Equidad

Llegada del presidente Iván Duque a la Feria Sacúdete. San Jacinto, Bolívar, 25 de agosto de 2018. 

Entrega CIC Sacúdete Chiquinquirá, Boyacá, 4 de febrero de 2022. 

Evento con beneficiarios de Programas Sociales Prosperidad Social. Palacio de Combates Sugar Baby Rojas, Barranquilla, Atlántico, 23 de julio de 2022. 

Taller Construyendo País. Coliseo 20 de Julio, Yopal, Casanare, 12 de enero de 2019. 

XXVII Congreso Nacional Comunal. Complejo Deportivo, Club Los Lagos Neiva, Huila, 12 de diciembre de 2019. 

Entrega del premio de la Organización Mundial de la Salud oms por el manejo del sarampión y la rubeola. Nueva York, 24 de septiembre de 2019. 

Acuerdo ‘Punto Final’, Saneamineto Financiero del Sistema de Salud. Fundación San Vicente, Hospital Universitario, Medellín, 23 de julio de 2019. 

Recorrido por Centro Hospitalario Serena del Mar, Cartagena, Bolívar, 1 de marzo de 2019. 

Inauguración del Hospital San Vicente de Paul y primera jornada de vacunación. Gramalote, Norte de Santander, 15 de abril de 2021. 

Entrega de mejoras de viviendas barrio La Esperanza, Parque La Paz, Arauca, Arauca, 13 de febrero de 2021. 

Entregas de ayuda y misión médica en la Sierra Nevada de Santa Marta, Magdalena, 7 de junio de 2020. 

Adjudicación del proyecto Ruta Caribe. Pabellón de Eventos Caja de Cristal. Barranquilla, Atlántico, 20 de agosto de 2021. 

Primer año del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y recomendaciones de la Misión de Sabios. Coliseo Cubierto Argelino Durán Quintero. Ocaña, Norte de Santander, 5 de diciembre de 2020. 

(CNPPJ) Consejo Nacional de Política Públicas de la Juventud enmarcado dentro del proyecto de Estado Sacúdete para el desarrollo de la juventud. Bogotá, 20 de octubre de 2020. 

Colombia Somos Todos. Escucha activa con los jóvenes, acompañan al presidente la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez y María Victoria Angulo, ministra de Educación. ICBF, Bogotá, 8 de mayo de 2021. 

Entrega de Sacúdete al Parque Tipo 2. Tuluá, Valle, 23 de marzo de 2022. 

Taller Construyendo País No. 100. Coliseo Iván Ramiro Córdoba, Rionegro, Antioquia, 4 de marzo de 2022. 

Entrega de bandera del ‘Vuelo del Deporte Orgullo Colombiano’. Aeropuerto El Dorado, Bogotá, 19 de julio de 2020. 

Inauguración Polideportivo Katerine Ibargüen. Apartadó, Antioquia, 29 de febrero de 2020. 

Anuncio de Barranquilla sede Juegos Panamericanos 2027. Barranquilla, Atlántico, 27 de agosto de 2021. 

Entrega de bandera de la delegación Juegos Olímpicos Tokio 2020. Casa de Nariño, Bogotá, 29 de junio de 2021. 

Entrega CIC Sacúdete Suaza y agenda jóvenes. CIC. Suaza, Huila, 1 de octubre de 2021. 

Lanzamiento Juegos del Bicentenario. Cartagena, Bolívar, 29 de abril de 2019. 

XIII Carrera por los Héroes Corporación Matamoros. Escuela Militar General J. M. Córdova, Bogotá, 29 de agosto de 2021. 

Visita a viviendas de interés prioritario y entrega de subsidios de vivienda a 150 000 beneficiarios Casa Digna. Sector Cimarronas, Rionegro, Antioquia, 15 de julio de 2021. 

Sanción de la Ley de Vivienda. Conjunto Residencial Mirador del Valle. Valledupar, César, 14 de enero de 2021. 

Entrega de cheques del Fondo Emprender 20 Años. Orquideorama, Jardín Botánico, Medellín, Antioquia, 21 de julio de 2022. 

II Celebración del Día del Veterano. Casa de Nariño, Bogotá, 10 de octubre de 2020. 

Lanzamiento del libro Virgilio Barco. Homenaje y exposición itinerante. Biblioteca Nacional, Bogotá, 30 de junio de 2022. 

