- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
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- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
- Casa de Campo en Colombia (2007)
- Luis Restrepo. construcciones (2007)
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- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Economía
Simétricos, ordenados, con sus cubiertas de plástico que en ocasiones son rotas por el viento y el agua, los invernaderos son el símbolo perfecto de la industria de las flores. Bajo estos toldos crecen, se desarrollan y son cortadas las flores de un país que poco a poco ha ido dependiendo menos del café. Rudolf Schrimpff.
Crisantemos amarillos.
Hermoso cultivo de claveles en plena producción. Pilar Gómez.
Colombia es el país ideal para el cultivo de las flores por las privilegiadas características geográficas, su diversidad de ecosistemas y sus excelentes microclimas. Como no tiene estaciones, produce flores de calidad y belleza reconocidas, todos los días del año. En 25 años de trabajo y esfuerzo y a través de más de tres centenares de empresas dedicadas a la producción de flores de exportación, el país se ha colocado en una posición estratégica dentro del mercado mundial. José Fernando Machado.
Le propagación vegetativa por medio de cultivo de tejidos “in vitro” se ha desarrollado exitosamente en los laboratorios de varias empresas floricultoras. De esta manera se mantiene la estabilidad genética de las plantas, conservando así la calidad que caracteriza las flores colombianas. Diego Samper.
Formas en que se siembran, se desarrollan y se controlan las plantas madres. Diego Samper.
Alstroemeria - Alstroemeria Jorge Gamboa.
Alstroemeria - Alstroemeria Jorge Gamboa.
Pompon Crisantemo - Chrysanthemum Jorge Gamboa.
Ave del Paraíso - Sterlizia Jorge Gamboa.
Platanillo - Heliconea Jorge Gamboa.
Clavel - Diantus José Fernando Machado.
Clavel - Diantus León Duque.
Crisantemos amarillos son, al igual que las alstroemerias, especies muy populares entre los cultivadores de flores y sus cultivos se destacan por la belleza y el colorido durante su etapa de corte. José Fernando Machado.
Paralelo al progreso en las técnicas de cultivo, se ha desarrollado el diseño de diversos tipos de invernaderos para hacer óptimas las condiciones ambientales y reducir costos durante el proceso. Rudolf Schrimpff.
Vista aérea de uno de los numerosos cultivos de flores de la Sabana de Bogotá. Rudolf Schrimpff.
Diferentes formas y materiales son utilizados en la construcción de los invernaderos, lográndose resultados cada vez mejores. El avance de esta agroindustria es el resultado de la iniciativa y capacidad empresarial de los floricultores, de la calificación y entrenamiento del personal técnico y de la racionalización en los procesos productivos. Pilar Gómez.
Cosecha de esquejes de clavel en plantas madres, el cuidado de los bancos de encauzamiento y el proceso de fumigación que se realiza con la adecuada protección contra los agroquímicos. Diego Samper.
Cosecha de esquejes de clavel en plantas madres, el cuidado de los bancos de encauzamiento y el proceso de fumigación que se realiza con la adecuada protección contra los agroquímicos. José Fernando Machado.
Cosecha de esquejes de clavel en plantas madres, el cuidado de los bancos de encauzamiento y el proceso de fumigación que se realiza con la adecuada protección contra los agroquímicos. Diego Samper.
Los nerines son también cultivados exitosamente bajo invernadero y han encontrado un mercado muy atractivo en el exterior. José Fernando Machado.
Se ha logrado un gran dominio sobre el cultivo de crisantemos y pompones luego de la rápida asimilación y adaptación de la tecnología extranjera y los avances alcanzados en la producción, como se aprecia en este cultivo en La Ceja, Antioquia. José Fernando Machado.
Gerbera. Pilar Gómez.
Rosa. Pilar Gómez.
Claveles. Pilar Gómez.
Crisantemo. José Fernando Machado.
Pilar Gómez.
Gerbera. Diego Miguel Garcés.
José Fernando Machado.
Crisantemo. José Fernando Machado.
Alstroemerias José Fernando Machado.
Cartucho amarillo. Pilar Gómez.
Crisantemo. José Fernando Machado.
Anigosanto. José Fernando Machado.
Gerbera. Pilar Gómez.
Crisantemo. José Fernando Machado.
Rosa. Pilar Gómez.
Fresia. José Fernando Machado.
Clavel. José Fernando Machado.
Hermoso cultivo de alstroemerias en plena producción. José Fernando Machado.
Cartuchos. José Fernando Machado.
Asteres. José Fernando Machado.
Con una moderna infraestructura y equipos especializados, los científicos desarrollan programas de investigación permanentes para mantener actualizado un proceso tan exigente. Diego Samper.
Formas en que se siembran, se desarrollan y se controlan las plantas madres. Sergio Trujillo.
Formas en que se siembran, se desarrollan y se controlan las plantas madres. Sergio Trujillo.
Se han inventado nuevos procesos de propagación, poda y tratamientos de post-cosecha para contribuir al mejoramiento de la producción. José Fernando Machado.
Agrónomos, especialistas y trabajadores calificados siguen diariamente el crecimiento de las plantas y mantienen las condiciones fitosanitarias que satisfagan las exigencias más estrictas. José Fernando Machado.
El manejo de las flores después del corte es una parte vital del proceso. Para evitar su deshidratación, las flores cortadas en el invernadero son inmediatamente trasladadas a modernas salas de post-cosecha. Allí se clasifican grandes cantidades de flores diariamente, según los parámetros exigidos por el mercado exterior. José Fernando Machado.
