- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
- Ricardo Gómez Campuzano (1987)
- El encanto de Bogotá (1987)
- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
- Casa de Campo en Colombia (2007)
- Luis Restrepo. construcciones (2007)
- Juan Cárdenas (2007)
- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
El Nuevo Realismo
ANTONIO BARRERA Paisaje. 1975. Acrílico sobre lienzo. 193.5 x 129.5 cm. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.
ANA MARIA RUEDA Río. 1985. Oleo sobre tela. 103 x 44 cm. Propiedad de la artista.
RODRIGO CALLEJAS Paisaje. 1985. Acrílico sobre tela. 97 x 130 cm. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.
RODRIGO CALLEJAS Paisaje. 1985. Acrílico sobre tela. 97 x 130 cm. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.
DARIO MORALES Desnudo. 1981. Pastel sobre lienzo. 162 x 114 cm. Colección particular, Nueva York.
DARIO MORALES Mujer entrando en la Bañera. 1982. Bronce. Ed. 6 ejemplares. 44 x 56.5 x 50 cm. Colección particular, Bogotá.
MIGUEL ANGEL ROJAS Subjetivo. 1982. Serigrafía, dibujo con tierras minerales, madera y sonido. Instalación Galería Garcés Velásquez, Bogotá.
EVER ASTUDILLO Sin título. 1984. Mixto sobre Papel. 104.5 x 104.5 cm. Propiedad del artista.
SATURNINO RAMIREZ Mi Noche Triste. 1984. Pastel sobre papel. 81 x 65 cm. Colección particular, París.
OSCAR MUÑOZ Sin Título. 1984. Carboncillo sobre lienzo. 70 x 50 cm. Colección particular, Bogotá.
GREGORIO CUARTAS Naturaleza Muerta, 1974. Acrílico sobre tela. 73 x 73 cm. Colección particular, París.
ROBERTO ANGULO Profundidad. 1984. Acuarela sobre papel. 57 x 76.5 cm. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.
FABIO GONZALEZ Piedras. 1978?81. Cerámica y esmaltes. 9 piezas. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.
Texto de Eduardo Serrano.
Al iniciarse los años setenta se populariza en Colombia un movimiento iniciado en los Estados Unidos en la década anterior, cuyas principales características son: su énfasis realista (entendiéndose por tal un cierto poder ilusionista), y su franca aceptación tanto de la precisión como de la distancia emocional que proyecta la imagen fotográfica. Algunos artistas incluídos en este movimiento que se denomina "Nuevo Realismo", "Hiper-realismo" o "Realismo-Fotográfico" de acuerdo con sutiles diferencias, trabajan directamente con fotografías. Otros sólo se inspiran en ellas. Y para otros, la fotografía es apenas una lejana referencia identificable en los encuadres, los "close-ups", la exactitud, o el tratamiento parejo e impersonal de las superficies6. Entre los primeros cultivadores de este género en Colombia se encuentra, por ejemplo, Santiago Cárdenas, cuya obra, debido a sus vínculos iniciales con el Pop, fue considerada en el capítulo anterior.
A mediados de 1971 tuvo lugar en Bogotá la primera muestra Hiper-realista, conformada por dibujos de Darío Morales (Cartagena, 1947) que llamaron la atención, tanto por el tema, francamente erótico -mujeres desnudas, sentadas o apoyadas en sillas "vienesas"- como por la impresión que causan a primera vista, de tratarse de ampliaciones fotográficas. (Mirados con atención, resulta clara su calidad dibujística, en particular por el ánimo idealista que hacen manifiesto a pesar de su abierta intención erótica).
Actualmente, Morales trabaja en pinturas, dibujos y esculturas que reafirman inclinaciones anteriores como el erotismo, pero en las que cuenta igualmente la interpretación de ambientes interiores, cargados de cierto aire poético y nostálgico que les otorga un carácter singular. El artista hace además directas referencias a la historia del arte, no sólo desarrollando el viejo tema del pintor y la modelo, sino también acudiendo, por ejemplo, a una atmósfera deliberadamente clasicista, e inclusive, reinterpretando dentro de sus óleos algunas obras de los grandes maestros. Su trabajo (en el cual la cámara es apenas una ayuda para recordar la posición de la modelo) ha alcanzado una calidad excepcional en su ejecución y una evidente multiplicidad de contenidos.