III Cumbre Misión Internacional de Sabios. Centro de Convenciones, Bogotá, 5 de diciembre de 2019. 

Cruz de Boyacá al editor Benjamín Villegas, en inauguración de la Feria del Libro, por una vida de excelentes libros sobre Colombia. 19 de abril de 2022. 

Gran Orden Ministerio de Cultura al maestro Adolfo Pacheco. Mompox, Bolívar, 20 de agosto de 2021. 

Conmemoración Día de la Mujer Afrocaribeña y de la Diáspora. Teatro Colón, Bogota, 26 de julio de 2021. 

Desfile de modas ‘Cañaguateras’. Mompox, Bolivar, 6 de deptiembre de 2019. 

Escuela taller de orfebrería. Mompox, Bolívar, 7 de septiembre de 2018. 

Visita rodaje largometraje ‘Freelancer’. Palacio San Francisco, Bogota, 2 de febrero de 2022. 

Día de la Afrocolombianidad. Bogotá, 21 de mayo de 2019. 

Taller Construyendo País. Institución Educativa León XIII. Coliseo Cubierto, San Jacinto, Bolívar, 25 de agosto de 2018. 

Llegada y recorrido a Fundación, Magdalena, 6 de noviembre de 2020. 

Recorrido por Bahía Solano, Chocó, 16 de enero de 2021. 

Recorrido por los restaurantes del Malecón. Barranquilla, Atlántico, 29 de agosto de 2020. 

Al comenzar su mandato, el presidente Iván Duque le propuso un pacto a Colombia para avanzar en una agenda de desarrollo económico que realmente se tradujera en el mejoramiento de las condiciones de vida de los colombianos. Duque era consciente de que las brechas sociales en Colombia eran causantes, en buena medida, de la descohesión social que padecía el país desde hacía años y se había exacerbado en 2018. Entendió que la base desde la que debían partir las políticas públicas de su gobierno tenía que ser la equidad. Por eso, su Plan de Desarrollo para el periodo 2018-2022 fue llamado Pacto por Colombia, pacto por la equidad. En él, articuló todas las acciones del gobierno alrededor del propósito de combatir la desigualdad entre los colombianos. Desde la política agraria, pasando por la educativa, hasta los proyectos de infraestructura, tuvieron un componente central de cierre de brechas sociales y económicas.

Desde el primer día de su gobierno, Duque le apostó a una serie de agendas sociales que, cuatro años después, marcarían su mandato. Su enfoque, pues, estuvo dirigido, principalmente, a mejorar las condiciones de vida de la población más vulnerable de las ciudades y el campo, crear oportunidades de estudio y empleo para los jóvenes, subsanar deudas históricas del Estado colombiano con respecto al acceso de grandes porciones de la población a servicios públicos de calidad, vivienda, tierra y crédito, y cerrar las brechas de género, tanto en el funcionamiento del Estado como en la sociedad civil. Con esta hoja de ruta clara, el gobierno, en estrecha colaboración con el sector privado y las comunidades, abrió una senda de progreso para el país que se vio reflejada en su Plan Nacional de Desarrollo, el cual, gracias al liderazgo de los consejeros presidenciales de gestión y cumplimiento, Carlos Moreno y Alejandra Botero, presentó un nivel de ejecución del 82 %, muy superior a cualquier PND precedente. Este logro se debió a un alto grado de articulación interagencial, otra de las grandes contribuciones de Moreno y Botero.

Consciente del rol que debían jugar los ciudadanos en el desarrollo del país y la necesidad de diseñar políticas públicas a la medida de las necesidades de las comunidades, Duque le encomendó a su consejera para las regiones, Karen Abudinen, la organización de los Talleres Construyendo País. Bajo este formato, que consistía en la celebración de encuentros en los que participaban funcionarios del gobierno nacional, líderes comunitarios, representantes de la juventud, empresarios y ciudadanos con vocación de ayudar al desarrollo de sus territorios, el gobierno logró construir espacios de diálogo social tremendamente prolíficos. En el marco de estos, Duque y sus ministros pudieron contar con un diagnóstico de primera mano de los problemas que aquejaban a las comunidades, para después poner en marcha soluciones concretas que se vieron reflejadas en políticas públicas con un gran componente de participación ciudadana. Así mismo, los Talleres Construyendo País permitieron mantener un sistema de seguimiento de los problemas y los compromisos suscritos para subsanarlos. Ya en tiempos de pandemia, bajo el liderazgo de Ana María Palau, la sucesora de Abudinen, dichos espacios sirvieron para que, de manera conjunta, diversos actores identificaran las acciones necesarias para avanzar en la reactivación económica de los municipios colombianos. Así, los Talleres Construyendo País probaron ser una de las herramientas más eficaces del escudo social con el que el gobierno protegió a los ciudadanos y a las empresas.

