- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
- Ricardo Gómez Campuzano (1987)
- El encanto de Bogotá (1987)
- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
- Casa de Campo en Colombia (2007)
- Luis Restrepo. construcciones (2007)
- Juan Cárdenas (2007)
- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
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Observaciones sobre Bogotá y sus principales servicios
Problema común a los pueblos en vía de desarrollo ha sido la migración del campesino a la ciudad.
Plano de Santafé de Bogotá en tiempos de la Colonia, donde también se representan los principales caminos de acceso.
Santafé en 1823.
Plano levantado por I.F Holton hacia 1830.
En 1810 Vicente Folledo y Rivera levantó este plano con la explicación de las principales parroquias y conventos.
Reconstrucción de los planos levantados por don Domingo Esquiaqui en 1791, Carlos Francisco Cabren en 1793, Vicenta Falledo y Rivera en 1810 y Agustín Codazzi en 1849.
Plano de Bogotá en 1.900 cuyas calles cuentan ya con nomenclatura urbana.
Esta fotografía ilustra el desarrollo urbano de Bogotá por el año de 1900.
Aspecto de cómo la ciudad de Santafé se reducía a unas pocas manzanas y bien distribuidas.
La zona céntrica de la ciudad, donde todavía se encuentran edificaciones coloniales, sufrió grandes destrozos con ocasión del 9 de Abril de 1948.
"El Bogotazo" dejó prácticamente destruida la Calle Real, hoy carrera 7a, como puede observarse. A1 fondo, la Catedral Primada.
El 9 de Abril correspondió al clima de violencia que imperaba en todo el territorio nacional en aquella época.
Este relieve ilustra cómo en Colombia ha sido necesaria una valiosa inversión en vías de comunicacíon, por razón de su accidentada topografía.
Dos trimotores y un automóvil en el Aeropuerto de Techo, hacia 1940.
Complejos trabajos de ingeniería permiten la construcción de carreteras que comuniquen grandes zonas agrícolas con las centros urbanos.
Los escasos recursos económicos dirigidos a la edicación de campesino, son un factor que ha influido directamente en el desplazamiento de las grentes a las ciudades.
La música, como todas las expresiones del arte, comienza a dar satisfacción a nuestra sociedad moderna.
No puede desconocerse el aporte que a la educación media ha hecho entidades como el Sena y el Icetex.
La clase media tiene en la ciudad acceso a la investigación cientifica.
Un ejemplo del nivel de pobreza y de abandono que sufre el campesino colombiano.
Samblantes campesinos que exigen el reconicimiento de sus derechos.
Son precarios los medios con que cuenta el campesino para el laboreo de la tierra.
La mecanización y la industrialización en el campo han tenido magníficos logros, pero han desplazado mano de obra, dando lugar al desempleo.
Uno de los deportes y espectáculos con más atractivo y que desafortunadamente está concentrado en la ciudad.
La vida moderna mecanizada encuentra en el deporte y el espectáculo, una forma de expansíón útil y necesaria.
El parque de atracciones representa una típica diversión en las grandes urbes.
Pocos lugares con mayor encanto que la Sabana de Bogotá, donde se confunden la belleza y la fertilidad del campo.
La Sabana de Bogotá desde el “Puente del Común”. construido en tiempos del Virrey Ezpeleta.
Un rincón típicamente sabanero es el Puente del Común, herencia colonial que cruza el río Bogotá.
Vista general de la ciudad, donde se aprecia la densidad, sus problemas y con ellos la necesidad de soluciones inmediatas.
Panorámica de Bogotá que permite observar la gran extensión abarcada por la ciudad moderna.
La falta de planeación en el desarrollo de Bogotá, es la causa de los múltiples problemas que hoy viven los habitantes de la capital.
Vista aérea del río Bogotá en la zona del Puente del Común.
Río Bogotá en medio de un típico paisaje sabanero.
Panorámica de Bogotá hacia el oriente, arriba del cerro Monserrate.
Texto de: Carlos Sanz de Santamaría
Con ocasión de cumplir, en los finales de 1978, cien años de existencia la cámara de comercio de Bogotá, esta ilustre entidad a querido, dentro de los proyectos de celebración del centenario y como homenaje a la ciudad Capital de la república, publicar un libro sobre las condiciones de los servicios públicos que actualmente predominan en el Distrito Especial.
La Cámara de Comercio me ha honrado con la solicitud de mi cooperación en la presentación de este libro. Con varios Miembros de la Junta Directiva, con sus Presidentes Don Carlos Bermúdez José Mejía Salazar, y con su Gerente Fernando Santos, se estudiaron los temas que podría ser útil incluir en este trabajo.
Cuenta la ciudad con numerosas publicaciones sobre los tesoros artísticos y arquitectónicos que legó la colonia y que la pica demoledora del progreso ha permitido aún conservar. Otros tantos sobre historia y numerosos libros que desde los tiempos coloniales han venido siendo editados. Se encontraron también folletos y publicaciones que en las distintas épocas hacían referencias a los servicios de la ciudad. Estos últimos no han solo recopilados en una sola obra.
Se sugirió a la Cámara de Comercio la idea de que este homenaje a Bogotá incluyera un análisis sobre los distintos servicios, no solamente con la historia resumida de su incremento y desarrollo, sino con una información sobre los proyectos comtemplados para ampliarlos, teniendo en cuenta el crecimiento inusitado de la población en el curso de este siglo.
Con ese fin, siguiendo instrucciones de la Junta Directiva de la cámara de Comercio de Bogotá, se seleccionó un grupo de ciudadanos ampliamente conocido por su experiencia e ilustración en cada uno de los servicios analizados en este relato. Solicitamos su colaboración y todos ellos, gentilmente, decidieron prestarla al escribir un estudio sobre esos sectores.
En nombre de la Cámara de Comercio de Bogotá y en el mío, deseo constar nuestros vivos agradecimientos por las colaboraciones anotadas. Los artículos llevan la firma de su autor y las opiniones dadas allí, corresponden a cada uno de ellos. La Cámara de Comercio de Bogotá y quien hace estos comentarios iniciales han intervenido en el ordenamiento, presentación y publicación de estos trabajos.
El libro incluye análisis sobre los siguientes temas:
- Observaciones sobre Bogotá y sus principales servicios. CARLOS SANZ DE SANTAMARIA.
- Organización Jurídico-Administrativa de la ciudad de Bogotá. ARTURO GONZALEZ ESCOBAR.
- Sistemas Tributarios. YESID CASTAÑO.
- Las Plazas coloniales de Bogotá. Reseña Urbano Arquitectónica de Bogotá. Sus centros cívicos. Primera y segunda partes. Arquitecto CARLOS MARTINEZ.
- Proceso de Desarrollo Urbano. Sus cualidades y defectos. Primera y segunda partes. Arquitectos ROBERTO RODRIGUEZ SILVA y RAFAEL OBREGÓN.
- Servicios de teléfonos de Bogotá. LUIS EDUARDO PAEZ DEL RIO.
- Acueducto. Servicio de Aguas. FRANCISCO WIESNER.
- Alcantarillado y Desagues. FRANCISCO WIESNER.
- Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá. ALFREDO LOZANO AGUDELO.
- Transportes Urbanos. CARLOS SANZ DE SANTAMARIA.
- Bogotá Turística. RAIMUNDO ANGULO PIZARRO - Director Nacional de Turismo.
- La Educación en Bogotá. FERNANDO HINESTROSA - CARLOS MEDELLIN.
Demografía
El crecimiento de población en América Latina y en general de los pueblos en vía de desarrollo, ha traído como consecuencia su incremento y concentración, en unas pocas ciudades de estos países. No en todas las naciones de América Latina el aumento demográfico ha sido semejante en los últimos cincuenta años. En algunos de ellos, Argentina y Uruguay por ejemplo, este crecimiento ha sido moderado, lo que en ocasiones ha preocupado a varios de sus gobernantes. En cambio, las de mas regiones, en su mayoría, señalan un crecimiento de población que llega e1 a al 3,5% anual. Si bien existen diferencias entre unos y otros, hay una tendencia que es casi general: La migración de las gentes de los campos a las ciudades y especialmente de áreas marginadas del país hacia los centros poblados en cada provincia.
Este fenómeno ha despertado un interés mundial en el análisis del aumento de la población urbana por los grandes problemas que crea a naciones y gobiernos, pues llega a cifras mucho mayores que todas las que se habían contemplado en el pasado. Casos como el de ciudad de México, Sao Paulo y Bogotá son realmente inquietantes y los problemas de sus servicios públicos de una magnitud insospechada.
La solución a este proceso de urbanización acelerada de las áreas que circundan las grandes ciudades, y el necesario aumento de la capacidad de servicios, compromete en muchos casos la transformación global del desarrollo económico y social de los países y ha sido objeto de numerosas reuniones mundiales y nacionales en las que cada ciudad grande ha presentado sus graves problemas de urbanismo y los más complejos y costosos de los servicios públicos. Los gobiernos han tratado de establecer estrategias alternativas de crecimiento como una parte integral del proceso económico y social en los próximos años. Es claro que tratándose de inversiones gigantescas que superan la capacidad financiera de nuestras grandes ciudades en el hemisferio, esas; estrategias globales están, desafortunadamente, vinculadas a las solíticas de estados ricos y desarrollados en relación con zonas de menor o incipiente prosperidad. Estarán pues esas estrategias influenciadas por la evolución que pueda adoptarse para un nuevo sistema monetario internacional, por las formas de financiamiento externo del desarrollo y por el desenvolvimiento de la producción y de la vida rural de cada país.
Al conversar en numerosas ocasiones con dirigentes de las ciudades grandes del Continente, se percibe un sentimiento de frustración surgido de causas profundas tales como los crecientes déficit de viviendas y servicios públicos y por los grandes problemas que deben afrontar, en parte por el desconocimiento o indiferencia de las naciones ricas ante situaciones de los países en vía de desenvolvimiento.
A pesar de que se han adoptado en muchos casos acciones específicas en determinada sección del desarrollo, se sabe que no hay fórmula mágica para solucionar los problemas que presenta la crisis urbana por el alto costo de los cambios estructurales necesarios para poder afrontarlos. Además, muchos de ellos son de lenta realización.
No obstante que cada ciudad debe adoptar la estrategia que más convengirá individualmente dentro de sus condiciones domésticas, quienes dirigen el desarrollo urbano requieren algunos elementos básicos, entre los cuales son notorios los siguientes: personal capacitado, información adecuada y actualizada en cada momento sobre los fenómenos de migración de la región a la ciudad respectiva. Instalaciones ágiles y capaces de hacer frente a los problemas urbanos, organización adecuada y financiamiento oportuno y suficiente para poder afrontar, con fortuna, la ruta del inmediato porvenir.
Tal es el caso de Bogotá, cuyos servicios, algunos muy deficientes, otros en pleno progreso por la coordinación nacional, como la energía eléctrica, podrán ser analizados con algún detalle en la lectura de los diferentes capítulos de este libro.
Para evaluar someramente el problema del crecimiento urbano de Bogotá, basta ojear los distintos planos que, coleccionados cuidadosamente por el arquitecto Carlos Martínez a través de los tiempos, se publican, en mínima proporción de su excelente archivo, en esta edición. Las fotografías de esos planos muestran cómo desde la fundación de Bogotá y durante varios siglos la Capital tuvo de una pequeña aldea, de vida seguramente gratísima, hasta que se inicio el proceso de gigantísimo contra el que no se ha podido luchar con fortuna hasta ahora. Si se observa que hace sólo treinta y cinco años, breve término, -muy breve término en un proceso histórico- no existía en Colombia sino una sola ciudad, Bogotá, que tuviera más de trescientos mil habitantes, se puede comprender la magnitud del problema. Por entonces la seguían tres municipios con más de ciento cincuenta mil habitantes. Cuatro con más de cien mil. Diez con más de cincuenta mil. Veintinueve con más de veinticinco mil, y cien apenas con diez mil. Los demás municipios, muy numerosos, eran pequeños grupos, sociales, casi todos de origen campesino de menos de mil a tres mil habitantes. En el año de 1942 Bogotá escasamente llegaba a los seiscientos mil habitantes.
Guerras y Epidemias
En el pasado, la mortalidad infantil y las grandes epidemias templaban en el mundo las explosiones de natalidad. Los fallecimientos tempranos de los adultos, evitaban que la longevidad llevara a un posible exceso de población.
Muchos niños no llegaban a nacer; los abortos eran frecuentísimos, pues las madres no sabían cuidarse durante el embarazo; la fiebre puerperal, las diferencias del factor. Rh eran misterios que ocasionaban una constante corriente de fallecimientos prematuros.
Durante varios lustros los economistas no se ocuparon del crecimiento demográfico sino como datos que era necesario acomodar, en alguna forma, dentro del proceso de desarrollo. No percibían con claridad la integración del crecimiento demográfico en los procesos sociales dinámicos y en particular en los cambios de estructura que implica el desenvolvimiento de un país y señaladamente el de una ciudad importante.
Mientras el crecimiento demográfico fue lento y se podían producir migraciones masivas a otras regiones del mundo -después del descubrimiento de América, por ejemplo- era razonable esa relativa desatención a la demografía.
Desde las preocupaciones Malthusianas hasta la teoría popular -esto hace medio siglo- sobre la capacidad óptima de los diferentes países y los sistemas y facilidades internacionales del siglo XIX para que gentes de Europa y del Oriente pudieran emigrar con facilidad y libertad al Nuevo Mundo, las preocupaciones de Malthus fueron tomadas como disquisiciones académicas, mas no como un problema inminente que debía ser resuelto para evitar desastres en la humanidad.
El avance de las ciencias en el ramo de la medicina, de la cirugía, de la farmacopea, de la química, rompió el equilibrio de siglos en donde. las guerras y las grandes epidemias que asolaban ciudades y países, disminuían el crecimiento del número de habitantes. El cólera, la llamada peste negra, el tifus y la viruela entre muchas otras, al diezmar la población restablecían en cierta forma, el trágico equilibrio entre el aumento de ella, la producción de alimentos y la creación de empleos.
