- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
- Ricardo Gómez Campuzano (1987)
- El encanto de Bogotá (1987)
- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
- Casa de Campo en Colombia (2007)
- Luis Restrepo. construcciones (2007)
- Juan Cárdenas (2007)
- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Biografías
Pablo Veronés (inventó), Alphonse Alexandre Leroy (grabó) / Chalcographie du Louvre (imprimió) / Estudio / Siglo xvi / Grabado sobre metal / 63,1 x 44,5 cm
Sandro Botticelli
El florentino más personal, de estilo lineal inconfundible, fue Sandro Botticelli (nacido hacia 1445 y muerto en 1510). Autor de numerosos cuadros religiosos, fue principalmente pintor de madonnas, de las que tuvo un taller de réplicas ejecutadas por sus ayudantes. También trabajó mitologías y son muy famosas La primavera y El nacimiento de Venus. Estudios iconológicos como los de Erwin Panofsky han aclarado los significados filosóficos y literarios de estas obras que se vinculan al pensamiento de Marsilio Ficino, filósofo neoplatónico contemporáneo de Botticelli.
Antonio Canaletto
Venecia tuvo muchos pintores importantes en el siglo xviii. Entre otros a Antonio Canaletto (1697-1768). Su padre fue escenógrafo y dos de sus hijos, Cristóforo y Antonio, le ayudaron por un tiempo. Esta labor fue definitiva en su carrera porque no hay duda de que sus magníficas vedute tienen mucho de escenográficas. Su producción fue abundante y, aparte de las variadas y bellas vistas de la ciudad, siempre representó gente, desde la escasa que camina por una plaza o por un dique, hasta la numerosa que participa en fiestas en la laguna o en procesiones del dux. Su prestigio fue grande y por eso vivió varios años en Londres, donde su clientela era especialmente inglesa.
Siméon Chardin
En el siglo del Rococó, en la centuria que vio nacer el Neoclasicismo y el Romanticismo, el arte de Jean Siméon Chardin (París 1699-1779) es excepcional. Pintor de naturalezas muertas y escenas de género, sus cuadros tienen que ver más con Louis Le Nain, los bodegonistas españoles y los interioristas holandeses. Empero, pronto se descubre que sus óleos y pasteles eluden lo pintoresco y anecdótico y prefieren exclusivamente las normas plásticas: el rigor geométrico, las relaciones de espacio muy estrictas y las pinceladas de pocos colores bellamente relacionados. Por eso sus trabajos se ven tan modernos y muchos artistas recientes los admiran con devoción: Braque, Morandi, Picasso, etc.
François Clouet
El manierismo italiano llega a la Francia de Francisco I con la Escuela de Fontainebleau en la que trabajan Primaticcio y Niccolò dell’Abbate, entre otros. De acuerdo con Hauser, “Es en el campo del retrato donde el manierismo francés producirá obras extraordinariamente sugestivas y que se cuentan entre las mejores del género”. Uno de sus mejores representantes es François Clouet (1510-después de 1574), cuyos excelentes dibujos captaron bien la distinción de sus modelos. Era hijo del pintor de origen flamenco Jean Clouet, a quien sucedió como “peintre et valet de chambre” de Francisco I en 1541. Sus trabajos tienen que ver con los de Bronzino de Florencia.
Camille Corot
Aunque Camille Corot (París, 1796-1875) pintó muchos retratos, especialmente de mujeres, y unos cuantos desnudos, puede sostenerse con seguridad que fue ante todo un notable paisajista, uno de los mejores del siglo xix. Su obra está relacionada con la de Poussin y Claudio de Lorena del xvii y en algunos aspectos anticipa la de Cézanne. Fue entonces un “clásico” que estuvo tres veces en Italia y que amaba la naturaleza y observaba con sumo cuidado el fenómeno de la luz incidiendo sobre los objetos. Empero no tiene que ver con el impresionismo. Para Corot las “reglas eternas de la belleza en las artes son las formas y los valores (las relaciones de tonos)”.
Correggio
Antonio Allegri da Correggio (hacia 1489-1534) es más conocido por el nombre de esa localidad cercana a Parma, donde vivió la mayor parte de su vida. Acusa la influencia de Leonardo, especialmente por sus esfumados, pero también recuerda a Rafael por sus suaves modelados y armónicos colores. Pintó escenas religiosas y mitológicas que anticipan por sus efectos ilusionistas y por su estilo elegante y muchas veces sensual el Barroco del siglo xvii e incluso el Rococó de franceses como Boucher. La luz también es un elemento muy importante en sus composiciones, por ejemplo en Navidad, de la Galería de Dresde.
Gerard David
Gerard David (Oudewater, Holanda, hacia 1460- Brujas, Bélgica, 1523). Su producción revela contactos con el Renacimiento italiano, en especial cuando el artista pinta paisajes, como es el caso de los paneles exteriores del Tríptico de la Natividad (hacia 1510-1515), que se encuentra en la Mauritshuis de la Haya. Para Stefano Zuffi, en estas tablas “El paisaje asume un profundo significado religioso como elemento que introduce la visión de la Natividad”. El artista nos propone un paseo por el bosque antes de llegar a la presencia del Niño recién nacido.
