Renacimiento flamenco y francés — Siglos XV y XVI

François Clouet (inventó), Tiburce de Mare (grabó) / Chalcographie du Louvre (imprimió) / Isabel de Austria, reina de Francia / Grabado en buril. Impresión a partir de la matriz original. Papel encolado / Siglo xv / 35,7 x 26 cm 

Roger van der Weyden (inventó), Jules Jacquet (grabó) / Chalcographie du Louvre (imprimió) / El juicio final / Siglo xv / Grabado en metal / 42,5 x 85 cm 

Hans Memling (inventó), L. Boutelié et A. Mignon (grabó) / Chalcographie du Louvre (imprimió) / San Juan Bautista / Siglo xv / Grabado en metal / 55 x 36,5 cm 

Hans Memling (inventó), L. Boutelié et A. Mignon (grabó) / Chalcographie du Louvre (imprimió) / Santa María Magdalena / Siglo xv / Grabado en metal / 55 x 36,5 cm 

Gérard David (inventó) / Chalcographie du Louvre (imprimió) / Virgo inter virgines / Siglo xv / Grabado en metal / 55 x 72,5 cm 

Hugo van der Goes (inventó), L. Flameng (grabó) / Chalcographie du Louvre (imprimió) / La adoración de los pastores / Panel central del tríptico Portinari / Siglo xv / Grabado en metal / 67,8 x 79 cm 

Hugo van der Goes (inventó), L. Flameng (grabó) / Chalcographie du Louvre (imprimió) / San Antonio y san Mateo presentan a Tommaso Portinari (La adoración de los pastores, panel izquierdo) / Siglo xv / Grabado en metal / 72,5 x 55 cm 

Hugo van der Goes (inventó), L. Flameng (grabó) / Chalcographie du Louvre (imprimió) / Santa Margarita y santa Magdalena presentan a la esposa de T. Portinari (La adoración de los pastores, panel derecho) / Siglo xv / Grabado en metal / 72,4 x 54,7 cm 

Alberto Durero (inventó) / Adoración de los reyes / Siglos xv-xvi / Grabado en metal / 47,7 x 61 cm 

Alberto Durero (inventó y grabó) / Amsterdruch (imprimió) / La Virgen coronada por dos ángeles / Siglos xv-xvi / Grabado en metal / 26,5 x 18,8 cm 

Alberto Durero (inventó y grabó) / Virgen con libélula / Siglos xv-xvi / Grabado en metal / 33 x 25 cm 

Alberto Durero (inventó y grabó) / Amsterdruch (imprimió) / San Jorge y el dragón / Siglos xv-xvi / Grabado en metal / 18,5 x 14 cm 

Alberto Durero (inventó y grabó) / Amsterdruch (imprimió) / Hombre agobiado de dolor en la columna / Siglos xv-xvi / Grabado en metal / 20,5 x 16,5 cm 

Alberto Durero (inventó y grabó) / Amsterdruch (imprimió) / Gaitero / Siglos xv-xvi / Grabado en metal / 20,1 x 16 cm 

Alberto Durero (inventó y grabó) / Amsterdruch (imprimió) / El caballero, la muerte y el diablo / Siglos xv-xvi / Grabado en metal / 35 x 27,5 cm 

Alberto Durero (inventó y grabó) / Amsterdruch (imprimió) / El hijo pródigo en medio de cerdos / Siglos xv-xvi / Grabado en metal / 35 x 27,8 cm 