Una de las primeras medidas que tomó el gobierno para mejorar las condiciones de vida de los colombianos tuvo que ver con las condiciones salariales de los trabajadores. Con el impulso de la ministra de Trabajo, Alicia Arango, y la mediación personal del presidente Duque, se logró el incremento del salario mínimo real más alto de la historia, hito que no se habría alcanzado sin la voluntad de conciliación del gobierno, las centrales obreras y los empresarios. La voluntad de mejorar las condiciones laborales de los colombianos se fue fortaleciendo a lo largo de todo el periodo de gobierno, con logros como la concreción de la Convención Colectiva de los Trabajadores Oficiales, con la que se fijaron nuevas y más favorables condiciones para 1 275 000 trabajadores estatales. Para ello, fue fundamental la gestión de los dos ministros de Trabajo de Duque, Alicia Arango y su sucesor, Ángel Custodio Cabrera.

Una de sus apuestas más fuertes por la equidad tuvo que ver con los subsidios y las transferencias directas, que, desde el primer momento de su implementación, mostraron avances alentadores. Bajo el liderazgo del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, con el apoyo del DNP y el DPS, el gobierno desplegó una amplia batería de subsidios que buscaron garantizarles a más de 10 millones de hogares colombianos los ingresos necesarios para vivir dignamente. Ese fue el caso de Familias en Acción, Jóvenes en Acción y el programa de Adulto Mayor, que fueron fortalecidos con inversiones millonarias que lograron ampliar su cobertura, especialmente en los municipios más pobres del país. Para las familias, bajo la condición de que se asegurara la escolarización de los niños, el subsidio comprendió la transferencia directa de hasta 122 650 pesos mensuales por cada niño, en el caso de las familias inscritas en el Sisben, y de 149 800 pesos mensuales por menor, en el caso de comunidades étnicas. Por su parte, el subsidio para jóvenes consistió en una transferencia de hasta 200 000 pesos mensuales. En el caso de las personas de la tercera edad, el subsidio se compuso de una consignación mensual de 80 000 pesos.

En términos de representación y participación de las mujeres, el gobierno de Iván Duque, aparte de contar con el primer gabinete paritario de la historia de Colombia, le encomendó a la vicepresidente, Marta Lucía Ramírez, la construcción de una política integral de género que permeara todas las instancias del gobierno y el Estado. De esta manera, la consejera Ana María Tribín y su sucesora, Gheidy Gallo, plantearon varias políticas y normas que fortalecieron la participación de las mujeres en la toma de decisiones y aumentaron paulatinamente la contribución de estas en la administración del Estado.

En el marco de la emergencia económica producida por la pandemia, el gobierno emprendió una de las iniciativas sociales más ambiciosas de la historia de Colombia. Por primera vez, un gobierno colombiano implementó un programa de transferencias monetarias directas, no condicionadas, con el propósito de garantizarles a más de 4 millones de colombianos en pobreza extrema, que nunca habían recibido apoyo del Estado, los ingresos suficientes para una vida digna en medio de una emergencia sanitaria sin precedentes. Ingreso Solidario, que consiste en la transferencia de 400 000 pesos bimensuales a las familias no inscritas en el Sisbén u otro programa de asistencia estatal, comenzó en abril de 2020 con una vigencia inicial de tres meses, que, tras la promulgación de la Ley de Inversión Social de 2021, se amplió hasta diciembre de 2022. Hasta el momento, dicha medida se ha erigido en la principal defensa de las familias colombianas más pobres ante la disminución de ingresos causada por los cierres y la destrucción de empleos que se dio en el marco del primer año de pandemia. Esta iniciativa fue reconocida por organizaciones como la OCDE o el PNUD como un ejemplo de mitigación del impacto social de la pandemia. Para Jessica Faieta, Representante Residente del PNUD para Colombia, “(l)os programas sociales, que han sido acciones oportunas y efectivas, han evitado que al menos dos millones de personas caigan en pobreza y otros cuatro millones en pobreza extrema”.