Cuando el incremento del número de habitantes de una región guarda una cierta armonía con el mayor rendimiento de medios de subsistencia y de fuentes de trabajo, el crecimiento demográfico ha servido de estímulo al progreso, y en general, los cambios sociales que de él se derivan se han obtenido en la forma de un proceso evolutivo y generalmente pacífico. Pero cuando el incremento de la población ha sido mayor que el aumento de medios de sostenimiento, de la creación de nuevos empleos y la ciudad respectiva no ha tenido el escape propio de la migración, esa progresión no llega a servir de estímulo al mejoramiento evolutivo y ha sido causa de guerras y revoluciones cuyos resultados casi siempre han disminuido la producción y han acentuado el hambre y la miseria. Eso explica en parte el aumento del delito y la inseguridad en las ciudades.
Cuando Jermer descubrió, por allá en los principios del siglo pasado, la vacuna contra la viruela, comenzó lo que los estudiosos llamaron la "revolución vital" que en su iniciación fue rudamente atacada por ideólogos de entonces.
En 1801, cuando el rey y la reina de Inglaterra se hicieron vacunar, muchas gentes en la Gran Bretaña siguieron su ejemplo. En la capital del Reino Unido, en un solo año, las muertes por la viruela bajaron de dos mil a cerca de seiscientas. Hoy, esta es una enfermedad que sólo el descuido permite la aparición de brotes en determinadas partes del mundo. En general es una epidemia que al ser dominada como tal, ha permitido romper el equilibrio de la naturaleza en beneficio del mismo hombre y evitar muchas muertes. Desde luego, no sólo por esta enfermedad concreta, sino por otras que el avance de las ciencias ha logrado disminuir o eliminar con las vacunas, con la química o con la cirugía.
Recuerdo haber oído a un eminente científico del gobierno de los Estados Unidos decir que el hombre, con la ciencia, había roto el equilibrio de la naturaleza y la "selección natural" y que no controlaba ya por esos medios el aumento de la población.
Los habitantes del planeta, decía, en 1830 eran de mil millones de personas; sobrepasaron en 1930 los dos mil millones; en 1960 los tres mil y en 1968, época en que escuché estos conceptos, los tres mil quinientos millones. Diez años después, y a pesar de los esfuerzos científicos que se han hecho para estimular lo que se ha llamado la planeación familiar, por los métodos de cada pareja, de acuerdo con sus creencias, desee utilizar, parece que en el mundo la población total llega a cifras a los cuatro mil quinientos millones de habitantes.
El Presidente del Banco Mundial, señor Robert S. McNamara?, hablando en la universidad de Notre Dame en mayo de 1969 dijo: “un niño nacido hoy que viva hasta los setenta años conocerá un mundo de quince millones de habitantes. Su nieto compartirá el planeta con sesenta mil millones. Dentro de seis siglos y medio –el mismo lapso que nos separa de El Dante- habría un ser humano por pie cuadrado de tierra.
Puede ser que todo ello, lo mismo que el panorama de hambruna que pinta en ocasiones la FAO para término relativamente breve, sea exagerado.
Es posible que las ciencias y la tecnología permitan la producción y transformación de alimentos, en proporciones mucho mayores que la que actualmente conocemos. Quizá la vida exista en otros planetas, pero el hecho que las generaciones actuales confrontan, es el de un aumento creciente de la población en el mundo y el de una tendencia, en los países en vía de desarrollo, a las migraciones de los campos a las ciudades.
Explicación Sociológica al Crecimiento de la Población de Bogotá y de algunas otras ciudades de Colombia
De las numerosas conferencias internacionales que sea han realizado para analizar el fenómeno de la migración hacia las ciudades y del consiguiente abandono de los campos, es a mi juicio, muy difícil de determinar las causas que ocasionan este proceso migratorio social. Sin embargo hay algunas que es necesario mencionar en estos momentos porque hace relación al caso del Distrito Especial de Bogotá, y en general al proceso de desarrollo económico y social siguiendo en los últimos años por Colombia. Dentro de esas causas y sin mencionarlas prioritariamente pueden indicarse, entre otras, las siguientes:
1a. El crecimiento Demográfico Acelerado
En un libro escrito por el Señor Alfred Hettner traducido al español con el título "Viajes por los Andes Colombianos" (1882 - 1884), en relación con el número de habitantes de la población metropolitana de Bogotá, dice lo siguiente:
"... Los censos realizados en determinadas épocas extrañan por los resultados tan extremamente diferentes entre sí como de lo vivo a lo pintado. A eso de 1800 se informa de 20 a 30 mil habitantes; los censos nacionales posteriores dan resultados: en 1843 los 40.086, en 1851 29.649 y en 1870 40.083 moradores. En cambio, los informes del Gobierno de Cundinamarca, denuncian para los años de 1881 - 1883 de golpe un total de 90.000 habitantes. Tal aumento al doble, producido en el curso de sólo diez años, sería algo nunca oído, ni en el desarrollo de los centros industriales y las urbes nuestras, ni en las de los Estados Unidos. Además, semejante crecimiento habría de reflejarse en el plano de la ciudad, el cual, sin embargo, denuncia una expansión apenas digna de mencionarse. Así, probablemente estamos en presencia de errores cometidos en uno de los censos comprendidos o,tal vez, en ambos. Para motivar nuestras dudas en cuanto al censo nacional, el más antiguo de los dos, se podría evocar el recelo, muy común entre toda la gente carente de instrucción, de someterse al censo. Pero también cabe la posibilidad de que el gobierno del Estado de Cundinamarca hubiera exagerado el número de habitantes capitalinos, sea sucumbiendo a una vanidad infantil o persiguiendo fines políticos, por ejemplo, el de aumentar así el número de sus delegados al Congreso. A efecto de esto último, cabe recordar que, hace un par de años, el gobierno nacional, para resolver una situación por el estilo, se vio precisado a anular el censo del Estado de Bolívar."
"Por lo tanto, para formar nuestro juicio en cuanto al número de habitantes de la capital, no nos quedará más remedio que el de guiarnos por la extensión de su superficie y las características inherentes a su uso. Al efecto tenemos que la longitud en dirección Norte-Sur, medida desde San Diego hasta las Cruces, es de unos tres kilómetros. Relacionándola con el ancho de dos kilómetros, comprobado en su punto máximo, llegamos a una extensión de superficie de unos cuatro a cinco kilómetros cuadrados. En nuestra búsqueda de más puntos de apoyo para nuestro cómputo, recordamos que las grandes urbes alemanas están dando albergue para 20 a 30 mil habitantes por kilómetro cuadrado, desde luego teniendo en cuenta los cuatro o cinco pisos cubiertos por el mismo techo de la mayoría de las edificaciones, incluyendo el piso bajo y el subterráneo habitado".
"En cambio, Bogotá tiene apenas medio kilómetro cuadrado ocupado por casas de dos pisos, siendo los demás de uno solo y, a excepción de los ranchos en los suburbios, de construcción bien esparcida. No obstante, nuestro calculo pecaría por incompleto si dejáramos sin considerar el hecho favorable al mayor resultado de que el total de personas que ocupan una habitación de igual número de piezas, es mayor aquí que entre nosotros". "Armonizando todos estos factores, creo no equivocarme mucho al estimar que Bogotá tendrá aproximadamente la mitad de habitantes por unidad de superficie que la urbe alemana, o sea un total de 50 a 60 mil almas"*.
Hoy, como se dijo atrás, el Distrito Especial puede llegar a cuatro y medio millones de habitantes sin contar los que duermen en las poblaciones cercanas que están vinculadas estrechamente a la Capital. Son, en la práctica parte de ella aun cuando no lo sean por su actual estructura política y legal.
*Alfred Hettner. Viajes por los Andes Colombianos (1882 -1884). Traducción del Alemán (Reisen in den Columbianischen Anden). Primera versión castellana de Heinrich Henk. Publicaciones del Banco de la República, Archivo de la Economía Nacional Bogotá - 1976. Talleres Gráficos del Banco de la República.
2a. La época de la Violencia
Puede hacerse alusión, en forma general, a épocas distintas del desarrollo de las ciudades principales y sobre todo de la Capital, en cuanto al aumento demográfico acelerado se refiere. La primera, que podría situarse entre los años cuarenta y sesentas, en los cuales por diferentes causas, en su mayoría políticas, otras sociales, y no pocas por un conjunto de circunstancias especiales, se produjo en el país lo que ha dado en llamarse "la época de la violencia", sobre la cual se han escrito numerosos libros en muchos países del mundo. Casi todos contienen elementos verdaderos, así en algunos la intención política desvirtúe la verdad, por exageración. No es el caso de analizar esa coyuntura en estos comentarios.
El hecho protuberante fue que esa violencia obligó a muchas gentes de los campos a trasladarse a los sitios poblados. Personas que disponían de medios económicos menos insuficientes que la gran mayoría, lo hicieron también a las ciudades mayores.
En otras palabras, la huída de los campesinos hacia las ciudades, así lo creyeron muchos entonces, les proporcionaría alguna seguridad.
La violencia se produjo en muchas regiones del territorio nacional hasta llegar a una fecha trágica y amarga, el 9 de abril de 1948, cuando fue asesinado el ilustre político liberal Jorge Eliécer Gaitán.
Quien analice su trayectoria, el gran esfuerzo de superación que en su corta existencia fue siempre en ascenso con voluntad férrea, entenderá las causas y el porqué un pueblo que lo amaba entrañablemente y al cual dedicó su vida de jurisconsulto y de político, reaccionaria como lo hizo el pueblo de Bogotá, para quedar con el baldon sintetizado en el título con que fue conocida esa fecha en todo el mundo: "el Bogotazo".
Creo indispensable señalar primero la violencia como una de las causas de la emigración de los campos hacia los sitios poblados y luego el 9 de abril de 1948, porque en mi opinión esa fecha, para Bogotá, representó un cambio total, no sólo en su estructura material, por los grandes destrozos que produjeron los incendios en esos días, (véanse fotografías publicadas), sino por el concepto mismo de la vida en la ciudad, de su seguridad y por el criterio urbanístico que la siguió. Bogotá fue distinta después del 9 de abril.
3a. El avance de la Ciencia y la Tecnología
En todas las actividades de la vida, se siente, a pesar de tratarse de un país en vía de desarrollo, el impacto de la transformación tecnológica.
Cuando se mira el plano topográfico de Colombia y se observa la Cordillera de los Andes al llegar a la frontera con el Ecuador se divide en tres grandes ramales, no es difícil apreciar que en uno de los sectores en los cuales Colombia ha tenido que invertir una mayor proporción de sus ingresos nacionales, ha sido en los distintos medios de comunicación. Como lo expresé en una publicación anterior, Colombia observada desde un avión a mediana altura, da la impresión de un periódico arrugado. Se publica una fotografía muy expresiva en ese sentido de una porción de los Andes colombianos.
Qué fácil comparativamente parece la construcción de carreteras y ferrocarriles en la pampa argentina. Y qué difícil la construcción de ellos al tener que atravesar las altas cordilleras andinas que cruzan a Colombia de Sur a Norte. El gran esfuerzo que ha hecho el país en la construcción de vías, señala la magnitud de las dificultades naturales que tuvo que dominar. Puede observarse, que esas grandes dificultades cuando puedan ser sobrepasadas con fortuna, y ya lo están en parte, por los ferrocarriles y carreteras construidos, y por el progreso creciente y admirable de la aviación, esas montañas que han sido nuestra gran dificultad para comunicarnos, son hoy una de las mayores riquezas que tiene el país si la aprovechamos intensa y progresivamente en producción hidroeléctrica y en almacenamiento de aguas.
Por su causa, Colombia no fue en esos siglos pasados el país de una gran capital. Las montañas obligaron a sus moradores a crear, en muchos casos, darse cuenta del beneficio que ello representa, núcleos sociales y económicos completos en diferentes partes del país. Hasta hace treinta o cincuenta años, Colombia "país de ciudades", tenía en comparación con otras naciones según el número de sus habitantes, la capital más pequeña de América Latina. En cambio había numerosas ciudades menores que también crecieron y se industrializaron y dieron por consiguiente a la nación una distribución económica y social, cuyo beneficio puede observarse si se compara la coyuntura del país actual con la de otras naciones cuyas capitales han absorbido, quizá mayoritariamente, la industria, el comercio, los negocios la banca de cada país.
Estas circunstancias topográficas a que me he referido explican la sorpresa de algunos historiadores de la aviación al comentar la circunstancia de que Colombia fue el primer país del Continente en establecer una aviación comercial, rudimentaria pero eficaz, poco después de la primera guerra mundial.
Si se observa el avance de la aviación, puede deducirse seguramente que no existe ningún medio de movilización para viajeros y carga que dé mayor seguridad, por kilometro recorrido, que nuestra todavía incipiente organización aérea. Seguramente en un futuro muy cercano este medio de transporte se generalizará como se está generalizando en los grandes países y como se observa ya en la formidable densidad de movimiento en el Atlántico Norte.
De otro lado, el progreso de la electrónica, la invención del "transistor" y el refinamiento de equipos y maquinarias hacen que las gentes de los campos, aun aquellas que no saben leer ni escribir, conozcan algo de la vida moderna y decida un buen número de ellas, instalarse en las ciudades para poder utilizar comodidades y atractivos que creen poder encontrar en las grandes metrópolis. Probablemente es una equivocación, pero el fenómeno existe.
4a. La Cultura
Por lo general, los seres humanos, en la medida en que aprenden a leer y a escribir y madurar en las escuelas de los años primarios y secundarios según su carácter y temperamento, tienden a buscar nuevos elementos para su propia cultura. Muchos no logran hacer1o. Deplorable, porque la cultura enriquece su educación intelectual y aumenta las satisfacciones personales.
Además los seres humanos necesitan formas externas de expresión pasional que moderen la tensión natural que causan las preocupaciones de la vida moderna.
La Colonia española nos dejó como legado la atracción hacia las letras, especialmente la poesía, el culto al lenguaje y el atractivo de la oratoria. Todo ello cultivado por las generaciones del pasado, ha sido una excelente forma de expresión pasional. Además nos enseñó las explosiones, favorables o críticas, en las corridas de toros y las formas vehementes de acción política.
