- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
- Ricardo Gómez Campuzano (1987)
- El encanto de Bogotá (1987)
- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
- Casa de Campo en Colombia (2007)
- Luis Restrepo. construcciones (2007)
- Juan Cárdenas (2007)
- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Región de los Andes
(Tiranuelo cejiamarillo / Zimmerius chrysops - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Para identificar tiranuelos y otros atrapamoscas pequeños y verdosos, es más útil conocer las vocalizaciones. El tiranuelo cejiamarillo es común en las montañas de Colombia. Recientemente, los ornitólogos han descubierto que esta “especie” en realidad comprende al menos dos formas distintas, cuyas principales diferencias son, precisamente, vocales. Murray Cooper.
(Cóndor Andino / Vultur gryphus - Andes Centrales y Sierra Nevada de Santa Marta). El impresionante cóndor es, sin duda, el ave arquetípica de los Andes, con su presencia bien marcada en los mitos y creencias indígenas. Son aves longevas que tienen un éxito reproductivo bajo (anidan una vez cada varios años). La cacería intensa y la pérdida de hábitat lo han convertido en una especie realmente rara en toda Colombia, cuya recuperación poblacional se dificulta por las peculiaridades de su biología reproductiva. Se necesitan esfuerzos sostenidos y concertados para evitar que esta magnífica ave deje de planear sobre los montes colombianos. Murray Cooper.
(Alizafiro grande / Pterophanes cyanopterus - Andes Centrales y Orientales). Si bien los colibríes son renombrados por su menudo tamaño, un par de especies desafían esta norma. El alizafiro grande es un colibrí enorme (20 cm del pico hasta la cola); tan grande, que sus aleteos son apreciables a simple vista. Murray Cooper.
(Rumbito pechiblanco / Calliphlox mitchellii - Andes Occidentales). Los rumbitos son los colibríes más chicos de Colombia. Este rumbito pechiblanco macho es apenas más grande que las flores secas de la bromelia que cuelgan de su percha predilecta. Murray Cooper.
(Inca collarejo / Coeligena torquata - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Este inca collarejo es inconfundible cuando destella su cola blanca mientras merodea de flor en flor en el interior del bosque. Es un colibrí grande y agresivo, que seguirá a otros colibríes por varios segundos, usando, de darse el caso, su largo pico como una espada. Murray Cooper.
(Carriquí verdiamarillo / Cyanocorax yncas - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los carriquí o urracas construyen su nido en un árbol o matorrales tupidos, y la hembra pone de 3 a 5 huevos. Solo la hembra los incuba, pero sus parientes se encargan de cuidar a las crías. Hay registros en Colombia de que la carriquí verdiamarillo cuida las crías por varios años, y estos hijos ayudan con la crianza de las siguientes generaciones. Murray Cooper.
(Diamante pechigamuza / Heliodoxa rubinoides - Andes Occidentales y Centrales). La dieta de los colibríes consiste principalmente en néctar, y aunque es una excelente fuente de energía, no contiene muchos nutrientes. Por eso los colibríes necesitan complementar su dieta con arañas e insectos,para obtener las proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales que les hacen falta. Murray Cooper.
(Cometa verdiazul / Aglaiocercus kingi - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). La cola del cometa verdiazul, exquisitamente larga y graduada, destella al sol. Solo los cometas machos exhiben esta desmedida característica, lo cual sugiere que las hembras prefieren machos con colas largas y brillantes. Murray Cooper.
(Cernícalo americano / Falco sparverius - Toda Colombia). Con un peso de apenas 120 gramos, el cernícalo americano es el rapaz más pequeño de Colombia. Se lo observa con frecuencia perchando en cables telefónicos y cercas agrícolas, acechando a saltamontes, lagartijas pequeñas y ratones. Murray Cooper.
(Mirlo acuático sudamericano / Cinclus leucocephalus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El mirlo acuático sudamericano hace su nido de musgo en peñas pendientes al lado del río, donde los depredadores no pueden acercarse a los polluelos muy fácilmente, y alimentan a las crías con insectos. Murray Cooper.