En la post-cosecha, el floricultor puede confirmar la calidad de su producto antes de enviarlo a otros países; esto se logra mediante el control cuidadoso y detallado de las características que debe cumplir cada variedad. José Fernando Machado.
Durante el proceso de clasificación, las flores son agrupadas por variedades y tamaños. Luego son empacadas con diferentes tipos de materiales para protegerlas de daños durante el transporte; finalmente son almacenadas en cuartos fríos donde son conservadas a temperaturas de hasta 1 grado centígrado para garantizar la preservación de su calidad y la conservación de su frescura durante el trayecto de transporte al exterior. José Fernando Machado.
Durante el proceso de clasificación, las flores son agrupadas por variedades y tamaños. Luego son empacadas con diferentes tipos de materiales para protegerlas de daños durante el transporte; finalmente son almacenadas en cuartos fríos donde son conservadas a temperaturas de hasta 1 grado centígrado para garantizar la preservación de su calidad y la conservación de su frescura durante el trayecto de transporte al exterior. José Fernando Machado.
En la última etapa, las flores colombianas son transportadas al extranjero por vía aérea que es el único medio posible para garantizar la entrega en optimas condiciones, al destinatario final en el exterior. A su llegada, pasan por muy rigurosos controles fitosanitarios y de aduana, y se almacenan a bajas temperaturas en las bodegas de los aeropuertos antes de ser distribuidas por las comercializadoras en Estados Unidos, Canadá o Europa. Posteriormente, a través de una compleja y muy eficiente red de transporte terrestre, son enviadas a los consumidores o vendidas en remates como es el caso en Aalsmeer, Holanda. Sergio Trujillo.
Rigurosos controles fitosanitarios y de aduana. José Fernando Machado.
Rigurosos controles fitosanitarios y de aduana. Asocolflores.
Rigurosos controles fitosanitarios y de aduana. Asocolflores.
Como parte de los programas de bienestar social que los empresarios ofrecen a los trabajadores de las flores, están el alto nivel de capacitación, los servicios de salud ocupacional y la promoción de entidades regionales que apoyan obras de infraestructura municipal, integración cultural y recreativa. José Fernando Machado.
Festivales regionales de flores de los municipios de la Sabana de Bogotá, donde los trabajadores ponen en juego su imaginación y creatividad construyendo “carrozas” de diversos motivos adornadas con flores, que concursan en eventos de saludable esparcimiento para todos los campesinos de las zonas floricultoras. El Tiempo.
Festivales regionales de flores de los municipios de la Sabana de Bogotá, donde los trabajadores ponen en juego su imaginación y creatividad construyendo “carrozas” de diversos motivos adornadas con flores, que concursan en eventos de saludable esparcimiento para todos los campesinos de las zonas floricultoras. El Tiempo.
Festivales regionales de flores de los municipios de la Sabana de Bogotá, donde los trabajadores ponen en juego su imaginación y creatividad construyendo “carrozas” de diversos motivos adornadas con flores, que concursan en eventos de saludable esparcimiento para todos los campesinos de las zonas floricultoras. El Tiempo.
Pata de Canguro - Anigosanthus José Fernando Machado.
Ave del Paraíso - Sterlizia Jorge Gamboa.
Texto de: Alberto Duque López
Colombia es el país de las flores. Hace 30 años, sin embargo, hubiera parecido inverosímil el desarrollo que este sector exportador ha alcanzado. Hoy ocupa el segundo lugar en las exportaciones mundiales y el primero al mercado de los Estados Unidos. En ese entonces esto era sólo un sueño. Pero fue precisamente hacerlo realidad, lo que lograron con su esfuerzo los floricultores colombianos. Los empresarios fueron visionarios que arriesgaron enormes capitales, tiempo y esfuerzos para desarrollar una nueva industria y una imagen dinámica y positiva de Colombia ante el mundo.
Los primeros invernaderos se construyeron en la Sabana de Bogotá, en 1964. Las compañías pioneras iniciaron sus cultivos sin dominar la avanzada tecnología internacional del momento, lo cual requirió de un proceso de adaptación de conocimientos y de prácticas en nuestro medio para lograr el nivel de desarrollo alcanzado hoy en día. El crecimiento en la demanda llevó a los productores a adaptarse a los requerimientos estrictos de los mercados internacionales y se hizo necesaria la inversión en el desarrollo de una infraestructura de transporte y mercadeo para satisfacer las necesidades de los compradores. Las flores colombianas entraron a competir con países de tan larga experiencia y tradición como Holanda, Estados Unidos, Francia e Italia, y sobresalieron rápidamente en el mercado internacional.
Las exportaciones de flor cortada de Colombia han aumentado a un ritmo vertiginoso durante los últimos veinte años, incrementándose en varios centenares de millones de dólares durante este lapso, hasta colocar al país en una posición estratégica dentro del mercado mundial. El vigoroso desarrollo registrado en las exportaciones de flores durante la última década, tiene pocos antecedentes en la historia del comercio exterior de Colombia y su dinamismo las ha convertido en el tercer generador de divisas del sector agrícola, después del café y el banano, y ha colocado a la floricultura a la vanguardia de la generación de empleo. Por su parte, la extraordinaria participación dentro del mercado mundial alcanzada por las flores colombianas, sólo comparable a la experiencia tenida por países del este asiático con productos manufacturados, ha llevado a que analistas extranjeros denominen a Colombia "la Corea del Sur de los Exportadores de Flores" por su eficiente producción e infraestructuras de transporte y distribución.
Una de las principales características de las flores dentro de nuestro comercio exterior es el hecho de que son el único producto de exportación que compite en los mercados internacionales con la producción doméstica de los países importadores.