Pero ese legado en cuanto se relacionó con las artes, fue en general menos rico que el de muchos otros países de la colonización iberoamericana.
Las formas primordiales de expresión externa pasional artística, tales como la pintura, la escultura, la orfebrería y en general las artes plásticas, no se encuentran en Colombia con la misma riqueza de otras naciones hermanas.
Fueron muy pocos los grandes pintores y los.músicos de aquella época y comparativamente con otras naciones, fueron modestas las obras de arte que nos dejó la Colonia.
Al crecer el país y mejorar la preparación intelectual de las juventudes, esos anhelos de cultura se han venido reforzando y han aparecido artistas, creadores en todos los campos. Comienzan a dar satisfacciones a la sociedad moderna.
Músicos, pintores, escultores, nuevas técnicas en el arte de los textiles, de las alfombras y en fin, formas que permiten la expresión de las inquietudes individuales y que son extraordinariamente benéficas para la sociedad.
Recuerdo como ejemplo, en numerosas visitas que hice al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, en 1958 y 1959 cómo su ilustre impulsora y directora y todos los profesores que allí trabajaban por entonces, señalaban que los simples trazos en el papel o los coloridos que los niños llevaban a sus creaciones individuales, correspondían, con notoria frecuencia, al estado de ánimo en que se encontraban. Esa escuela permitía formas de expresión de las reacciones humanas con gran beneficio para la distensión temperamental de los muchachos.
Como generalmente el estímulo a esta clase de posibilidades se encuentra solamente en las ciudades, es esta necesidad de cultura, en todas las ramas del arte y la literatura, lo que lleva a muchas gentes de la provincia a buscar trabajo que les permita vivir en Bogotá.
5a. La Educación
Dentro de los aspectos estudiados en las conferencias internacionales, se encuentra que a través del radio y la televisión, las gentes de los campos comienzan a conocer un nivel de vida y educación con el que probablemente nunca habían soñado y en nuestro país puede decirse sin lugar a dudas, al menos esa es mi experiencia en muchas regiones en que he habitado, o donde he trabajado, que la gente más humilde desea, con toda justicia, que sus hijos tengan una mejor educación. Y si el Estado no ha logrado tener en todos los rincones de la patria escuelas primarias y secundarias para el total de muchachos que nacen en los campos, es natural y legítimo que las gentes que allí habitan deseen trasladarse a los centros urbanos, siempre con grandes sacrificios y muchas veces sin resultados satisfactorios. Resuelven así buscar trabajo en las ciudades para lograr que su familia comience a recibir una instrucción superior a la que ellos tuvieron.
Es necesario obtener una adecuada dimensión de la educación publica porque ella se concentra no solamente en una enseñanza informativa, sino en una formación intelectual y moral que trascienda a la comunidad y que genere nuevas formas de concebir y aprovechar la vida a través de las ciencias, del ejemplo y del establecimiento de nuevos tipos humanos de mejoramiento integral. En alguna ocasión fui preguntado en una sociedad científica de los Estados Unidos, cuál era la mayor necesidad de mi país, Colombia. La respuesta fue clara e inmediata: la educación y la cultura.
Este tema, puntal de desarrollo económico y social de una nación, implica la formación de profesores calificados que lleguen a arraigarse en lo posible al personal de todo género de las comunidades que deben educar, para que se constituyan, aun en forma indirecta, en factores activos del progreso.
La escala de valores para el ser humano adquiere su más alta significación cuando ella se incorpora al pensamiento y a la acción, para lograr la cooperación técnica de los maestros y los profesores en todos los niveles educativos. La educación y la cultura así proyectadas, constituyen uno de los problemas vitales del progreso nacional. Ha sido a mi ver, la incapacidad del Estado especialmente por causas económicas para lograr esos resultados en las regiones rurales, un factor que ha influido en el abandono de los campos y el acercamiento de las gentes a as ciudades. Sobre todo de las gentes Jóvenes.
6a. Clase Media
Uno de los grandes progresos que el país ha tenido en los últimos cuarenta o cincuenta años ha sido el surgimiento, por educación y ambiciones justas, de una clase media cultural y económica, que parece ser de una proporción mayor que en otras naciones afines.
Entidades de educación media, el Sena, el Icetex y las carreras intermedias con instituciones similares, han contribuido a esa transformación más de lo que la crítica pública tiende a aceptar.
Esta evolución de las clases sociales colombianas, que ojalá continúe en forma intensiva, es notoria en las ciudades grandes del país y señaladamente en Bogotá en las poblaciones de su inmediata influencia.
La formación de esa clase media ha contribuido también al cambio de residencia de familias jóvenes de los campos a las ciudades.
7a. Los Sindicatos Obreros
El movimiento sindical obrero del país, en el curso de los años se ha fortalecido, pero se ha centralizado, como probablemente era previsible, en las grandes empresas. Bien sean ellas de accionistas privados o instituciones descentralizadas de la nación y la mayor parte de los organismos oficiales. En general todos ellos tienen su sede en las ciudades, especialmente en la Capital de la República. Aquí actúan las grandes y poderosas Federaciones Obreras.
En la medida en que este importante movimiento nacional se ha venido estructurando y fortaleciendo, ha ido creando una disparidad entre la facilidad y los medios de acción colectiva en las ciudades y la muy precaria en los campos.
A pesar de los esfuerzos hechos durante los gobiernos de los últimos tiempos para impulsar y formar asociaciones de distinta índole que defendieran los intereses de los campesinos, en la práctica ellos se sienten desprotegidos en sus reclamaciones y ambiciones legítimas, en con los obreros y funcionarios que trabajan en las ciudades, que tienen la colaboración permanente de los sindicatos a que pertenecen, de los sindicatos gremiales y de las grandes Federaciones y Uniones Obreras que agrupan a muchos de ellos.
Se puede observar que, comparativamente, el desarrollo político de los sindicatos y el progreso económico y social de sus afiliados, es superior en las ciudades a los del sector agrario, por falta de una completa y bien estudiada organización de la población campesina.
Casi todos los gobiernos de los últimos años han propiciado el mejoramiento de los planes agrícolas, en el intento de realizar conjuntamente con los pueblos las obras de infraestructura tendientes a facilitar el desarrollo y a mejorar sustancialmente las condiciones de vida de las familias rurales.
El sinnúmero de acueductos, de alcantarillados, de habitaciones y sobre todo de servicios eléctricos, que poco a poco tienden a integrarse en toda la nación, son mejoramientos del sistema de vida para estas familias. Sin embargo, el avance del país a través de una reforma agraria integral que incremente la producción, los consumos, el desarrollo Político, económico y social de la organización de la población campesina, no se ha realizado todavía. Falta mucho por adelantar en esa dirección y por ello jóvenes de las familias que viven en los campos tienden también a venir a las grandes ciudades y en especial a la Capital del país.
En numerosas visitas que realicé hace tres años en los barrios de Bogotá con mis compañeros del Concejo municipal, averigüé a muchos de los habitantes de esos barrios su lugar de nacimiento y encontré que, con poquísimas excepciones, todos respondían ser originarios de poblaciones o pequeñas ciudades de todos los departamentos.
8a. La Tecnología Agropecuaria
Anoto esta causa para la migración de las gentes de los campos a las ciudades porque este fenómeno existe y es notorio en todos los países del mundo. En la medida en que la tecnificación agrícola avanza el número de empleos en las faenas agrícolas es menor. Por ello en los campos de Francia, por ejemplo, han tenido que recurrir a la industrialización sectorial, o bien a la migración hacia los centros poblados para dar ocupación a las nuevas generaciones que surgen año tras año en los campos.
El progreso tecnológico en las actividades del campo y sobre todo la mecanización donde ella pueda ser implantada, reduce el número de gentes que tienen que intervenir en esos trabajos.
En Colombia por ejemplo, la producción por hectárea de granos, verduras y otros alimentos requiere un número de hombres y mujeres aproximadamente diez veces superior al que necesita un país avanzado en este ramo, con abundancia de maquinaria agrícola, de abonos y de pesticidas como los Estados Unidos.
Un caso muy interesante en un país afín al nuestro Fue puede observarse en el proyecto de reforma agraria integral en Badajoz, España.
Del erial que en una época fue la región de La Mancha, pobre y estéril, con la irrigación, la creación de pequeños centros poblados, sencillos y funcionales y la mecanización de la agricultura, se pasó a la transformación de esas tierras y de las labores agrícolas y pecuarias de todo género, a una gran eficiencia y a un aumento de la producción de alimentos.
Quienes desarrollaron ese proyecto de reforma agraria integral, estudiaron cuidadosamente el impacto social que se produciría al disminuir las posibilidades de empleo en esa para las juventudes que salían a mercado del trabajo.
El problema fue solucionado, en una gran parte, con el establecimiento de instituciones que trabajan admirablemente y que preparan a la juventud femenina y masculina en servicios modestos de distinto género, bien en los institutos mismos, bien en vehículos móviles que van a las poblaciones por varios meses a preparar gentes en sencillas actividades. Tuve la oportunidad de asistir a clases de tractoristas, de soldadores, de electricistas, de armadores, de empleadas domésticas, de especialistas en bordados o en tejidos y en costura en general.
Menciono este caso por haber sido uno de los que más me llamaron la atención de cuantos he visto en otros países, no sólo por los excelentes resultados, sino por la sobriedad de los establecimientos y por la economía con que esa educación se transmite a las gentes jóvenes de muy bajos ingresos.
En Bogotá, la afluencia de las juventudes que dejan los campos es claramente observable. Datos de que dispone la Alcaldía del Distrito Especial señalan que anualmente más de 300.000 personas vienen de diferentes partes del país. Si bien el crecimiento vegetativo llega a cifras de 2,2% o 2,5%, bastante menor que en otras épocas, el crecimiento por migraciones de los campos y de las poblaciones menores sobrepasa la altísima cifra del 5%. De ahí el enorme aumento demográfico total de la población del Distrito Especial de Bogotá.
9a. El atractivo de las ciudades
Uno de los fenómenos bien conocidos en los pueblos que avanzan en su desenvolvimiento económico y social, cualquiera que sea el régimen político que se hayan dado, es decir, lo mismo en los países de régimen de libre empresa llamados capitalistas, como aquellos de economía centralizada de cualquiera de los matices llamados socialistas, en todos ellos, y en la medida en que avanza lo que se ha llamado "economía afluente", aparece un fenómeno social de condiciones muy interesantes: la necesidad de distracción y de sistemas para utilizar divertimientos masivos, los cuales en general el Estado debe estimular y más aún, sostener.
Cuando llegó a Bogotá el fútbol, por ejemplo, se trataba de un deporte que tomó muy pronto gran impulso en los colegios y en los clubes bogotanos. Por ese entonces nadie pensaba que ese deporte se convertirla más tarde en una profesión o negocio ampliamente remunerado. Todavía oigo, siempre con sorpresa, cuando se avisa en los medios de comunicación que un determinado jugador ha sido "vendido", por sumas muchas veces muy elevadas, por un club a otro club. Hoy son muy pocas las excepciones a esta práctica porque desde luego el "baseball", el boxeo y aun el tenis, son negocios por los cuales se paga a los actores, que tienen una habilidad natural y un entrenamiento intensivo. Quienes adquieren esas habilidades las convierten, al menos por algunos años, en una verdadera profesión.
Las gentes de todas las categorías necesitan encontrar formas externas de expresión pasional, que les permitan descargas emocionales que se alejen de las formas primitivas de la violencia y del delito.
Por ello antiguos filósofos españoles sostenían que el espectáculo de los toros era benéfico para la sociedad, precisamente porque proporcionaba esa forma de expresión externa de un descontento y de tranquilizante satisfacción y estímulo.
Uno de ellos decía, hace casi dos siglos, que un español que desde el tendido lanzaba improperios contra un torero, por parecerle incompetente, aunque estaba exponiendo su vida para divertirlo, al regresar a su casa tenía el ánimo relajado y se facilitaba con eso la solución de los elementales problemas caseros.
En la actualidad se podrán hacer observaciones similares sobre esos deportes, que crean alrededor de los grandes deportistas una mística en sus admiradores, que los convierte en fanáticos y les producen esas explosiones pasionales que he mencionado.
Todo ello, a mi juicio, tiene una explicación: los países "afluentes" tienen necesidad de distracciones para sus pueblos, en donde puedan los fanáticos de cada deporte tener una expansión, necesaria y útil, ante la incertidumbre y las preocupaciones de la vida de las grandes ciudades y en general de la vida moderna, mecanizada y bastante inhumana.
Una gran escritora francesa muerta prematuramente, profesora de filosofía a los 22 años en las universidades de París y trabajadora en la firma Renault como obrera, analizó el fenómeno del proletariado como un resultado en la revolución industrial.
Los dos años que vivió como trabajadora en esa fábrica le hicieron comprender que este fenómeno no coincidía con la pobreza, ni era ésta la causa determinante de su aparición.
En la edad media, decía la escritora Weil, existía mayor grado de pobreza y aspectos tan graves como a esclavitud, pero no había hecho su aparición la mentalidad proletaria que surge de coyunturas mas recientes con la mecanización, y en general, con la revolución industrial.
Es importante desde luego señalar los grandes beneficios que el deporte, el atletismo y los juegos, tienen como sistemas pedagógicos para aprender disciplina personal, trabajo de conjunto y trato social con sus semejantes.
Además, en el mundo actual son muchas las ventajas de esos espectáculos. Me sorprendió analizar hace algunos años, por qué en los países comunistas como la Unión Soviética, Hungría y varios otros, continuaban con la crianza de caballos de carreras y, en algunos, con el espectáculo que en un tiempo fue llamado, donde solamente existía, en el imperio Británico y en sus colonias, "el deporte de los reyes".
Las razones principales son a mi entender las siguientes:
- Todos los estados capitalistas o socialistas buscan ansiosamente nuevas exportaciones y los caballos de carreras son una de ellas y, en algunos países, muy importantes.