(Gavilán andino / Buteo polyosoma - Andes Centrales). Este gavilán hace honor a su nombre: siempre luce la cola blanca con una banda negra, pero el resto del plumaje puede ser pálido, gris, negruzco, pardo o incluso rojizo. Aunque cada gavilán muestra un solo patrón de plumaje, las diferencias entre varios individuos pueden ser considerables. De hecho, el gavilán andino es tan variable que los ornitólogos todavía debaten si se trata de dos especies diferentes. Murray Cooper.
(Ángel gorgiturmalina / Heliangelus exortis - Andes Occidentales y Centrales). Los colibríes son criaturas simplemente extraordinarias; zigzaguean por el bosque, de flor en flor; el halo de sus veloces alas apenas visibles, mientras vuelan estacionados frente a una flor para sorber su néctar. Sus corazones laten a un ritmo increíble, lo necesario para sostener un estilo de vida tan intenso. ¡El ritmo cardíaco más alto que se ha detectado en un colibrí es de 1.260 latidos por minuto! Viven en toda América, pero su mayor diversidad está en los Andes. Murray Cooper.
(Abanico cariblanco / Myioborus ornatus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El abanico cariblanco luce plumajes algo distintos en cada una de las estribaciones andinas del país. La cara amarilla de este abanico es típica de un individuo de los Andes Occidentales; si viviera en los bosques arriba de Bogotá, su cara sería blanca. Murray Cooper.
(Tangará real / Tangara cyanicollis - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los tangarás, como este tangará real, son algunas de las aves más preciosas de Colombia. En muchas aves de vivos colores, los machos suelen ser coloridos y las hembras desteñidas. Sin embargo, la mayoría de tangarás son monocromáticas; es decir, tanto macho como hembra muestran plumajes de vívidos colores. Murray Cooper.
(Colibrí paramuno / Aglaeactis cupripennis - Andes Centrales y Orientales). La mayoría de nombres de aves son descriptivos. Los fantásticos colores de los colibríes han inspirado los nombres más originales. Diamantes, coronitas, ángeles, alizafiros y gemas habitan en los bosques andinos. Aquí, un colibrí paramuno exhibe su vívida decoración. Murray Cooper.
(Cebrita trepadora / Mniotila varia - Migrante neotropical; las tres cordilleras andinas). Los primeros migrantes neotropicales arrivan a Colombia en septiembre y octubre de cada año. Estas aves (atrapamoscas, tangarás y muchas reinitas, como esta Cebrita Trepadora) se reproducen en América del Norte y luego vuelan hacia el sur, huyendo del invierno próximo. Muchas vuelan hasta Colombia, donde permanecen varios meses viviendo en nuestros bosques, antes de mirar de regreso a Norteamérica, adonde retornan en marzo y abril a reproducirse otra vez. Murray Cooper.
(Rascón bogotano / Rallus semiplumbeus - Sabana de Bogotá). ¿En dónde vive el rascón bogotano? En Bogotá, ¡por supuesto! La Sabana de Bogotá fue históricamente una gran ciénaga, pero ha sido mermada en gran medida por el desarrollo agrícola y urbano. Como resultado, aves de ciénagas, como el rascón bogotano, ahora subsisten solamente en un puñado de humedales y lagunas, por lo que están muy amenazados. La protección de estos humedales es crítica; si no se toma esta medida, este rascón, con su pico rojo coral, se extinguirá. Murray Cooper.
(Picaflor azul / Diglossa caerulescens - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El picaflor azul nidifica cerca del suelo, ocultando su nido en una oquedad pequeña. Como muchas aves de bosques neblinosos andinos, este picaflor usa gran cantidad de musgo para construir su nido. Murray Cooper.
(Urraca Turquesa / Cyanolyca turcosa - Andes Centrales del Sur). Silbidos extraños y ronroneos metálicos desde el dosel: estos insólitos sonidos lucen fuera de lugar viniendo de un ave tan brillante y bella. La Urraca Turquesa se encuentra únicamente en el extremo sur de Colombia, donde es una habitante llamativa de los bosques subtropicales y temperados. Murray Cooper.
(Barranquero montañero / Momotus aequatorialis - Andes Occidentales y Centrales). Los picos de estos barranqueros montañeros en descanso están cubiertos de barro. Esto se debe a su comportamiento de nidificación: como su nombre lo sugiere: los barranqueros excavan túneles de un metro de longitud en desbanques. La cámara del nido, donde se depositan los huevos, se encuentra al final del túnel. Murray Cooper.