Al año siguiente Miguel Angel Rojas (Girardot, Cund., 1946) comienza así mismo a presentar dibujos de tendencia hiperrealista, también con intención erótica, manifiesta especialmente en los puntos de vista y en las poses en que aparecen sus modelos generalmente masculinos. Rojas, sin embargo, se concentra en las texturas alcanzando gran fidelidad en la interpretación de tela de "blue-jean", de cuero, lana, piel o pelo, y recalca sin ambages la intervención directa de la cámara en su obra, acentuando, por ejemplo, distorsiones propias del medio fotográfico, y el carácter de "instantánea" implícito en algunos de sus temas. El artista toma sus propias fotografías y en ocasiones las combina físicamente con el dibujo y el grabado.
Su trabajo más reciente continúa siendo de un realismo poderoso e inpactante, pero ahora está más cerca del Conceptualismo puesto que "dibuja", con elementos como arena, grandes ambientes de intención efímera, aunque profusamente registrados en cine y en fotografía. El artista incrementa en ocasiones el verismo de su obra con grabaciones de sonidos que coinciden con la sordidez y soledad de los lugares que construye, y ésta es siempre el resultado, tanto de su experimentación en técnicas y materiales, como de su aguda reflexión sobre los conceptos más definitorios del arte de vanguardia.
Los primeros dibujos de Ever Astudillo (Cal¡, 1948) representan barrios populares bajo la luz dudosa del principio o el final del día, pero sus obras se dividen en dos o más áreas diferentes aunque relacionadas, que también traen a la memoria los recursos fotográficos a pesar de que el artista no sigue textualmente indicaciones de la cámara. Más tarde incluye la figura humana: gente joven que espera o que deambula frente a cines y a otros recintos de diversión pública, en interpretaciones que han ido haciéndose cada vez más sueltas y espontáneas y en las cuales el color, de aparición reciente, tiende a acentuar su calidad de evocación o sueño.
Juan Cárdenas (Popayán, 1939) pinta con frecuencia su rostro y su figura en el ambiente de su estudio, poniendo de presente un gran dominio técnico y otorgándole a sus cuadros una calidad onírica y misteriosa de donde deviene en buena parte su placidez y su atractivo. El artista confiere a sus trabajos cierta aura clásica, y utiliza con frecuencia distorsiones -por lo cual su clasificación dentro del realismo es apenas relativa- excluyendo a veces la figura humana lo que incrementa la nostalgia de sus representaciones.
Tanto OscarJaramillo? (Medellín, 1947) como Saturnino Ramírez (Socorro, Stder. 1946) emplean una temática registrada en lugares públicos, concretamente, bares y cafés; ambos acuden a estereotipos humanos, ambos utilizan primordialmente el carboncillo, y ambos componen estimulados por el encuadre fotográfico, aunque ninguno reproduce fotografías textuales. Los “Jugadores de Billar” de Saturnino Ramírez, sin embargo, están destinados al estudio de resplandores y de sombras sobre distintos objetos, y sobre el material textil que viste a hombres anónimos en diferentes posiciones y en actitudes propias de los billaristas. Sus obras, más que un documento, son una recopilación de imágenes de soledad, de concentración; visiones o recuerdos sobrepuestos en ese espacio especial, de luz dudosa, característico de los cafés. Oscar Jaramillo, en cambio, interpreta personajes de prostíbulo y cantina en espacios oscuros y cerrados, utilizando, cada vez con más destreza, carboncillo y trementina. Su obra tiene calidad de documento, e implica un comentario de índole social cuya comprensión se facilita por medio de detalles como las modas y estampados del vestuario.