- Porque toda la organización, desde la crianza hasta la preparación y el deporte de los caballos de carreras, es una de las industrias que no pueden mecanizarse. Elemento que en la economía de los Países, que también ansiosamente buscan creación de nuevos empleos, tiene una gran trascendencia para su economía. Difícil sería reemplazar esta industria en naciones como Irlanda, Gran Bretaña, Francia, Italia, los Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia o el Japón, países en los cuales el número de empleos permanentes, que esta industria mantiene, es realmente desconcertante para quienes estudien la cifra de ocupación, en un lugar determinado, y las inversiones que en esa industria se hacen anualmente.
Así pues las grandes ciudades -y ya Bogotá es una de ellas- requieren de una organización de espectáculos públicos, ojalá masivos, que permitan el divertimiento de las gentes de distintas categorías según sus propias aficiones.
De ahí también que sean tan importantes y desde luego altos en el nivel intelectual, el teatro, la pintura, la música, la literatura, la escultura, la poesía. Es muy interesante analizar que en los últimos treinta años han surgido en Bogotá, entre las juventudes, numerosos grupos teatrales que utilizan su capacidad, preparación y.voluntad, no solamente como recreación para las gentes, sino en muchos casos como medio eficaz de divulgación política.
10a. La Sabana de Bogotá
Pocos países del mundo tienen extensiones planas, rodeadas de montañas, con tierras de tan buena calidad para la agricultura como la Sabana de Bogotá.
Cuando el señor Lindbergh, el famoso aviador que por primera vez cruzó solo el Atlántico en un pequeño avión, vino a Bogotá, declaró que una de las sensaciones más sorprendentes y extraordinarias que él había tenido en el curso de su carrera como piloto, había sido el viaje de los Estados Unidos a Bogotá.
Al llegar a Colombia, dijo, pensaba estar volando sobre Suiza por sus altas montañas y no imaginaba, aun cuando había estudiado el viaje cuidadosamente, que en forma súbita, al traspasar un pico elevado de una de esas montañas, se descubriría ante mis ojos la inmensa sabana de Bogotá, bellísima región del globo, rodeada de montañas, que no había encontrado, semejante, en ningún otro país de cuantos había visitado.
El Señor Lindbergh tenía razón. Por entonces la sabana de Bogotá, extensión explotada para la agricultura, regada por el río del mismo nombre a lo largo de toda su planicie, debía aparecer a este norteamericano extraordinario, como la más perfecta de las despensas.para alimentar la Capital de la República. Y así era en afecto. El trigo producido en los páramos de las cercanías de Bogotá y en la Sabana misma, era suficiente para elaborar el pan en condiciones y precios favorables. La papa producía cosechas admirables por su calidad, fertilidad y tamaño; y el maíz y toda clase de hortalizas que sembraban los pequeños agricultores para llevar a los mercados, hacían de esta región una de las más prósperas.
Con la producción de cervezas a principios del siglo vinieron los grandes cultivos de cebada y desde luego la industria lechera se desarrolló en forma intensiva y técnica, hasta llegar a ser, con algunas selecciones de ganados de distintas razas, un ejemplo de calidad y producción también en comparación con los hatos europeos y estadounidenses.
Al mismo tiempo, la bondad generosa de las tierras ha contribuido a que gentes de otras regiones del país vengan a adquirir tierras en este lugar y a explotarlas para fines agrícolas y ganaderos.
Esa afluencia de las gentes de los de más departamentos es claramente visible en la gran parcelación de tierras ricas de la sabana de Bogotá, en donde se ha llegado ya en muchos casos al minifundio y a la explotación tecnificada e intensiva de las tierras. En los últimos años por ejemplo, se ha extendido en muchos sectores de la planicie el cultivo de flores, para la exportación, principalmente. Esta nueva industria que produce ya, con grandes dificultades y con técnicas modernas y que podría decirse casi perfectas, exportaciones anuales de cuarenta millones de dólares, a los Estados Unidos y Europa, ha disminuido al mismo tiempo la producción de alimentos.
Es conveniente anotar que hasta hace pocos años el río Bogotá constituía la fuente más importante para la producción agrícola de la Sabana del mismo nombre, que es un sector especialmente propicio para la agricultura, la ganadería y especialmente la lechería.
Hoy Bogotá, para atender al crecimiento de la migración de los departamentos hacia la Capital, ha tenido que absorber todas las aguas que antes pertenecían a la sabana y a sus agricultores y no solamente las ha tomado, con perjuicio de los riesgos para los cultivos, sino que las devuelve con un grado de contaminación que probablemente supera el de las corrientes de agua más viciadas del mundo. Se dejaron pasar muchos años antes de enfrentar el gran problema de la purificación de aguas negras y hoy un programa global, que en realidad no existe todavía, tendría un costo por fuera de todas las posibilidades económicas del Distrito Especial.
Ese mal ha sido hecho no sólo a la ciudad y a las poblaciones vecinas, sino a todos los poblados de la parte baja de la cuenca del río. Se ha perjudicado también al río Magdalena y a la abundante pesca de todos sus afluentes, que había hasta hace pocos años.
La ciudad está formada por gentes de todos los departamentos del país. Ello está bien, porque se trata de la Capital de la República, que pertenece a todos los colombianos. Sin embargo, los servicios no darán abasto al crecimiento de doscientos cincuenta a trescientos cincuenta mil familias que anualmente llegan a Bogotá en busca de trabajo, algunas veces con resultados totalmente insatisfactorios.
Algo habrá de hacerse, y muy pronto, para desarrollar los planes ya estudiados por las Empresas de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, para el río que lleva su nombre. La contaminación, como se dijo antes, es mayor que la de cualesquier caudales de agua e las ciudades del mundo y es indispensable comenzar la rectificación del río y la purificación de las aguas negras, cuyo esquema principal está elaborado.
Quizá podría pensarse, porque aún es tiempo, que al ejecutar las obras de rectificación del río Bogotá, desde luego con la colaboración del Gobierno Nacional, en la adquisición de una zona de mayor anchura en los bordes del río, que permita algún día la construcción de un sistema de transportes masivo, eléctrico, del cual se hablará más adelante.
En mi opinión los colonizadores de América fueron sabios al establecer alrededor de las ciudades los que se llamaron "los ejidos", que más tarde fueron eliminados con la venta o cesión de esos terrenos a particulares.
La integración orgánica del ejido que debe ser una extensión amplia de terreno que rodee las ciudades importantes, es conveniente para evitar que el minifundio pulverice cualquier tesis de desarrollo.
Si Bogotá hubiere conservado sus ejidos no se habría extendido inconsultamente sobre la Sabana de Bogotá, que constituye una de las mayores riquezas desde el punto de vista agrícola.
Hay que tener en cuenta que la tierra es inextensible y que sólo provee los productos agrícolas si se aplica la técnica adecuada, el cultivo requerido, el trabajo y las financiaciones necesarias, bien por inversión o por capital, que los bancos privados o públicos provean en forma de créditos para la industria agropecuaria y para el capital de trabajo.
Es indispensable también el agua para las irrigaciones, pues en la mayoría de los casos los cultivos de secano no son frecuentes.
En el caso de la Sabana de Bogotá, sobre todo en la región del Sur, el problema del agua puede calificarse de grave, porque la capital no solamente absorbió todas las fuentes de agua que formaban las riquezas de la región, al utilizar la totalidad de los riachuelos, ríos y quebradas, para ser destinadas al almacenamiento del acueducto o de las empresas de energía eléctrica, sino que una vez utilizadas las devuelve al cauce en condiciones completamente inaceptables, especialmente desde el punto de vista químico y bacteriológico para el uso humano o para el consumo de los animales y aun son nocivas para la irrigación por las distintas materias químicas que se arrojan al lecho del río. A pesar de que durante casi cerca de cuarenta años se ha venido estudiando y hablando sobre la purificación de las aguas negras, las mismas observaciones de este libro indican que nada o muy poco se ha hecho y lo que se ha proyectado hasta ahora es insuficiente.
Este es uno de los grandes problemas de la Capital de la República. El problema global de la sabana de Bogotá requiere en especial actividades como las mencionadas atrás, independientes de las tesis sociales o de las doctrinas políticas que se sustenten. En igual forma en un país capitalista que en uno socialista o en otro que tenga condiciones intermedias, es un hecho que para la alimentación básica del pueblo una explotación adecuada de la sabana es esencial.
El doctor Jorge Eliécer Gaitán cooperó con quien escribe estos comentarios, cuando fue Alcalde de Bogotá. Fue uno de los primeros en darse cuenta del desastre que estaba causando la explotación inadecuada de los cerros y la enorme contaminación y deterioro de las aguas del río Bogotá. El comenzó como Alcalde -y probablemente algunos burgomaestres anteriores también lo hablan iniciado‑ a adquirir las tierras de los cerros circunvecinos y a fomentar la siembra de árboles.
De no haberse llevado a cabo desde entonces esa política, la situación Podría ser más grave aún y llegar a ser peligrosa desde otro punto de vista: los derrumbes de los cerros y los cambios en los suelos de la ciudad por las filtraciones de las aguas lluvias.
La superficie forestal de las hoyas hidrográficas se debe concebir como una labor mancomunada y continua, como un conjunto unitario de acción que incluye la protección de los bosques, la reforestación y su explotación técnica y racional. A mi juicio, ese conjunto debería tener el carácter de una gran empresa económica y social.
Quizá el Sena debería vincularse directamente con sus oficinas de Bogotá al adiestramiento de personal especializado en la defensa de los bosques y de las aguas en las cuencas que surten a Bogotá, con destino a la Car.
Un nuevo estatuto para Bogotá
Los comentarios anotados en este escrito y en los capítulos sobre los servicios, señalan el crecimiento demográfico de la Capital de la República, la falta de ordenamiento y planificación en el desenvolvimiento urbano algunas de las causas por las cuales las entes de los campos deben abandonarlos para incorporarse a la vida urbana.
Por algún tiempo, con exactitud no se puede calcular desde ahora, no se encontrarán medios para evitar que el Distrito Especial siga expandiéndose y será necesario continuar con el aumento y el de todos los servicios públicos.
Es cierto que en ciudades grandes ocasionalmente se producen al llegar a un límite de absorción de habitantes, cambios sustanciales que varían la tendencia y hacen que las gentes prefieran vivir en ciudades menos incomodas y populosas que las capitales. Tal por ejemplo el caso de Madrid en los últimos años, en donde la expansión ha sido menor que en otras capitales. 0 en las grandes ciudades de los países de economía centralizada, La Habana, por ejemplo, en donde el gran crecimiento anterior fue detenido por sistemas de índole diferente.
En el caso de Bogotá no es previsible en un inmediato futuro una reversión de la tendencia actual y por ello se hace necesario un nuevo estatuto que dé a la Capital de la República una forma de administración práctica, para una sociedad tan grande como la que actualmente habita en ella.
El nuevo estatuto tendría que definir primordialmente las relaciones entre la Nación y la Capital y la colaboración económica, fundamental, que la primera tendrá que dar a la segunda por ser ésta el centro de los poderes públicos.
Será indispensable que el estatuto contemple las relaciones con el Departamento de Cundinamarca y con todas las Poblaciones vecinas que forman el área metropolitana general que, aun cuando no estén vinculadas desde el punto de vista legal, por ser municipios independientes, sí lo están por el proceso de migración para los trabajos temporales o permanentes. Son una especie de satélites muy cercanos de las labores del Distrito Especial: Soacha, Chía, Cajicá y varios otros.
Tendría que definir también la protección de la Sabana de Bogotá como recurso agrícola y pecuario y establecer sistemas administrativos que descentralicen ciertas decisiones, como sucede en algunas de las ciudades grandes de otros países.
Quizá seria útil la creación de "juntas Administradoras" que pudieran laborar con verdadero interés por las regiones de la ciudad en donde actuaran.
La lectura de este libro señalará a quienes se interesan por la ciudad, las grandes dificultades que deberá afrontar en sus servicios si no se la dota de un estatuto moderno eficaz que permita el suficiente desenvolvimiento de la Capital de la República en forma ordenada y eficiente.
Mirando hacia el futuro
A pesar de las grandes dificultades presentes en la Administración Municipal y en los servicios públicos de la Capital, no hay duda de que es la ciudad más importante de Colombia y de que mucho puede hacerse para mejorarla.
Mirando muy hacia el futuro es indispensable que desde ahora se estudien definitivamente los problemas de las aguas del río Bogota, según se señala en capítulo posterior, su aeropuerto, la división total de aguas negras y aguas blancas y el problema monumental de los transportes urbanos.
Juzgo que no se debe analizar solamente la purificación misma de las aguas negras, sino además la alternativa de su eliminación en pozos profundos, aun sacándolas de la ciudad por túneles que vayan a perforaciones en los Llanos Orientales, en donde seguramente se encuentran a diferentes profundidades capas de arena o grava o corrientes de aguas saladas en donde pueden inyectarse las aguas negras. Esta practica es bien conocida en algunas partes del mundo y ha sido imaginada como una posibilidad para Bogotá por el Ingeniero Roberto Panero.
Permitiría mejorar notoriamente las aguas del río Bogotá para la irrigación y bebida de los ganados y podría ser menos costosa que las diferentes plantas de filtración de aguas negras.
En un capítulo posterior se habla del problema de los transportes. La necesidad de construir y poner en servicio un sistema adecuado de transporte masivo, rápido, por cualquiera de los varios sistemas modernos ya sea bajo tierra, sobre el terreno, por monorriel o cables, elevados, o en torma mixta, debe ser atendida en los próximos años porque se trata de un servicio fundamental para la tranquilidad y comodidad de los habitantes de Bogotá. Es pues necesario definir los proyectos y comenzar su realización en breve término.
Menciono también en el capítulo de transportes, que si más adelante la industria aeronáutica progresa tanto que fuera indispensable la construcción de un aeropuerto mucho mayor, la combinación de dos túneles que sirvieran para el transporte de pasajeros en la parte superior y de aguas negras en la parte inferior, permitiría un desenvolvimiento hacia los Llanos Orientales y los Territorios Nacionales, de gran importancia. Allí podría construirse un gran aeropuerto como ha sido sugerido por varios pilotos muy conocedores de la topografía de Colombia.
Bogotá llegó ya, en su crecimiento y desarrollo, a un momento en el cual deben tomarse resoluciones de gran envergadura en búsqueda de soluciones adecuadas para los serios problemas de algunos de sus servicios.
