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- Salmona (1998)
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- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
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- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
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- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
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- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
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Zonación y sucesión en los manglares de Colombia
La formación de nuevos manglares solo ocurre cuando se depositan franjas con playones fangosos o fango?arenosos protegidos del embate directo del mar. Esta condición es indispensable; de acuerdo con la velocidad de acreación se incrementará la población del manglar.
La formación de nuevos manglares solo ocurre cuando se depositan franjas con playones fangosos o fango?arenosos protegidos del embate directo del mar. Esta condición es indispensable; de acuerdo con la velocidad de acreación se incrementará la población del manglar.
El sustrato desempeña un papel decisivo en la zonación del manglar, especialmente en el Pacífico colombiano. En esta zona los sustratos consolidados de arcilla, generalmente estables e inundados periódicamente con agua salobre, están ocupados por grandes rodales de mangle nato, Mora megistosperma, como los del estero de Agua Clara en Tumaco.
Sobre los sustratos fangosos inestables se forman normalmente bosques de mangle rojo, Rhizophora spp., cuyo sistema de raíces en forma de zancos le da excelente sustentación. El mangle negro, Avicennia germinans, no tiene mucho éxito sobre estos sustratos inestables y opta por ocupar fondos fango?arenosos consolidados. Esta Preferencia por diferentes tipos de sustratos hace que los manglares del Pacífico colombiano se distribuyan de acuerdo con las condi-ciones del suelo.
La relación con el sustrato se aprecia claramente en el mangle negro, Avicennia germinan, y el mangle rojo, Rhizophora spp. El primero vive sobre sustratos fango?arenosos más estables y con escasos sedimentos. De esta manera sus tubos respira-torios llamados neumatóforos no se tapan fácilmente. El mangle rojo tiene raíces en forma de zanco perfectamente adaptadas para ocupar sustratos inestables. Pueden alcanzar 10 metros o más de altura, lo que les permite vivir en zonas donde reciben cierta carga de sedimentos, dado que sus poros respiratorios o lenticelas se encuentran en las partes altas de estas raíces aéreas.
La relación con el sustrato se aprecia claramente en el mangle negro, Avicennia germinan, y el mangle rojo, Rhizophora spp. El primero vive sobre sustratos fango?arenosos más estables y con escasos sedimentos. De esta manera sus tubos respira-torios llamados neumatóforos no se tapan fácilmente. El mangle rojo tiene raíces en forma de zanco perfectamente adaptadas para ocupar sustratos inestables. Pueden alcanzar 10 metros o más de altura, lo que les permite vivir en zonas donde reciben cierta carga de sedimentos, dado que sus poros respiratorios o lenticelas se encuentran en las partes altas de estas raíces aéreas.
La relación con el sustrato se aprecia claramente en el mangle negro, Avicennia germinan, y el mangle rojo, Rhizophora spp. El primero vive sobre sustratos fango?arenosos más estables y con escasos sedimentos. De esta manera sus tubos respira-torios llamados neumatóforos no se tapan fácilmente. El mangle rojo tiene raíces en forma de zanco perfectamente adaptadas para ocupar sustratos inestables. Pueden alcanzar 10 metros o más de altura, lo que les permite vivir en zonas donde reciben cierta carga de sedimentos, dado que sus poros respiratorios o lenticelas se encuentran en las partes altas de estas raíces aéreas.
La relación con el sustrato se aprecia claramente en el mangle negro, Avicennia germinan, y el mangle rojo, Rhizophora spp. El primero vive sobre sustratos fango?arenosos más estables y con escasos sedimentos. De esta manera sus tubos respira-torios llamados neumatóforos no se tapan fácilmente. El mangle rojo tiene raíces en forma de zanco perfectamente adaptadas para ocupar sustratos inestables. Pueden alcanzar 10 metros o más de altura, lo que les permite vivir en zonas donde reciben cierta carga de sedimentos, dado que sus poros respiratorios o lenticelas se encuentran en las partes altas de estas raíces aéreas.
Entre el manglar y la selva húmeda tropical del Pacifico colombiano, aparece un bosque de transición dominado por la palma de naidí, Euterpe sp. Estos bosques se conocen como naidisales y son extrema-damente agresivos; invaden regularmente a los manglares cuando éstos no son inundados con agua salobre. Por esto juegan un importante papel en la sucesión de los mismos.