También dentro de este auge del realismo Oscar Muñoz (Cali, 1951) abandona a mediados de la década del setenta las deformaciones de su primera etapa para dedicarse a la consecución de la apariencia fotográfica que desde el comienzo se insinuaba, al menos en la parte superior de sus trabajos. Actualmente Muñoz se apoya en fotografías para dibujar "inquilinatos": corredores, habitaciones y escenas interiores iluminadas levemente por la luz del día que se muestra plena en el fondo de sus perspectivas. Partiendo de la representación de objetos cotidianos como cuerdas, correas y cremalleras, los dibujos de Mariana Varela (Ibagué, 1947) se detienen en intrigantes detalles de la piel, de sugerencia claramente erótica. Mientras que Alfredo Guerrero (Cartagena, 1936) interpreta serenos desnudos femeninos de entonación nostálgica, y Cecilia Delgado (Santa Marta, 1941) se concentra sobre espacios arquitectónicos (que en ocasiones desembocan en paisajes) donde la luz plena y brillante juega un papel fundamental.
Arnulfo Luna (Cartagena, 1946) también ha convergido en el Hiper-realismo, habiendo comenzado por dibujar fotonovelas que delatan su predilección por los modelos planos y su inclinación por temas que describen acciones de sus personajes. Más recientemente, sin embargo, el artista interpreta con su meticulosidad característica, interiores de evidente contemporaneidad, así como vehículos típicos del medio colombiano. Roberto Angulo (Cereté, Córdoba, 1946) trabaja la acuarela con sensibilidad y particularidad que manifiesta no sólo en su manejo preciso de esta técnica, sino también en su aproximación poética al color, y en su temática de luz, agua y reflejos. Mientras que Rodolfo Velásquez (Cali, 1939) realiza dibujos y grabados en los que es reconocible cierto ánimo realista en la interpretación de temas de entonación surrealista como prendas de vestir ocupadas parcialmente por órganos humanos.
Otros artistas cuyas obras en uno u otro momento han hecho claras similares intenciones de realismo son: Enrique Hernández (Bogotá, 1950) quien ha reproducido, especialmente a través de la serigrafía, motivos burocráticos como papel sellado y estampillas, agigantándolos y obviamente criticando su insistente prominencia; para más tarde hacer de la intimidad y sosiego de los ambientes interiores el tema central de su trabajo. Edgar Alvarez (Restrepo, Valle, 1949), quien apela a "collages" de papel periódico con dicientes titulares para armar formas realistas (como fardos y atados) utilizando un fuerte juego de luces y sombras. Luis Alfonso Ramírez (Medellín, 1957), cuyas realizaciones en acuarela confieren a esta técnica una palmaria contemporaneidad dada la consideración de sus personajes frente a casas, calles y rincones de colorido poético. Rafael Penagos (Suesca, Cund., 1941), autor de múltiples y románticos retratos. Y Pedro Pablo Lalinde (Medellín, 1951), interesado en, la representación minuciosa de la antigua arquitectura antioqueña, y en especial de algunos aspectos como sus puertas y ventanas, sus relaciones con la luz y sus nostáigicos ambientes.
Un tipo de realismo muy particular es el que persiguen Alberto Iriarte y Gregorio Cuartas, por cuanto se inspira y se apoya en la historia del arte alcanzando una exquisita calidad en sus representaciones. Iriarte (Bogotá, 1920) interpreta bodegones con la meticulosidad y precisión de los maestros españoles del siglo XVII; mientras que Cuartas (San Roque, Ant, 1938) trabaja en retratos, desnudos y bodegones que remiten al Renacimiento no obstante sus grandes espacios vacíos, su empleo de delicadas gamas y su atmósfera de silencio. Fernando Devis (HondaTol?., 1939) también ha incursionado recientemente en el realismo de estas características, en especial en sus interiores y bodegones de pronunciado claroscuro.