Jacques-Louis David
Con Jacques-Louis David (París, 1748-Bruselas, 1825) comienza el Neoclasicismo, tendencia de la cultura europea que va a tener gran presencia desde fines del siglo xviii, hasta mediados del xix. David será el representante más importante de la pintura y de las artes plásticas en el período de la revolución francesa y luego en la época de Napoleón. Artista, revolucionario y político, esa relación le funciona y le sirve para hacer algunos trabajos trascendentales: El juramento de los Horacios, La muerte de Marat, El rapto de las Sabinas, Napoleón atravesando los Alpes, La coronación de Napoleón, Marte desarmado por Venus y las tres gracias. Como escribiera Hauser: “Si bien estas correlaciones no demuestran de manera absoluta que un pintor deba estar interesado en la política y ser de mentalidad progresista para pintar buenos cuadros, sí demuestran… que tales intereses y tales designios no estorban… la creación de buenos cuadros”.
Eugenio Delacroix
El Romanticismo fue un movimiento literario, musical y de las artes plásticas que tuvo muchos representantes a lo largo del siglo xix. De los varios pintores de esta tendencia se destaca el francés Eugenio Delacroix (París, 1798-1863). Su producción es enorme y muy personal. Se caracteriza porque trata muchísimos temas, algunos inspirados en la literatura y excepcionalmente vinculados con la actualidad. El pintor prefiere temas del pasado, de lugares lejanos y exóticos. Pero trabaja de todo, desde animales y paisajes, hasta escenas mitológicas y religiosas. Su factura y su color son modernos. Puede decirse que anticipa la pintura decimonónica tardía.
Alberto Durero (Véase en capítulo “Renacimiento flamenco y francés”)
Giovanni Battista Gaulli
Muchos historiadores afirman que el Barroco es el arte de la Contrarreforma que vino del Concilio de Trento y que se propuso darle un vuelco total a la Iglesia Católica luego de la Reforma Protestante. El arte post-tridentino debía conmover, seducir. El primer ejemplo del Barroco en Roma es Il Gesù, la iglesia de la compañía de Jesús del arquitecto Giacomo Della Porta, construida hacia 1574. En ella pintó años después Giovanni Battista Gaulli (1639-1709) la decoración del techo denominada El triunfo del nombre de Jesús, que representa el cielo abierto y confunde las figuras pintadas con las ejecutadas en estuco. Gaulli, mejor conocido como Baciccio, era de Génova y de joven había recibido la influencia de los flamencos Pedro Pablo Rubens y Anton van Dyck.
Doménico Ghirlandaio
Miembro de una familia de pintores florentinos, Doménico Ghirlandaio (1449-1494) tuvo influencias de la escultura de Verrochio y de la pintura de los flamencos, especialmente de Hugo van der Goes. Su arte ha sido titulado de demasiado realista y prosaico, pero durante un tiempo tuvo buena clientela. Su producción más importante se encuentra en Santa María Novella y data de 1485-1490. Fue maestro en Florencia de Miguel Ángel. Tuvo dos hermanos: David, especializado en mosaicos y Benedetto, quien se radicó en Francia.
Benozzo Gozzoli
De mediados del siglo xv es Benozzo Gozzoli (Florencia, hacia 1421-1497). Fue asistente de Fra Angelico y Ghiberti, y consagrado al fresco trabajó en Montefalco, Viterbo, Florencia y Pisa. Su obra más famosa es El Cortejo de los Reyes Magos, de 1459, que se encuentra en la capilla del palacio Medici-Riccardi. El mural es una atractiva manifestación del poder de los Médicis en el que en un paisaje poblado de rocas y árboles se distinguen retratos de hombres de estado, humanistas, un autorretrato de Gozzoli y el retrato joven de Lorenzo de Médicis.
Frans Hals
Lejos del estilo Barroco, Holanda va a tener en el siglo xvii su período dorado. Este pequeño país, luego de la larga guerra con España que lo había dominado por mucho tiempo, tuvo, luego de 1609, un grupo grande de excelentes pintores que, además, se especializaban —con pocas excepciones— en los motivos más conocidos del arte: retratos, interiores, escenas familiares, paisajes, naturalezas muertas. Frans Hals (Amberes, 1580-Haarlem, 1666) fue, al lado de Rembrandt el más notable retratista holandés. Pintó personajes de todos los estratos sociales, figuras de cuerpo entero o de torso, de frente o de tres cuartos, modelos individuales o en grupo —los llamados retratos de corporación—. Sin exhibir la penetración psicológica de Rembrandt, Hals hizo cuadros maravillosos en los que capturó un instante de vida –—casi siempre alegre—, una expresión muy particular de unos cuantos personajes.
Jean-Dominique Ingres
De los discípulos de J. L. David, el más notable es Jean-Dominique Ingres (Montauban, 1780-París, 1867). Ganador del premio de Roma en 1801, el pintor y dibujante vivió varios años en Italia, primero en Roma y luego en Florencia. Allí estudió a las figuras del Renacimiento y comenzó a tener como maestro a Rafael. Autor de excelentes retratos de la burguesía francesa, Ingres también realizó numerosos desnudos —La bañista de Valpinçon, El baño turco—, que son de sus pinturas más sobresalientes. Toda la producción del artista es eminentemente clásica y se basa en el dibujo que para Ingres era la probidad del arte.
Leonardo da Vinci
Leonardo (1452-1519) es uno de los grandes artistas del período clásico del Renacimiento -—que según Hauser va de 1480 a 1520. De acuerdo con Wölfflin lo acompañan: Miguel Ángel, hasta 1520, Rafael, Fra Bartolommeo y Andrea del Sarto. Conocidos los múltiples intereses de Leonardo, es fácil comprender que el artista —pintor y sobre todo dibujante— fue un genio con un enorme afán de saberlo todo: el universo con sus entes innumerables, el hombre física y anímicamente. Sus aportes a la ciencia y a la creación de aparatos fueron abundantes. Por su constante experimentación de los procedimientos artísticos sus pinturas son escasas. Sin embargo, las pocas que se conocen son de las más famosas del mundo, comenzando por la Gioconda del Museo del Louvre. De ella escribió Heydenreich que “es la encarnación de lo que Leonardo, entonces de unos cincuenta años de edad, había observado durante décadas del natural y estudiado sobre modelos; es la cristalización y la quintaesencia de la belleza y de la juventud humanas”.