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Bogotá Estructura y principales servicios públicos / Observaciones sobre Bogotá y sus principales servicios
Observaciones sobre Bogotá y sus principales servicios
Problema común a los pueblos en vía de desarrollo ha sido la migración del campesino a la ciudad.
Plano de Santafé de Bogotá en tiempos de la Colonia, donde también se representan los principales caminos de acceso.
Santafé en 1823.
Plano levantado por I.F Holton hacia 1830.
En 1810 Vicente Folledo y Rivera levantó este plano con la explicación de las principales parroquias y conventos.
Reconstrucción de los planos levantados por don Domingo Esquiaqui en 1791, Carlos Francisco Cabren en 1793, Vicenta Falledo y Rivera en 1810 y Agustín Codazzi en 1849.
Plano de Bogotá en 1.900 cuyas calles cuentan ya con nomenclatura urbana.
Esta fotografía ilustra el desarrollo urbano de Bogotá por el año de 1900.
Aspecto de cómo la ciudad de Santafé se reducía a unas pocas manzanas y bien distribuidas.
La zona céntrica de la ciudad, donde todavía se encuentran edificaciones coloniales, sufrió grandes destrozos con ocasión del 9 de Abril de 1948.
"El Bogotazo" dejó prácticamente destruida la Calle Real, hoy carrera 7a, como puede observarse. A1 fondo, la Catedral Primada.
El 9 de Abril correspondió al clima de violencia que imperaba en todo el territorio nacional en aquella época.
Este relieve ilustra cómo en Colombia ha sido necesaria una valiosa inversión en vías de comunicacíon, por razón de su accidentada topografía.
Dos trimotores y un automóvil en el Aeropuerto de Techo, hacia 1940.
Complejos trabajos de ingeniería permiten la construcción de carreteras que comuniquen grandes zonas agrícolas con las centros urbanos.
Los escasos recursos económicos dirigidos a la edicación de campesino, son un factor que ha influido directamente en el desplazamiento de las grentes a las ciudades.
La música, como todas las expresiones del arte, comienza a dar satisfacción a nuestra sociedad moderna.
No puede desconocerse el aporte que a la educación media ha hecho entidades como el Sena y el Icetex.
La clase media tiene en la ciudad acceso a la investigación cientifica.
Un ejemplo del nivel de pobreza y de abandono que sufre el campesino colombiano.
Samblantes campesinos que exigen el reconicimiento de sus derechos.
Son precarios los medios con que cuenta el campesino para el laboreo de la tierra.
La mecanización y la industrialización en el campo han tenido magníficos logros, pero han desplazado mano de obra, dando lugar al desempleo.
Uno de los deportes y espectáculos con más atractivo y que desafortunadamente está concentrado en la ciudad.
La vida moderna mecanizada encuentra en el deporte y el espectáculo, una forma de expansíón útil y necesaria.
El parque de atracciones representa una típica diversión en las grandes urbes.
Pocos lugares con mayor encanto que la Sabana de Bogotá, donde se confunden la belleza y la fertilidad del campo.
La Sabana de Bogotá desde el “Puente del Común”. construido en tiempos del Virrey Ezpeleta.
Un rincón típicamente sabanero es el Puente del Común, herencia colonial que cruza el río Bogotá.
Vista general de la ciudad, donde se aprecia la densidad, sus problemas y con ellos la necesidad de soluciones inmediatas.
Panorámica de Bogotá que permite observar la gran extensión abarcada por la ciudad moderna.
La falta de planeación en el desarrollo de Bogotá, es la causa de los múltiples problemas que hoy viven los habitantes de la capital.
Vista aérea del río Bogotá en la zona del Puente del Común.
Río Bogotá en medio de un típico paisaje sabanero.
Panorámica de Bogotá hacia el oriente, arriba del cerro Monserrate.
Texto de: Carlos Sanz de Santamaría
Con ocasión de cumplir, en los finales de 1978, cien años de existencia la cámara de comercio de Bogotá, esta ilustre entidad a querido, dentro de los proyectos de celebración del centenario y como homenaje a la ciudad Capital de la república, publicar un libro sobre las condiciones de los servicios públicos que actualmente predominan en el Distrito Especial.
La Cámara de Comercio me ha honrado con la solicitud de mi cooperación en la presentación de este libro. Con varios Miembros de la Junta Directiva, con sus Presidentes Don Carlos Bermúdez José Mejía Salazar, y con su Gerente Fernando Santos, se estudiaron los temas que podría ser útil incluir en este trabajo.
Cuenta la ciudad con numerosas publicaciones sobre los tesoros artísticos y arquitectónicos que legó la colonia y que la pica demoledora del progreso ha permitido aún conservar. Otros tantos sobre historia y numerosos libros que desde los tiempos coloniales han venido siendo editados. Se encontraron también folletos y publicaciones que en las distintas épocas hacían referencias a los servicios de la ciudad. Estos últimos no han solo recopilados en una sola obra.
Se sugirió a la Cámara de Comercio la idea de que este homenaje a Bogotá incluyera un análisis sobre los distintos servicios, no solamente con la historia resumida de su incremento y desarrollo, sino con una información sobre los proyectos comtemplados para ampliarlos, teniendo en cuenta el crecimiento inusitado de la población en el curso de este siglo.
Con ese fin, siguiendo instrucciones de la Junta Directiva de la cámara de Comercio de Bogotá, se seleccionó un grupo de ciudadanos ampliamente conocido por su experiencia e ilustración en cada uno de los servicios analizados en este relato. Solicitamos su colaboración y todos ellos, gentilmente, decidieron prestarla al escribir un estudio sobre esos sectores.
En nombre de la Cámara de Comercio de Bogotá y en el mío, deseo constar nuestros vivos agradecimientos por las colaboraciones anotadas. Los artículos llevan la firma de su autor y las opiniones dadas allí, corresponden a cada uno de ellos. La Cámara de Comercio de Bogotá y quien hace estos comentarios iniciales han intervenido en el ordenamiento, presentación y publicación de estos trabajos.
El libro incluye análisis sobre los siguientes temas:
- Observaciones sobre Bogotá y sus principales servicios. CARLOS SANZ DE SANTAMARIA.
- Organización Jurídico-Administrativa de la ciudad de Bogotá. ARTURO GONZALEZ ESCOBAR.
- Sistemas Tributarios. YESID CASTAÑO.
- Las Plazas coloniales de Bogotá. Reseña Urbano Arquitectónica de Bogotá. Sus centros cívicos. Primera y segunda partes. Arquitecto CARLOS MARTINEZ.
- Proceso de Desarrollo Urbano. Sus cualidades y defectos. Primera y segunda partes. Arquitectos ROBERTO RODRIGUEZ SILVA y RAFAEL OBREGÓN.
- Servicios de teléfonos de Bogotá. LUIS EDUARDO PAEZ DEL RIO.
- Acueducto. Servicio de Aguas. FRANCISCO WIESNER.
- Alcantarillado y Desagues. FRANCISCO WIESNER.
- Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá. ALFREDO LOZANO AGUDELO.
- Transportes Urbanos. CARLOS SANZ DE SANTAMARIA.
- Bogotá Turística. RAIMUNDO ANGULO PIZARRO - Director Nacional de Turismo.
- La Educación en Bogotá. FERNANDO HINESTROSA - CARLOS MEDELLIN.
Demografía
El crecimiento de población en América Latina y en general de los pueblos en vía de desarrollo, ha traído como consecuencia su incremento y concentración, en unas pocas ciudades de estos países. No en todas las naciones de América Latina el aumento demográfico ha sido semejante en los últimos cincuenta años. En algunos de ellos, Argentina y Uruguay por ejemplo, este crecimiento ha sido moderado, lo que en ocasiones ha preocupado a varios de sus gobernantes. En cambio, las de mas regiones, en su mayoría, señalan un crecimiento de población que llega e1 a al 3,5% anual. Si bien existen diferencias entre unos y otros, hay una tendencia que es casi general: La migración de las gentes de los campos a las ciudades y especialmente de áreas marginadas del país hacia los centros poblados en cada provincia.
Este fenómeno ha despertado un interés mundial en el análisis del aumento de la población urbana por los grandes problemas que crea a naciones y gobiernos, pues llega a cifras mucho mayores que todas las que se habían contemplado en el pasado. Casos como el de ciudad de México, Sao Paulo y Bogotá son realmente inquietantes y los problemas de sus servicios públicos de una magnitud insospechada.
La solución a este proceso de urbanización acelerada de las áreas que circundan las grandes ciudades, y el necesario aumento de la capacidad de servicios, compromete en muchos casos la transformación global del desarrollo económico y social de los países y ha sido objeto de numerosas reuniones mundiales y nacionales en las que cada ciudad grande ha presentado sus graves problemas de urbanismo y los más complejos y costosos de los servicios públicos. Los gobiernos han tratado de establecer estrategias alternativas de crecimiento como una parte integral del proceso económico y social en los próximos años. Es claro que tratándose de inversiones gigantescas que superan la capacidad financiera de nuestras grandes ciudades en el hemisferio, esas; estrategias globales están, desafortunadamente, vinculadas a las solíticas de estados ricos y desarrollados en relación con zonas de menor o incipiente prosperidad. Estarán pues esas estrategias influenciadas por la evolución que pueda adoptarse para un nuevo sistema monetario internacional, por las formas de financiamiento externo del desarrollo y por el desenvolvimiento de la producción y de la vida rural de cada país.
Al conversar en numerosas ocasiones con dirigentes de las ciudades grandes del Continente, se percibe un sentimiento de frustración surgido de causas profundas tales como los crecientes déficit de viviendas y servicios públicos y por los grandes problemas que deben afrontar, en parte por el desconocimiento o indiferencia de las naciones ricas ante situaciones de los países en vía de desenvolvimiento.
A pesar de que se han adoptado en muchos casos acciones específicas en determinada sección del desarrollo, se sabe que no hay fórmula mágica para solucionar los problemas que presenta la crisis urbana por el alto costo de los cambios estructurales necesarios para poder afrontarlos. Además, muchos de ellos son de lenta realización.
No obstante que cada ciudad debe adoptar la estrategia que más convengirá individualmente dentro de sus condiciones domésticas, quienes dirigen el desarrollo urbano requieren algunos elementos básicos, entre los cuales son notorios los siguientes: personal capacitado, información adecuada y actualizada en cada momento sobre los fenómenos de migración de la región a la ciudad respectiva. Instalaciones ágiles y capaces de hacer frente a los problemas urbanos, organización adecuada y financiamiento oportuno y suficiente para poder afrontar, con fortuna, la ruta del inmediato porvenir.
Tal es el caso de Bogotá, cuyos servicios, algunos muy deficientes, otros en pleno progreso por la coordinación nacional, como la energía eléctrica, podrán ser analizados con algún detalle en la lectura de los diferentes capítulos de este libro.
Para evaluar someramente el problema del crecimiento urbano de Bogotá, basta ojear los distintos planos que, coleccionados cuidadosamente por el arquitecto Carlos Martínez a través de los tiempos, se publican, en mínima proporción de su excelente archivo, en esta edición. Las fotografías de esos planos muestran cómo desde la fundación de Bogotá y durante varios siglos la Capital tuvo de una pequeña aldea, de vida seguramente gratísima, hasta que se inicio el proceso de gigantísimo contra el que no se ha podido luchar con fortuna hasta ahora. Si se observa que hace sólo treinta y cinco años, breve término, -muy breve término en un proceso histórico- no existía en Colombia sino una sola ciudad, Bogotá, que tuviera más de trescientos mil habitantes, se puede comprender la magnitud del problema. Por entonces la seguían tres municipios con más de ciento cincuenta mil habitantes. Cuatro con más de cien mil. Diez con más de cincuenta mil. Veintinueve con más de veinticinco mil, y cien apenas con diez mil. Los demás municipios, muy numerosos, eran pequeños grupos, sociales, casi todos de origen campesino de menos de mil a tres mil habitantes. En el año de 1942 Bogotá escasamente llegaba a los seiscientos mil habitantes.
Guerras y Epidemias
En el pasado, la mortalidad infantil y las grandes epidemias templaban en el mundo las explosiones de natalidad. Los fallecimientos tempranos de los adultos, evitaban que la longevidad llevara a un posible exceso de población.
Muchos niños no llegaban a nacer; los abortos eran frecuentísimos, pues las madres no sabían cuidarse durante el embarazo; la fiebre puerperal, las diferencias del factor. Rh eran misterios que ocasionaban una constante corriente de fallecimientos prematuros.
Durante varios lustros los economistas no se ocuparon del crecimiento demográfico sino como datos que era necesario acomodar, en alguna forma, dentro del proceso de desarrollo. No percibían con claridad la integración del crecimiento demográfico en los procesos sociales dinámicos y en particular en los cambios de estructura que implica el desenvolvimiento de un país y señaladamente el de una ciudad importante.
Mientras el crecimiento demográfico fue lento y se podían producir migraciones masivas a otras regiones del mundo -después del descubrimiento de América, por ejemplo- era razonable esa relativa desatención a la demografía.
Desde las preocupaciones Malthusianas hasta la teoría popular -esto hace medio siglo- sobre la capacidad óptima de los diferentes países y los sistemas y facilidades internacionales del siglo XIX para que gentes de Europa y del Oriente pudieran emigrar con facilidad y libertad al Nuevo Mundo, las preocupaciones de Malthus fueron tomadas como disquisiciones académicas, mas no como un problema inminente que debía ser resuelto para evitar desastres en la humanidad.
El avance de las ciencias en el ramo de la medicina, de la cirugía, de la farmacopea, de la química, rompió el equilibrio de siglos en donde. las guerras y las grandes epidemias que asolaban ciudades y países, disminuían el crecimiento del número de habitantes. El cólera, la llamada peste negra, el tifus y la viruela entre muchas otras, al diezmar la población restablecían en cierta forma, el trágico equilibrio entre el aumento de ella, la producción de alimentos y la creación de empleos.