Asociado al manglar y en zonas con altas precipitaciones, podemos encontrar una serie de plantas, especialmente epífitas como bromelias y musgos. Las lluvias favorecen la colonización del manglar por parte de plantas terrestres (102), las cuales pueden llegar a desplazar, en forma gradual, al manglar.
Asociado al manglar y en zonas con altas precipitaciones, podemos encontrar una serie de plantas, especialmente epífitas como bromelias y musgos. Las lluvias favorecen la colonización del manglar por parte de plantas terrestres (102), las cuales pueden llegar a desplazar, en forma gradual, al manglar.
Asociado al manglar y en zonas con altas precipitaciones, podemos encontrar una serie de plantas, especialmente epífitas como bromelias y musgos. Las lluvias favorecen la colonización del manglar por parte de plantas terrestres (102), las cuales pueden llegar a desplazar, en forma gradual, al manglar.
Asociado al manglar y en zonas con altas precipitaciones, podemos encontrar una serie de plantas, especialmente epífitas como bromelias y musgos. Las lluvias favorecen la colonización del manglar por parte de plantas terrestres (102), las cuales pueden llegar a desplazar, en forma gradual, al manglar.
Texto de: Henry von Prahl
Las comunidades de mangle manifiestan patrones particulares de distribución dentro de su hábitat y es así como encontramos especies que ocupan tierras bajas, formando franjas que dan hacia el mar o al estuario, mientras que otras ocupan zonas más elevadas, generalmente alejadas del agua.
Al respecto, se acepta en términos generales que los mangles presentan la siguiente zonación clásica, a partir de la línea de marea 1. Mangle rojo, Rhizophora. 2. Mangle negro, Avicennia, 3 Mangle blanco, Laguncularia; y 4. Mangle botón, Conocarpus; en el Pacífico. 5. Mangle piñuelo, Pelliciera. 6. Mangle nato, Mora. Claro está que este patrón no siempre se mantiene y depende de una serie de factores y condiciones.
¿A qué se debe que las diferentes especies de mangle se distribuyan de una manera determinada? Se sabe de una gran cantidad de condiciones. Por ejemplo, los diferentes gradientes de salinidad en el suelo estimulan distintas respuestas fisiológicas en las plantas, especialmente en aquellas que pueden mantener una eficiencia metabólica más alta que la especie invasora, la cual estaría en clara desventaja. Ejemplo de esto son los Manglares del Caribe donde se observa que Rhizophora predomina en suelos con bajas concentraciones de sal o equivalentes a las del agua de mar, mientras que Avicennia puede crecer relativamente bien en suelos con salinidad de 2.5 veces la del mar, un medio en el que Rhizophora es excluído competiti vamente. Dicha observación hace pensar que en el Caribe la concentración de sal en el suelo probablemente regula la zonación de algunos mangles. A su vez, este aspecto está estrechamente relacionado con el clima, debido a que las altas tasas de evaporación inducen el aumento de la salinidad en aquellos suelos que se inundan temporalmente con el agua de mar.
El modelo de competencia descrito funciona para algunas zonas, pero no explica la distribución de los Manglares en el Pacífico colombiano, donde la salinidad del suelo es muy baja por las altas precipitaciones y el constante lavado de las mareas. Al parecer, en la costa del Pacífico la zonación de los mangles está relacionada con la estabilidad del sustrato y todo parece indicar que los playones fangosos son colonizados en primer lugar por Rhizophora, el cual dispone de raíces en forma de zancos, más efectivas en la fijación y el anclaje.
Franjas más firmes o playones estabilizados con alto contenido de arena están usualmente ocupadas por Avicennia y Laguncularia, mientras que Pelliciera y Mora se encuentran sobre sustratos arcillosos estables.
En la zonación el tamaño del embrión también puede jugar un papel decisivo, dado que los propágulos de Rhizophora pueden medir de 25 a 60 centímetros de largo, según la especie, lo que favorece la ocupación de playones recientes parcialmente sumergidos, donde no pueden anclar otras especies por tener embriones muy pequeños. Quizá sea una ventaja de Rhizophora sobre los otros mangles y además una de las causas de que ocupe el frente marino o estuarino, sobre todo en zonas de acreación en las cuales se están depositando continuamente sedimentos recientes.