La producción de flores para exportación se inició con el cultivo de claveles, crisantemos y pompones. Luego, a partir de 1978, en respuesta a una política de diversificación del gremio se empezaron a cultivar rosas y otros tipos de flores. En la actualidad, flores como las alstroemerias, el miniclavel, las gerberas, los asters y los follajes son algunos de los productos que aumentan diariamente su participación en el mercado internacional. Colombia exporta más de 50 tipos de flor cortada y se encuentra a la vanguardia en la producción de nuevas variedades de estas especies.
Las privilegiadas características geográficas de Colombia, con su gran diversidad de ecosistemas y microclimas, ofrecen condiciones ideales para el cultivo de numerosos tipos de flores. Gracias a su ubicación ecuatorial, el país tiene temperaturas, humedad y luminosidad ideales. Sus suelos son de extraordinaria riqueza. Dada la ausencia de estaciones, Colombia produce flores de calidad y belleza todos los días del año. Para el cultivo de flores son particularmente aptas las tierras localizadas entre 1.500 y 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar, con temperaturas diurnas entre los 14 y 24 grados centígrados y alrededor de 13 grados en la noche. Las principales zonas de producción son la Sabana de Bogotá, en donde se encuentra el 90 por ciento de los cultivos seguida por Rionegro y La Ceja en Antioquia con un 8 por ciento, lo restante está distribuido en el Quindío, Risaralda, Cauca y Valle del Cauca.
Para alcanzar una calidad excelente los floricultores colombianos han tenido que sostener durante más de 30 años procesos productivos que son complejos y arriesgados. La programación de siembras y cosechas es un factor por demás determinante para abastecer y satisfacer las necesidades del consumidor en fechas importantes. Por esto los floricultores están al tanto y conocen detalladamente las épocas del año en las cuales se presentan las mayores demandas de sus productos. La preparación de un cronograma dentro de las actividades de las empresas productoras de flores de Colombia, es uno de los elementos básicos. Saber qué sembrar y cuándo deberá efectuarse la cosecha de las flores para su inmediato envío al exterior, forma parte de un estricto control de todos los pasos de la producción. Con base en estas decisiones se importa el material vegetal de siembra o se disemina localmente. En este último caso es propagado en laboratorios nacionales, o derivado de plantas madres cultivadas especialmente para este fin.
Inicialmente el material vegetal es preparado en bancos estériles de enraizamiento bajo condiciones de humedad y temperatura apropiadas según la especie. Estos bancos, generalmente, están ubicados lejos de las áreas de cultivo, para evitar la contaminación de enfermedades en el material joven. Muchas variedades se micropropagan mediante la técnica in vitro, a partir de meristemos, utilizando avanzada tecnología. Una vez enraizado, el material es trasplantado a invernaderos donde se controla su desarrollo, calidad y uniformidad durante el período de crecimiento.
Agrónomos, otros profesionales especialistas y trabajadores calificados, se dedican diariamente a seguir el crecimiento de las plantas, manteniendo las condiciones fitosanitarias que satisfagan las exigencias más estrictas.
En 1996 los floricultores crearon Florverde, un programa que promueve el óptimo desempeño de las empresas en los aspectos social y ambiental. Florverde desarrolla en las empresas floricultoras una verdadera cultura de la gestión ambiental. Para lograrlo, promueve en los cultivos el uso de elementos y procedimientos con base en los parámetros de la norma ISO 14001. El programa abre un espacio para que las empresas puedan revisar sus procesos y los mejoren buscando una reducción en el consumo de agua, energía e insumos y una mayor protección y bienestar para el trabajador. Las áreas en las cuales se enfoca el programa son el manejo de aguas, residuos, fertilizantes, manejo integrado de plagas y enfermedades, paisajismo, salud ocupacional y recursos humanos. Uno de los aspectos más importantes en este programa es el manejo del agua. Utilizando varios instrumentos de medición se obtienen datos que posibilitan definir si existen desperdicios, lo cual permite calcular la cantidad de agua que la planta necesita para desarrollarse, racionalizando el uso del recurso y disminuyendo el impacto sobre las fuentes.
En Florverde se busca el aprovechamiento del agua lluvia. Para lograr esto los invernaderos se construyen con canales que transportan el agua lluvia a depósitos. En la fertilización, el programa promueve el uso de materias orgánicas para reducir la aplicación de elementos químicos. Una de las fuentes de fertilización que se utilizan con mayor frecuencia para mejorar las propiedades físicas y biológicas de los suelos es el compost, material que resulta del reciclaje de residuos vegetales de los cultivos. Este sistema corrige los problemas de contaminación y promueve el desarrollo de microorganismos benéficos, logran sustituir una fracción importante de fertilizantes químicos por orgánicos. En el área de gestión humana se supervisa que los cultivos, además de cumplir con la legislación colombiana, brinden al empleado las condiciones que requiere para sentirse bien en el trabajo y para su crecimiento personal. Esto incluye programas de alfabetización y nivelación escolar al igual que instalaciones óptimas para su bienestar casinos para la alimentación, guardarropas, guarderías para los hijos de empleados menores de siete años en donde reciben atención especializada disfrutando de una alimentación balanceada, aprestamiento escolar y estimulación en su desarrollo. Los empleados cuentan también con un sistema de transporte adecuado que les permite cubrir con facilidad las distancias desde su hogar hasta los cultivos.
Con base en el cronograma que regula las actividades del productor, en determinado momento de la floración se realiza la cosecha aprovechando las temperaturas frescas de la mañana, con el fin de evitar la deshidratación o la condensación de la humedad del aire en los pétalos y la creación de ambientes propicios para el desarrollo de enfermedades. Cada tipo de flor requiere, como es de suponer, de técnicas especiales para su corte.
