaje (2006)
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- Luis Restrepo. construcciones (2007)
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- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
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- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Parque Nacional Catatumbo Barí

Bosque ubicado en cercanías de la serranía de Perijá, municipio El Carmen. Carlos Castaño.

Vista aérea del relieve escarpado del parque. Carlos Castaño.

Interior de un bosque secundario en cercanías del municipio de Convención. Carlos Castaño.

El territorio del parque varía de ondulado a fuertemente quebrado. Carlos Castaño.

Bohío de la comunidad bridicayra en el municipio de Convención. Carlos Castaño.
Texto de: Laura Sesana
Localización: Departamento del Norte de Santander
Año creación: 1989
Extensión: 158 125 ha
Altura: 45 - 2 000 m.s.n.m.
Temperatura: 17 - 28,5 ºC
Ecosistemas: Bosque húmedo tropical, selvas, bosques montañosos.
La palabra Barí significa “gente”. El Parque Nacional Natural Catatumbo-Barí es una de las últimas zonas donde habitan los indígenas barí, grupo que en la actualidad se encuentra amenazado. Además contiene uno de los restantes bosques húmedos tropicales de Colombia, el único del nororiente del país. Entre profundos cañones y montes empinados, crece una flora y fauna exuberante que refleja la belleza de la naturaleza andina en su estado virgen. El Catatumbo-Barí fue declarado Parque Nacional Natural en 1989 y comprende 158 125 hectáreas de superficie. En esta región, se encuentra el Refugio Húmedo del Pleistoceno, denominado Refugio del Catatumbo, que corresponde al piedemonte oriental de la Serranía de Perijá, la biota de este refugio es aún poco conocida.
El parque se encuentra en el departamento de Norte del Santander y limita al norte con la República Bolivariana de Venezuela. Limita también con la Serranía de Perijá y con las Llanuras del Banco. El Parque Nacional Natural se encuentra encerrado y demarcado por corrientes de agua; al norte se encuentra con el río Intermedio (Antray Boki), que sirve de límite con Venezuela, en donde continúa con el Parque Nacional Natural Serranía de Perijá; los caños Tomas, Brandy, San Miguelito y quebrada las Micas; al sur, el río Catatumbo, caño Indio y Batuina-Boky; al occidente la quebrada Plataneras y los caminos Korronkaira y Soyokaira. La mayoría de las corrientes de agua que nacen en la reserva desembocan en el río Catatumbo, el cual luego desemboca en el mar Caribe. La red hidrográfica esta conformada principalmente por los ríos Catatumbo, Río de Oro, el Intermedio, el río Suroeste, las quebradas de Bakdrom Boki, Dukuboki, Saynuboki, Sanonoboki, Batuyboki, Batuinaboki.
La altura del parque va de 45 a 2 000 m.s.n.m., pero la mayoría del territorio es plano. La temperatura promedio en las alturas es de 17 ºC y de 28,5 ºC en los parajes más bajos. Aunque no existen registros meteorológicos dentro del parque, se estima que las lluvias siguen un patrón bimodal. Se calcula que la precipitación anual en el parque es aproximadamente de 1 200 a 2 000 mm. Los periodos con máxima precipitación van de abril a mayo y de septiembre a noviembre. Los dos periodos secos anuales van de enero a marzo y de junio a agosto.
En la vegetación, en especial la arbórea, se encuentran lecheros de los géneros (Ficus, Trophio). Igualmente, se encuentran ceibas (Ceiba pentandra); las palmas son abundantes; es frecuente el “abarco” (Cariniana pyriformes), especie amenazada en Colombia. Otras plantas importantes por sus coloridas flores son los platanillos dentro de los cuales están Heliconia bihai, Heliconia brachyantha, Heliconia episcopalis, Heliconia hirsuta, Heliconia latispatha y Heliconia stricta. Otras especies comunes son los guiches (Vriesea heliconioides); en las Rubiaceae, se encuentran arbolitos como el crestegallo (Warsewiczia coccinea). Dentro de las leguminosas, la más vistosa es el palo de cruz (Brownea ariza) y el ojo de buey (Mucuna altísima).