Texto de: Germán Rubiano Caballero

Cuando se habla del Renacimiento en el norte de Europa se piensa específicamente en Flandes, Francia y Alemania. Al principio la diferencia entre el norte e Italia se observa principalmente en la arquitectura. Brunelleschi terminó con el arte gótico en Florencia al comenzar a emplear elementos de la antigua arquitectura grecorromana. Solo mucho después se vio esta arquitectura en el norte. En la pintura y la escultura sucedió algo parecido. Mientras el nuevo arte se vio florecer en Italia desde principios del siglo xv —Masaccio murió en 1428, a los 27 años; sin embargo en su corta vida fundó la pintura florentina del Renacimiento al asimilar el espíritu de la civilización humanista y descubrir una nueva relación entre la figura humana y el espacio según la perspectiva— el norte permaneció fiel a la tradición gótica. Los detalles cuidadosos, las descripciones prolijas siguen siendo las características del arte del norte hasta fines del siglo xvi. Como recordara Michael Levey: “El famoso juicio de Miguel Ángel revela el conocimiento de un artista italiano de estándares muy diferentes de los existentes en el norte: “En Flandes pintan con miras a la exactitud externa…” (pero no dudaba que este arte carecía de armonía, simetría y proporción). Aunque los hermanos Jan y Hubert van Eyck, desde el extraordinario Cordero místico de Gante, habían realizado innovaciones importantes como el uso del óleo y el manejo de la luz, la práctica del arte en Flandes continuó siendo algo tradicional y ajena a la ciencia. Como precisara Gombrich: “Las reglas matemáticas de la perspectiva, los secretos de la anatomía científica, el estudio de los monumentos romanos no turbaron la paz de espíritu de los maestros nórdicos”. A partir de Jan van Eyck puede hablarse de una escuela flamenca que tuvo notables exponentes a lo largo del siglo xv y comienzos del xvi —van der Weyden, Memling, van der Goes—. Con Jan Gossaert, más conocido como Mabuse y muerto en 1533 aparece el contacto más directo con el Renacimiento Italiano. Luego de visitar Italia se hizo un romanista y representó en sus cuadros, aparte de arquitecturas clásicas, desnudos femeninos inusuales en la pintura del norte. El siglo xvi vio surgir finalmente a dos artistas flamencos excepcionales. Hieronymus Bosch, muerto en 1516, un surrealista “avant la lettre”, y Pieter Brueghel (1525/30-1569) un auténtico manierista según Arnold Hauser. Jean Fouquet (aproximadamente ¿1420?-¿1480?) es el primer francés con vínculos claros con el Renacimiento italiano. Sus figuras de Étienne Chevalier y San Esteban de un díptico de Berlín acusan el manejo de los valores plásticos propio de los italianos. Fouquet estuvo joven en Roma, donde pintó al Papa en 1447. Pero el estilo Fontainbleau muestra la influencia de Primaticcio y Niccolò dell´Abbate en las decoraciones del castillo reconstruido en el siglo xvi por orden de Francisco I —el mismo rey que fuera amigo de Leonardo y que lo invitara a vivir en Francia— y Enrique II: Fontainebleau. El manierismo italiano está presente en la obra de François Clouet; por ejemplo en el óleo El baño de Diana de los cincuenta. François sucedió a su padre, Jean Clouet, como pintor de cámara de Francisco I. Aparte de sus cuadros mitológicos hizo excelentes retratos: Piere Cuthe, Isabel de Austria y otros.

Alberto Durero

Alberto Durero (Nuremberg 1471-1528) introdujo el Renacimiento en lo que hoy conocemos como Alemania y fue un gran innovador de los procedimientos del grabado en metal y de la xilografía. Hijo de un orfebre venido de Hungría, el artista aprendió este oficio y lo aprovechó para realizar impresiones sobre papel a partir de grabar dibujos sobre una plancha de cobre. Estos grabados no se hicieron en Nuremberg antes de Durero. Más adelante en el taller de Michael Wolgemut, a donde llegó a estudiar pintura —acuarela, gouache, óleo—, el artista conoció la xilografía. En el taller de Wolgemut se hacían estos grabados para ilustrar libros, los cuales se imprimían en las prensas del padrino de Durero, Anton Koberger. Durero aprendió así unos de sus oficios más destacados. Entre 1494 y 1495, el artista hizo su primer viaje a Italia. Allí se entusiasmó con la cultura renacentista y se dice que comenzó a pensar que los artistas alemanes tenían que participar de aquel renacer de todas las artes. Entre 1505 y 1507, Durero volvió a Italia; estuvo en Venecia, Bolonia y posiblemente Florencia. Al regresar estudió lenguas, matemáticas e hizo el borrador de un trabajo de teoría del arte. Se convirtió así en un artista erudito, en un verdadero intelectual. Durante toda su vida, Durero trabajó como pintor y grabador. Aunque su producción —que incluye también una vasta producción de dibujos— es desde el principio muy personal, no deja de tener algunos contactos con los flamencos del siglo xv, especialmente van der Weyden, el alemán Hans Baldung Grien en Estrasburgo y los italianos Mantegna, Gentile y Giovanni Bellini, Leonardo y Rafael. En sus pinturas abundan los cuadros religiosos, los retratos y los autorretratos, de los que también hay numerosos dibujos desde cuando era adolescente. Los cuadros de Durero son de todos modos muy particulares; no se pueden confundir. La Virgen de Haller de Washington es adusta, el niño está indiferente al espectador, la escena es estática; La lamentación sobre Cristo muerto reúne a muchas figuras adoloridas en torno de un Cristo alargadísimo; Jesús entre los doctores presenta a un joven rodeado de viejos caricaturescos; Santa Ana, la Virgen y el Niño destaca a una Santa Ana meditativa y de aspecto monjil, a una Virgen agachada y nada alegre y a un Niño dormido. Los retratos y autorretratos son igualmente singulares. Joven desconocido de Munich, muestra un rostro de gran concentración anímica y de barbilla pronunciada; Autorretrato con pelliza también de Munich, es muy famoso: Durero aparece de medio cuerpo, completamente de frente y con el cabello largo y rizado. Y, finalmente, no pueden dejar de mencionarse sus muchísimos dibujos —Liebre, por ejemplo, acuarela de la Albertina de Viena— y grabados. Sus mejores xilografías se reúnen en las series tituladas Apocalipsis (1498), la Gran Pasión (1498-1510), la Pequeña Pasión (1509-1511) y la Vida de la Virgen (1501-1511). Con estos grabados en madera consiguió crear modelos de representación iconográfica y expresó una nueva religiosidad.