La recolección está en su mayor parte a cargo de mujeres, quienes van cortando y seleccionando el producto que luego pasa a la sala de clasificación. Cada uno de los ramos debe cumplir con las exigencias establecidas por el mercado internacional del ramo. En algunos casos la clasificación se basa en la longitud de los tallos y, en otros casos, se realiza de acuerdo con el peso de la flor. Luego la flor es empacada y conservada a temperatura hasta de un grado centígrado para garantizar su calidad y conservar su frescura durante su transporte al exterior.
El transporte aéreo es el único medio posible para garantizar la entrega de las flores en condiciones óptimas a sus destinos finales en los mercados internacionales. Durante las altas temporadas de comercialización es necesario adaptar la capacidad de transporte aéreo de carga a la demanda de los mercados internacionales, llegándose a movilizar en un día pico un estimado de 75.000 cajas (1.350 toneladas) de flores con destino a los Estados Unidos y Europa.
Ya en los puertos extranjeros, las flores pasan por muy rigurosos controles fitosanitarios en los diferentes países importadores y, posteriormente, son objeto de una completa revisión en las comercializadoras antes de ser despachadas a mayoristas y supermercados, que las distribuyen al consumidor final. La producción de flores en Colombia, destinada en más de un 90 por ciento a la exportación, ha logrado mantener su posición en el mundo con base principalmente en el cumplimiento, la calidad y los precios competitivos. La eficiencia alcanzada por los productores colombianos a lo largo del proceso de producción, se complementa con el desarrollo de un sofisticado sistema de comercialización, que compite eficazmente con sistemas como las conocidas subastas holandesa y japonesa, famosas en el comercio internacional de flores.
Alrededor de la floricultura se han fortalecido las áreas rurales de los municipios, por la permanencia de una población económicamente activa, con lo cual se ha evitado la migración a las grandes ciudades y el ensanchamiento de los cinturones de pobreza que ha sido un fenómeno típico de los países latinoamericanos. Los cultivos de flores han aprovechado la disponibilidad de una mano de obra semi rural, no calificada, que se ha adaptado exitosamente a las labores requeridas. Cerca del 60 por ciento de los empleados directos de los cultivos son mujeres de origen campesino, cabezas de familia, que han encontrado en la floricultura empleos estables.
La concentración de empleados por hectárea es la más alta en el sector agrícola colombiano. Hay que destacar, también, el alto nivel de capacitación que ha inducido la producción de flores y la importante generación de empleo a profesionales y especialistas, Agrónomos, biólogos, ingenieros químicos y otros expertos, quienes tienen responsabilidades específicas en las distintas etapas del proceso. La floricultura genera gran cantidad de empleos, se estima que más de 78.000 personas están vinculadas directamente al sector y unas 75.000 de forma indirecta en compañías de servicios e insumos. Los floricultores han desarrollado una serie de programas permanentes de desarrollo social que buscan elevar la calidad de vida de los empleados, sus familias y las comunidades cercanas a los cultivos.
Los empleados tienen acceso a programas sociales y servicios cuidadosamente desarrollados por un equipo interdisciplinario de profesionales que trabajan en los diferentes cultivos brindando asesoría y haciendo seguimiento a los programas. Una de las áreas de mayor importancia dentro del programa de desarrollo social, es la de la paz y la convivencia. A través del programa Cultivemos la paz en familia los empleados tienen talleres de educación en manejo de conflictos, prevención del maltrato, desarrollo personal y mejoramiento del clima laboral entre muchos otros temas. La jornada laboral proporciona actividades recreativas y culturales para el desarrollo integral y bienestar de los trabajadores, como las olimpiadas deportivas que se efectúan por zonas. También brinda importantes beneficios complementarios en el campo de la capacitación, con instrucción permanente sobre las labores que se realizan, y en el campo de la salud a través de la atención médica y los servicios de salud ocupacional. Las facilidades y financiación para la construcción y adquisición de vivienda es otro aporte social de la floricultura colombiana.
Actualmente, se estima que unos quinientos cultivos en Colombia están dedicados a la producción de flores para exportación, los cuales, de acuerdo con su capacidad y tamaño, han sostenido durante estos años una infraestructura humana, técnica y física para acometer las exigencias de calidad y cumplimiento de los compradores extranjeros. Desde el momento en que se planifica la próxima cosecha, pasando por el proceso de siembra, el control de producción, la investigación científica, hasta llegar al corte, la clasificación, el empaque y la comercialización de las flores, la floricultura colombiana se encuentra ante un reto permanente. Los exportadores colombianos lo han aceptado hacia el futuro, porque saben que están ofreciendo a un comprador exigente un producto de la mayor calidad, diversidad y hermosura. Las flores no pertenecen sólo a la herencia natural, histórica y cultural de los floricultores colombianos. Desde hace 30 años están ligadas profundamente a su vida económica y a lo que en este campo les pueda deparar el futuro.
El éxito obtenido y merecido por los empresarios pioneros que sentaron las bases para la exportación de flores, se destaca especialmente porque pertenecen a la generación que inició la modernización de Colombia. La floricultura es sinNimo de bienestar en las regiones donde se desarrolla, los cultivos generan, cada vez con mayor intensidad, más fuentes de empleo, más vías de comunicación, mayores oportunidades de desarrollo, el nacimiento de otras industrias, comercios paralelos y, sobre todo, ofrecen una imagen más positiva, más amable, más hermosa de este país, llevada por las flores colombianas a los lugares más apartados del mundo.