Bernardino Luini
Los primeros artistas considerados manieristas fueron aquellos pintores que siguieron muy de cerca las lecciones de los grandes maestros de finales del siglo xv y comienzos del xvi. A este grupo pertenece Bernardino Luini (1485-1532), pupilo de Foppa y muy influido por Leonardo, cuya obra quiso popularizar en Lombardía. Exornó varias iglesias y villas con frescos y ciclos de murales realizados de manera fácil y narrativa. Sus trabajos se encuentran en Milán (Breda, Ambrosiana y Castello) y otros cuantos museos e iglesias del mundo.
Andrea Mantegna
Andrea Mantegna (cerca de Padua, 1431-1506) fue alumno e hijo adoptivo del pintor, coleccionista de arte, comerciante de antigüedades y arqueólogo Squarcione. Sin embargo, su estilo de formas “escultóricas” hechas en piedra o bronce proviene de Donatello. Conocedor de la arqueología, en sus pinturas —murales, tablas, lienzos— abundan las representaciones de ruinas de edificicaciones y los fragmentos de esculturas. Luego de trabajar en Padua, Mantegna se estableció en Mantua en 1460 y en esta ciudad realizó los famosos frescos de la Camera degli Sposi, terminados en 1474, en los que se pueden observar los personajes de la familia Gonzaga, así como sus cortesanos. Entre 1470 y 1490, el artista realizó de manera excepcional siete grabados al buril.
Hans Memling
Hans Memling (Frankfurt del Main, entre 1430 y 1440-Brujas, 1494). Hay historiadores que afirman que vivió toda su vida en la ciudad de Brujas y que en algún momento fue alumno de Roger van der Weyden. Sin embargo, su gran maestría del oficio parece haberla aprendido en Colonia. La naturaleza muerta con jarrón y flores sobre una alfombra (1485-1490) es un óleo sobre tabla de un sorprendente realismo. En su producción religiosa la proclividad verista no les resta méritos a sus representaciones, que siguen siendo plenas de devoción, como es el caso de La Virgen en el trono con el Niño y cuatro santos.
Jean-François Millet
Aún vigente el Romanticismo, surgieron varios pintores interesados especialmente por la realidad cotidiana, por la gente del común, por las escenas triviales, por los paisajes verídicos. Serían llamados realistas y varios de ellos tenían claras ideas socialistas. Uno de ellos es Jean-François Millet (Gruchy, 1814-Barbizon, 1875). Por su amistad con el artista Honoré Daumier —caricaturista, pintor y escultor— Millet pinta no solamente paisajes, como hicieron los artistas vecinos de la llamada escuela de Barbizon —Théodore Rousseau, François Daubigny y otros— sino que pinta paisajes con campesinos: agricultores cansados, labriegas pobres, espigadoras laboriosas, sembradores rezando porque han tenido otra oportunidad de trabajar de sol a sol.
Bartolomé Esteban Murillo
Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1617-1682). Su obra es de temática religiosa porque trabajó especialmente y con éxito para varias comunidades católicas. Sin embargo, es un realista que insistió en lo prosaico y lo sencillo. Sus Inmaculadas fueron muy admiradas e incluso se hicieron populares en toda Hispanoamérica. Otro motivo reiterado fue el de los niños pobres, que casi siempre pecan de edulcorados. Dentro de sus mejores pinturas se encuentran aquellas que confunden lo religioso con la vida cotidiana La Sagrada Familia del pajarito, El Buen Pastor, La educación de la Virgen y otras.
Rafael Sanzio (Véase en capítulo “Renacimiento italiano”)
Rembrandt van Rijn (Véase en capítulo “Italia, Holanda y España”)
José de Rivera / El Españoleto
José de Rivera (cerca de Valencia, hacia 1591- Nápoles, 1652). Como vivió en Nápoles, que entonces pertenecía a España, desde 1616, fue apodado El Españoleto. El realismo del pintor viene de Caravaggio, lo mismo que el empleo magistral del claroscuro.
?Sus cuadros son especialmente religiosos y abundan en temas caros a la Contrarreforma: el martirio de los santos, la muerte de Cristo y escenas varias de muchas santas y santos. Aparte de sus pinturas, realizó grabados en metal en los que se aprecia la seguridad de su dibujo. Un aspecto especial de su arte es su interés por lo grotesco. Recuérdese, por ejemplo, Sileno ebrio, El patizambo, Diógenes y Cabeza grotesca, un grabado de los años veinte.
Giovanni Antonio Bazzi, El Sodoma
Giovanni Antonio Bazzi (cerca de Siena, 1477-1549). Conocido como El Sodoma, sus principales influencias fueron la pintura lombarda, Leonardo, Perugino y Pinturicchio. Realizó numerosos frescos, entre los que se destacan los del monasterio benedictino de Monte Oliveto, cerca de Siena, 31 en total, y el de Villa Farnesina de Roma, en el que representó Las Bodas de Alejandro y Roxana en un estilo arcaico y recargado de “putti”. Su nombre figura entre los primeros manieristas, pero Vasari consideraba que sus obras no tenían inspiración. Con el tiempo su prestigio fue superado por el del también sienés Beccafumi.
