Parque Biblioteca Tomás Carrasquilla / La Quintana

Texto de: Carolina Jaramillo Seligmann

Un sector fracturado por un accidente geográfico que dificulta su comunicación y tránsito, es el escenario donde hoy se levanta el Parque Biblioteca La Quintana. Incrustado en la cuenca de la quebrada que lleva el mismo nombre, sirve de articulación entre dos barrios que hasta hace poco se encontraban separados por los obstáculos naturales. De ahí que la recuperación de esta área —ubicada en el tradicional sector de Robledo, al noroccidente de Medellín— tenga gran parte de su valor simbólico y arquitectónico en la inclusión de una zona que hasta entonces carecía de acciones encaminadas a su desarrollo urbano.

Diseñado por el arquitecto Ricardo La Rotta Caballero, es uno de los cinco Parques Bibliotecas que se han construido recientemente en la ciudad. Su moderna estructura enclavada sobre una pendiente —que sirve como mirador hacia el valle donde se ubica la ciudad— se funde con la topografía y consigue resolver las dificultades naturales iniciales de su ubicación.

El parque biblioteca permite la integración del edificio propiamente dicho con el parque La Quintana. Al fundirse en uno solo, el espacio se convierte en lugar de encuentro e intercambio ciudadano. Y, al integrar los barrios que se encuentran a lado y lado de la quebrada, cumple su función unificadora.

Su propuesta arquitectónica abarca una combinación de espacios cerrados y abiertos, abrigados por un techo que, al jugar con el manejo de la madera, genera espacios de sol y sombra que semejan la copa de un árbol. Su terraza, que sirve además de puerta de entrada a la ciudad y al parque, tiene un componente simbólico de ingreso al conocimiento y de bienvenida a Medellín.

Las distintas alturas de los terrenos donde están sus dos grandes bloques —absolutamente geométricos y horizontales— sirven para diferenciar el sentido y funcionalidad de cada uno de sus dos edificios: el de la parte baja, silencioso y con mayor privacidad; y el de la parte alta, donde ocurre gran parte de la vida pública. El elemento comunicador de las dos edificaciones es un espejo de agua que corre paralelo a la dirección de la quebrada. La cafetería es quizás uno de los lugares mejor logrados dentro de la estructura, pues está emplazada en una terraza que aprovecha los desniveles para convertirse en mirador.

Los materiales que priman en su construcción son concreto, arcilla cocida y madera para las zonas altas y la creación de persianas.

Para promover el progreso de los habitantes de este sector, en el parque biblioteca se puede encontrar un CEDEZO —Centro de Desarrollo Empresarial Zonal—, que sirve de apoyo para el desarrollo de microempresas y negocios familiares en sus barrios de influencia.

Como en todas estas construcciones, en su interior se puede visitar la ludoteca, la sala “Mi barrio”, la sala de computadores, las salas de consulta y lectura —diseñadas para las necesidades particulares de adultos y niños—, el auditorio y la sala de exposiciones. Se trata del parque lineal más grande de Medellín, con cerca de 39?000 metros cuadrados de área, 400 metros lineales de caminos peatonales adoquinados, 2 puentes peatonales en madera —de 6 metros de longitud cada uno— y 6 plazoletas. Su dotación incluye 82 bancas en forma de cubos en concreto y 50 postes de luz. Para su disfrute se sembraron 20 mil metros cuadrados de césped y 230 nuevos árboles, de 26 especies distintas. Adicionalmente se construyó también un parque infantil.

Todas las obras se ejecutaron con el fin de mejorar las áreas verdes de la microcuenca de la quebrada La Quintana y conectar el área de protección del borde de la ciudad con el río.