A lo anterior, también en el marco de la pandemia, se le sumó la política de devolución del IVA a las familias más pobres del país. Esta medida probó ser clave en la protección de los colombianos más vulnerables, ya que implicó una reducción considerable del gasto familiar en alimentos y artículos de primera necesidad. Así mismo, al tiempo que protegió la capacidad adquisitiva de las familias, garantizó una dinamización del consumo de los hogares, lo que derivó en mejores condiciones para sectores del comercio que fueron golpeados por la pandemia.

Para mitigar los estragos del embate de la pandemia en los hogares colombianos, que se sintió especialmente en los niños, el gobierno emprendió una campaña de donaciones, en dinero y en especie, que buscó movilizar al sector privado y a la sociedad civil para proteger la seguridad alimentaria, el derecho a la vivienda y el acceso a educación preescolar de millones de niños. De esta manera, a través de la campaña Ayudar nos hace bien, liderada por la primera dama, María Juliana Ruiz, y la consejera presidencial para la Infancia, Carolina Salgado, se consiguieron miles de millones de pesos y miles de toneladas de alimentos e insumos a pocos meses de su puesta en marcha. La participación de más de 17 000 donantes demostró, por un lado, la crucial capacidad de gestión de la primera dama y la consejera y, por otro, la inmensa solidaridad de las empresas colombianas y los ciudadanos de a pie.

El gobierno, para profundizar su agenda de equidad, avanzó en más frentes. De este modo, le apostó a una serie de medidas que buscaron mejorar el acceso a la vivienda de los más pobres. Por ejemplo, en los primeros tres años de mandato, el gobierno colombiano entregó más de 200 000 subsidios de vivienda de interés social, un hecho sin precedentes, si se tiene en cuenta que representa alrededor del 80 % de todos los subsidios de vivienda de este tipo otorgados por el Estado colombiano en toda su existencia.

Con el propósito de fortalecer la dignificación de los hogares colombianos, sobre todo los rurales, el gobierno avanzó en su agenda de modernización, adecuación y ampliación de los servicios públicos. Por ejemplo, logró cerrar en un 50 % la brecha de electrificación rural, al llevar a decenas de municipios el servicio de energía eléctrica, en muchos casos por primera vez. Así mismo, durante el gobierno de Duque se logró llevar agua potable a más de 200 municipios del país, lo que equivale a alrededor de un quinto de las circunscripciones administrativas de Colombia. Con esta política, más de 3 800 000 colombianos accedieron a agua potable por primera vez en su vida. La iniciativa estrella del esfuerzo nacional por llevar agua potable a los más necesitados fue Guajira Azul, que se propuso, bajo el liderazgo del viceministro de Agua y Saneamiento Básico, José Luis Acero, pasar del 4 % al 70 % de cobertura en las zonas desérticas del departamento.

En términos de infraestructura vial en la ruralidad, el gobierno logró un hito histórico. Durante sus primeros tres años de mandato, invirtió la cifra récord de 5.5 billones de pesos en vías terciarias, con el objetivo de mejorar la competitividad de los productores agrícolas de las zonas más apartadas del país y, así, aumentar los ingresos de las comunidades en 958 municipios. El viraje de política del gobierno a este respecto se reflejó claramente en el hecho de que se pasó de una inversión anual de 4000 millones de pesos en vías terciarias a una más de cien veces mayor, lo que equivalió a la construcción o refacción de más de 11 000 kilómetros de vías.