Giambattista Tiépolo
Giambattista Tiépolo (1696-1770) es el más importante pintor decorador del siglo xviii y uno de los mejores artistas venecianos de esa escuela que se inició, a comienzos del siglo xvi, con Giorgione y Tiziano. Su fama fue extraordinaria y trabajó con un grupo de asistentes en el que se destacaron sus hijos Giandoménico y Lorenzo. Muy solicitado, sus obras se encuentran en iglesias y palacios de Italia, Alemania —Kaisersaal— y España —Palacio Real de Madrid—. Tiépolo trató diversos temas —religiosos, mitológicos, históricos—, y siempre sorprendió por la mezcla de realidad y fantasía en escenarios espectaculares y perspectivas creadas por el experto en perspectiva Gerolamo Mengozzi Colonna durante su etapa veneciana.
Tintoretto / Jacopo Robusti
Pintor manierista por excelencia de Venecia, Jacopo Robusti, conocido como El Tintoretto (1518-1594), mezcla en su personal estilo el colorido de Tiziano y el dibujo de Miguel Ángel. Según Arnold Hauser, el arte de Tintoretto es “visionario”, irreal y místico y ofrece además una interpretación impecable de los relatos bíblicos, donde se reconoce la influencia del Concilio de Trento y la Contrarreforma. Su estilo se caracteriza por figuras alargadas, contrastes en las proporciones, movimientos insólitos, observaciones inesperadas. Muchas iglesias de Venecia guardan sus trabajos, pero la Scuola de San Rocco de esta ciudad está llena de sus lienzos de gran tamaño sobre la Virgen, Jesucristo y la Pasión.
Tiziano Vecelli
Tiziano Vecelli (1487/90-1576) fue el pintor veneciano más importante del siglo xvi. En su abundante producción se encuentran cuadros religiosos, mitológicos, desnudos femeninos y retratos de personajes como Carlos V, Felipe II, Pietro Aretino, Ariosto, Federico II de Gonzaga, Ranuccio Farnese y otros. Se aproximó a la pintura como pura visualidad e hizo énfasis en las atmósferas y ambientes. Tiziano se distinguió también por su pasmosa inventiva. Piénsese, por ejemplo, en un óleo religioso como La Asunción de Santa María Gloriosa dei Frari, en Venecia, donde la Virgen sube al cielo ante la sorpresa de los apóstoles representados como pobres pescadores, o en el lienzo Dánae del Museo del Prado, en el que la figura mítica aparece reclinada y desnuda recibiendo la lluvia de oro en la que se ha convertido Zeus.
Hugo van der Goes
La obra más famosa de este artista (Gante, hacia 1440-Bruselas, 1482) es el Retablo Portinari, terminado en 1475, de los Uffizi de Florencia. A esta ciudad llegó muy recién terminado, causando una gran admiración por la calidad de su pintura al óleo y su tamaño excepcional en el arte flamenco. El retablo es un tríptico que presenta a los donantes acompañados de santos en los paneles laterales, mientras en el centro, un panel de cerca de tres metros de alto por más de tres metros de ancho muestra la escena de La adoración de los pastores.
Roger van der Weyden
Roger van der Weyden (Tournai, 1399-Bruselas, 1464) es, junto con Jan van Eyck, uno de los pintores más importantes de Flandes en la primera parte del siglo xv. Discípulo de Robert Campin en Tournai, Roger se casó en 1426 con una dama de Bruselas, donde vivió el resto de sus días, llegando a ser el pintor oficial de la ciudad. También trabajó para los miembros de la corte de Borgoña, entre otros el Canciller Rolin, para quien pintó un Juicio Final. Su pintura más famosa es El descendimiento, del Museo del Prado, una especie de gran relieve sobre fondo somero y dorado en el que aparecen alineadas y apretujadas las figuras relacionadas con el tema. Cristo muerto aparece sostenido en diagonal, y a la izquierda la Virgen desfallecida repite la misma inclinación; la Magdalena, a la derecha, se retuerce los dedos de las manos. Todo en la gran tabla irradia la más profunda tristeza.
Anton van Dyck (Véase en capítulo “Italia, Holanda y España”)
Diego Velázquez
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, 1599-Madrid, 1660) es el pintor más importante e influyente de España en el siglo xvii. Desde niño estudió pintura con Herrera El Viejo y Francisco Pacheco y recibió la influencia de Caravaggio. Desde 1623 fue el pintor del rey Felipe IV. A lo largo de su vida pintó a la familia real e hizo más de cuarenta retratos del mismo rey. Estuvo dos veces en Italia (1629 y 1649-1651) y estudió a Tiziano. En sus años cortesanos, Velázquez pintó con gran libertad algunos lienzos extraordinarios desde La fragua de Vulcano hasta Las Meninas, pasando por La rendición de Breda, La Venus del espejo, El Papa Inocencio X, Las hilanderas y el retrato de La infanta Margarita, de 1660.
Veronés / Paolo Caliari
Paolo Caliari (Verona,1528-1588), uno de los pintores venecianos más destacados, se conoce como Paolo Veronese o El Veronés. Manierista con influencias varias —Tiziano, Miguel Ángel, Parmigianino y Giulio Romano—, su producción no acusa el expresionismo de Tintoretto pero sí un tratamiento refinado de la luz y el color y el gusto por lo espléndido y decorativo que sobresale en sus espacios arquitectónicos y en los trajes a la moda de sus personajes. En sus muchos temas bíblicos, históricos y alegóricos, pintó toda suerte de personajes —soldados, músicos, cortesanos— y muchos animales.
