Biblioteca pública El Tunal

Diseñado por Suely Vargas, Marcia W. de Vargas y Manuel Antonio Guerrero, el edificio fue ganador del concurso público de diseño arquitectónico de bibliotecas en 2001. Vestíbulo principal de doble altura y sección de catálogos, vistos desde los puestos de lectura del corredor en el segundo nivel.    Cristóbal von Rothkirch.

Vista de la hemeroteca. Los puestos de lectura miran hacia el vestíbulo central de doble altura.   Cristóbal von Rothkirch.

A la izquierda, atardecer sobre el parque El Tunal. Alrededor de la cafetería se ubican el auditorio de la biblioteca, la sala de internet y las salas de lectura.    Cristóbal von Rothkirch.

Texto de: Enrique Santos Molano

Cuando el recién electo alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, anunció en 1998, como eje de su plan de desarrollo 1998-2001, un megaproyecto cultural consistente en la implementación de una red de bibliotecas integradas por cinco mayores que se denominarían bibliotecas metropolitanas, y otras dieciséis complementarias, divididas en seis de orden local, o propias de las localidades, y diez de barrio, casi nadie le prestó atención; pero al inaugurarse las tres primeras metropolitanas, una en el sur, denominada Biblioteca Pública Parque El Tunal; otra en el occidente, llamada Biblioteca Pública El Tintal, y una tercera en el sector central, sobre el parque Simón Bolívar, a la que se dio el nombre del presidente Virgilio Barco Vargas, la sorpresa de todos fue mayúscula. Por encima de un megaproyecto, lo que emergió a la vista de los bogotanos fue un nuevo y revolucionario concepto para mejorar la calidad de vida de los habitantes, y eso es lo que se ha comprobado en los cinco años que llevan de funcionamiento las bibliotecas metropolitanas, que aún deberán ser complementadas por dos más que contempla el plan original.

El diseño de la Biblioteca Pública Parque El Tunal estuvo a cargo de la arquitecta brasileña Suely Vargas, que ya traía la experiencia de un proyecto similar ejecutado en Chile, y quien procedió de acuerdo con el programa BibloRed? de la Alcaldía Mayor de Bogotá, “que representa otra dimensión del espacio público, en el que se rescatan espacios abiertos y cerrados” para ponerlos “al servicio de la información, la educación y la creatividad”. De modo que las bibliotecas públicas no son ahora meros espacios de lectura y de consulta –labor de por sí gigantesca, como que es la base de la investigación– sino que prestan servicios complementarios que ayudan a comprender mejor la importancia de la lectura y aplicar lo que se lee a las cuestiones de la vida práctica, por una parte, y por otra, a dar a los sueños la posibilidad de convertirse en la herramienta inmaterial de las grandes transformaciones culturales y sociales.

Ubicada en la localidad de Tunjuelito, calle 48B sur n.º 21-13, la Biblioteca Pública Parque El Tunal ocupa 6 828 m2 de área construida. Su sala de lectura ofrece 600 puestos para consultar una colección actual de 45 761 volúmenes, con capacidad de ampliar su cantidad hasta 110 000 volúmenes. El promedio mensual de usuarios es de 103 786, procedentes de siete localidades circunvecinas.

La Biblioteca de El Tunal, engastada en el ambiente tranquilo de uno de los grandes parques de la ciudad, tiene servicio de computadores y de internet, cuenta con el apoyo y la asesoría permanentes de la Biblioteca Luis Ángel Arango y de la Red de Bibliotecas de Colsubsidio y es partícipe activa de las alternativas para el uso del tiempo libre ofrecidas por la BibloRed?, entre otras el taller de narración oral, la hora del cuento, las herramientas tecnológicas y de promoción de lectura, los clubes de lectura, los libros y el cine, que permiten a los jóvenes entender y asimilar la estrecha vinculación que existe entre la palabra escrita y la imagen fílmica.

Del mismo modo que su homóloga de El Tintal, la Biblioteca de El Tunal ha cohesionado en torno a valores culturales, que antes no estaban al alcance de las gentes, a un sector humano apreciable que encontró, gracias a esos valores, una nueva dimensión para sus vidas. Que pudo comprender a cabalidad el significado del conocimiento y el alcance, poderoso en beneficios, que este fenómeno, rector del siglo xxi, tiene para las generaciones presentes y futuras.