Las principales vertientes de acción del gobierno en términos de educación giraron en torno al mejoramiento del acceso de los más pobres a formación técnica y profesional. En primer lugar, el gobierno, consciente de que la educación es uno de los principales pilares del desarrollo de las sociedades, en 2018, le asignó al Ministerio de Educación un presupuesto anual de 41.1 billones de pesos, lo que implicó un aumento histórico de alrededor de 10 puntos porcentuales en ese rubro. Este fue el presupuesto de educación más alto, tanto en términos nominales como en porcentaje del presupuesto nacional, de la historia de Colombia. Gracias a la decidida inyección de recursos, el gobierno logró que absolutamente todos los jóvenes de estratos 1, 2 y 3 tuvieran acceso gratuito a la educación superior, técnica y tecnológica públicas. Esto implicó otro gran hito del gobierno de Duque, ya que significó saldar una deuda histórica con millones de jóvenes colombianos que, como su gobierno, son conscientes de que la educación de calidad es garantía de futuro. Buena parte de estos avances fue gestada en el DAPRE, entonces liderado por Diego Molano, quien, a través de la sistematización de los miles de aportes de ciudadanos jóvenes que se dieron durante la Conversación Nacional, logró fijar una hoja de ruta de la política educativa y de infraestructura que correspondiera directamente a las peticiones e ilusiones de la juventud colombiana, sobre todo en las regiones más apartadas de la geografía nacional. Para esto, también fue fundamental el aporte de la consejera presidencial para las Regiones de entonces, Karen Abudinen, con los Talleres Construyendo País, y el conocimiento de las realidades de los jóvenes colombianos que tenía la consejera presidencial para la Juventud, Raiza De Luque.

También en el rubro de acceso a la educación, bajo el liderazgo de la ministra de Educación, María Victoria Angulo, el gobierno creó el programa Generación E, diseñado para que los jóvenes más pobres de Colombia pudieran acceder a universidades privadas de altísima calidad que, de otra manera, habrían estado fuera de su alcance. De esta manera, dicho programa, cada año, le ha garantizado a un promedio de 160 000 jóvenes de escasos recursos el acceso a las mejores universidades del país. Esta política, además, ha tenido consecuencias muy positivas que son difícilmente cuantificables, pero que evidentemente son muy significativas. Desde que comenzó a tener vigencia, Generación E ha implicado un cambio poblacional profundo en las universidades de élite del país, donde, cada vez más, jóvenes de todos los rincones de Colombia hacen parte de comunidades educativas vibrantes, diversas y solidarias que antes estaban al alcance únicamente de los más ricos. Generación E se basó en las dos E: excelencia y equidad. Bajo estos lineamientos, el estado financió el 100 % de la matrícula de los mejores estudiantes, subsidió su manutención en las ciudades donde comenzaron sus estudios y priorizó recursos para refinanciar el sistema público de educación superior.

Al esfuerzo en educación se sumó el esfuerzo en la financiación de la ciencia y la tecnología, que, según la Misión de Sabios que asesoró el Plan Nacional de Desarrollo, debía contar con una inversión de por lo menos el 1 % del PIB. Así, bajo el liderazgo del ministro Tito Crissien, el gobierno articuló a la academia, el Estado, el sector privado y la sociedad civil para aumentar considerablemente la inversión en ciencia, tecnología e innovación (Acti) y en investigación y desarrollo (I+D). Gracias a este trabajo mancomunado, en 2021 Colombia alcanzó, por primera vez en su historia, la meta del 1 % que se había fijado. Una parte considerable de dicho avance se ve reflejada en otra cifra sin precedentes para el país: para cuando termine su periodo, el gobierno de Iván Duque habrá otorgado 4000 becas de doctorado, más que cualquiera de sus predecesores.

Gracias al Programa de Alimentación Escolar (PAE), el gobierno les ha garantizado a más de 5 millones de niños y adolescentes el acceso a alimentos sanos y de buena calidad. Esta medida, aparte de garantizar los derechos de los menores, también ha significado un alivio económico para las familias más pobres de Colombia, las cuales han podido prescindir de un porcentaje considerable de su gasto mensual en alimentos. Gracias a que buena parte de los productos alimenticios utilizados en los PAE son comprados directamente a productores locales, el programa ha servido para dinamizar la economía popular de cientos de municipios con vocación agrícola.

El gobierno, con un rol protagónico del presidente y de Juan Sebastián Arango, su consejero de Juventud, también le apostó al fortalecimiento de las capacidades emprendedoras de los jóvenes y la provisión de espacios seguros donde la juventud colombiana pudiera vivir en ambientes de paz, creatividad e innovación. En una de sus apuestas más ambiciosas por la juventud, el gobierno nacional avanzó en la construcción de cientos de centros denominados ¡Sacúdete!, donde los niños y jóvenes de los municipios más pobres del país han encontrado espacios seguros para explotar sus capacidades creativas y emprendedoras. Estos centros, donde los jóvenes cuentan con asesorías de diversa índole en cuestiones de emprendimiento y donde tienen acceso a actividades lúdicas, deportivas y artísticas, así como a oportunidades de empleo formal, se han convertido en epicentros de resiliencia juvenil que les han plantado cara a las bandas criminales que se aprovechan de la vulnerabilidad de niños y jóvenes de los barrios populares para engrosar sus filas. Hasta la fecha, el gobierno ha construido o licitado más de 330 centros de este tipo, con una inversión superior a los 340 000 millones de pesos para 2021.