Finalmente, en una técnica por completo diferente -la cerámica- y en el espacio tridimensional, Fabio Gónzález (Pasto, 1952) empezó reproduciendo con minuciosa exactitud objetos cotidianos de distinta consistencia, extraídos de la más común parafernalia del hogar. En la actualidad el artista se halla dedicado a la reproducción de piedras comunes y corrientes, desgastadas y partidas, que parecen predecir el destino de la greda, y que deliberadamente nos recuerdan las limitaciones de la vista, puesto que sólo al cerciorarnos de su peso permiten comprender que son producto de la intervención humana.
Podría afirmarse, en consecuencia, que la tendencia hacia el realismo en el país no ha sido especialmente ortodoxa y que como en el caso del arte Pop, el Nuevo Realismo adquiere en nuestro medio un sentido más emotivo y más polémico que en otras partes. Pero el énfasis realista es en la actualidad muy claro y detectable en el arte del país; y es evidente que los aportes del medio fotográfico han sido fundamentales para su desarrollo (en Colombia como en cualquier parte del mundo). A esta influencia -que no siempre ha sido afortunada y que ha impulsado a mucha gente sin talento hacia la reproducción vacía de copias fotográficas- ha contribuído sin lugar a dudas, el carácter verídico que popularmente se le asigna a la fotografía; y también su planimetría, que el traslado a la pintura o al dibujo de la imagen captada por la cámara, con objetivos cardinales del arte abstracto -como el dominio de la superficie sobre la profundidad pintada- subrayando la contemporaneidad de esta actitud pictórica.
Notas
- Entre los artistas más destacados adscritos a este movimiento se cuentan Chuck Close (1941), Richard Estes (1936) y Duane Hanson (1945). Es necesario precisar que el Hiper‑realismo tal como se define intemacionalmente ‑por equiparar la pintura y la fotografía‑ no existe entre nosotros. Como en el caso del Arte Pop, muchos de los artistas que se inician bajo su influjo son muy poco ortodoxos añadiendo, por regla general un sentido de crítica social definitivamente ausente del carácter que toma el movimiento a nivel mundial; y desembocando más adelante en tendencias como el Conceptualismo y el Nuevo Expresionismo.
#AmorPorColombia
El Nuevo Realismo
ANTONIO BARRERA Paisaje. 1975. Acrílico sobre lienzo. 193.5 x 129.5 cm. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.
ANA MARIA RUEDA Río. 1985. Oleo sobre tela. 103 x 44 cm. Propiedad de la artista.
RODRIGO CALLEJAS Paisaje. 1985. Acrílico sobre tela. 97 x 130 cm. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.
RODRIGO CALLEJAS Paisaje. 1985. Acrílico sobre tela. 97 x 130 cm. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.
DARIO MORALES Desnudo. 1981. Pastel sobre lienzo. 162 x 114 cm. Colección particular, Nueva York.
DARIO MORALES Mujer entrando en la Bañera. 1982. Bronce. Ed. 6 ejemplares. 44 x 56.5 x 50 cm. Colección particular, Bogotá.
MIGUEL ANGEL ROJAS Subjetivo. 1982. Serigrafía, dibujo con tierras minerales, madera y sonido. Instalación Galería Garcés Velásquez, Bogotá.
EVER ASTUDILLO Sin título. 1984. Mixto sobre Papel. 104.5 x 104.5 cm. Propiedad del artista.
SATURNINO RAMIREZ Mi Noche Triste. 1984. Pastel sobre papel. 81 x 65 cm. Colección particular, París.
OSCAR MUÑOZ Sin Título. 1984. Carboncillo sobre lienzo. 70 x 50 cm. Colección particular, Bogotá.
GREGORIO CUARTAS Naturaleza Muerta, 1974. Acrílico sobre tela. 73 x 73 cm. Colección particular, París.
ROBERTO ANGULO Profundidad. 1984. Acuarela sobre papel. 57 x 76.5 cm. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.
FABIO GONZALEZ Piedras. 1978?81. Cerámica y esmaltes. 9 piezas. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.