Cuando el incremento del número de habitantes de una región guarda una cierta armonía con el mayor rendimiento de medios de subsistencia y de fuentes de trabajo, el crecimiento demográfico ha servido de estímulo al progreso, y en general, los cambios sociales que de él se derivan se han obtenido en la forma de un proceso evolutivo y generalmente pacífico. Pero cuando el incremento de la población ha sido mayor que el aumento de medios de sostenimiento, de la creación de nuevos empleos y la ciudad respectiva no ha tenido el escape propio de la migración, esa progresión no llega a servir de estímulo al mejoramiento evolutivo y ha sido causa de guerras y revoluciones cuyos resultados casi siempre han disminuido la producción y han acentuado el hambre y la miseria. Eso explica en parte el aumento del delito y la inseguridad en las ciudades.
Cuando Jermer descubrió, por allá en los principios del siglo pasado, la vacuna contra la viruela, comenzó lo que los estudiosos llamaron la "revolución vital" que en su iniciación fue rudamente atacada por ideólogos de entonces.
En 1801, cuando el rey y la reina de Inglaterra se hicieron vacunar, muchas gentes en la Gran Bretaña siguieron su ejemplo. En la capital del Reino Unido, en un solo año, las muertes por la viruela bajaron de dos mil a cerca de seiscientas. Hoy, esta es una enfermedad que sólo el descuido permite la aparición de brotes en determinadas partes del mundo. En general es una epidemia que al ser dominada como tal, ha permitido romper el equilibrio de la naturaleza en beneficio del mismo hombre y evitar muchas muertes. Desde luego, no sólo por esta enfermedad concreta, sino por otras que el avance de las ciencias ha logrado disminuir o eliminar con las vacunas, con la química o con la cirugía.
Recuerdo haber oído a un eminente científico del gobierno de los Estados Unidos decir que el hombre, con la ciencia, había roto el equilibrio de la naturaleza y la "selección natural" y que no controlaba ya por esos medios el aumento de la población.
Los habitantes del planeta, decía, en 1830 eran de mil millones de personas; sobrepasaron en 1930 los dos mil millones; en 1960 los tres mil y en 1968, época en que escuché estos conceptos, los tres mil quinientos millones. Diez años después, y a pesar de los esfuerzos científicos que se han hecho para estimular lo que se ha llamado la planeación familiar, por los métodos de cada pareja, de acuerdo con sus creencias, desee utilizar, parece que en el mundo la población total llega a cifras a los cuatro mil quinientos millones de habitantes.
El Presidente del Banco Mundial, señor Robert S. McNamara?, hablando en la universidad de Notre Dame en mayo de 1969 dijo: “un niño nacido hoy que viva hasta los setenta años conocerá un mundo de quince millones de habitantes. Su nieto compartirá el planeta con sesenta mil millones. Dentro de seis siglos y medio –el mismo lapso que nos separa de El Dante- habría un ser humano por pie cuadrado de tierra.
Puede ser que todo ello, lo mismo que el panorama de hambruna que pinta en ocasiones la FAO para término relativamente breve, sea exagerado.
Es posible que las ciencias y la tecnología permitan la producción y transformación de alimentos, en proporciones mucho mayores que la que actualmente conocemos. Quizá la vida exista en otros planetas, pero el hecho que las generaciones actuales confrontan, es el de un aumento creciente de la población en el mundo y el de una tendencia, en los países en vía de desarrollo, a las migraciones de los campos a las ciudades.
Explicación Sociológica al Crecimiento de la Población de Bogotá y de algunas otras ciudades de Colombia
De las numerosas conferencias internacionales que sea han realizado para analizar el fenómeno de la migración hacia las ciudades y del consiguiente abandono de los campos, es a mi juicio, muy difícil de determinar las causas que ocasionan este proceso migratorio social. Sin embargo hay algunas que es necesario mencionar en estos momentos porque hace relación al caso del Distrito Especial de Bogotá, y en general al proceso de desarrollo económico y social siguiendo en los últimos años por Colombia. Dentro de esas causas y sin mencionarlas prioritariamente pueden indicarse, entre otras, las siguientes:
1a. El crecimiento Demográfico Acelerado
En un libro escrito por el Señor Alfred Hettner traducido al español con el título "Viajes por los Andes Colombianos" (1882 - 1884), en relación con el número de habitantes de la población metropolitana de Bogotá, dice lo siguiente:
"... Los censos realizados en determinadas épocas extrañan por los resultados tan extremamente diferentes entre sí como de lo vivo a lo pintado. A eso de 1800 se informa de 20 a 30 mil habitantes; los censos nacionales posteriores dan resultados: en 1843 los 40.086, en 1851 29.649 y en 1870 40.083 moradores. En cambio, los informes del Gobierno de Cundinamarca, denuncian para los años de 1881 - 1883 de golpe un total de 90.000 habitantes. Tal aumento al doble, producido en el curso de sólo diez años, sería algo nunca oído, ni en el desarrollo de los centros industriales y las urbes nuestras, ni en las de los Estados Unidos. Además, semejante crecimiento habría de reflejarse en el plano de la ciudad, el cual, sin embargo, denuncia una expansión apenas digna de mencionarse. Así, probablemente estamos en presencia de errores cometidos en uno de los censos comprendidos o,tal vez, en ambos. Para motivar nuestras dudas en cuanto al censo nacional, el más antiguo de los dos, se podría evocar el recelo, muy común entre toda la gente carente de instrucción, de someterse al censo. Pero también cabe la posibilidad de que el gobierno del Estado de Cundinamarca hubiera exagerado el número de habitantes capitalinos, sea sucumbiendo a una vanidad infantil o persiguiendo fines políticos, por ejemplo, el de aumentar así el número de sus delegados al Congreso. A efecto de esto último, cabe recordar que, hace un par de años, el gobierno nacional, para resolver una situación por el estilo, se vio precisado a anular el censo del Estado de Bolívar."
"Por lo tanto, para formar nuestro juicio en cuanto al número de habitantes de la capital, no nos quedará más remedio que el de guiarnos por la extensión de su superficie y las características inherentes a su uso. Al efecto tenemos que la longitud en dirección Norte-Sur, medida desde San Diego hasta las Cruces, es de unos tres kilómetros. Relacionándola con el ancho de dos kilómetros, comprobado en su punto máximo, llegamos a una extensión de superficie de unos cuatro a cinco kilómetros cuadrados. En nuestra búsqueda de más puntos de apoyo para nuestro cómputo, recordamos que las grandes urbes alemanas están dando albergue para 20 a 30 mil habitantes por kilómetro cuadrado, desde luego teniendo en cuenta los cuatro o cinco pisos cubiertos por el mismo techo de la mayoría de las edificaciones, incluyendo el piso bajo y el subterráneo habitado".
"En cambio, Bogotá tiene apenas medio kilómetro cuadrado ocupado por casas de dos pisos, siendo los demás de uno solo y, a excepción de los ranchos en los suburbios, de construcción bien esparcida. No obstante, nuestro calculo pecaría por incompleto si dejáramos sin considerar el hecho favorable al mayor resultado de que el total de personas que ocupan una habitación de igual número de piezas, es mayor aquí que entre nosotros". "Armonizando todos estos factores, creo no equivocarme mucho al estimar que Bogotá tendrá aproximadamente la mitad de habitantes por unidad de superficie que la urbe alemana, o sea un total de 50 a 60 mil almas"*.
Hoy, como se dijo atrás, el Distrito Especial puede llegar a cuatro y medio millones de habitantes sin contar los que duermen en las poblaciones cercanas que están vinculadas estrechamente a la Capital. Son, en la práctica parte de ella aun cuando no lo sean por su actual estructura política y legal.
*Alfred Hettner. Viajes por los Andes Colombianos (1882 -1884). Traducción del Alemán (Reisen in den Columbianischen Anden). Primera versión castellana de Heinrich Henk. Publicaciones del Banco de la República, Archivo de la Economía Nacional Bogotá - 1976. Talleres Gráficos del Banco de la República.
2a. La época de la Violencia
Puede hacerse alusión, en forma general, a épocas distintas del desarrollo de las ciudades principales y sobre todo de la Capital, en cuanto al aumento demográfico acelerado se refiere. La primera, que podría situarse entre los años cuarenta y sesentas, en los cuales por diferentes causas, en su mayoría políticas, otras sociales, y no pocas por un conjunto de circunstancias especiales, se produjo en el país lo que ha dado en llamarse "la época de la violencia", sobre la cual se han escrito numerosos libros en muchos países del mundo. Casi todos contienen elementos verdaderos, así en algunos la intención política desvirtúe la verdad, por exageración. No es el caso de analizar esa coyuntura en estos comentarios.
El hecho protuberante fue que esa violencia obligó a muchas gentes de los campos a trasladarse a los sitios poblados. Personas que disponían de medios económicos menos insuficientes que la gran mayoría, lo hicieron también a las ciudades mayores.
En otras palabras, la huída de los campesinos hacia las ciudades, así lo creyeron muchos entonces, les proporcionaría alguna seguridad.
La violencia se produjo en muchas regiones del territorio nacional hasta llegar a una fecha trágica y amarga, el 9 de abril de 1948, cuando fue asesinado el ilustre político liberal Jorge Eliécer Gaitán.
Quien analice su trayectoria, el gran esfuerzo de superación que en su corta existencia fue siempre en ascenso con voluntad férrea, entenderá las causas y el porqué un pueblo que lo amaba entrañablemente y al cual dedicó su vida de jurisconsulto y de político, reaccionaria como lo hizo el pueblo de Bogotá, para quedar con el baldon sintetizado en el título con que fue conocida esa fecha en todo el mundo: "el Bogotazo".
Creo indispensable señalar primero la violencia como una de las causas de la emigración de los campos hacia los sitios poblados y luego el 9 de abril de 1948, porque en mi opinión esa fecha, para Bogotá, representó un cambio total, no sólo en su estructura material, por los grandes destrozos que produjeron los incendios en esos días, (véanse fotografías publicadas), sino por el concepto mismo de la vida en la ciudad, de su seguridad y por el criterio urbanístico que la siguió. Bogotá fue distinta después del 9 de abril.
3a. El avance de la Ciencia y la Tecnología
En todas las actividades de la vida, se siente, a pesar de tratarse de un país en vía de desarrollo, el impacto de la transformación tecnológica.
Cuando se mira el plano topográfico de Colombia y se observa la Cordillera de los Andes al llegar a la frontera con el Ecuador se divide en tres grandes ramales, no es difícil apreciar que en uno de los sectores en los cuales Colombia ha tenido que invertir una mayor proporción de sus ingresos nacionales, ha sido en los distintos medios de comunicación. Como lo expresé en una publicación anterior, Colombia observada desde un avión a mediana altura, da la impresión de un periódico arrugado. Se publica una fotografía muy expresiva en ese sentido de una porción de los Andes colombianos.
Qué fácil comparativamente parece la construcción de carreteras y ferrocarriles en la pampa argentina. Y qué difícil la construcción de ellos al tener que atravesar las altas cordilleras andinas que cruzan a Colombia de Sur a Norte. El gran esfuerzo que ha hecho el país en la construcción de vías, señala la magnitud de las dificultades naturales que tuvo que dominar. Puede observarse, que esas grandes dificultades cuando puedan ser sobrepasadas con fortuna, y ya lo están en parte, por los ferrocarriles y carreteras construidos, y por el progreso creciente y admirable de la aviación, esas montañas que han sido nuestra gran dificultad para comunicarnos, son hoy una de las mayores riquezas que tiene el país si la aprovechamos intensa y progresivamente en producción hidroeléctrica y en almacenamiento de aguas.
Por su causa, Colombia no fue en esos siglos pasados el país de una gran capital. Las montañas obligaron a sus moradores a crear, en muchos casos, darse cuenta del beneficio que ello representa, núcleos sociales y económicos completos en diferentes partes del país. Hasta hace treinta o cincuenta años, Colombia "país de ciudades", tenía en comparación con otras naciones según el número de sus habitantes, la capital más pequeña de América Latina. En cambio había numerosas ciudades menores que también crecieron y se industrializaron y dieron por consiguiente a la nación una distribución económica y social, cuyo beneficio puede observarse si se compara la coyuntura del país actual con la de otras naciones cuyas capitales han absorbido, quizá mayoritariamente, la industria, el comercio, los negocios la banca de cada país.
Estas circunstancias topográficas a que me he referido explican la sorpresa de algunos historiadores de la aviación al comentar la circunstancia de que Colombia fue el primer país del Continente en establecer una aviación comercial, rudimentaria pero eficaz, poco después de la primera guerra mundial.
Si se observa el avance de la aviación, puede deducirse seguramente que no existe ningún medio de movilización para viajeros y carga que dé mayor seguridad, por kilometro recorrido, que nuestra todavía incipiente organización aérea. Seguramente en un futuro muy cercano este medio de transporte se generalizará como se está generalizando en los grandes países y como se observa ya en la formidable densidad de movimiento en el Atlántico Norte.
De otro lado, el progreso de la electrónica, la invención del "transistor" y el refinamiento de equipos y maquinarias hacen que las gentes de los campos, aun aquellas que no saben leer ni escribir, conozcan algo de la vida moderna y decida un buen número de ellas, instalarse en las ciudades para poder utilizar comodidades y atractivos que creen poder encontrar en las grandes metrópolis. Probablemente es una equivocación, pero el fenómeno existe.
4a. La Cultura
Por lo general, los seres humanos, en la medida en que aprenden a leer y a escribir y madurar en las escuelas de los años primarios y secundarios según su carácter y temperamento, tienden a buscar nuevos elementos para su propia cultura. Muchos no logran hacer1o. Deplorable, porque la cultura enriquece su educación intelectual y aumenta las satisfacciones personales.
Además los seres humanos necesitan formas externas de expresión pasional que moderen la tensión natural que causan las preocupaciones de la vida moderna.
La Colonia española nos dejó como legado la atracción hacia las letras, especialmente la poesía, el culto al lenguaje y el atractivo de la oratoria. Todo ello cultivado por las generaciones del pasado, ha sido una excelente forma de expresión pasional. Además nos enseñó las explosiones, favorables o críticas, en las corridas de toros y las formas vehementes de acción política.
Pero ese legado en cuanto se relacionó con las artes, fue en general menos rico que el de muchos otros países de la colonización iberoamericana.