En el deporte, el gobierno de Iván Duque, bajo el liderazgo de sus ministros, Ernesto Lucena y Guillermo Herrera, avanzó en el apoyo a los atletas colombianos, así como en la construcción y adecuación de escenarios deportivos y de esparcimiento a nivel municipal, departamental y nacional. Lo anterior, en conjunto con iniciativas como los centros Sacúdete, contribuyó al esfuerzo del gobierno nacional por dotar a la juventud colombiana de espacios seguros de buen uso del tiempo libre y lugares de encuentro comunitario capaces de plantarle cara a las bandas criminales. Así mismo, durante su gobierno, el presidente Duque condecoró a varios deportistas colombianos con los galardones más prestigiosos de nuestro país. En el caso del ciclista Egan Bernal, quien dejó en alto el nombre de Colombia al convertirse en el primer compatriota en ganar el Tour de Francia, el mandatario lo honró con la Cruz de Boyacá, mientras que, en el caso de los tenistas Juan Sebastián Cabal y Robert Farah, ganadores del torneo de dobles de Wimbledon, el presidente los galardonó con la Gran Cruz de la Orden Nacional al Mérito.

En 2019, consciente de las brechas digitales del país y teniendo en cuenta la necesidad de que Colombia entrara pisando fuerte a la Cuarta Revolución Industrial, la ministra de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Sylvia Constaín, redactó la Ley TIC, que fijó la hoja de ruta para la modernización de las telecomunicaciones en el país. Dicha ley, entre otras cosas, se propuso reducir la brecha digital entre las regiones, el campo y la ciudad, masificar el acceso a Internet en Colombia y aumentar la competitividad de las empresas al realizar ingentes inversiones en infraestructura digital y conectividad. Con esto, logró crear un ambiente propicio para la inversión de empresas de telecomunicaciones en la ampliación de redes, ofrecer mayor certidumbre jurídica para nuevos inversionistas, flexibilizar las condiciones de concesión del espectro electromagnético y modernizar la institucionalidad encargada de regular las actividades de comunicaciones. En 2020, la ministra dio vía libre al programa Misión TIC 2022. A través de esta estrategia, hasta el momento, ha vinculado a 100 000 personas, en su gran mayoría jóvenes, a procesos de formación tecnológica que tienen como propósito educar a la próxima generación de programadores colombianos. El programa cuenta con cursos de inglés, programación en diferentes lenguajes, robótica y uso de herramientas digitales.

Para hacer más equitativo el acceso a empleo formal y de calidad, el gobierno nacional amplió la oferta pública de empleo al fortalecer el Servicio Nacional de Empleo mediante inyección de recursos, mejoramiento tecnológico y ampliación de la oferta de capacitación. Igualmente, a lo largo de su gobierno, el presidente, Iván Duque, entabló alianzas con diferentes entidades de cooperación internacional para cofinanciar programas de capacitación laboral con enfoque diferencial, que privilegiaron la participación de jóvenes, mujeres, indígenas, afrocolombianos y personas LGBTI. Del mismo modo, en el marco de la pandemia, lanzó un subsidio de 25 % del salario mínimo para empresarios que contrataran jóvenes, lo que significó un aliciente para la contratación de estos en puestos de trabajo formales.

Después de cuatro años, la política de equidad del gobierno de Iván Duque logró sentar las bases de un futuro de progreso para Colombia. Mediante oportunidades de educación, empleo y emprendimiento, que muchas veces estaban fuera del alcance de la población general, Duque y su gabinete lograron emparejar la cancha. A pesar del duro golpe de la pandemia, el país vio cómo los avances en materia de equidad sirvieron para proteger a las familias colombianas de estragos aún mayores, lo que, hoy en día, le permite al país reconstruir su economía sobre bases sólidas y traducir el crecimiento en bienestar para todos.