Pero, a su vez, la ocupación de zonas más elevadas se efectúa mejor con embriones pequeños que pueden ser llevados allí por las mareas, mientras los grandes no penetran con facilidad al interior de la llanura aluvial, particularmente si el espejo de agua no es alto.
En Pelliciera rhizophorae y Mora megistosperma, la correlación con la estabilidad del suelo es muy clara. Bosques de estos mangles sólo se pueden desarrollar sobre bancos de arcilla consolidada y otros sustratos duros, de lo contrario sufrirán volcamientos al alcanzar determinada altura, porque sus raíces tabloides y en contrafuerte no están bien adaptadas para sostenerse en sustratos inestables.
De todas maneras no es fácil explicar la zonación y, al parecer, muchos factores interactúan en esta distribución, incluyendo el azar, ya que existen bosques mixtos de mangle donde una especie convive junto a la otra sin zonación definida.
En cuanto al desarrollo ecológico de un manglar, este consiste en cambios en la estructura de las especies y en los procesos de la comunidad a través del tiempo, lo que se conoce con el nombre de sucesión.
En algunos Manglares del Pacífico colombiano se nota una sucesión direccional, determinada por cambios en la estabilidad del suelo y en la penetración del agua salada.
Cuando a ciertos sectores del manglar deja de entrar agua salada por ejemplo, al sedimentarse algunos esteros y bloquearse el intercambio , el medio se va saturando con agua dulce por las altas precipitaciones, generalmente superiores a 3.000 mm./año. Al no entrar agua salada el manglar va siendo invadido gradualmente por otras comunidades como palmas de naidí, Euterpe, y por pantanos de agua dulce con bosques de virola y cuángare, plantas adaptadas para vivir sobre suelos inestables y pobres en oxígeno, pero intolerantes al agua salada.
A su vez, este pantano de agua dulce se va rellenando de material orgánico hasta que se extingue la vegetación existente y es reemplazada por selva húmeda tropical, última etapa en la sucesión, la cual se denomina comunidad clímax pues ya no será reemplazada por otra.
Pero el manglar también sufre sucesiones alógenas al ir colonizando los playones de sedimentación expuestos a la acción de las mareas, especialmente en zonas de acreación, como en los deltas de los ríos.
Al formarse nuevos sustratos protegidos, los mangles van poblando estos espacios abiertos y así la sucesión se mueve en una dirección predecible. Estos procesos direccionales se pueden interrumpir por una serie de efectos como desestabilización de las barras de arena llamadas bajos. El material erosionado de la barra, especialmente la arena, puede ser transportado con las corrientes y mareas hasta el manglar. Al sedimentarse y cubrir la franja pionera, especialmente de Rhizophora, el mangle puede morir por problemas en el intercambio de gases y absorción de nutrientes.
De esta manera se interrumpe la sucesión direccional y, por lo general, la franja afectada del manglar desaparece. En su lugar se desarrollan dunas que pueden estabilizarse y formar playas detrás de las cuales permanece el manglar, siempre y cuando penetre agua salobre o salada. De lo contrario, la barra de arena represa el agua dulce y con el tiempo el manglar será reemplazado por un bosque de pantano de agua dulce.
Este fenómeno puede verse en la zona de Orpúa e Ijua, en el Pacífico colombiano, donde los cuangariales o guandales, típicos bosques de pantano de agua dulce, llegan hasta el mar, aunque se mantienen a salvo del agua marina por playas consolidadas.
Cuando las condiciones topográficas permanecen estables, no hay procesos activos de sedimentación y la marea penetra libremente, el manglar se comporta como una comunidad en equilibrio y puede adquirir características de un bosque clímax. En algunos casos este equilibrio también se logra por ciertas condiciones climáticas. Por ejemplo, en Manglares de borde de zonas semiáridas, como Santa Marta o la Guajira, se forma normalmente un salitral entre la franja del manglar y las comunidades típicamente terrestres, lo cual retarda los procesos de reemplazo de un tipo de vegetación por otra.
