Parque de los Pies Descalzos

Texto de: Carolina Jaramillo Seligmann

La Fundación EPM nació en el año 2000 con el objetivo de fomentar, de manera innovadora, la investigación científica y el desarrollo tecnológico, y de mejorar el nivel de vida y la participación comunitaria.

La primera obra fue el Parque de los Pies Descalzos, con una superficie de 30 411 metros cuadrados, ideal para el desarrollo de actividades culturales, lúdicas, recreativas y educativas.

El origen del nombre proviene del acto de descalzarse para tener contacto con los elementos, las fuentes de agua, el parque de arena o jardín zen que hay en su interior.

A lo largo de este recorrido es posible involucrarse con los juegos de madera para todas las edades, que permiten redescubrir la profunda relación con el espacio que habitamos; transitar el llamado camino de la vida ­—un espacio de desarrollo de la motricidad—; visitar el jardín de piedra, tierra y arena —llamado Vidas caminantes—, donde se absorbe, recicla y transmuta la energía a través de su magnetismo, y donde se recibe un masaje en la planta de los pies, tradicional de la cultura oriental.

El Bosque, poblado de chiminangos, guaduas, tulipanes y especies nativas, permite disfrutar de un espacio verde que purifica pulmones y espíritu. El parque es un oasis en medio de la ciudad, un espacio público diferente, un ambiente de armonía apto tanto para encuentros culturales como para realizar ejercicios, recorridos ecológicos, talleres de relajación y lectura.

El ingreso al Parque de los Pies Descalzos es gratuito y se puede visitar bajo la propia iniciativa, o siguiendo los recorridos guiados que se ofrecen a diario, excepto los lunes, días dedicados a la limpieza de las instalaciones. Los guías son profesionales o estudiantes de ciencias que explican a los visitantes la filosofía del parque y reflexionan sobre los materiales que allí encuentran.

Situado entre el centro de Convenciones Plaza Mayor y el edifico inteligente de EPM, en sus terrazas al aire libre es posible disfrutar de heladerías, cafés y restaurantes que ofrecen desde comidas rápidas hasta postres propios de la gastronomía paisa. También hay quioscos para la venta de revistas y salas de internet. Allí es posible asistir a conciertos y eventos culturales y recreativos. Sus locales están abiertos por lo general hasta la medianoche.

En este parque se encuentra el museo interactivo EPM, en el que la experimentación sobre la naturaleza da paso al aprendizaje de las ciencias. Hace poco, este museo fue remodelado con una gran inversión, renovando más de la mitad de sus atracciones.

Tanto el parque como el museo son resultado de una gran campaña de recuperación del espacio público, orquestada por EPM, dado que el lugar donde están ubicados era una de las zonas más desprimidas de la ciudad. Hoy en día es lugar de encuentro y aprendizaje ciudadano. El propósito es sensibilizar a los habitantes “empezando por los pies y terminando en el espíritu”.

La Puerta Urbana es el lugar simbólico por donde se hace el ingreso al parque. Esta obra incluye una plazoleta al aire libre, un espacio para agua y arena, una sede administrativa y una formidable escultura de la que cae el agua en chorros, con luces que en las noches constituyen todo un espectáculo.

Esta escultura de 9 metros de altura —cuyos autores son Felipe Uribe de Bedout, Juan Carlos Cadavid y Fernando Salinas Salazar, con la interventoría de la Unidad Edificios de Empresas Públicas de Medellín— se ha convertido en un referente urbano y un escenario recreativo y cultural para quienes entran a disfrutar de un nuevo “mundo a sus pies”.