El parque cuenta con una gran diversidad de especies, entre las aves, algunas endémicas o con cierto grado de amenaza como el paujil moquiamarillo (Crax daubentoni), el paujil copete de piedra (Pauxi pauxi), la guacamaya verde (Ara militaris), la cotorra cariamarilla (Pionopsitta pyrilia), la pava negra o aburrido (Aburria aburri), el hormiguero pico de hacha (Clytoctantes alixi), especie casi endémica de Colombia y de distribución restringida.
Existe también una multiplicidad de mamíferos como el oso andino o enjaquimado (Tremarctos ornatus), animal muy importante en la simbología de los indígenas de la zona. Sobresalen el venado soche (Mazama americana), el soche colorado (Mazama rufina) y el murciélago pescador (Noctilio leporinus). Además, se puede ver la lapa (Agouti paca), el zorro perruno (Cerdocyon thous), la danta (Tapirus terrestris) y el cerdo salvaje o chacharo (Tayassu pecari). También se encuentran primates como el mono colorado o mono cotudo (Alouatta seniculus seniculus), el mico cacao (Aotus griseimembra), especie altamente susceptible al Plasmodium, parásito causante de la malaria y las marimondas (Ateles hybridus, Ateles hybridus hybridus, Cebus albifrons versicolor).
Dentro del grupo de anfibios y reptiles se encuentran la rana platanera (Hyla crepitans), las ranas (Rana vaillanti) y los sapos (Bufo haematiticus y Bufo typhonius); un lagarto frecuente es Ameiva ameiva. Dentro de las serpientes se encuentran la rabí amarilla (Bothrops atrox), que posee veneno muy potente y las corales (Corallus endrys enydrys). Asimismo, se encuentra la tortuga inguensa (Rhinoclemmys diademata), la cual es consumida por las comunidades indígenas.
En lo relacionado con peces, se reportan especies endémicas para la cuenca del Catatumbo como manamana (Characidium voladorita), chupapiedra o voladorita (Potamorhina laticeps), bocachico (Prochilodus reticulatus), base de la alimentación de la Etnia Barí y la sardina, tolomba o golosa (Bryconamericus beta beta, Gephyrocharax venezuelae, Hyphessobrycon sovichthys). También está la mariana (Doraops zuloagai); algunas personas no la consumen, porque creen que menstrua en razón de que los machos secretan fácilmente líquido seminal cuando los capturan.
Por otro lado, a los habitantes indígenas del área se les denominó “Motilones” durante el tiempo de la Colonia, por su costumbre de llevar el cabello muy corto. Por la dificultad de accesibilidad a la zona, hasta el momento no se han hecho investigaciones arqueológicas dentro del parque. Se sabe que varias comunidades indígenas habitaron el área desde el siglo XVIII, llamados “Motilones” colectivamente. Entre ellas están los Yuko-yukpas, los Dobokubis y los Barí. Aunque fueron tribus beligerantes, después de la década de 1940 tuvieron que ceder sus tierras a las aspiraciones petroleras y agrícolas del “hombre blanco”. Hoy en día estos grupos, su tradición, cultura y forma de vida, se encuentran en peligro de perderse para siempre.
Los yuko-yukpa, auto denominación que significa “gente salvaje” o “gente del monte”, originalmente habitaban el área entre el valle del río Cesar y el costado oriental del Lago de Maracaibo en Venezuela. Hoy su territorio se encuentra reducido, viven en las zonas altas de la serranía de Perijá, entre el río Chirimá y el alto Catatumbo. Pertenecen a la familia lingüística karib, y son de estatura baja, origen del calificativo “pigmeos americanos”. El parque es una de las pocas áreas donde todavía pueden vivir y cazar.