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Biografías
Pablo Veronés (inventó), Alphonse Alexandre Leroy (grabó) / Chalcographie du Louvre (imprimió) / Estudio / Siglo xvi / Grabado sobre metal / 63,1 x 44,5 cm
Sandro Botticelli
El florentino más personal, de estilo lineal inconfundible, fue Sandro Botticelli (nacido hacia 1445 y muerto en 1510). Autor de numerosos cuadros religiosos, fue principalmente pintor de madonnas, de las que tuvo un taller de réplicas ejecutadas por sus ayudantes. También trabajó mitologías y son muy famosas La primavera y El nacimiento de Venus. Estudios iconológicos como los de Erwin Panofsky han aclarado los significados filosóficos y literarios de estas obras que se vinculan al pensamiento de Marsilio Ficino, filósofo neoplatónico contemporáneo de Botticelli.
Antonio Canaletto
Venecia tuvo muchos pintores importantes en el siglo xviii. Entre otros a Antonio Canaletto (1697-1768). Su padre fue escenógrafo y dos de sus hijos, Cristóforo y Antonio, le ayudaron por un tiempo. Esta labor fue definitiva en su carrera porque no hay duda de que sus magníficas vedute tienen mucho de escenográficas. Su producción fue abundante y, aparte de las variadas y bellas vistas de la ciudad, siempre representó gente, desde la escasa que camina por una plaza o por un dique, hasta la numerosa que participa en fiestas en la laguna o en procesiones del dux. Su prestigio fue grande y por eso vivió varios años en Londres, donde su clientela era especialmente inglesa.
Siméon Chardin
En el siglo del Rococó, en la centuria que vio nacer el Neoclasicismo y el Romanticismo, el arte de Jean Siméon Chardin (París 1699-1779) es excepcional. Pintor de naturalezas muertas y escenas de género, sus cuadros tienen que ver más con Louis Le Nain, los bodegonistas españoles y los interioristas holandeses. Empero, pronto se descubre que sus óleos y pasteles eluden lo pintoresco y anecdótico y prefieren exclusivamente las normas plásticas: el rigor geométrico, las relaciones de espacio muy estrictas y las pinceladas de pocos colores bellamente relacionados. Por eso sus trabajos se ven tan modernos y muchos artistas recientes los admiran con devoción: Braque, Morandi, Picasso, etc.
François Clouet
El manierismo italiano llega a la Francia de Francisco I con la Escuela de Fontainebleau en la que trabajan Primaticcio y Niccolò dell’Abbate, entre otros. De acuerdo con Hauser, “Es en el campo del retrato donde el manierismo francés producirá obras extraordinariamente sugestivas y que se cuentan entre las mejores del género”. Uno de sus mejores representantes es François Clouet (1510-después de 1574), cuyos excelentes dibujos captaron bien la distinción de sus modelos. Era hijo del pintor de origen flamenco Jean Clouet, a quien sucedió como “peintre et valet de chambre” de Francisco I en 1541. Sus trabajos tienen que ver con los de Bronzino de Florencia.
Camille Corot
Aunque Camille Corot (París, 1796-1875) pintó muchos retratos, especialmente de mujeres, y unos cuantos desnudos, puede sostenerse con seguridad que fue ante todo un notable paisajista, uno de los mejores del siglo xix. Su obra está relacionada con la de Poussin y Claudio de Lorena del xvii y en algunos aspectos anticipa la de Cézanne. Fue entonces un “clásico” que estuvo tres veces en Italia y que amaba la naturaleza y observaba con sumo cuidado el fenómeno de la luz incidiendo sobre los objetos. Empero no tiene que ver con el impresionismo. Para Corot las “reglas eternas de la belleza en las artes son las formas y los valores (las relaciones de tonos)”.
Correggio
Antonio Allegri da Correggio (hacia 1489-1534) es más conocido por el nombre de esa localidad cercana a Parma, donde vivió la mayor parte de su vida. Acusa la influencia de Leonardo, especialmente por sus esfumados, pero también recuerda a Rafael por sus suaves modelados y armónicos colores. Pintó escenas religiosas y mitológicas que anticipan por sus efectos ilusionistas y por su estilo elegante y muchas veces sensual el Barroco del siglo xvii e incluso el Rococó de franceses como Boucher. La luz también es un elemento muy importante en sus composiciones, por ejemplo en Navidad, de la Galería de Dresde.
Gerard David
Gerard David (Oudewater, Holanda, hacia 1460- Brujas, Bélgica, 1523). Su producción revela contactos con el Renacimiento italiano, en especial cuando el artista pinta paisajes, como es el caso de los paneles exteriores del Tríptico de la Natividad (hacia 1510-1515), que se encuentra en la Mauritshuis de la Haya. Para Stefano Zuffi, en estas tablas “El paisaje asume un profundo significado religioso como elemento que introduce la visión de la Natividad”. El artista nos propone un paseo por el bosque antes de llegar a la presencia del Niño recién nacido.
Jacques-Louis David
Con Jacques-Louis David (París, 1748-Bruselas, 1825) comienza el Neoclasicismo, tendencia de la cultura europea que va a tener gran presencia desde fines del siglo xviii, hasta mediados del xix. David será el representante más importante de la pintura y de las artes plásticas en el período de la revolución francesa y luego en la época de Napoleón. Artista, revolucionario y político, esa relación le funciona y le sirve para hacer algunos trabajos trascendentales: El juramento de los Horacios, La muerte de Marat, El rapto de las Sabinas, Napoleón atravesando los Alpes, La coronación de Napoleón, Marte desarmado por Venus y las tres gracias. Como escribiera Hauser: “Si bien estas correlaciones no demuestran de manera absoluta que un pintor deba estar interesado en la política y ser de mentalidad progresista para pintar buenos cuadros, sí demuestran… que tales intereses y tales designios no estorban… la creación de buenos cuadros”.