También se presentan auto sucesiones en regiones donde se manifiestan incrementos en el nivel del mar o hundimientos del suelo, lo que permite que aguas saladas o salobres penetren en pantanos de agua dulce formados al reemplazar antiguos Manglares. El agua salada mata esta vegetación y en su lugar pueden nacer nuevamente Manglares. Se ha observado este fenómeno en el Pacífico colombiano, donde cuangariales o guandales están siendo reemplazados por bosques de Avicennia y Laguncularia. Estos suelos se hundieron después del terremoto de 1979 a consecuencia de un proceso de licuefacción de los sustratos básales de arena.
Un fenómeno similar se puede observar en la desembocadura del río Sinú. Este afluía por el caño de Cispatá a la bahía del mismo nombre y los Manglares se limitaban a las zonas influenciadas por agua salada y salobre, a lo largo de Caño Salado, el cual está aislado del cauce principal del río por una barra.
Pero en 1938 se alteró la desembocadura del río Sinú por la construcción de un canal de riego; el río penetró por el canal y abrió la boca de Tinajones, alterando de tal manera el caudal del caño de Cispatá que el agua salada entró destruyendo grandes cultivos de arroz y provocando graves problemas económicos y sociales. Pero esto le permitió a manglar recolonizar antiguos territorios suyos y de los cuales fue desplazado por sucesión. Hoy tenemos Manglares florecientes en la zona.
Retornando los conceptos anteriores vemos que el agua salada o salobre juega un papel fundamental en la existencia del manglar, ya que si esta no puede inundar periódicamente el ecosistema y controlar así las plantas terrestres, el manglar está condicionado a desaparecer y dejarle paso a otra comunidad.
Por esto las alteraciones o modificaciones hidrológicas tienen un impacto tan grande sobre el manglar, y por esta razón es importante tener en cuenta que las obras civiles que en el Caribe afectan de una manera catastrFica al manglar, en el Pacífico no producirían las mismas consecuencias.
El clima es otro aspecto que hay que considerar pues modifica considerablemente el medio, ya sea por las altas tasas de evaporación o por precipitaciones. Es así como los salitrales frecuentes en zonas de bajas precipitaciones retardan el proceso, mientras que en zonas muy lluviosas el reemplazo puede acelerarse.
#AmorPorColombia
Zonación y sucesión en los manglares de Colombia
La formación de nuevos manglares solo ocurre cuando se depositan franjas con playones fangosos o fango?arenosos protegidos del embate directo del mar. Esta condición es indispensable; de acuerdo con la velocidad de acreación se incrementará la población del manglar.
La formación de nuevos manglares solo ocurre cuando se depositan franjas con playones fangosos o fango?arenosos protegidos del embate directo del mar. Esta condición es indispensable; de acuerdo con la velocidad de acreación se incrementará la población del manglar.
El sustrato desempeña un papel decisivo en la zonación del manglar, especialmente en el Pacífico colombiano. En esta zona los sustratos consolidados de arcilla, generalmente estables e inundados periódicamente con agua salobre, están ocupados por grandes rodales de mangle nato, Mora megistosperma, como los del estero de Agua Clara en Tumaco.
Sobre los sustratos fangosos inestables se forman normalmente bosques de mangle rojo, Rhizophora spp., cuyo sistema de raíces en forma de zancos le da excelente sustentación. El mangle negro, Avicennia germinans, no tiene mucho éxito sobre estos sustratos inestables y opta por ocupar fondos fango?arenosos consolidados. Esta Preferencia por diferentes tipos de sustratos hace que los manglares del Pacífico colombiano se distribuyan de acuerdo con las condi-ciones del suelo.
La relación con el sustrato se aprecia claramente en el mangle negro, Avicennia germinan, y el mangle rojo, Rhizophora spp. El primero vive sobre sustratos fango?arenosos más estables y con escasos sedimentos. De esta manera sus tubos respira-torios llamados neumatóforos no se tapan fácilmente. El mangle rojo tiene raíces en forma de zanco perfectamente adaptadas para ocupar sustratos inestables. Pueden alcanzar 10 metros o más de altura, lo que les permite vivir en zonas donde reciben cierta carga de sedimentos, dado que sus poros respiratorios o lenticelas se encuentran en las partes altas de estas raíces aéreas.