El grupo indígena kunaguasava, también llamados dobokubis, vivieron durante el siglo XVIII al norte de las aldeas esparcidas de los yuko, entre las provincias de Santa Marta y Maracaibo. Pertenecen a la familia lingüística chibcha y hoy habitan las áreas entre los ríos Maraca y Agua Blanca. Dado su estado de peligro de extinción, son comúnmente confundidos con miembros de los grupos yuko y barí.
Los barí son un grupo indígena semi-sedentario que habitan las riberas de los ríos y zonas aledañas. Subsisten de la cacería, la pesca y la agricultura y viven bajo un sistema político igualitario, basado en el reconocimiento de roles. Es importante destacar que en los Barí no se encuentran ídolos ni templos, ni ritos, ni sacrificios, ni ofrendas. Esto probablemente se debe a la relación con Sabaseba, quien organizó el mundo y su vida y los dejó para que ellos continuaran con los modelos que les enseñó, sin requerir de una relación cultural. Sin embargo, el barí reconoce el papel y la obra de Sabaseba y procura seguir sus modelos en todo lo que hace. Durante siglos, los barí han vivido en la zona, practicando un modo de vida sostenible en conjunto con la naturaleza. Su dieta se basa en la pesca del bocachico, el cual se encuentra en la cuenca del río Catatumbo. Sus bohíos consisten en pequeñas agrupaciones de viviendas de aproximadamente 9 m2, cubiertos de esteras, donde cuelgan sus hamacas o chinchorros. Los bohíos de los barí son regidos generalmente por dos caciques locales. Como los otros grupos indígenas que habitan la región, se encuentran seriamente amenazados por la incursión del hombre blanco, en especial la tala del bosque húmedo que conforma su hábitat.
Actualmente, los indígenas se encuentran distribuidos en dos resguardos, el resguardo Motilón Barí (108 900 ha) y Catalaura-La Gabarra (13 300 ha); sus territorios presentan 95% de traslape con el área protegida; la etnia esta conformada por 23 comunidades.
En el interior del parque, la economía se encuentra básicamente controlada por la comunidad Barí; poseen cultivos principales de cacao, plátano, yuca, maíz. Otro aspecto de la etnia Barí sería la cacería y la pesca, pero al igual que la agricul-tura, sólo es para el autoconsumo. La principal actividad económica de la región es la agricultura, la cual no genera estabilidad económica, causa de la propagación de cultivos ilícitos de coca en las áreas cercanas al parque. Los cultivos ilícitos traen consigo una cantidad de problemas graves, algunos menos obvios que otros. El cultivo de coca remplaza la cobertura vegetal original, aumenta la polución de los ríos y contribuye a la disminución de la biodiversidad de la zona. Además, el número de colonos y de poblaciones flotantes, junto con el desplazamiento forzado de los habitantes originales, ha aumentado. Esto genera grandes presiones para los pobladores de las veredas aledañas de La Hondura, el Martillo, Culebritas y el Suspiro.
El área cuenta con dos objetivos de conservación: el primero está relacionado con conservar los valores naturales presentes en los bosques higrofítico tropical y subandino presentes en el Parque Nacional Natural Catatumbo Barí; los objetos de conservación identificados hasta el momento son danta (Tapirus terrestris), oso de anteojos (Trematus ornatus), guacamaya verde (Ara militaris), cotorra cabeciamarilla (Pionopsitta pyrilia), (Cariniana pyriformes) y especies de peces que se encuentran en estado de amenaza como se reportan en la caracterización biótica del área protegida. El segundo está relacionado con la conservación de los valores naturales que son culturalmente considerados importantes por el pueblo barí.
#AmorPorColombia
Parque Nacional Catatumbo Barí