Eugenio Delacroix
El Romanticismo fue un movimiento literario, musical y de las artes plásticas que tuvo muchos representantes a lo largo del siglo xix. De los varios pintores de esta tendencia se destaca el francés Eugenio Delacroix (París, 1798-1863). Su producción es enorme y muy personal. Se caracteriza porque trata muchísimos temas, algunos inspirados en la literatura y excepcionalmente vinculados con la actualidad. El pintor prefiere temas del pasado, de lugares lejanos y exóticos. Pero trabaja de todo, desde animales y paisajes, hasta escenas mitológicas y religiosas. Su factura y su color son modernos. Puede decirse que anticipa la pintura decimonónica tardía.
Alberto Durero (Véase en capítulo “Renacimiento flamenco y francés”)
Giovanni Battista Gaulli
Muchos historiadores afirman que el Barroco es el arte de la Contrarreforma que vino del Concilio de Trento y que se propuso darle un vuelco total a la Iglesia Católica luego de la Reforma Protestante. El arte post-tridentino debía conmover, seducir. El primer ejemplo del Barroco en Roma es Il Gesù, la iglesia de la compañía de Jesús del arquitecto Giacomo Della Porta, construida hacia 1574. En ella pintó años después Giovanni Battista Gaulli (1639-1709) la decoración del techo denominada El triunfo del nombre de Jesús, que representa el cielo abierto y confunde las figuras pintadas con las ejecutadas en estuco. Gaulli, mejor conocido como Baciccio, era de Génova y de joven había recibido la influencia de los flamencos Pedro Pablo Rubens y Anton van Dyck.
Doménico Ghirlandaio
Miembro de una familia de pintores florentinos, Doménico Ghirlandaio (1449-1494) tuvo influencias de la escultura de Verrochio y de la pintura de los flamencos, especialmente de Hugo van der Goes. Su arte ha sido titulado de demasiado realista y prosaico, pero durante un tiempo tuvo buena clientela. Su producción más importante se encuentra en Santa María Novella y data de 1485-1490. Fue maestro en Florencia de Miguel Ángel. Tuvo dos hermanos: David, especializado en mosaicos y Benedetto, quien se radicó en Francia.
Benozzo Gozzoli
De mediados del siglo xv es Benozzo Gozzoli (Florencia, hacia 1421-1497). Fue asistente de Fra Angelico y Ghiberti, y consagrado al fresco trabajó en Montefalco, Viterbo, Florencia y Pisa. Su obra más famosa es El Cortejo de los Reyes Magos, de 1459, que se encuentra en la capilla del palacio Medici-Riccardi. El mural es una atractiva manifestación del poder de los Médicis en el que en un paisaje poblado de rocas y árboles se distinguen retratos de hombres de estado, humanistas, un autorretrato de Gozzoli y el retrato joven de Lorenzo de Médicis.
Frans Hals
Lejos del estilo Barroco, Holanda va a tener en el siglo xvii su período dorado. Este pequeño país, luego de la larga guerra con España que lo había dominado por mucho tiempo, tuvo, luego de 1609, un grupo grande de excelentes pintores que, además, se especializaban —con pocas excepciones— en los motivos más conocidos del arte: retratos, interiores, escenas familiares, paisajes, naturalezas muertas. Frans Hals (Amberes, 1580-Haarlem, 1666) fue, al lado de Rembrandt el más notable retratista holandés. Pintó personajes de todos los estratos sociales, figuras de cuerpo entero o de torso, de frente o de tres cuartos, modelos individuales o en grupo —los llamados retratos de corporación—. Sin exhibir la penetración psicológica de Rembrandt, Hals hizo cuadros maravillosos en los que capturó un instante de vida –—casi siempre alegre—, una expresión muy particular de unos cuantos personajes.
Jean-Dominique Ingres
De los discípulos de J. L. David, el más notable es Jean-Dominique Ingres (Montauban, 1780-París, 1867). Ganador del premio de Roma en 1801, el pintor y dibujante vivió varios años en Italia, primero en Roma y luego en Florencia. Allí estudió a las figuras del Renacimiento y comenzó a tener como maestro a Rafael. Autor de excelentes retratos de la burguesía francesa, Ingres también realizó numerosos desnudos —La bañista de Valpinçon, El baño turco—, que son de sus pinturas más sobresalientes. Toda la producción del artista es eminentemente clásica y se basa en el dibujo que para Ingres era la probidad del arte.
Leonardo da Vinci
Leonardo (1452-1519) es uno de los grandes artistas del período clásico del Renacimiento -—que según Hauser va de 1480 a 1520. De acuerdo con Wölfflin lo acompañan: Miguel Ángel, hasta 1520, Rafael, Fra Bartolommeo y Andrea del Sarto. Conocidos los múltiples intereses de Leonardo, es fácil comprender que el artista —pintor y sobre todo dibujante— fue un genio con un enorme afán de saberlo todo: el universo con sus entes innumerables, el hombre física y anímicamente. Sus aportes a la ciencia y a la creación de aparatos fueron abundantes. Por su constante experimentación de los procedimientos artísticos sus pinturas son escasas. Sin embargo, las pocas que se conocen son de las más famosas del mundo, comenzando por la Gioconda del Museo del Louvre. De ella escribió Heydenreich que “es la encarnación de lo que Leonardo, entonces de unos cincuenta años de edad, había observado durante décadas del natural y estudiado sobre modelos; es la cristalización y la quintaesencia de la belleza y de la juventud humanas”.