Texto de Eduardo Serrano.
Al iniciarse los años setenta se populariza en Colombia un movimiento iniciado en los Estados Unidos en la década anterior, cuyas principales características son: su énfasis realista (entendiéndose por tal un cierto poder ilusionista), y su franca aceptación tanto de la precisión como de la distancia emocional que proyecta la imagen fotográfica. Algunos artistas incluídos en este movimiento que se denomina "Nuevo Realismo", "Hiper-realismo" o "Realismo-Fotográfico" de acuerdo con sutiles diferencias, trabajan directamente con fotografías. Otros sólo se inspiran en ellas. Y para otros, la fotografía es apenas una lejana referencia identificable en los encuadres, los "close-ups", la exactitud, o el tratamiento parejo e impersonal de las superficies6. Entre los primeros cultivadores de este género en Colombia se encuentra, por ejemplo, Santiago Cárdenas, cuya obra, debido a sus vínculos iniciales con el Pop, fue considerada en el capítulo anterior.
A mediados de 1971 tuvo lugar en Bogotá la primera muestra Hiper-realista, conformada por dibujos de Darío Morales (Cartagena, 1947) que llamaron la atención, tanto por el tema, francamente erótico -mujeres desnudas, sentadas o apoyadas en sillas "vienesas"- como por la impresión que causan a primera vista, de tratarse de ampliaciones fotográficas. (Mirados con atención, resulta clara su calidad dibujística, en particular por el ánimo idealista que hacen manifiesto a pesar de su abierta intención erótica).
Actualmente, Morales trabaja en pinturas, dibujos y esculturas que reafirman inclinaciones anteriores como el erotismo, pero en las que cuenta igualmente la interpretación de ambientes interiores, cargados de cierto aire poético y nostálgico que les otorga un carácter singular. El artista hace además directas referencias a la historia del arte, no sólo desarrollando el viejo tema del pintor y la modelo, sino también acudiendo, por ejemplo, a una atmósfera deliberadamente clasicista, e inclusive, reinterpretando dentro de sus óleos algunas obras de los grandes maestros. Su trabajo (en el cual la cámara es apenas una ayuda para recordar la posición de la modelo) ha alcanzado una calidad excepcional en su ejecución y una evidente multiplicidad de contenidos.
Al año siguiente Miguel Angel Rojas (Girardot, Cund., 1946) comienza así mismo a presentar dibujos de tendencia hiperrealista, también con intención erótica, manifiesta especialmente en los puntos de vista y en las poses en que aparecen sus modelos generalmente masculinos. Rojas, sin embargo, se concentra en las texturas alcanzando gran fidelidad en la interpretación de tela de "blue-jean", de cuero, lana, piel o pelo, y recalca sin ambages la intervención directa de la cámara en su obra, acentuando, por ejemplo, distorsiones propias del medio fotográfico, y el carácter de "instantánea" implícito en algunos de sus temas. El artista toma sus propias fotografías y en ocasiones las combina físicamente con el dibujo y el grabado.
Su trabajo más reciente continúa siendo de un realismo poderoso e inpactante, pero ahora está más cerca del Conceptualismo puesto que "dibuja", con elementos como arena, grandes ambientes de intención efímera, aunque profusamente registrados en cine y en fotografía. El artista incrementa en ocasiones el verismo de su obra con grabaciones de sonidos que coinciden con la sordidez y soledad de los lugares que construye, y ésta es siempre el resultado, tanto de su experimentación en técnicas y materiales, como de su aguda reflexión sobre los conceptos más definitorios del arte de vanguardia.
Los primeros dibujos de Ever Astudillo (Cal¡, 1948) representan barrios populares bajo la luz dudosa del principio o el final del día, pero sus obras se dividen en dos o más áreas diferentes aunque relacionadas, que también traen a la memoria los recursos fotográficos a pesar de que el artista no sigue textualmente indicaciones de la cámara. Más tarde incluye la figura humana: gente joven que espera o que deambula frente a cines y a otros recintos de diversión pública, en interpretaciones que han ido haciéndose cada vez más sueltas y espontáneas y en las cuales el color, de aparición reciente, tiende a acentuar su calidad de evocación o sueño.
