Presentación

El presidente Duque en consejo de ministros en la Hacienda Hato Grande, Sopó, Cundinamarca, 16 de febrero de 2020. 

Texto de: Benjamín Villegas, Editor.

En sus cuatro años de mandato, el presidente Iván Duque tuvo que sortear algunos de los desafíos más difíciles de la historia del Colombia y del mundo. El manejo que le dio a la pandemia de covid-19, el desafío más grande de su presidencia, el choque migratorio venezolano y la creciente violencia de grupos terroristas como el ELN, a pesar de lo apremiante de dichas situaciones, el mandatario siempre fue sereno, apegado a la ley y solidario. Este fue el sello de su presidencia. Su trato amable y asertivo es ampliamente reconocido por los colombianos, los líderes mundiales, sus amigos e, incluso, sus contradictores. Igualmente su condición de hombre muy culto, hombre de libros y estudioso a cual más, sobresalió siempre en sus discursos bien planeados y rara vez leídos con los que nos sorprendió siempre.

Gracias a su carácter solidario y amable, pero riguroso y analítico, el presidente Duque asumió las riendas de un país que tuvo que enfrentar sus problemas domésticos estructurales, aunados a un peligro microscópico, pero mortal, global y casi omnipresente. De hecho, su trato personal, afectuoso y humano, fue el que le permitió empatizar con las vicisitudes particulares de los colombianos más vulnerables al impacto socioeconómico de la pandemia y, al mismo tiempo, tomar decisiones difíciles que repercutieron en los destinos de millones de sus compatriotas.

En momentos en los que, a lo largo y ancho del globo, los sistemas democráticos se veían amenazados por el resurgimiento de los populismos y el autoritarismo, Colombia se aprestó para encarar el doble desafío de la debacle socioeconómica de la crisis sanitaria y el embate de poderes autoritarios y engañosos de carácter regional y global. Bajo el mandato de un presidente que asumió el cargo con apenas 41 años, pero que en una mano blandía la audacia de la juventud y en la otra el carácter de un serio hombre de Estado, el país supo sobreponerse al desafío más grande que ha afrontado la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial, al tiempo que hizo prevalecer su sistema democrático y el Estado Social de Derecho.

Los hechos recogidos en este libro dan cuenta de una presidencia que, en momentos de convulsión global e incertidumbre, sudó, sangró y lloró para llevar a Colombia por la senda nueva y prometedora del progreso, la equidad, la paz y la legalidad.