#AmorPorColombia
Economía
Simétricos, ordenados, con sus cubiertas de plástico que en ocasiones son rotas por el viento y el agua, los invernaderos son el símbolo perfecto de la industria de las flores. Bajo estos toldos crecen, se desarrollan y son cortadas las flores de un país que poco a poco ha ido dependiendo menos del café. Rudolf Schrimpff.
Crisantemos amarillos.
Hermoso cultivo de claveles en plena producción. Pilar Gómez.
Colombia es el país ideal para el cultivo de las flores por las privilegiadas características geográficas, su diversidad de ecosistemas y sus excelentes microclimas. Como no tiene estaciones, produce flores de calidad y belleza reconocidas, todos los días del año. En 25 años de trabajo y esfuerzo y a través de más de tres centenares de empresas dedicadas a la producción de flores de exportación, el país se ha colocado en una posición estratégica dentro del mercado mundial. José Fernando Machado.
Le propagación vegetativa por medio de cultivo de tejidos “in vitro” se ha desarrollado exitosamente en los laboratorios de varias empresas floricultoras. De esta manera se mantiene la estabilidad genética de las plantas, conservando así la calidad que caracteriza las flores colombianas. Diego Samper.
Formas en que se siembran, se desarrollan y se controlan las plantas madres. Diego Samper.
Alstroemeria - Alstroemeria Jorge Gamboa.
Alstroemeria - Alstroemeria Jorge Gamboa.
Pompon Crisantemo - Chrysanthemum Jorge Gamboa.
Ave del Paraíso - Sterlizia Jorge Gamboa.
Platanillo - Heliconea Jorge Gamboa.
Clavel - Diantus José Fernando Machado.
Clavel - Diantus León Duque.
Crisantemos amarillos son, al igual que las alstroemerias, especies muy populares entre los cultivadores de flores y sus cultivos se destacan por la belleza y el colorido durante su etapa de corte. José Fernando Machado.
Paralelo al progreso en las técnicas de cultivo, se ha desarrollado el diseño de diversos tipos de invernaderos para hacer óptimas las condiciones ambientales y reducir costos durante el proceso. Rudolf Schrimpff.
Vista aérea de uno de los numerosos cultivos de flores de la Sabana de Bogotá. Rudolf Schrimpff.
Diferentes formas y materiales son utilizados en la construcción de los invernaderos, lográndose resultados cada vez mejores. El avance de esta agroindustria es el resultado de la iniciativa y capacidad empresarial de los floricultores, de la calificación y entrenamiento del personal técnico y de la racionalización en los procesos productivos. Pilar Gómez.
Cosecha de esquejes de clavel en plantas madres, el cuidado de los bancos de encauzamiento y el proceso de fumigación que se realiza con la adecuada protección contra los agroquímicos. Diego Samper.
Cosecha de esquejes de clavel en plantas madres, el cuidado de los bancos de encauzamiento y el proceso de fumigación que se realiza con la adecuada protección contra los agroquímicos. José Fernando Machado.
Cosecha de esquejes de clavel en plantas madres, el cuidado de los bancos de encauzamiento y el proceso de fumigación que se realiza con la adecuada protección contra los agroquímicos. Diego Samper.
Los nerines son también cultivados exitosamente bajo invernadero y han encontrado un mercado muy atractivo en el exterior. José Fernando Machado.
Se ha logrado un gran dominio sobre el cultivo de crisantemos y pompones luego de la rápida asimilación y adaptación de la tecnología extranjera y los avances alcanzados en la producción, como se aprecia en este cultivo en La Ceja, Antioquia. José Fernando Machado.
Gerbera. Pilar Gómez.
Rosa. Pilar Gómez.
Claveles. Pilar Gómez.
Crisantemo. José Fernando Machado.
Pilar Gómez.
Gerbera. Diego Miguel Garcés.
José Fernando Machado.
Crisantemo. José Fernando Machado.
Alstroemerias José Fernando Machado.
Cartucho amarillo. Pilar Gómez.
Crisantemo. José Fernando Machado.
Anigosanto. José Fernando Machado.
Gerbera. Pilar Gómez.
Crisantemo. José Fernando Machado.
Rosa. Pilar Gómez.
Fresia. José Fernando Machado.
Clavel. José Fernando Machado.
Hermoso cultivo de alstroemerias en plena producción. José Fernando Machado.
Cartuchos. José Fernando Machado.
Asteres. José Fernando Machado.
Con una moderna infraestructura y equipos especializados, los científicos desarrollan programas de investigación permanentes para mantener actualizado un proceso tan exigente. Diego Samper.
Formas en que se siembran, se desarrollan y se controlan las plantas madres. Sergio Trujillo.
Formas en que se siembran, se desarrollan y se controlan las plantas madres. Sergio Trujillo.
Se han inventado nuevos procesos de propagación, poda y tratamientos de post-cosecha para contribuir al mejoramiento de la producción. José Fernando Machado.
Agrónomos, especialistas y trabajadores calificados siguen diariamente el crecimiento de las plantas y mantienen las condiciones fitosanitarias que satisfagan las exigencias más estrictas. José Fernando Machado.
El manejo de las flores después del corte es una parte vital del proceso. Para evitar su deshidratación, las flores cortadas en el invernadero son inmediatamente trasladadas a modernas salas de post-cosecha. Allí se clasifican grandes cantidades de flores diariamente, según los parámetros exigidos por el mercado exterior. José Fernando Machado.
En la post-cosecha, el floricultor puede confirmar la calidad de su producto antes de enviarlo a otros países; esto se logra mediante el control cuidadoso y detallado de las características que debe cumplir cada variedad. José Fernando Machado.