Juan Cárdenas (Popayán, 1939) pinta con frecuencia su rostro y su figura en el ambiente de su estudio, poniendo de presente un gran dominio técnico y otorgándole a sus cuadros una calidad onírica y misteriosa de donde deviene en buena parte su placidez y su atractivo. El artista confiere a sus trabajos cierta aura clásica, y utiliza con frecuencia distorsiones -por lo cual su clasificación dentro del realismo es apenas relativa- excluyendo a veces la figura humana lo que incrementa la nostalgia de sus representaciones.
Tanto OscarJaramillo? (Medellín, 1947) como Saturnino Ramírez (Socorro, Stder. 1946) emplean una temática registrada en lugares públicos, concretamente, bares y cafés; ambos acuden a estereotipos humanos, ambos utilizan primordialmente el carboncillo, y ambos componen estimulados por el encuadre fotográfico, aunque ninguno reproduce fotografías textuales. Los “Jugadores de Billar” de Saturnino Ramírez, sin embargo, están destinados al estudio de resplandores y de sombras sobre distintos objetos, y sobre el material textil que viste a hombres anónimos en diferentes posiciones y en actitudes propias de los billaristas. Sus obras, más que un documento, son una recopilación de imágenes de soledad, de concentración; visiones o recuerdos sobrepuestos en ese espacio especial, de luz dudosa, característico de los cafés. Oscar Jaramillo, en cambio, interpreta personajes de prostíbulo y cantina en espacios oscuros y cerrados, utilizando, cada vez con más destreza, carboncillo y trementina. Su obra tiene calidad de documento, e implica un comentario de índole social cuya comprensión se facilita por medio de detalles como las modas y estampados del vestuario.
También dentro de este auge del realismo Oscar Muñoz (Cali, 1951) abandona a mediados de la década del setenta las deformaciones de su primera etapa para dedicarse a la consecución de la apariencia fotográfica que desde el comienzo se insinuaba, al menos en la parte superior de sus trabajos. Actualmente Muñoz se apoya en fotografías para dibujar "inquilinatos": corredores, habitaciones y escenas interiores iluminadas levemente por la luz del día que se muestra plena en el fondo de sus perspectivas. Partiendo de la representación de objetos cotidianos como cuerdas, correas y cremalleras, los dibujos de Mariana Varela (Ibagué, 1947) se detienen en intrigantes detalles de la piel, de sugerencia claramente erótica. Mientras que Alfredo Guerrero (Cartagena, 1936) interpreta serenos desnudos femeninos de entonación nostálgica, y Cecilia Delgado (Santa Marta, 1941) se concentra sobre espacios arquitectónicos (que en ocasiones desembocan en paisajes) donde la luz plena y brillante juega un papel fundamental.
Arnulfo Luna (Cartagena, 1946) también ha convergido en el Hiper-realismo, habiendo comenzado por dibujar fotonovelas que delatan su predilección por los modelos planos y su inclinación por temas que describen acciones de sus personajes. Más recientemente, sin embargo, el artista interpreta con su meticulosidad característica, interiores de evidente contemporaneidad, así como vehículos típicos del medio colombiano. Roberto Angulo (Cereté, Córdoba, 1946) trabaja la acuarela con sensibilidad y particularidad que manifiesta no sólo en su manejo preciso de esta técnica, sino también en su aproximación poética al color, y en su temática de luz, agua y reflejos. Mientras que Rodolfo Velásquez (Cali, 1939) realiza dibujos y grabados en los que es reconocible cierto ánimo realista en la interpretación de temas de entonación surrealista como prendas de vestir ocupadas parcialmente por órganos humanos.