Bernardino Luini
Los primeros artistas considerados manieristas fueron aquellos pintores que siguieron muy de cerca las lecciones de los grandes maestros de finales del siglo xv y comienzos del xvi. A este grupo pertenece Bernardino Luini (1485-1532), pupilo de Foppa y muy influido por Leonardo, cuya obra quiso popularizar en Lombardía. Exornó varias iglesias y villas con frescos y ciclos de murales realizados de manera fácil y narrativa. Sus trabajos se encuentran en Milán (Breda, Ambrosiana y Castello) y otros cuantos museos e iglesias del mundo.
Andrea Mantegna
Andrea Mantegna (cerca de Padua, 1431-1506) fue alumno e hijo adoptivo del pintor, coleccionista de arte, comerciante de antigüedades y arqueólogo Squarcione. Sin embargo, su estilo de formas “escultóricas” hechas en piedra o bronce proviene de Donatello. Conocedor de la arqueología, en sus pinturas —murales, tablas, lienzos— abundan las representaciones de ruinas de edificicaciones y los fragmentos de esculturas. Luego de trabajar en Padua, Mantegna se estableció en Mantua en 1460 y en esta ciudad realizó los famosos frescos de la Camera degli Sposi, terminados en 1474, en los que se pueden observar los personajes de la familia Gonzaga, así como sus cortesanos. Entre 1470 y 1490, el artista realizó de manera excepcional siete grabados al buril.
Hans Memling
Hans Memling (Frankfurt del Main, entre 1430 y 1440-Brujas, 1494). Hay historiadores que afirman que vivió toda su vida en la ciudad de Brujas y que en algún momento fue alumno de Roger van der Weyden. Sin embargo, su gran maestría del oficio parece haberla aprendido en Colonia. La naturaleza muerta con jarrón y flores sobre una alfombra (1485-1490) es un óleo sobre tabla de un sorprendente realismo. En su producción religiosa la proclividad verista no les resta méritos a sus representaciones, que siguen siendo plenas de devoción, como es el caso de La Virgen en el trono con el Niño y cuatro santos.
Jean-François Millet
Aún vigente el Romanticismo, surgieron varios pintores interesados especialmente por la realidad cotidiana, por la gente del común, por las escenas triviales, por los paisajes verídicos. Serían llamados realistas y varios de ellos tenían claras ideas socialistas. Uno de ellos es Jean-François Millet (Gruchy, 1814-Barbizon, 1875). Por su amistad con el artista Honoré Daumier —caricaturista, pintor y escultor— Millet pinta no solamente paisajes, como hicieron los artistas vecinos de la llamada escuela de Barbizon —Théodore Rousseau, François Daubigny y otros— sino que pinta paisajes con campesinos: agricultores cansados, labriegas pobres, espigadoras laboriosas, sembradores rezando porque han tenido otra oportunidad de trabajar de sol a sol.
Bartolomé Esteban Murillo
Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1617-1682). Su obra es de temática religiosa porque trabajó especialmente y con éxito para varias comunidades católicas. Sin embargo, es un realista que insistió en lo prosaico y lo sencillo. Sus Inmaculadas fueron muy admiradas e incluso se hicieron populares en toda Hispanoamérica. Otro motivo reiterado fue el de los niños pobres, que casi siempre pecan de edulcorados. Dentro de sus mejores pinturas se encuentran aquellas que confunden lo religioso con la vida cotidiana La Sagrada Familia del pajarito, El Buen Pastor, La educación de la Virgen y otras.
Rafael Sanzio (Véase en capítulo “Renacimiento italiano”)
Rembrandt van Rijn (Véase en capítulo “Italia, Holanda y España”)
José de Rivera / El Españoleto
José de Rivera (cerca de Valencia, hacia 1591- Nápoles, 1652). Como vivió en Nápoles, que entonces pertenecía a España, desde 1616, fue apodado El Españoleto. El realismo del pintor viene de Caravaggio, lo mismo que el empleo magistral del claroscuro.
?Sus cuadros son especialmente religiosos y abundan en temas caros a la Contrarreforma: el martirio de los santos, la muerte de Cristo y escenas varias de muchas santas y santos. Aparte de sus pinturas, realizó grabados en metal en los que se aprecia la seguridad de su dibujo. Un aspecto especial de su arte es su interés por lo grotesco. Recuérdese, por ejemplo, Sileno ebrio, El patizambo, Diógenes y Cabeza grotesca, un grabado de los años veinte.
Giovanni Antonio Bazzi, El Sodoma
Giovanni Antonio Bazzi (cerca de Siena, 1477-1549). Conocido como El Sodoma, sus principales influencias fueron la pintura lombarda, Leonardo, Perugino y Pinturicchio. Realizó numerosos frescos, entre los que se destacan los del monasterio benedictino de Monte Oliveto, cerca de Siena, 31 en total, y el de Villa Farnesina de Roma, en el que representó Las Bodas de Alejandro y Roxana en un estilo arcaico y recargado de “putti”. Su nombre figura entre los primeros manieristas, pero Vasari consideraba que sus obras no tenían inspiración. Con el tiempo su prestigio fue superado por el del también sienés Beccafumi.
