Bueno hasta la última gota creativa

Ejemplo de la publicidad deJuan Valdez.   Andrés Mauricio López.

Ejemplo de la publicidad deJuan Valdez.   Andrés Mauricio López.

Ejemplo de la publicidad deJuan Valdez.   Andrés Mauricio López.

Ejemplo de la publicidad deJuan Valdez.   Andrés Mauricio López.

Ejemplo de la publicidad deJuan Valdez.   Andrés Mauricio López.

Ejemplo de la publicidad deJuan Valdez.   Andrés Mauricio López.

Ejemplo de la publicidad deJuan Valdez.   Andrés Mauricio López.

Ejemplo de la publicidad deJuan Valdez.   Andrés Mauricio López.

Red de Información Cafetera, Nueva York, septiembre 27 de 2005.   Liliana Villegas.

Bultos de café en Almacafé de Pasto, Nariño.   Andrés Mauricio López.

Texto de: Liliana Villegas

Crear a Juan Valdez fue sin duda una idea brillante que ayudó a contarles a los norteamericanos de finales de los años cincuenta y principios de los sesenta de dónde provenía el mejor café suave del mundo, y por qué era el mejor. Juan Valdez representaba al campesino colombiano, trabajador, orgulloso de su hermosa tierra y de la calidad de los frutos de café que producía. La estrategia era clara y contribuyó de manera sólida a posicionar el café colombiano en la mente de los consumidores del inmenso país del norte.

Por fortuna llegó el picante y la campaña de Juan Valdez dio uno de los giros más creativos que haya dado la publicidad de alimentos y bebidas en el planeta.

Ahora Juan Valdez se había convertido en alguien muchísimo más atractivo que un buen campesino, sin demeritar al campesino, pues todavía lo era. Pero su imagen cambió por la de un embajador de rango, la de representante de un país y de un producto inigualable: el café. Ahora podíamos ver, sorprendidos, que Juan Valdez viajaba en avión con su mula sentada a su lado; que Juan Valdez iba al siquiatra, con su mula, quejándose de exceso de trabajo y del éxito obtenido; que Juan Valdez descansaba acostado en una playa tropical y al lado yacía su infaltable compañera de trabajo acostada, tomándose el correspondiente descanso. El éxito de la campaña fue absoluto.

Y luego vinieron más campañas memorables e impactantes, aunque Juan Valdez ya no fuera su protagonista, como aquella en la que un avión se devuelve a su destino de origen porque el capitán se acaba de enterar de que no embarcaron café colombiano para el consumo de la tripulación y los viajeros; o la del enorme barco que está a punto de voltearse porque acaban de anunciar por los altoparlantes que están sirviendo café colombiano a estribor y, por supuesto, todos se han ido para dicho lado inclinando la nave peligrosamente. O el famoso aviso inglés que muestra una mansión en cuyo parqueadero relumbran los Rolls Royce, los Bentley y otros autos lujosos y cuyo título reza: En esta casa, a la hora del té, se toma café colombiano.

El resultado de todos estos esfuerzos publicitarios fue contundente: el logotipo del café colombiano se convirtió en uno de los más recordados por los consumidores norteamericanos, a tal punto que en una reciente investigación quedó calificado como uno de los tres más memorables del mercado, compartiendo honores con Coca-cola y Quaker.

Y como dice la publicidad, aunque no sea cierto, que una imagen vale más que mil palabras, aquí están algunos de estos avisos para probar la capacidad de seducción que tienen y todo el ingenio creativo que se ha extendido por el mundo en honor del café colombiano.