La relación con el sustrato se aprecia claramente en el mangle negro, Avicennia germinan, y el mangle rojo, Rhizophora spp. El primero vive sobre sustratos fango?arenosos más estables y con escasos sedimentos. De esta manera sus tubos respira-torios llamados neumatóforos no se tapan fácilmente. El mangle rojo tiene raíces en forma de zanco perfectamente adaptadas para ocupar sustratos inestables. Pueden alcanzar 10 metros o más de altura, lo que les permite vivir en zonas donde reciben cierta carga de sedimentos, dado que sus poros respiratorios o lenticelas se encuentran en las partes altas de estas raíces aéreas.
La relación con el sustrato se aprecia claramente en el mangle negro, Avicennia germinan, y el mangle rojo, Rhizophora spp. El primero vive sobre sustratos fango?arenosos más estables y con escasos sedimentos. De esta manera sus tubos respira-torios llamados neumatóforos no se tapan fácilmente. El mangle rojo tiene raíces en forma de zanco perfectamente adaptadas para ocupar sustratos inestables. Pueden alcanzar 10 metros o más de altura, lo que les permite vivir en zonas donde reciben cierta carga de sedimentos, dado que sus poros respiratorios o lenticelas se encuentran en las partes altas de estas raíces aéreas.
La relación con el sustrato se aprecia claramente en el mangle negro, Avicennia germinan, y el mangle rojo, Rhizophora spp. El primero vive sobre sustratos fango?arenosos más estables y con escasos sedimentos. De esta manera sus tubos respira-torios llamados neumatóforos no se tapan fácilmente. El mangle rojo tiene raíces en forma de zanco perfectamente adaptadas para ocupar sustratos inestables. Pueden alcanzar 10 metros o más de altura, lo que les permite vivir en zonas donde reciben cierta carga de sedimentos, dado que sus poros respiratorios o lenticelas se encuentran en las partes altas de estas raíces aéreas.
Entre el manglar y la selva húmeda tropical del Pacifico colombiano, aparece un bosque de transición dominado por la palma de naidí, Euterpe sp. Estos bosques se conocen como naidisales y son extrema-damente agresivos; invaden regularmente a los manglares cuando éstos no son inundados con agua salobre. Por esto juegan un importante papel en la sucesión de los mismos.
Asociado al manglar y en zonas con altas precipitaciones, podemos encontrar una serie de plantas, especialmente epífitas como bromelias y musgos. Las lluvias favorecen la colonización del manglar por parte de plantas terrestres (102), las cuales pueden llegar a desplazar, en forma gradual, al manglar.
Asociado al manglar y en zonas con altas precipitaciones, podemos encontrar una serie de plantas, especialmente epífitas como bromelias y musgos. Las lluvias favorecen la colonización del manglar por parte de plantas terrestres (102), las cuales pueden llegar a desplazar, en forma gradual, al manglar.
Asociado al manglar y en zonas con altas precipitaciones, podemos encontrar una serie de plantas, especialmente epífitas como bromelias y musgos. Las lluvias favorecen la colonización del manglar por parte de plantas terrestres (102), las cuales pueden llegar a desplazar, en forma gradual, al manglar.
Asociado al manglar y en zonas con altas precipitaciones, podemos encontrar una serie de plantas, especialmente epífitas como bromelias y musgos. Las lluvias favorecen la colonización del manglar por parte de plantas terrestres (102), las cuales pueden llegar a desplazar, en forma gradual, al manglar.
Texto de: Henry von Prahl
Las comunidades de mangle manifiestan patrones particulares de distribución dentro de su hábitat y es así como encontramos especies que ocupan tierras bajas, formando franjas que dan hacia el mar o al estuario, mientras que otras ocupan zonas más elevadas, generalmente alejadas del agua.
Al respecto, se acepta en términos generales que los mangles presentan la siguiente zonación clásica, a partir de la línea de marea 1. Mangle rojo, Rhizophora. 2. Mangle negro, Avicennia, 3 Mangle blanco, Laguncularia; y 4. Mangle botón, Conocarpus; en el Pacífico. 5. Mangle piñuelo, Pelliciera. 6. Mangle nato, Mora. Claro está que este patrón no siempre se mantiene y depende de una serie de factores y condiciones.
