Prefacio

Café en pergamino. Finca El Baluarte, San Marcos. 

Café tostado. ANACAFÉ, Ciudad de Guatemala. 

Texto de: William H. Hempstead
Presidente del Consejo Editorial

Cada generación escribe su historia y, como tal, la principal motivación de la Junta Directiva de ANACAFÉ, de los períodos 1999/2000 y 2000/2001, ha sido editar una historia del café, que relate en forma integral los hechos, circunstancias, personajes, acontecimientos y procesos nacionales y extranjeros importantes relacionados con el devenir histórico del café de Guatemala. Expresamos aquí nuestro profundo agradecimiento y reconocimiento a la Junta Directiva, que con su decidido apoyo e interés hizo posible culminar dos años de esfuerzo para entregarles, en esta oportunidad, una Historia del café de Guatemala.

La labor de escribir e ilustrar esta obra fue ardua, pero muy agradable, y con satisfacción podemos decir que lo hemos hecho con dedicación, entusiasmo y acuciosidad. Además de investigar en archivos y bibliotecas, tanto de Guatemala como del exterior, hemos entrevistado a personas, que con sus testimonios escritos y orales enriquecieron las lagunas encontradas en los archivos y fuentes publicadas.

No todo está dicho aquí, todavía falta por investigar a profundidad la evolución de las fincas cafetaleras en la región de la Costa Cuca, San Marcos, Quetzaltenango, Suchitepéquez, Sololá, Chimaltenango, Sacatepéquez, Escuintla, Santa Rosa, Zacapa y Alta Verapaz, así como la participación del pequeño caficultor en Huehuetenango, Sololá y en otros departamentos de la República. Es de lamentar que fenómenos naturales, como terremotos, erupciones, huracanes, lluvias torrenciales y prolongadas, o acontecimientos políticos, como el conflicto armado interno de más de 36 años provocaran la destrucción de numerosas casas patronales y, en consecuencia, la pérdida de valiosa documentación histórica relacionada con la caficultura.

Esperamos que la documentación que aún existe y queda por descubrirse sea objeto de investigación por parte de nuevas generaciones de historiadores, que ya sea en lo personal o mediante ayuda institucional se sientan motivados a profundizar en una historia tan rica y tan trascendental como la del café.

No podemos cerrar esta nota sin expresar nuestro reconocimiento a todas aquellas personas, entidades e instituciones que nos proporcionaron su colaboración espontánea y sumamente útil. Cada caficultor merece una mención específica en este libro, pero se comprenderá la imposibilidad de hacerlo. En todo caso, deseamos dejar constancia de lo agradable e ilustrativo que fue conversar con ellos sobre sus ancestros y sus propias vivencias, poniendo de relieve la importancia del cultivo a través de la historia, tanto para el gremio caficultor como para el país en general.

Nos permitimos expresar nuestro profundo agradecimiento a las siguientes personas, que nos prestaron valioso material fotográfico y bibliográfico:

Carlos Ardébol, Julio Arrivillaga, Gonzalo Barillas, Federico Battle, Adolfo Boppel, Ange Bourda, Julia de Bouscayrol, Ruth Bunge, Edgar Champney, Fernando Cofiño, Roberto Dalton, Pedro Echeverría, Luis Escobar, Francisco Falla, José Goubaud, Eric Hartleben, María de los Angeles de Hermes, Carlos Hernández, Martín y Jennifer Keller, Donald Lanuza, Hasso Lehnhoff, Margaret Lippmann de Vila, José Angel López, Luis Lora, Erick Mack, Alfredo y Lucy de MacKenney?, Gustavo Martínez, René Montes, Héctor Monzón, Thomas y Prentice Nottebohm, Aida Okrassa, Isabel de Pivaral, Silvia Pivaral, Lily Orive de Pokorny, Max Quirín, Héctor Ricardo Leal, Rodrigo Rodríguez, Eduardo Roesch, César Samayoa, Arne Sapper, Eugene Sapper, Maren Sapper, Heneke Sieveking, Jorge Skinner-Klée, John Smith, Waltraud Sterkel, Arturo Taracena, Rolando Tarot, Manfredo Töpke, Adela de Torrebiarte, Isidro Valdés, Rafael Vélez, Estela Voigt, Pilar Weissenberg y Aldo Zúñiga. Presentamos anticipadamente nuestras disculpas por cualquier omisión involuntaria.

Agradecemos en especial a:

Mitchel Denburg, por su apoyo al proporcionarnos transporte aéreo, por las tomas fotográficas y por traer el álbum fotográfico de Eadweard Muybridge; Christopher Lutz, por prestarnos dicho importante álbum fotográfico de Eadweard Muybridge; Óscar Díaz Echeverría, por la revisión del texto y sus valiosos comentarios; Alfredo Hernández, por contribuir a la historia del cooperativismo en Guatemala, en torno al café; Arturo Villeda, jefe Regional de ANACAFÉ, quien con técnicos de la entidad llevó a cabo investigaciones de campo y apoyó diversas actividades relacionadas con este libro; Emilio Mariscal, por sus valiosos relatos, dada su amplia experiencia en todo lo relacionado con el café (él se incorporó desde 1949 a la Oficina Central del Café); Francisco Sarg, por sus conocimientos de la región de la Costa Cuca, Quetzaltenango; el Grupo Antigua: Juan José Falla, Pedro Echeverría, Coralia Herrera, Carlos Portocarrero, Luis Beltranena, Tomás Olivero, María Zelaya y Juan Pablo Aragón, quienes con entusiasmo contribuyeron a rememorar la historia del café en diferentes aspectos que se recopilan en este libro. A los finqueros que nos permitieron fotografiar sus fincas: Diego Giesemann, Finca San Antonio Morazán y El Baluarte; Alejandro Solís, Finca Huixoc; Arturo Aguirre, Finca El Injerto; Refugio Isabel Castillo Vásquez y José Castillo, Finca Los Andes, Finca La Sola; Raúl Valdés, Finca San Rafael Urías; Hilda Cofiño, Finca Retana; Café Opera, La Antigua Guatemala; Fernando Saravia; Hugo y Katty Girón.

Reconocimiento por su cooperación institucional a:

Beatriz Castellanos, de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala; Lic. Julio Galicia Díaz y personal del Archivo General de Centro América; Archivo Histórico Arquidiocesano “Francisco de Paula García Peláez”; Biblioteca César Brañas; Pedro Arévalo, de la Biblioteca de ANACAFE; Biblioteca del Banco de Guatemala; Juan Luis Burban Cabrera y Patricia Verónica Roca, de la Biblioteca Nacional; Licda. Tany Adams, Directora Ejecutiva del Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica (CIRMA); Valia Garzón, Curadora Fototeca; Maya Camey, Conde Rosa y Tomás Chitic, asistentes de la fototeca y personal de la biblioteca del CIRMA; Ing. Lionel Toriello, Lic. Carlos Castañeda, Lic. Horacio Cabezas, Roberto Samayoa y técnicos de la Fundación para la Cultura y el Desarrollo; Galería El Áttico; Lic. Guillermo Díaz Romeu, de la Hemeroteca Nacional, y Miguel Álvarez Arévalo, del Museo Nacional de Historia.