Bosque ubicado en cercanías de la serranía de Perijá, municipio El Carmen. Carlos Castaño.

Vista aérea del relieve escarpado del parque. Carlos Castaño.

Interior de un bosque secundario en cercanías del municipio de Convención. Carlos Castaño.

El territorio del parque varía de ondulado a fuertemente quebrado. Carlos Castaño.

Bohío de la comunidad bridicayra en el municipio de Convención. Carlos Castaño.
Texto de: Laura Sesana
Localización: Departamento del Norte de Santander
Año creación: 1989
Extensión: 158 125 ha
Altura: 45 - 2 000 m.s.n.m.
Temperatura: 17 - 28,5 ºC
Ecosistemas: Bosque húmedo tropical, selvas, bosques montañosos.
La palabra Barí significa “gente”. El Parque Nacional Natural Catatumbo-Barí es una de las últimas zonas donde habitan los indígenas barí, grupo que en la actualidad se encuentra amenazado. Además contiene uno de los restantes bosques húmedos tropicales de Colombia, el único del nororiente del país. Entre profundos cañones y montes empinados, crece una flora y fauna exuberante que refleja la belleza de la naturaleza andina en su estado virgen. El Catatumbo-Barí fue declarado Parque Nacional Natural en 1989 y comprende 158 125 hectáreas de superficie. En esta región, se encuentra el Refugio Húmedo del Pleistoceno, denominado Refugio del Catatumbo, que corresponde al piedemonte oriental de la Serranía de Perijá, la biota de este refugio es aún poco conocida.
El parque se encuentra en el departamento de Norte del Santander y limita al norte con la República Bolivariana de Venezuela. Limita también con la Serranía de Perijá y con las Llanuras del Banco. El Parque Nacional Natural se encuentra encerrado y demarcado por corrientes de agua; al norte se encuentra con el río Intermedio (Antray Boki), que sirve de límite con Venezuela, en donde continúa con el Parque Nacional Natural Serranía de Perijá; los caños Tomas, Brandy, San Miguelito y quebrada las Micas; al sur, el río Catatumbo, caño Indio y Batuina-Boky; al occidente la quebrada Plataneras y los caminos Korronkaira y Soyokaira. La mayoría de las corrientes de agua que nacen en la reserva desembocan en el río Catatumbo, el cual luego desemboca en el mar Caribe. La red hidrográfica esta conformada principalmente por los ríos Catatumbo, Río de Oro, el Intermedio, el río Suroeste, las quebradas de Bakdrom Boki, Dukuboki, Saynuboki, Sanonoboki, Batuyboki, Batuinaboki.
La altura del parque va de 45 a 2 000 m.s.n.m., pero la mayoría del territorio es plano. La temperatura promedio en las alturas es de 17 ºC y de 28,5 ºC en los parajes más bajos. Aunque no existen registros meteorológicos dentro del parque, se estima que las lluvias siguen un patrón bimodal. Se calcula que la precipitación anual en el parque es aproximadamente de 1 200 a 2 000 mm. Los periodos con máxima precipitación van de abril a mayo y de septiembre a noviembre. Los dos periodos secos anuales van de enero a marzo y de junio a agosto.
En la vegetación, en especial la arbórea, se encuentran lecheros de los géneros (Ficus, Trophio). Igualmente, se encuentran ceibas (Ceiba pentandra); las palmas son abundantes; es frecuente el “abarco” (Cariniana pyriformes), especie amenazada en Colombia. Otras plantas importantes por sus coloridas flores son los platanillos dentro de los cuales están Heliconia bihai, Heliconia brachyantha, Heliconia episcopalis, Heliconia hirsuta, Heliconia latispatha y Heliconia stricta. Otras especies comunes son los guiches (Vriesea heliconioides); en las Rubiaceae, se encuentran arbolitos como el crestegallo (Warsewiczia coccinea). Dentro de las leguminosas, la más vistosa es el palo de cruz (Brownea ariza) y el ojo de buey (Mucuna altísima).
El parque cuenta con una gran diversidad de especies, entre las aves, algunas endémicas o con cierto grado de amenaza como el paujil moquiamarillo (Crax daubentoni), el paujil copete de piedra (Pauxi pauxi), la guacamaya verde (Ara militaris), la cotorra cariamarilla (Pionopsitta pyrilia), la pava negra o aburrido (Aburria aburri), el hormiguero pico de hacha (Clytoctantes alixi), especie casi endémica de Colombia y de distribución restringida.
Existe también una multiplicidad de mamíferos como el oso andino o enjaquimado (Tremarctos ornatus), animal muy importante en la simbología de los indígenas de la zona. Sobresalen el venado soche (Mazama americana), el soche colorado (Mazama rufina) y el murciélago pescador (Noctilio leporinus). Además, se puede ver la lapa (Agouti paca), el zorro perruno (Cerdocyon thous), la danta (Tapirus terrestris) y el cerdo salvaje o chacharo (Tayassu pecari). También se encuentran primates como el mono colorado o mono cotudo (Alouatta seniculus seniculus), el mico cacao (Aotus griseimembra), especie altamente susceptible al Plasmodium, parásito causante de la malaria y las marimondas (Ateles hybridus, Ateles hybridus hybridus, Cebus albifrons versicolor).
Dentro del grupo de anfibios y reptiles se encuentran la rana platanera (Hyla crepitans), las ranas (Rana vaillanti) y los sapos (Bufo haematiticus y Bufo typhonius); un lagarto frecuente es Ameiva ameiva. Dentro de las serpientes se encuentran la rabí amarilla (Bothrops atrox), que posee veneno muy potente y las corales (Corallus endrys enydrys). Asimismo, se encuentra la tortuga inguensa (Rhinoclemmys diademata), la cual es consumida por las comunidades indígenas.