¿A qué se debe que las diferentes especies de mangle se distribuyan de una manera determinada? Se sabe de una gran cantidad de condiciones. Por ejemplo, los diferentes gradientes de salinidad en el suelo estimulan distintas respuestas fisiológicas en las plantas, especialmente en aquellas que pueden mantener una eficiencia metabólica más alta que la especie invasora, la cual estaría en clara desventaja. Ejemplo de esto son los Manglares del Caribe donde se observa que Rhizophora predomina en suelos con bajas concentraciones de sal o equivalentes a las del agua de mar, mientras que Avicennia puede crecer relativamente bien en suelos con salinidad de 2.5 veces la del mar, un medio en el que Rhizophora es excluído competiti vamente. Dicha observación hace pensar que en el Caribe la concentración de sal en el suelo probablemente regula la zonación de algunos mangles. A su vez, este aspecto está estrechamente relacionado con el clima, debido a que las altas tasas de evaporación inducen el aumento de la salinidad en aquellos suelos que se inundan temporalmente con el agua de mar.
El modelo de competencia descrito funciona para algunas zonas, pero no explica la distribución de los Manglares en el Pacífico colombiano, donde la salinidad del suelo es muy baja por las altas precipitaciones y el constante lavado de las mareas. Al parecer, en la costa del Pacífico la zonación de los mangles está relacionada con la estabilidad del sustrato y todo parece indicar que los playones fangosos son colonizados en primer lugar por Rhizophora, el cual dispone de raíces en forma de zancos, más efectivas en la fijación y el anclaje.
Franjas más firmes o playones estabilizados con alto contenido de arena están usualmente ocupadas por Avicennia y Laguncularia, mientras que Pelliciera y Mora se encuentran sobre sustratos arcillosos estables.
En la zonación el tamaño del embrión también puede jugar un papel decisivo, dado que los propágulos de Rhizophora pueden medir de 25 a 60 centímetros de largo, según la especie, lo que favorece la ocupación de playones recientes parcialmente sumergidos, donde no pueden anclar otras especies por tener embriones muy pequeños. Quizá sea una ventaja de Rhizophora sobre los otros mangles y además una de las causas de que ocupe el frente marino o estuarino, sobre todo en zonas de acreación en las cuales se están depositando continuamente sedimentos recientes.
Pero, a su vez, la ocupación de zonas más elevadas se efectúa mejor con embriones pequeños que pueden ser llevados allí por las mareas, mientras los grandes no penetran con facilidad al interior de la llanura aluvial, particularmente si el espejo de agua no es alto.
En Pelliciera rhizophorae y Mora megistosperma, la correlación con la estabilidad del suelo es muy clara. Bosques de estos mangles sólo se pueden desarrollar sobre bancos de arcilla consolidada y otros sustratos duros, de lo contrario sufrirán volcamientos al alcanzar determinada altura, porque sus raíces tabloides y en contrafuerte no están bien adaptadas para sostenerse en sustratos inestables.
De todas maneras no es fácil explicar la zonación y, al parecer, muchos factores interactúan en esta distribución, incluyendo el azar, ya que existen bosques mixtos de mangle donde una especie convive junto a la otra sin zonación definida.
En cuanto al desarrollo ecológico de un manglar, este consiste en cambios en la estructura de las especies y en los procesos de la comunidad a través del tiempo, lo que se conoce con el nombre de sucesión.
En algunos Manglares del Pacífico colombiano se nota una sucesión direccional, determinada por cambios en la estabilidad del suelo y en la penetración del agua salada.
Cuando a ciertos sectores del manglar deja de entrar agua salada por ejemplo, al sedimentarse algunos esteros y bloquearse el intercambio , el medio se va saturando con agua dulce por las altas precipitaciones, generalmente superiores a 3.000 mm./año. Al no entrar agua salada el manglar va siendo invadido gradualmente por otras comunidades como palmas de naidí, Euterpe, y por pantanos de agua dulce con bosques de virola y cuángare, plantas adaptadas para vivir sobre suelos inestables y pobres en oxígeno, pero intolerantes al agua salada.
A su vez, este pantano de agua dulce se va rellenando de material orgánico hasta que se extingue la vegetación existente y es reemplazada por selva húmeda tropical, última etapa en la sucesión, la cual se denomina comunidad clímax pues ya no será reemplazada por otra.