Durante el proceso de clasificación, las flores son agrupadas por variedades y tamaños. Luego son empacadas con diferentes tipos de materiales para protegerlas de daños durante el transporte; finalmente son almacenadas en cuartos fríos donde son conservadas a temperaturas de hasta 1 grado centígrado para garantizar la preservación de su calidad y la conservación de su frescura durante el trayecto de transporte al exterior. José Fernando Machado.
Durante el proceso de clasificación, las flores son agrupadas por variedades y tamaños. Luego son empacadas con diferentes tipos de materiales para protegerlas de daños durante el transporte; finalmente son almacenadas en cuartos fríos donde son conservadas a temperaturas de hasta 1 grado centígrado para garantizar la preservación de su calidad y la conservación de su frescura durante el trayecto de transporte al exterior. José Fernando Machado.
En la última etapa, las flores colombianas son transportadas al extranjero por vía aérea que es el único medio posible para garantizar la entrega en optimas condiciones, al destinatario final en el exterior. A su llegada, pasan por muy rigurosos controles fitosanitarios y de aduana, y se almacenan a bajas temperaturas en las bodegas de los aeropuertos antes de ser distribuidas por las comercializadoras en Estados Unidos, Canadá o Europa. Posteriormente, a través de una compleja y muy eficiente red de transporte terrestre, son enviadas a los consumidores o vendidas en remates como es el caso en Aalsmeer, Holanda. Sergio Trujillo.
Rigurosos controles fitosanitarios y de aduana. José Fernando Machado.
Rigurosos controles fitosanitarios y de aduana. Asocolflores.
Rigurosos controles fitosanitarios y de aduana. Asocolflores.
Como parte de los programas de bienestar social que los empresarios ofrecen a los trabajadores de las flores, están el alto nivel de capacitación, los servicios de salud ocupacional y la promoción de entidades regionales que apoyan obras de infraestructura municipal, integración cultural y recreativa. José Fernando Machado.
Festivales regionales de flores de los municipios de la Sabana de Bogotá, donde los trabajadores ponen en juego su imaginación y creatividad construyendo “carrozas” de diversos motivos adornadas con flores, que concursan en eventos de saludable esparcimiento para todos los campesinos de las zonas floricultoras. El Tiempo.
Festivales regionales de flores de los municipios de la Sabana de Bogotá, donde los trabajadores ponen en juego su imaginación y creatividad construyendo “carrozas” de diversos motivos adornadas con flores, que concursan en eventos de saludable esparcimiento para todos los campesinos de las zonas floricultoras. El Tiempo.
Festivales regionales de flores de los municipios de la Sabana de Bogotá, donde los trabajadores ponen en juego su imaginación y creatividad construyendo “carrozas” de diversos motivos adornadas con flores, que concursan en eventos de saludable esparcimiento para todos los campesinos de las zonas floricultoras. El Tiempo.
Pata de Canguro - Anigosanthus José Fernando Machado.
Ave del Paraíso - Sterlizia Jorge Gamboa.
Texto de: Alberto Duque López
Colombia es el país de las flores. Hace 30 años, sin embargo, hubiera parecido inverosímil el desarrollo que este sector exportador ha alcanzado. Hoy ocupa el segundo lugar en las exportaciones mundiales y el primero al mercado de los Estados Unidos. En ese entonces esto era sólo un sueño. Pero fue precisamente hacerlo realidad, lo que lograron con su esfuerzo los floricultores colombianos. Los empresarios fueron visionarios que arriesgaron enormes capitales, tiempo y esfuerzos para desarrollar una nueva industria y una imagen dinámica y positiva de Colombia ante el mundo.
Los primeros invernaderos se construyeron en la Sabana de Bogotá, en 1964. Las compañías pioneras iniciaron sus cultivos sin dominar la avanzada tecnología internacional del momento, lo cual requirió de un proceso de adaptación de conocimientos y de prácticas en nuestro medio para lograr el nivel de desarrollo alcanzado hoy en día. El crecimiento en la demanda llevó a los productores a adaptarse a los requerimientos estrictos de los mercados internacionales y se hizo necesaria la inversión en el desarrollo de una infraestructura de transporte y mercadeo para satisfacer las necesidades de los compradores. Las flores colombianas entraron a competir con países de tan larga experiencia y tradición como Holanda, Estados Unidos, Francia e Italia, y sobresalieron rápidamente en el mercado internacional.
Las exportaciones de flor cortada de Colombia han aumentado a un ritmo vertiginoso durante los últimos veinte años, incrementándose en varios centenares de millones de dólares durante este lapso, hasta colocar al país en una posición estratégica dentro del mercado mundial. El vigoroso desarrollo registrado en las exportaciones de flores durante la última década, tiene pocos antecedentes en la historia del comercio exterior de Colombia y su dinamismo las ha convertido en el tercer generador de divisas del sector agrícola, después del café y el banano, y ha colocado a la floricultura a la vanguardia de la generación de empleo. Por su parte, la extraordinaria participación dentro del mercado mundial alcanzada por las flores colombianas, sólo comparable a la experiencia tenida por países del este asiático con productos manufacturados, ha llevado a que analistas extranjeros denominen a Colombia "la Corea del Sur de los Exportadores de Flores" por su eficiente producción e infraestructuras de transporte y distribución.
Una de las principales características de las flores dentro de nuestro comercio exterior es el hecho de que son el único producto de exportación que compite en los mercados internacionales con la producción doméstica de los países importadores.