Las formas primordiales de expresión externa pasional artística, tales como la pintura, la escultura, la orfebrería y en general las artes plásticas, no se encuentran en Colombia con la misma riqueza de otras naciones hermanas.
Fueron muy pocos los grandes pintores y los.músicos de aquella época y comparativamente con otras naciones, fueron modestas las obras de arte que nos dejó la Colonia.
Al crecer el país y mejorar la preparación intelectual de las juventudes, esos anhelos de cultura se han venido reforzando y han aparecido artistas, creadores en todos los campos. Comienzan a dar satisfacciones a la sociedad moderna.
Músicos, pintores, escultores, nuevas técnicas en el arte de los textiles, de las alfombras y en fin, formas que permiten la expresión de las inquietudes individuales y que son extraordinariamente benéficas para la sociedad.
Recuerdo como ejemplo, en numerosas visitas que hice al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, en 1958 y 1959 cómo su ilustre impulsora y directora y todos los profesores que allí trabajaban por entonces, señalaban que los simples trazos en el papel o los coloridos que los niños llevaban a sus creaciones individuales, correspondían, con notoria frecuencia, al estado de ánimo en que se encontraban. Esa escuela permitía formas de expresión de las reacciones humanas con gran beneficio para la distensión temperamental de los muchachos.
Como generalmente el estímulo a esta clase de posibilidades se encuentra solamente en las ciudades, es esta necesidad de cultura, en todas las ramas del arte y la literatura, lo que lleva a muchas gentes de la provincia a buscar trabajo que les permita vivir en Bogotá.
5a. La Educación
Dentro de los aspectos estudiados en las conferencias internacionales, se encuentra que a través del radio y la televisión, las gentes de los campos comienzan a conocer un nivel de vida y educación con el que probablemente nunca habían soñado y en nuestro país puede decirse sin lugar a dudas, al menos esa es mi experiencia en muchas regiones en que he habitado, o donde he trabajado, que la gente más humilde desea, con toda justicia, que sus hijos tengan una mejor educación. Y si el Estado no ha logrado tener en todos los rincones de la patria escuelas primarias y secundarias para el total de muchachos que nacen en los campos, es natural y legítimo que las gentes que allí habitan deseen trasladarse a los centros urbanos, siempre con grandes sacrificios y muchas veces sin resultados satisfactorios. Resuelven así buscar trabajo en las ciudades para lograr que su familia comience a recibir una instrucción superior a la que ellos tuvieron.
Es necesario obtener una adecuada dimensión de la educación publica porque ella se concentra no solamente en una enseñanza informativa, sino en una formación intelectual y moral que trascienda a la comunidad y que genere nuevas formas de concebir y aprovechar la vida a través de las ciencias, del ejemplo y del establecimiento de nuevos tipos humanos de mejoramiento integral. En alguna ocasión fui preguntado en una sociedad científica de los Estados Unidos, cuál era la mayor necesidad de mi país, Colombia. La respuesta fue clara e inmediata: la educación y la cultura.
Este tema, puntal de desarrollo económico y social de una nación, implica la formación de profesores calificados que lleguen a arraigarse en lo posible al personal de todo género de las comunidades que deben educar, para que se constituyan, aun en forma indirecta, en factores activos del progreso.
La escala de valores para el ser humano adquiere su más alta significación cuando ella se incorpora al pensamiento y a la acción, para lograr la cooperación técnica de los maestros y los profesores en todos los niveles educativos. La educación y la cultura así proyectadas, constituyen uno de los problemas vitales del progreso nacional. Ha sido a mi ver, la incapacidad del Estado especialmente por causas económicas para lograr esos resultados en las regiones rurales, un factor que ha influido en el abandono de los campos y el acercamiento de las gentes a as ciudades. Sobre todo de las gentes Jóvenes.
6a. Clase Media
Uno de los grandes progresos que el país ha tenido en los últimos cuarenta o cincuenta años ha sido el surgimiento, por educación y ambiciones justas, de una clase media cultural y económica, que parece ser de una proporción mayor que en otras naciones afines.
Entidades de educación media, el Sena, el Icetex y las carreras intermedias con instituciones similares, han contribuido a esa transformación más de lo que la crítica pública tiende a aceptar.
Esta evolución de las clases sociales colombianas, que ojalá continúe en forma intensiva, es notoria en las ciudades grandes del país y señaladamente en Bogotá en las poblaciones de su inmediata influencia.
La formación de esa clase media ha contribuido también al cambio de residencia de familias jóvenes de los campos a las ciudades.
7a. Los Sindicatos Obreros
El movimiento sindical obrero del país, en el curso de los años se ha fortalecido, pero se ha centralizado, como probablemente era previsible, en las grandes empresas. Bien sean ellas de accionistas privados o instituciones descentralizadas de la nación y la mayor parte de los organismos oficiales. En general todos ellos tienen su sede en las ciudades, especialmente en la Capital de la República. Aquí actúan las grandes y poderosas Federaciones Obreras.
En la medida en que este importante movimiento nacional se ha venido estructurando y fortaleciendo, ha ido creando una disparidad entre la facilidad y los medios de acción colectiva en las ciudades y la muy precaria en los campos.
A pesar de los esfuerzos hechos durante los gobiernos de los últimos tiempos para impulsar y formar asociaciones de distinta índole que defendieran los intereses de los campesinos, en la práctica ellos se sienten desprotegidos en sus reclamaciones y ambiciones legítimas, en con los obreros y funcionarios que trabajan en las ciudades, que tienen la colaboración permanente de los sindicatos a que pertenecen, de los sindicatos gremiales y de las grandes Federaciones y Uniones Obreras que agrupan a muchos de ellos.
Se puede observar que, comparativamente, el desarrollo político de los sindicatos y el progreso económico y social de sus afiliados, es superior en las ciudades a los del sector agrario, por falta de una completa y bien estudiada organización de la población campesina.
Casi todos los gobiernos de los últimos años han propiciado el mejoramiento de los planes agrícolas, en el intento de realizar conjuntamente con los pueblos las obras de infraestructura tendientes a facilitar el desarrollo y a mejorar sustancialmente las condiciones de vida de las familias rurales.
El sinnúmero de acueductos, de alcantarillados, de habitaciones y sobre todo de servicios eléctricos, que poco a poco tienden a integrarse en toda la nación, son mejoramientos del sistema de vida para estas familias. Sin embargo, el avance del país a través de una reforma agraria integral que incremente la producción, los consumos, el desarrollo Político, económico y social de la organización de la población campesina, no se ha realizado todavía. Falta mucho por adelantar en esa dirección y por ello jóvenes de las familias que viven en los campos tienden también a venir a las grandes ciudades y en especial a la Capital del país.
En numerosas visitas que realicé hace tres años en los barrios de Bogotá con mis compañeros del Concejo municipal, averigüé a muchos de los habitantes de esos barrios su lugar de nacimiento y encontré que, con poquísimas excepciones, todos respondían ser originarios de poblaciones o pequeñas ciudades de todos los departamentos.
8a. La Tecnología Agropecuaria
Anoto esta causa para la migración de las gentes de los campos a las ciudades porque este fenómeno existe y es notorio en todos los países del mundo. En la medida en que la tecnificación agrícola avanza el número de empleos en las faenas agrícolas es menor. Por ello en los campos de Francia, por ejemplo, han tenido que recurrir a la industrialización sectorial, o bien a la migración hacia los centros poblados para dar ocupación a las nuevas generaciones que surgen año tras año en los campos.
El progreso tecnológico en las actividades del campo y sobre todo la mecanización donde ella pueda ser implantada, reduce el número de gentes que tienen que intervenir en esos trabajos.
En Colombia por ejemplo, la producción por hectárea de granos, verduras y otros alimentos requiere un número de hombres y mujeres aproximadamente diez veces superior al que necesita un país avanzado en este ramo, con abundancia de maquinaria agrícola, de abonos y de pesticidas como los Estados Unidos.
Un caso muy interesante en un país afín al nuestro Fue puede observarse en el proyecto de reforma agraria integral en Badajoz, España.
Del erial que en una época fue la región de La Mancha, pobre y estéril, con la irrigación, la creación de pequeños centros poblados, sencillos y funcionales y la mecanización de la agricultura, se pasó a la transformación de esas tierras y de las labores agrícolas y pecuarias de todo género, a una gran eficiencia y a un aumento de la producción de alimentos.
Quienes desarrollaron ese proyecto de reforma agraria integral, estudiaron cuidadosamente el impacto social que se produciría al disminuir las posibilidades de empleo en esa para las juventudes que salían a mercado del trabajo.
El problema fue solucionado, en una gran parte, con el establecimiento de instituciones que trabajan admirablemente y que preparan a la juventud femenina y masculina en servicios modestos de distinto género, bien en los institutos mismos, bien en vehículos móviles que van a las poblaciones por varios meses a preparar gentes en sencillas actividades. Tuve la oportunidad de asistir a clases de tractoristas, de soldadores, de electricistas, de armadores, de empleadas domésticas, de especialistas en bordados o en tejidos y en costura en general.
Menciono este caso por haber sido uno de los que más me llamaron la atención de cuantos he visto en otros países, no sólo por los excelentes resultados, sino por la sobriedad de los establecimientos y por la economía con que esa educación se transmite a las gentes jóvenes de muy bajos ingresos.
En Bogotá, la afluencia de las juventudes que dejan los campos es claramente observable. Datos de que dispone la Alcaldía del Distrito Especial señalan que anualmente más de 300.000 personas vienen de diferentes partes del país. Si bien el crecimiento vegetativo llega a cifras de 2,2% o 2,5%, bastante menor que en otras épocas, el crecimiento por migraciones de los campos y de las poblaciones menores sobrepasa la altísima cifra del 5%. De ahí el enorme aumento demográfico total de la población del Distrito Especial de Bogotá.
9a. El atractivo de las ciudades
Uno de los fenómenos bien conocidos en los pueblos que avanzan en su desenvolvimiento económico y social, cualquiera que sea el régimen político que se hayan dado, es decir, lo mismo en los países de régimen de libre empresa llamados capitalistas, como aquellos de economía centralizada de cualquiera de los matices llamados socialistas, en todos ellos, y en la medida en que avanza lo que se ha llamado "economía afluente", aparece un fenómeno social de condiciones muy interesantes: la necesidad de distracción y de sistemas para utilizar divertimientos masivos, los cuales en general el Estado debe estimular y más aún, sostener.
Cuando llegó a Bogotá el fútbol, por ejemplo, se trataba de un deporte que tomó muy pronto gran impulso en los colegios y en los clubes bogotanos. Por ese entonces nadie pensaba que ese deporte se convertirla más tarde en una profesión o negocio ampliamente remunerado. Todavía oigo, siempre con sorpresa, cuando se avisa en los medios de comunicación que un determinado jugador ha sido "vendido", por sumas muchas veces muy elevadas, por un club a otro club. Hoy son muy pocas las excepciones a esta práctica porque desde luego el "baseball", el boxeo y aun el tenis, son negocios por los cuales se paga a los actores, que tienen una habilidad natural y un entrenamiento intensivo. Quienes adquieren esas habilidades las convierten, al menos por algunos años, en una verdadera profesión.
Las gentes de todas las categorías necesitan encontrar formas externas de expresión pasional, que les permitan descargas emocionales que se alejen de las formas primitivas de la violencia y del delito.
Por ello antiguos filósofos españoles sostenían que el espectáculo de los toros era benéfico para la sociedad, precisamente porque proporcionaba esa forma de expresión externa de un descontento y de tranquilizante satisfacción y estímulo.
Uno de ellos decía, hace casi dos siglos, que un español que desde el tendido lanzaba improperios contra un torero, por parecerle incompetente, aunque estaba exponiendo su vida para divertirlo, al regresar a su casa tenía el ánimo relajado y se facilitaba con eso la solución de los elementales problemas caseros.
En la actualidad se podrán hacer observaciones similares sobre esos deportes, que crean alrededor de los grandes deportistas una mística en sus admiradores, que los convierte en fanáticos y les producen esas explosiones pasionales que he mencionado.
Todo ello, a mi juicio, tiene una explicación: los países "afluentes" tienen necesidad de distracciones para sus pueblos, en donde puedan los fanáticos de cada deporte tener una expansión, necesaria y útil, ante la incertidumbre y las preocupaciones de la vida de las grandes ciudades y en general de la vida moderna, mecanizada y bastante inhumana.
Una gran escritora francesa muerta prematuramente, profesora de filosofía a los 22 años en las universidades de París y trabajadora en la firma Renault como obrera, analizó el fenómeno del proletariado como un resultado en la revolución industrial.
Los dos años que vivió como trabajadora en esa fábrica le hicieron comprender que este fenómeno no coincidía con la pobreza, ni era ésta la causa determinante de su aparición.
En la edad media, decía la escritora Weil, existía mayor grado de pobreza y aspectos tan graves como a esclavitud, pero no había hecho su aparición la mentalidad proletaria que surge de coyunturas mas recientes con la mecanización, y en general, con la revolución industrial.
Es importante desde luego señalar los grandes beneficios que el deporte, el atletismo y los juegos, tienen como sistemas pedagógicos para aprender disciplina personal, trabajo de conjunto y trato social con sus semejantes.
Además, en el mundo actual son muchas las ventajas de esos espectáculos. Me sorprendió analizar hace algunos años, por qué en los países comunistas como la Unión Soviética, Hungría y varios otros, continuaban con la crianza de caballos de carreras y, en algunos, con el espectáculo que en un tiempo fue llamado, donde solamente existía, en el imperio Británico y en sus colonias, "el deporte de los reyes".
Las razones principales son a mi entender las siguientes:
- Todos los estados capitalistas o socialistas buscan ansiosamente nuevas exportaciones y los caballos de carreras son una de ellas y, en algunos países, muy importantes.