Pero el manglar también sufre sucesiones alógenas al ir colonizando los playones de sedimentación expuestos a la acción de las mareas, especialmente en zonas de acreación, como en los deltas de los ríos.
Al formarse nuevos sustratos protegidos, los mangles van poblando estos espacios abiertos y así la sucesión se mueve en una dirección predecible. Estos procesos direccionales se pueden interrumpir por una serie de efectos como desestabilización de las barras de arena llamadas bajos. El material erosionado de la barra, especialmente la arena, puede ser transportado con las corrientes y mareas hasta el manglar. Al sedimentarse y cubrir la franja pionera, especialmente de Rhizophora, el mangle puede morir por problemas en el intercambio de gases y absorción de nutrientes.
De esta manera se interrumpe la sucesión direccional y, por lo general, la franja afectada del manglar desaparece. En su lugar se desarrollan dunas que pueden estabilizarse y formar playas detrás de las cuales permanece el manglar, siempre y cuando penetre agua salobre o salada. De lo contrario, la barra de arena represa el agua dulce y con el tiempo el manglar será reemplazado por un bosque de pantano de agua dulce.
Este fenómeno puede verse en la zona de Orpúa e Ijua, en el Pacífico colombiano, donde los cuangariales o guandales, típicos bosques de pantano de agua dulce, llegan hasta el mar, aunque se mantienen a salvo del agua marina por playas consolidadas.
Cuando las condiciones topográficas permanecen estables, no hay procesos activos de sedimentación y la marea penetra libremente, el manglar se comporta como una comunidad en equilibrio y puede adquirir características de un bosque clímax. En algunos casos este equilibrio también se logra por ciertas condiciones climáticas. Por ejemplo, en Manglares de borde de zonas semiáridas, como Santa Marta o la Guajira, se forma normalmente un salitral entre la franja del manglar y las comunidades típicamente terrestres, lo cual retarda los procesos de reemplazo de un tipo de vegetación por otra.
También se presentan auto sucesiones en regiones donde se manifiestan incrementos en el nivel del mar o hundimientos del suelo, lo que permite que aguas saladas o salobres penetren en pantanos de agua dulce formados al reemplazar antiguos Manglares. El agua salada mata esta vegetación y en su lugar pueden nacer nuevamente Manglares. Se ha observado este fenómeno en el Pacífico colombiano, donde cuangariales o guandales están siendo reemplazados por bosques de Avicennia y Laguncularia. Estos suelos se hundieron después del terremoto de 1979 a consecuencia de un proceso de licuefacción de los sustratos básales de arena.
Un fenómeno similar se puede observar en la desembocadura del río Sinú. Este afluía por el caño de Cispatá a la bahía del mismo nombre y los Manglares se limitaban a las zonas influenciadas por agua salada y salobre, a lo largo de Caño Salado, el cual está aislado del cauce principal del río por una barra.
Pero en 1938 se alteró la desembocadura del río Sinú por la construcción de un canal de riego; el río penetró por el canal y abrió la boca de Tinajones, alterando de tal manera el caudal del caño de Cispatá que el agua salada entró destruyendo grandes cultivos de arroz y provocando graves problemas económicos y sociales. Pero esto le permitió a manglar recolonizar antiguos territorios suyos y de los cuales fue desplazado por sucesión. Hoy tenemos Manglares florecientes en la zona.
Retornando los conceptos anteriores vemos que el agua salada o salobre juega un papel fundamental en la existencia del manglar, ya que si esta no puede inundar periódicamente el ecosistema y controlar así las plantas terrestres, el manglar está condicionado a desaparecer y dejarle paso a otra comunidad.
Por esto las alteraciones o modificaciones hidrológicas tienen un impacto tan grande sobre el manglar, y por esta razón es importante tener en cuenta que las obras civiles que en el Caribe afectan de una manera catastrFica al manglar, en el Pacífico no producirían las mismas consecuencias.
El clima es otro aspecto que hay que considerar pues modifica considerablemente el medio, ya sea por las altas tasas de evaporación o por precipitaciones. Es así como los salitrales frecuentes en zonas de bajas precipitaciones retardan el proceso, mientras que en zonas muy lluviosas el reemplazo puede acelerarse.