La producción de flores para exportación se inició con el cultivo de claveles, crisantemos y pompones. Luego, a partir de 1978, en respuesta a una política de diversificación del gremio se empezaron a cultivar rosas y otros tipos de flores. En la actualidad, flores como las alstroemerias, el miniclavel, las gerberas, los asters y los follajes son algunos de los productos que aumentan diariamente su participación en el mercado internacional. Colombia exporta más de 50 tipos de flor cortada y se encuentra a la vanguardia en la producción de nuevas variedades de estas especies.
Las privilegiadas características geográficas de Colombia, con su gran diversidad de ecosistemas y microclimas, ofrecen condiciones ideales para el cultivo de numerosos tipos de flores. Gracias a su ubicación ecuatorial, el país tiene temperaturas, humedad y luminosidad ideales. Sus suelos son de extraordinaria riqueza. Dada la ausencia de estaciones, Colombia produce flores de calidad y belleza todos los días del año. Para el cultivo de flores son particularmente aptas las tierras localizadas entre 1.500 y 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar, con temperaturas diurnas entre los 14 y 24 grados centígrados y alrededor de 13 grados en la noche. Las principales zonas de producción son la Sabana de Bogotá, en donde se encuentra el 90 por ciento de los cultivos seguida por Rionegro y La Ceja en Antioquia con un 8 por ciento, lo restante está distribuido en el Quindío, Risaralda, Cauca y Valle del Cauca.
Para alcanzar una calidad excelente los floricultores colombianos han tenido que sostener durante más de 30 años procesos productivos que son complejos y arriesgados. La programación de siembras y cosechas es un factor por demás determinante para abastecer y satisfacer las necesidades del consumidor en fechas importantes. Por esto los floricultores están al tanto y conocen detalladamente las épocas del año en las cuales se presentan las mayores demandas de sus productos. La preparación de un cronograma dentro de las actividades de las empresas productoras de flores de Colombia, es uno de los elementos básicos. Saber qué sembrar y cuándo deberá efectuarse la cosecha de las flores para su inmediato envío al exterior, forma parte de un estricto control de todos los pasos de la producción. Con base en estas decisiones se importa el material vegetal de siembra o se disemina localmente. En este último caso es propagado en laboratorios nacionales, o derivado de plantas madres cultivadas especialmente para este fin.
Inicialmente el material vegetal es preparado en bancos estériles de enraizamiento bajo condiciones de humedad y temperatura apropiadas según la especie. Estos bancos, generalmente, están ubicados lejos de las áreas de cultivo, para evitar la contaminación de enfermedades en el material joven. Muchas variedades se micropropagan mediante la técnica in vitro, a partir de meristemos, utilizando avanzada tecnología. Una vez enraizado, el material es trasplantado a invernaderos donde se controla su desarrollo, calidad y uniformidad durante el período de crecimiento.
Agrónomos, otros profesionales especialistas y trabajadores calificados, se dedican diariamente a seguir el crecimiento de las plantas, manteniendo las condiciones fitosanitarias que satisfagan las exigencias más estrictas.
En 1996 los floricultores crearon Florverde, un programa que promueve el óptimo desempeño de las empresas en los aspectos social y ambiental. Florverde desarrolla en las empresas floricultoras una verdadera cultura de la gestión ambiental. Para lograrlo, promueve en los cultivos el uso de elementos y procedimientos con base en los parámetros de la norma ISO 14001. El programa abre un espacio para que las empresas puedan revisar sus procesos y los mejoren buscando una reducción en el consumo de agua, energía e insumos y una mayor protección y bienestar para el trabajador. Las áreas en las cuales se enfoca el programa son el manejo de aguas, residuos, fertilizantes, manejo integrado de plagas y enfermedades, paisajismo, salud ocupacional y recursos humanos. Uno de los aspectos más importantes en este programa es el manejo del agua. Utilizando varios instrumentos de medición se obtienen datos que posibilitan definir si existen desperdicios, lo cual permite calcular la cantidad de agua que la planta necesita para desarrollarse, racionalizando el uso del recurso y disminuyendo el impacto sobre las fuentes.
En Florverde se busca el aprovechamiento del agua lluvia. Para lograr esto los invernaderos se construyen con canales que transportan el agua lluvia a depósitos. En la fertilización, el programa promueve el uso de materias orgánicas para reducir la aplicación de elementos químicos. Una de las fuentes de fertilización que se utilizan con mayor frecuencia para mejorar las propiedades físicas y biológicas de los suelos es el compost, material que resulta del reciclaje de residuos vegetales de los cultivos. Este sistema corrige los problemas de contaminación y promueve el desarrollo de microorganismos benéficos, logran sustituir una fracción importante de fertilizantes químicos por orgánicos. En el área de gestión humana se supervisa que los cultivos, además de cumplir con la legislación colombiana, brinden al empleado las condiciones que requiere para sentirse bien en el trabajo y para su crecimiento personal. Esto incluye programas de alfabetización y nivelación escolar al igual que instalaciones óptimas para su bienestar casinos para la alimentación, guardarropas, guarderías para los hijos de empleados menores de siete años en donde reciben atención especializada disfrutando de una alimentación balanceada, aprestamiento escolar y estimulación en su desarrollo. Los empleados cuentan también con un sistema de transporte adecuado que les permite cubrir con facilidad las distancias desde su hogar hasta los cultivos.
Con base en el cronograma que regula las actividades del productor, en determinado momento de la floración se realiza la cosecha aprovechando las temperaturas frescas de la mañana, con el fin de evitar la deshidratación o la condensación de la humedad del aire en los pétalos y la creación de ambientes propicios para el desarrollo de enfermedades. Cada tipo de flor requiere, como es de suponer, de técnicas especiales para su corte.