Otros artistas cuyas obras en uno u otro momento han hecho claras similares intenciones de realismo son: Enrique Hernández (Bogotá, 1950) quien ha reproducido, especialmente a través de la serigrafía, motivos burocráticos como papel sellado y estampillas, agigantándolos y obviamente criticando su insistente prominencia; para más tarde hacer de la intimidad y sosiego de los ambientes interiores el tema central de su trabajo. Edgar Alvarez (Restrepo, Valle, 1949), quien apela a "collages" de papel periódico con dicientes titulares para armar formas realistas (como fardos y atados) utilizando un fuerte juego de luces y sombras. Luis Alfonso Ramírez (Medellín, 1957), cuyas realizaciones en acuarela confieren a esta técnica una palmaria contemporaneidad dada la consideración de sus personajes frente a casas, calles y rincones de colorido poético. Rafael Penagos (Suesca, Cund., 1941), autor de múltiples y románticos retratos. Y Pedro Pablo Lalinde (Medellín, 1951), interesado en, la representación minuciosa de la antigua arquitectura antioqueña, y en especial de algunos aspectos como sus puertas y ventanas, sus relaciones con la luz y sus nostáigicos ambientes.
Un tipo de realismo muy particular es el que persiguen Alberto Iriarte y Gregorio Cuartas, por cuanto se inspira y se apoya en la historia del arte alcanzando una exquisita calidad en sus representaciones. Iriarte (Bogotá, 1920) interpreta bodegones con la meticulosidad y precisión de los maestros españoles del siglo XVII; mientras que Cuartas (San Roque, Ant, 1938) trabaja en retratos, desnudos y bodegones que remiten al Renacimiento no obstante sus grandes espacios vacíos, su empleo de delicadas gamas y su atmósfera de silencio. Fernando Devis (HondaTol?., 1939) también ha incursionado recientemente en el realismo de estas características, en especial en sus interiores y bodegones de pronunciado claroscuro.
Finalmente, en una técnica por completo diferente -la cerámica- y en el espacio tridimensional, Fabio Gónzález (Pasto, 1952) empezó reproduciendo con minuciosa exactitud objetos cotidianos de distinta consistencia, extraídos de la más común parafernalia del hogar. En la actualidad el artista se halla dedicado a la reproducción de piedras comunes y corrientes, desgastadas y partidas, que parecen predecir el destino de la greda, y que deliberadamente nos recuerdan las limitaciones de la vista, puesto que sólo al cerciorarnos de su peso permiten comprender que son producto de la intervención humana.
Podría afirmarse, en consecuencia, que la tendencia hacia el realismo en el país no ha sido especialmente ortodoxa y que como en el caso del arte Pop, el Nuevo Realismo adquiere en nuestro medio un sentido más emotivo y más polémico que en otras partes. Pero el énfasis realista es en la actualidad muy claro y detectable en el arte del país; y es evidente que los aportes del medio fotográfico han sido fundamentales para su desarrollo (en Colombia como en cualquier parte del mundo). A esta influencia -que no siempre ha sido afortunada y que ha impulsado a mucha gente sin talento hacia la reproducción vacía de copias fotográficas- ha contribuído sin lugar a dudas, el carácter verídico que popularmente se le asigna a la fotografía; y también su planimetría, que el traslado a la pintura o al dibujo de la imagen captada por la cámara, con objetivos cardinales del arte abstracto -como el dominio de la superficie sobre la profundidad pintada- subrayando la contemporaneidad de esta actitud pictórica.
Notas
- Entre los artistas más destacados adscritos a este movimiento se cuentan Chuck Close (1941), Richard Estes (1936) y Duane Hanson (1945). Es necesario precisar que el Hiper‑realismo tal como se define intemacionalmente ‑por equiparar la pintura y la fotografía‑ no existe entre nosotros. Como en el caso del Arte Pop, muchos de los artistas que se inician bajo su influjo son muy poco ortodoxos añadiendo, por regla general un sentido de crítica social definitivamente ausente del carácter que toma el movimiento a nivel mundial; y desembocando más adelante en tendencias como el Conceptualismo y el Nuevo Expresionismo.