Giambattista Tiépolo
Giambattista Tiépolo (1696-1770) es el más importante pintor decorador del siglo xviii y uno de los mejores artistas venecianos de esa escuela que se inició, a comienzos del siglo xvi, con Giorgione y Tiziano. Su fama fue extraordinaria y trabajó con un grupo de asistentes en el que se destacaron sus hijos Giandoménico y Lorenzo. Muy solicitado, sus obras se encuentran en iglesias y palacios de Italia, Alemania —Kaisersaal— y España —Palacio Real de Madrid—. Tiépolo trató diversos temas —religiosos, mitológicos, históricos—, y siempre sorprendió por la mezcla de realidad y fantasía en escenarios espectaculares y perspectivas creadas por el experto en perspectiva Gerolamo Mengozzi Colonna durante su etapa veneciana.
Tintoretto / Jacopo Robusti
Pintor manierista por excelencia de Venecia, Jacopo Robusti, conocido como El Tintoretto (1518-1594), mezcla en su personal estilo el colorido de Tiziano y el dibujo de Miguel Ángel. Según Arnold Hauser, el arte de Tintoretto es “visionario”, irreal y místico y ofrece además una interpretación impecable de los relatos bíblicos, donde se reconoce la influencia del Concilio de Trento y la Contrarreforma. Su estilo se caracteriza por figuras alargadas, contrastes en las proporciones, movimientos insólitos, observaciones inesperadas. Muchas iglesias de Venecia guardan sus trabajos, pero la Scuola de San Rocco de esta ciudad está llena de sus lienzos de gran tamaño sobre la Virgen, Jesucristo y la Pasión.
Tiziano Vecelli
Tiziano Vecelli (1487/90-1576) fue el pintor veneciano más importante del siglo xvi. En su abundante producción se encuentran cuadros religiosos, mitológicos, desnudos femeninos y retratos de personajes como Carlos V, Felipe II, Pietro Aretino, Ariosto, Federico II de Gonzaga, Ranuccio Farnese y otros. Se aproximó a la pintura como pura visualidad e hizo énfasis en las atmósferas y ambientes. Tiziano se distinguió también por su pasmosa inventiva. Piénsese, por ejemplo, en un óleo religioso como La Asunción de Santa María Gloriosa dei Frari, en Venecia, donde la Virgen sube al cielo ante la sorpresa de los apóstoles representados como pobres pescadores, o en el lienzo Dánae del Museo del Prado, en el que la figura mítica aparece reclinada y desnuda recibiendo la lluvia de oro en la que se ha convertido Zeus.
Hugo van der Goes
La obra más famosa de este artista (Gante, hacia 1440-Bruselas, 1482) es el Retablo Portinari, terminado en 1475, de los Uffizi de Florencia. A esta ciudad llegó muy recién terminado, causando una gran admiración por la calidad de su pintura al óleo y su tamaño excepcional en el arte flamenco. El retablo es un tríptico que presenta a los donantes acompañados de santos en los paneles laterales, mientras en el centro, un panel de cerca de tres metros de alto por más de tres metros de ancho muestra la escena de La adoración de los pastores.
Roger van der Weyden
Roger van der Weyden (Tournai, 1399-Bruselas, 1464) es, junto con Jan van Eyck, uno de los pintores más importantes de Flandes en la primera parte del siglo xv. Discípulo de Robert Campin en Tournai, Roger se casó en 1426 con una dama de Bruselas, donde vivió el resto de sus días, llegando a ser el pintor oficial de la ciudad. También trabajó para los miembros de la corte de Borgoña, entre otros el Canciller Rolin, para quien pintó un Juicio Final. Su pintura más famosa es El descendimiento, del Museo del Prado, una especie de gran relieve sobre fondo somero y dorado en el que aparecen alineadas y apretujadas las figuras relacionadas con el tema. Cristo muerto aparece sostenido en diagonal, y a la izquierda la Virgen desfallecida repite la misma inclinación; la Magdalena, a la derecha, se retuerce los dedos de las manos. Todo en la gran tabla irradia la más profunda tristeza.
Anton van Dyck (Véase en capítulo “Italia, Holanda y España”)
Diego Velázquez
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, 1599-Madrid, 1660) es el pintor más importante e influyente de España en el siglo xvii. Desde niño estudió pintura con Herrera El Viejo y Francisco Pacheco y recibió la influencia de Caravaggio. Desde 1623 fue el pintor del rey Felipe IV. A lo largo de su vida pintó a la familia real e hizo más de cuarenta retratos del mismo rey. Estuvo dos veces en Italia (1629 y 1649-1651) y estudió a Tiziano. En sus años cortesanos, Velázquez pintó con gran libertad algunos lienzos extraordinarios desde La fragua de Vulcano hasta Las Meninas, pasando por La rendición de Breda, La Venus del espejo, El Papa Inocencio X, Las hilanderas y el retrato de La infanta Margarita, de 1660.
Veronés / Paolo Caliari
Paolo Caliari (Verona,1528-1588), uno de los pintores venecianos más destacados, se conoce como Paolo Veronese o El Veronés. Manierista con influencias varias —Tiziano, Miguel Ángel, Parmigianino y Giulio Romano—, su producción no acusa el expresionismo de Tintoretto pero sí un tratamiento refinado de la luz y el color y el gusto por lo espléndido y decorativo que sobresale en sus espacios arquitectónicos y en los trajes a la moda de sus personajes. En sus muchos temas bíblicos, históricos y alegóricos, pintó toda suerte de personajes —soldados, músicos, cortesanos— y muchos animales.