- Porque toda la organización, desde la crianza hasta la preparación y el deporte de los caballos de carreras, es una de las industrias que no pueden mecanizarse. Elemento que en la economía de los Países, que también ansiosamente buscan creación de nuevos empleos, tiene una gran trascendencia para su economía. Difícil sería reemplazar esta industria en naciones como Irlanda, Gran Bretaña, Francia, Italia, los Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia o el Japón, países en los cuales el número de empleos permanentes, que esta industria mantiene, es realmente desconcertante para quienes estudien la cifra de ocupación, en un lugar determinado, y las inversiones que en esa industria se hacen anualmente.
Así pues las grandes ciudades -y ya Bogotá es una de ellas- requieren de una organización de espectáculos públicos, ojalá masivos, que permitan el divertimiento de las gentes de distintas categorías según sus propias aficiones.
De ahí también que sean tan importantes y desde luego altos en el nivel intelectual, el teatro, la pintura, la música, la literatura, la escultura, la poesía. Es muy interesante analizar que en los últimos treinta años han surgido en Bogotá, entre las juventudes, numerosos grupos teatrales que utilizan su capacidad, preparación y.voluntad, no solamente como recreación para las gentes, sino en muchos casos como medio eficaz de divulgación política.
10a. La Sabana de Bogotá
Pocos países del mundo tienen extensiones planas, rodeadas de montañas, con tierras de tan buena calidad para la agricultura como la Sabana de Bogotá.
Cuando el señor Lindbergh, el famoso aviador que por primera vez cruzó solo el Atlántico en un pequeño avión, vino a Bogotá, declaró que una de las sensaciones más sorprendentes y extraordinarias que él había tenido en el curso de su carrera como piloto, había sido el viaje de los Estados Unidos a Bogotá.
Al llegar a Colombia, dijo, pensaba estar volando sobre Suiza por sus altas montañas y no imaginaba, aun cuando había estudiado el viaje cuidadosamente, que en forma súbita, al traspasar un pico elevado de una de esas montañas, se descubriría ante mis ojos la inmensa sabana de Bogotá, bellísima región del globo, rodeada de montañas, que no había encontrado, semejante, en ningún otro país de cuantos había visitado.
El Señor Lindbergh tenía razón. Por entonces la sabana de Bogotá, extensión explotada para la agricultura, regada por el río del mismo nombre a lo largo de toda su planicie, debía aparecer a este norteamericano extraordinario, como la más perfecta de las despensas.para alimentar la Capital de la República. Y así era en afecto. El trigo producido en los páramos de las cercanías de Bogotá y en la Sabana misma, era suficiente para elaborar el pan en condiciones y precios favorables. La papa producía cosechas admirables por su calidad, fertilidad y tamaño; y el maíz y toda clase de hortalizas que sembraban los pequeños agricultores para llevar a los mercados, hacían de esta región una de las más prósperas.
Con la producción de cervezas a principios del siglo vinieron los grandes cultivos de cebada y desde luego la industria lechera se desarrolló en forma intensiva y técnica, hasta llegar a ser, con algunas selecciones de ganados de distintas razas, un ejemplo de calidad y producción también en comparación con los hatos europeos y estadounidenses.
Al mismo tiempo, la bondad generosa de las tierras ha contribuido a que gentes de otras regiones del país vengan a adquirir tierras en este lugar y a explotarlas para fines agrícolas y ganaderos.
Esa afluencia de las gentes de los de más departamentos es claramente visible en la gran parcelación de tierras ricas de la sabana de Bogotá, en donde se ha llegado ya en muchos casos al minifundio y a la explotación tecnificada e intensiva de las tierras. En los últimos años por ejemplo, se ha extendido en muchos sectores de la planicie el cultivo de flores, para la exportación, principalmente. Esta nueva industria que produce ya, con grandes dificultades y con técnicas modernas y que podría decirse casi perfectas, exportaciones anuales de cuarenta millones de dólares, a los Estados Unidos y Europa, ha disminuido al mismo tiempo la producción de alimentos.
Es conveniente anotar que hasta hace pocos años el río Bogotá constituía la fuente más importante para la producción agrícola de la Sabana del mismo nombre, que es un sector especialmente propicio para la agricultura, la ganadería y especialmente la lechería.
Hoy Bogotá, para atender al crecimiento de la migración de los departamentos hacia la Capital, ha tenido que absorber todas las aguas que antes pertenecían a la sabana y a sus agricultores y no solamente las ha tomado, con perjuicio de los riesgos para los cultivos, sino que las devuelve con un grado de contaminación que probablemente supera el de las corrientes de agua más viciadas del mundo. Se dejaron pasar muchos años antes de enfrentar el gran problema de la purificación de aguas negras y hoy un programa global, que en realidad no existe todavía, tendría un costo por fuera de todas las posibilidades económicas del Distrito Especial.
Ese mal ha sido hecho no sólo a la ciudad y a las poblaciones vecinas, sino a todos los poblados de la parte baja de la cuenca del río. Se ha perjudicado también al río Magdalena y a la abundante pesca de todos sus afluentes, que había hasta hace pocos años.
La ciudad está formada por gentes de todos los departamentos del país. Ello está bien, porque se trata de la Capital de la República, que pertenece a todos los colombianos. Sin embargo, los servicios no darán abasto al crecimiento de doscientos cincuenta a trescientos cincuenta mil familias que anualmente llegan a Bogotá en busca de trabajo, algunas veces con resultados totalmente insatisfactorios.
Algo habrá de hacerse, y muy pronto, para desarrollar los planes ya estudiados por las Empresas de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, para el río que lleva su nombre. La contaminación, como se dijo antes, es mayor que la de cualesquier caudales de agua e las ciudades del mundo y es indispensable comenzar la rectificación del río y la purificación de las aguas negras, cuyo esquema principal está elaborado.
Quizá podría pensarse, porque aún es tiempo, que al ejecutar las obras de rectificación del río Bogotá, desde luego con la colaboración del Gobierno Nacional, en la adquisición de una zona de mayor anchura en los bordes del río, que permita algún día la construcción de un sistema de transportes masivo, eléctrico, del cual se hablará más adelante.
En mi opinión los colonizadores de América fueron sabios al establecer alrededor de las ciudades los que se llamaron "los ejidos", que más tarde fueron eliminados con la venta o cesión de esos terrenos a particulares.
La integración orgánica del ejido que debe ser una extensión amplia de terreno que rodee las ciudades importantes, es conveniente para evitar que el minifundio pulverice cualquier tesis de desarrollo.
Si Bogotá hubiere conservado sus ejidos no se habría extendido inconsultamente sobre la Sabana de Bogotá, que constituye una de las mayores riquezas desde el punto de vista agrícola.
Hay que tener en cuenta que la tierra es inextensible y que sólo provee los productos agrícolas si se aplica la técnica adecuada, el cultivo requerido, el trabajo y las financiaciones necesarias, bien por inversión o por capital, que los bancos privados o públicos provean en forma de créditos para la industria agropecuaria y para el capital de trabajo.
Es indispensable también el agua para las irrigaciones, pues en la mayoría de los casos los cultivos de secano no son frecuentes.
En el caso de la Sabana de Bogotá, sobre todo en la región del Sur, el problema del agua puede calificarse de grave, porque la capital no solamente absorbió todas las fuentes de agua que formaban las riquezas de la región, al utilizar la totalidad de los riachuelos, ríos y quebradas, para ser destinadas al almacenamiento del acueducto o de las empresas de energía eléctrica, sino que una vez utilizadas las devuelve al cauce en condiciones completamente inaceptables, especialmente desde el punto de vista químico y bacteriológico para el uso humano o para el consumo de los animales y aun son nocivas para la irrigación por las distintas materias químicas que se arrojan al lecho del río. A pesar de que durante casi cerca de cuarenta años se ha venido estudiando y hablando sobre la purificación de las aguas negras, las mismas observaciones de este libro indican que nada o muy poco se ha hecho y lo que se ha proyectado hasta ahora es insuficiente.
Este es uno de los grandes problemas de la Capital de la República. El problema global de la sabana de Bogotá requiere en especial actividades como las mencionadas atrás, independientes de las tesis sociales o de las doctrinas políticas que se sustenten. En igual forma en un país capitalista que en uno socialista o en otro que tenga condiciones intermedias, es un hecho que para la alimentación básica del pueblo una explotación adecuada de la sabana es esencial.
El doctor Jorge Eliécer Gaitán cooperó con quien escribe estos comentarios, cuando fue Alcalde de Bogotá. Fue uno de los primeros en darse cuenta del desastre que estaba causando la explotación inadecuada de los cerros y la enorme contaminación y deterioro de las aguas del río Bogotá. El comenzó como Alcalde -y probablemente algunos burgomaestres anteriores también lo hablan iniciado‑ a adquirir las tierras de los cerros circunvecinos y a fomentar la siembra de árboles.
De no haberse llevado a cabo desde entonces esa política, la situación Podría ser más grave aún y llegar a ser peligrosa desde otro punto de vista: los derrumbes de los cerros y los cambios en los suelos de la ciudad por las filtraciones de las aguas lluvias.
La superficie forestal de las hoyas hidrográficas se debe concebir como una labor mancomunada y continua, como un conjunto unitario de acción que incluye la protección de los bosques, la reforestación y su explotación técnica y racional. A mi juicio, ese conjunto debería tener el carácter de una gran empresa económica y social.
Quizá el Sena debería vincularse directamente con sus oficinas de Bogotá al adiestramiento de personal especializado en la defensa de los bosques y de las aguas en las cuencas que surten a Bogotá, con destino a la Car.
Un nuevo estatuto para Bogotá
Los comentarios anotados en este escrito y en los capítulos sobre los servicios, señalan el crecimiento demográfico de la Capital de la República, la falta de ordenamiento y planificación en el desenvolvimiento urbano algunas de las causas por las cuales las entes de los campos deben abandonarlos para incorporarse a la vida urbana.
Por algún tiempo, con exactitud no se puede calcular desde ahora, no se encontrarán medios para evitar que el Distrito Especial siga expandiéndose y será necesario continuar con el aumento y el de todos los servicios públicos.
Es cierto que en ciudades grandes ocasionalmente se producen al llegar a un límite de absorción de habitantes, cambios sustanciales que varían la tendencia y hacen que las gentes prefieran vivir en ciudades menos incomodas y populosas que las capitales. Tal por ejemplo el caso de Madrid en los últimos años, en donde la expansión ha sido menor que en otras capitales. 0 en las grandes ciudades de los países de economía centralizada, La Habana, por ejemplo, en donde el gran crecimiento anterior fue detenido por sistemas de índole diferente.
En el caso de Bogotá no es previsible en un inmediato futuro una reversión de la tendencia actual y por ello se hace necesario un nuevo estatuto que dé a la Capital de la República una forma de administración práctica, para una sociedad tan grande como la que actualmente habita en ella.
El nuevo estatuto tendría que definir primordialmente las relaciones entre la Nación y la Capital y la colaboración económica, fundamental, que la primera tendrá que dar a la segunda por ser ésta el centro de los poderes públicos.
Será indispensable que el estatuto contemple las relaciones con el Departamento de Cundinamarca y con todas las Poblaciones vecinas que forman el área metropolitana general que, aun cuando no estén vinculadas desde el punto de vista legal, por ser municipios independientes, sí lo están por el proceso de migración para los trabajos temporales o permanentes. Son una especie de satélites muy cercanos de las labores del Distrito Especial: Soacha, Chía, Cajicá y varios otros.
Tendría que definir también la protección de la Sabana de Bogotá como recurso agrícola y pecuario y establecer sistemas administrativos que descentralicen ciertas decisiones, como sucede en algunas de las ciudades grandes de otros países.
Quizá seria útil la creación de "juntas Administradoras" que pudieran laborar con verdadero interés por las regiones de la ciudad en donde actuaran.
La lectura de este libro señalará a quienes se interesan por la ciudad, las grandes dificultades que deberá afrontar en sus servicios si no se la dota de un estatuto moderno eficaz que permita el suficiente desenvolvimiento de la Capital de la República en forma ordenada y eficiente.
Mirando hacia el futuro
A pesar de las grandes dificultades presentes en la Administración Municipal y en los servicios públicos de la Capital, no hay duda de que es la ciudad más importante de Colombia y de que mucho puede hacerse para mejorarla.
Mirando muy hacia el futuro es indispensable que desde ahora se estudien definitivamente los problemas de las aguas del río Bogota, según se señala en capítulo posterior, su aeropuerto, la división total de aguas negras y aguas blancas y el problema monumental de los transportes urbanos.
Juzgo que no se debe analizar solamente la purificación misma de las aguas negras, sino además la alternativa de su eliminación en pozos profundos, aun sacándolas de la ciudad por túneles que vayan a perforaciones en los Llanos Orientales, en donde seguramente se encuentran a diferentes profundidades capas de arena o grava o corrientes de aguas saladas en donde pueden inyectarse las aguas negras. Esta practica es bien conocida en algunas partes del mundo y ha sido imaginada como una posibilidad para Bogotá por el Ingeniero Roberto Panero.
Permitiría mejorar notoriamente las aguas del río Bogotá para la irrigación y bebida de los ganados y podría ser menos costosa que las diferentes plantas de filtración de aguas negras.
En un capítulo posterior se habla del problema de los transportes. La necesidad de construir y poner en servicio un sistema adecuado de transporte masivo, rápido, por cualquiera de los varios sistemas modernos ya sea bajo tierra, sobre el terreno, por monorriel o cables, elevados, o en torma mixta, debe ser atendida en los próximos años porque se trata de un servicio fundamental para la tranquilidad y comodidad de los habitantes de Bogotá. Es pues necesario definir los proyectos y comenzar su realización en breve término.
Menciono también en el capítulo de transportes, que si más adelante la industria aeronáutica progresa tanto que fuera indispensable la construcción de un aeropuerto mucho mayor, la combinación de dos túneles que sirvieran para el transporte de pasajeros en la parte superior y de aguas negras en la parte inferior, permitiría un desenvolvimiento hacia los Llanos Orientales y los Territorios Nacionales, de gran importancia. Allí podría construirse un gran aeropuerto como ha sido sugerido por varios pilotos muy conocedores de la topografía de Colombia.
Bogotá llegó ya, en su crecimiento y desarrollo, a un momento en el cual deben tomarse resoluciones de gran envergadura en búsqueda de soluciones adecuadas para los serios problemas de algunos de sus servicios.