En lo relacionado con peces, se reportan especies endémicas para la cuenca del Catatumbo como manamana (Characidium voladorita), chupapiedra o voladorita (Potamorhina laticeps), bocachico (Prochilodus reticulatus), base de la alimentación de la Etnia Barí y la sardina, tolomba o golosa (Bryconamericus beta beta, Gephyrocharax venezuelae, Hyphessobrycon sovichthys). También está la mariana (Doraops zuloagai); algunas personas no la consumen, porque creen que menstrua en razón de que los machos secretan fácilmente líquido seminal cuando los capturan.
Por otro lado, a los habitantes indígenas del área se les denominó “Motilones” durante el tiempo de la Colonia, por su costumbre de llevar el cabello muy corto. Por la dificultad de accesibilidad a la zona, hasta el momento no se han hecho investigaciones arqueológicas dentro del parque. Se sabe que varias comunidades indígenas habitaron el área desde el siglo XVIII, llamados “Motilones” colectivamente. Entre ellas están los Yuko-yukpas, los Dobokubis y los Barí. Aunque fueron tribus beligerantes, después de la década de 1940 tuvieron que ceder sus tierras a las aspiraciones petroleras y agrícolas del “hombre blanco”. Hoy en día estos grupos, su tradición, cultura y forma de vida, se encuentran en peligro de perderse para siempre.
Los yuko-yukpa, auto denominación que significa “gente salvaje” o “gente del monte”, originalmente habitaban el área entre el valle del río Cesar y el costado oriental del Lago de Maracaibo en Venezuela. Hoy su territorio se encuentra reducido, viven en las zonas altas de la serranía de Perijá, entre el río Chirimá y el alto Catatumbo. Pertenecen a la familia lingüística karib, y son de estatura baja, origen del calificativo “pigmeos americanos”. El parque es una de las pocas áreas donde todavía pueden vivir y cazar.
El grupo indígena kunaguasava, también llamados dobokubis, vivieron durante el siglo XVIII al norte de las aldeas esparcidas de los yuko, entre las provincias de Santa Marta y Maracaibo. Pertenecen a la familia lingüística chibcha y hoy habitan las áreas entre los ríos Maraca y Agua Blanca. Dado su estado de peligro de extinción, son comúnmente confundidos con miembros de los grupos yuko y barí.
Los barí son un grupo indígena semi-sedentario que habitan las riberas de los ríos y zonas aledañas. Subsisten de la cacería, la pesca y la agricultura y viven bajo un sistema político igualitario, basado en el reconocimiento de roles. Es importante destacar que en los Barí no se encuentran ídolos ni templos, ni ritos, ni sacrificios, ni ofrendas. Esto probablemente se debe a la relación con Sabaseba, quien organizó el mundo y su vida y los dejó para que ellos continuaran con los modelos que les enseñó, sin requerir de una relación cultural. Sin embargo, el barí reconoce el papel y la obra de Sabaseba y procura seguir sus modelos en todo lo que hace. Durante siglos, los barí han vivido en la zona, practicando un modo de vida sostenible en conjunto con la naturaleza. Su dieta se basa en la pesca del bocachico, el cual se encuentra en la cuenca del río Catatumbo. Sus bohíos consisten en pequeñas agrupaciones de viviendas de aproximadamente 9 m2, cubiertos de esteras, donde cuelgan sus hamacas o chinchorros. Los bohíos de los barí son regidos generalmente por dos caciques locales. Como los otros grupos indígenas que habitan la región, se encuentran seriamente amenazados por la incursión del hombre blanco, en especial la tala del bosque húmedo que conforma su hábitat.
Actualmente, los indígenas se encuentran distribuidos en dos resguardos, el resguardo Motilón Barí (108 900 ha) y Catalaura-La Gabarra (13 300 ha); sus territorios presentan 95% de traslape con el área protegida; la etnia esta conformada por 23 comunidades.
En el interior del parque, la economía se encuentra básicamente controlada por la comunidad Barí; poseen cultivos principales de cacao, plátano, yuca, maíz. Otro aspecto de la etnia Barí sería la cacería y la pesca, pero al igual que la agricul-tura, sólo es para el autoconsumo. La principal actividad económica de la región es la agricultura, la cual no genera estabilidad económica, causa de la propagación de cultivos ilícitos de coca en las áreas cercanas al parque. Los cultivos ilícitos traen consigo una cantidad de problemas graves, algunos menos obvios que otros. El cultivo de coca remplaza la cobertura vegetal original, aumenta la polución de los ríos y contribuye a la disminución de la biodiversidad de la zona. Además, el número de colonos y de poblaciones flotantes, junto con el desplazamiento forzado de los habitantes originales, ha aumentado. Esto genera grandes presiones para los pobladores de las veredas aledañas de La Hondura, el Martillo, Culebritas y el Suspiro.
El área cuenta con dos objetivos de conservación: el primero está relacionado con conservar los valores naturales presentes en los bosques higrofítico tropical y subandino presentes en el Parque Nacional Natural Catatumbo Barí; los objetos de conservación identificados hasta el momento son danta (Tapirus terrestris), oso de anteojos (Trematus ornatus), guacamaya verde (Ara militaris), cotorra cabeciamarilla (Pionopsitta pyrilia), (Cariniana pyriformes) y especies de peces que se encuentran en estado de amenaza como se reportan en la caracterización biótica del área protegida. El segundo está relacionado con la conservación de los valores naturales que son culturalmente considerados importantes por el pueblo barí.