Museo Francisco de Paula Santander

Texto de: Enrique Pulecio Mariño

Al norte de la ciudad, en la casona campesina del siglo XVII de la antigua hacienda “El Cedro un museo, levantado en la memoria del General Francisco de Paula Santander, abrió sus puertas al público en 1982. La hacienda tiene una larga y accidentada historia. Fue campo de batalla cuando el General Tomás Cipriano de Mosquera en su lucha por el poder contra la presidencia de Mariano Ospina Rodríguez, atacó a las tropas gobiernistas acantonadas allí. En 1899 la casa fue reconstruida por don Francisco J. Fernández y luego se convirtió en casa de veraneo de pres-tantes familias bogotanas y también de los presidentes de la República. Entre 1925 y 1977 estuvo prácticamente abandonada. En 1977 fue recuperada y restaurada en su totalidad, ampliando incluso sus espacios, conservando su estilo colonial, para ser destinada finalmente el museo que hoy tiene allí su sede. Como en una época anterior la hacienda había sido consagrada a Nuestra Señora del Campo, con la restauración se edificó una capilla en su nombre, de acuerdo con el uso y estilo de las capillas doctrineras de la época colonial.

El Museo está por entero consagrado a la recuperación, colección y exhibición de documentos y objetos de diversa índole que pertenecieron al “Hombre de las Leyes”. En los 17 salones se distribuyen algunos de los aspectos que conformaron la vida pública y privada del prócer. La vida familiar por un lado, que muestra el aspecto íntimo del hombre, tal como podemos imaginarlo en la vida cotidiana. Por otra parte la vida militar: una sala está dedicada a la actividad de Santander en la Batalla de Boyacá. También el período de las leyes que va desde 1832 a 1838, época de su primera vicepresidencia, está evocado en un amplio espacio especialmente adecuado para este fin.

Completa el programa del Museo un salón dedicado a mostrar, con documentos, concernientes a aspectos del gobierno de Santander y en el cual se exponen las consecuencias de su participación en la formación de la nacionalidad en las constituciones de la República.