Buga - Cartago

Palacio de Justicia, Buga.   Miguel Salazar.

Catedral de San Pedro, Buga.   Miguel Salazar.

Iglesia de San Francisco. Al centro, venerada imagen de Nuestra Señora de la Pobreza, obra de principios del siglo xvii, Cartago.   Miguel Salazar.

Casa de Isabel Durán Sánchez, Cartago.   Miguel Salazar.

Casa del Virrey, monumento nacional construido en 1770, Cartago.   Miguel Salazar.

Texto de: Enrique Santos Molano

Guadalajara de Buga, la ciudad señora, la ciudad milagrosa. Son algunos de los apelativos con que la tradición designa a la cuatricentenaria ciudad vallecaucana de Buga, distante a 75 km de Cali. Fundada por primera vez en 1555 por el capitán Giraldo Gil de Estupiñán, se la trasladó a orillas del río Guadalajara el 4 de marzo de 1570, y se le dio el nombre de Guadalajara de Buga.

El panorama urbanístico de Buga nos permite apreciar una de los ciudades mejor ordenadas del país en cuanto a su disposición arquitectónica, de gran armonía en el diseño de las edificaciones y en el trazado de las calles.

Los 113 713 habitantes de Buga, estimativo al 2004, son depositarios de una de las leyendas sagradas más famosas del país, la del Señor de los Milagros, que nació en 1580. En torno a esta leyenda Buga ofrece una serie de atractivos arquitectónicos y naturales de imponderable valor. La basílica del Señor de los Milagros; la ermita que aloja el crucifijo; el faro; el delicioso clima de la ciudad, con una temperatura promedio de 24 ºC; y en los alrededores la laguna de Sonso, reserva natural, con una torre para la observación de aves autóctonas y migratorias; el páramo de las Hermosas, parque natural de 125,000 hectáreas de extensión; la reserva forestal Alpes, en el nacimiento del río Guadalajara, rica en especies nativas de flora y fauna y celebre por el mirador de La Mariposa y la soberbia cascada de La Nevera; Los Pailones, monumento natural en piedra, donde el río y la montaña crean un paisaje exótico, bordado por piscinas naturales. Además, los llanos de San Juanito, escenario de la batalla de San Juanito, el 28 de septiembre de 1819; las lagunas de las Tres Américas y La Rusia; y la ciénaga El Conchal.

Vista desde los cerros del norte, Cartago, en el Valle del Cauca, parece una pintoresca mancha roja sobre un tapete verde. Está ubicada en las orillas del río La Vieja. Sobre el rojo de sus tejados contrasta el azul de un cielo que permanece claro y despejado casi todo el año, y que le suministra un clima seco, y a sus 160,000 habitantes un temperamento alegre y cordial.

Situada en la región norte del Valle, y sobre la margen derecha del río Cauca, Cartago –reconocida en todo el país por su hermosa industria tradicional de bordados– forma un núcleo urbano con notable arquitectura, de la que es modelo su bellísima iglesia de Nuestra Señora del Carmen; pero no son menos admirables las iglesias de Santa Ana, la capilla de San Jerónimo y la iglesia de San Francisco, donde se venera a Nuestra Señora de la Pobreza grabada sobre una manta de algodón. Otras iglesias de impecable factura son la de Guadalupe y la de San Jorge. La Casa del Virrey, joya arquitectónica con visos de palacio, sede del centro histórico Luis Alfonso Delgado, del Archivo Histórico, del Conservatorio Pedro Morales Pino, y de la sala de conciertos Hernando Hoyos. La Casa de la Cultura ocupa en el centro histórico un inmueble de indiscutible valor arquitectónico. El precioso Parque Natural de La Isleta, dentro del casco urbano, al lado del río La Vieja, ha sido recuperado y constituido en eje ambiental, con sus grandes árboles y prados y avenidas para los paseantes.

Aunque los cartagueños defienden con entereza sus tradiciones arquitectónicas, la modernidad se ha abierto paso con caminado de vencedora. En la venerable carrera 4ª o Calle Real, han ido cayendo las viejas casonas solariegas para abrirle campo al Cartago del siglo xxi, y las han sustituido los edificios modernos, a disgusto de muchos que creen que la ciudad ha dejado perder un pedazo irreparable de su patrimonio.