La recolección está en su mayor parte a cargo de mujeres, quienes van cortando y seleccionando el producto que luego pasa a la sala de clasificación. Cada uno de los ramos debe cumplir con las exigencias establecidas por el mercado internacional del ramo. En algunos casos la clasificación se basa en la longitud de los tallos y, en otros casos, se realiza de acuerdo con el peso de la flor. Luego la flor es empacada y conservada a temperatura hasta de un grado centígrado para garantizar su calidad y conservar su frescura durante su transporte al exterior.
El transporte aéreo es el único medio posible para garantizar la entrega de las flores en condiciones óptimas a sus destinos finales en los mercados internacionales. Durante las altas temporadas de comercialización es necesario adaptar la capacidad de transporte aéreo de carga a la demanda de los mercados internacionales, llegándose a movilizar en un día pico un estimado de 75.000 cajas (1.350 toneladas) de flores con destino a los Estados Unidos y Europa.
Ya en los puertos extranjeros, las flores pasan por muy rigurosos controles fitosanitarios en los diferentes países importadores y, posteriormente, son objeto de una completa revisión en las comercializadoras antes de ser despachadas a mayoristas y supermercados, que las distribuyen al consumidor final. La producción de flores en Colombia, destinada en más de un 90 por ciento a la exportación, ha logrado mantener su posición en el mundo con base principalmente en el cumplimiento, la calidad y los precios competitivos. La eficiencia alcanzada por los productores colombianos a lo largo del proceso de producción, se complementa con el desarrollo de un sofisticado sistema de comercialización, que compite eficazmente con sistemas como las conocidas subastas holandesa y japonesa, famosas en el comercio internacional de flores.
Alrededor de la floricultura se han fortalecido las áreas rurales de los municipios, por la permanencia de una población económicamente activa, con lo cual se ha evitado la migración a las grandes ciudades y el ensanchamiento de los cinturones de pobreza que ha sido un fenómeno típico de los países latinoamericanos. Los cultivos de flores han aprovechado la disponibilidad de una mano de obra semi rural, no calificada, que se ha adaptado exitosamente a las labores requeridas. Cerca del 60 por ciento de los empleados directos de los cultivos son mujeres de origen campesino, cabezas de familia, que han encontrado en la floricultura empleos estables.
La concentración de empleados por hectárea es la más alta en el sector agrícola colombiano. Hay que destacar, también, el alto nivel de capacitación que ha inducido la producción de flores y la importante generación de empleo a profesionales y especialistas, Agrónomos, biólogos, ingenieros químicos y otros expertos, quienes tienen responsabilidades específicas en las distintas etapas del proceso. La floricultura genera gran cantidad de empleos, se estima que más de 78.000 personas están vinculadas directamente al sector y unas 75.000 de forma indirecta en compañías de servicios e insumos. Los floricultores han desarrollado una serie de programas permanentes de desarrollo social que buscan elevar la calidad de vida de los empleados, sus familias y las comunidades cercanas a los cultivos.
Los empleados tienen acceso a programas sociales y servicios cuidadosamente desarrollados por un equipo interdisciplinario de profesionales que trabajan en los diferentes cultivos brindando asesoría y haciendo seguimiento a los programas. Una de las áreas de mayor importancia dentro del programa de desarrollo social, es la de la paz y la convivencia. A través del programa Cultivemos la paz en familia los empleados tienen talleres de educación en manejo de conflictos, prevención del maltrato, desarrollo personal y mejoramiento del clima laboral entre muchos otros temas. La jornada laboral proporciona actividades recreativas y culturales para el desarrollo integral y bienestar de los trabajadores, como las olimpiadas deportivas que se efectúan por zonas. También brinda importantes beneficios complementarios en el campo de la capacitación, con instrucción permanente sobre las labores que se realizan, y en el campo de la salud a través de la atención médica y los servicios de salud ocupacional. Las facilidades y financiación para la construcción y adquisición de vivienda es otro aporte social de la floricultura colombiana.
Actualmente, se estima que unos quinientos cultivos en Colombia están dedicados a la producción de flores para exportación, los cuales, de acuerdo con su capacidad y tamaño, han sostenido durante estos años una infraestructura humana, técnica y física para acometer las exigencias de calidad y cumplimiento de los compradores extranjeros. Desde el momento en que se planifica la próxima cosecha, pasando por el proceso de siembra, el control de producción, la investigación científica, hasta llegar al corte, la clasificación, el empaque y la comercialización de las flores, la floricultura colombiana se encuentra ante un reto permanente. Los exportadores colombianos lo han aceptado hacia el futuro, porque saben que están ofreciendo a un comprador exigente un producto de la mayor calidad, diversidad y hermosura. Las flores no pertenecen sólo a la herencia natural, histórica y cultural de los floricultores colombianos. Desde hace 30 años están ligadas profundamente a su vida económica y a lo que en este campo les pueda deparar el futuro.
El éxito obtenido y merecido por los empresarios pioneros que sentaron las bases para la exportación de flores, se destaca especialmente porque pertenecen a la generación que inició la modernización de Colombia. La floricultura es sinNimo de bienestar en las regiones donde se desarrolla, los cultivos generan, cada vez con mayor intensidad, más fuentes de empleo, más vías de comunicación, mayores oportunidades de desarrollo, el nacimiento de otras industrias, comercios paralelos y, sobre todo, ofrecen una imagen más positiva, más amable, más hermosa de este país, llevada por las flores colombianas a los lugares más apartados del mundo.