(Clorornis patirrojo / Chlorornis riefferi - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El rojo intenso del pico y la máscara de este clorornis patirrojo brilla incluso en el umbroso rincón donde nidifica. Mientras la mayoría de tangarás construyen nidos abiertos como tazas, el clorornis prefiere elaborar nidos redondeados, ubicados en el suelo de una ladera pendiente; el domo provee protección contra la lluvia. Murray Cooper.
(Torcaza nagüiblanca / Zenaida auriculata - Andes Centrales y Orientales). Muchas aves requieren bosques prístinos para vivir. La torcaza nagüiblanca no es una de ellas; en realidad, prefiere vivir en ciudad y pueblos donde se la puede apreciar caminando sobre el asfalto o perchando en un muro de ladrillos. Esta torcaza se baña en la luz del atardecer mientras camina por la acera de un parque urbano de Bogotá. Murray Cooper.
(Calzoncito colilargo / Eriocnemis luciani - Andes Centrales del Sur). Las plumas de los colibríes tienen la sorprendente cualidad de brillar con diferentes colores cuando se miran desde ángulos diferentes. La frente azul y el pecho verde de este calzoncito colilargo se aprecian con claridad cuando el ave está perchando, pero los colores parecen más deslucidos cuando se cierne frente a una flor tubular roja. Murray Cooper.
(Paloma collareja / Patagioenas fasciata - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Muy pocas aves se reproducen a lo largo de las Américas. La paloma collareja es una de ellas. Aunque este individuo posaba para la lente fotográfica en los Andes Occidentales de Colombia, ¡la misma foto pudo tomarse en Alaska, México o incluso Argentina! Murray Cooper.
(Verderón castaño / Hylophilus semibrunneus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los verderones son aves pequeñas que viven en el dosel de los bosques neotropicales, usualmente asociados a bandadas mixtas. Parejas de varias especies conforman estas bandadas mixtas, que pueden comprender hasta 40 individuos de unas 15 especies diferentes. Al parecer, las bandadas se forman por motivos de seguridad en el montón: hay más ojos para detectar aves rapaces y otros potenciales depredadores. Murray Cooper.
(Pitajo pechirrufo / Ochthoeca rufipectoralis - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Hojee las páginas de una guía de campo y encontrará una serie de patrones repetidos dentro de la vasta variedad de plumajes. Este pitajo pechirrufo muestra un patrón de plumaje común: una ceja llamativa. Murray Cooper.
(Gavilán príncipe / Leucopternis princeps - Andes Occidentales y Centrales). Los gavilanes son carnívoros pero, ¿qué comida pueden encontrar dentro de los espesos bosques andinos? La respuesta de este gavilán príncipe es sorprendente: se especializa en capturar ilulos, anfibios con aspecto de lombriz que viven en el suelo y salen a la superficie luego de un aguacero. Murray Cooper.
(Colibrí verdemar / Colibri thalassinus - Andes Centrales y Orientales). Puede ser difícil apreciar los parches auriculares violeta de este colibrí verdemar, que puede resultar conspicuo cuando se alimenta de las flores del eucalipto. Los eucaliptos son árboles exóticos, nativos de Australia, que ahora son abundantes en los Andes colombianos. Estos y otros colibríes se alimentan de sus flores, pero la mayoría de aves prefieren vivir en bosques nativos. Murray Cooper.
(Picaflor lustroso / Diglossa lafresnayii - Andes Centrales y Orientales). Los picaflores son ladrones de néctar que consumen el dulce néctar sin brindar sus servicios a la polinización. Emplean sus picos ganchudos para perforar huequitos en la base de las flores y, a través de ellos, succionar el néctar. El picaflor lustroso se encuentra en regiones montañosas, y se observa con frecuencia en Monserrate, arriba de Bogotá. Murray Cooper.
(Picogordo amarillo / Pheucticus chrysogaster - Andes Centrales del Sur). El macizo pico del picogordo amarillo es casi tan grande como su cabeza. Este picogordo da buen uso a su expresivo pico: tritura semillas que resultarían muy duras para aves de picos más pequeños. Murray Cooper.
(Metalura colirroja / Metallura tyrianthina - Andes Centrales y Orientales). Cuando se trata del pico de los colibríes, la forma acompaña a la función. Las metaluras son colibríes pequeños con picos cortos y rectos, que utilizan para alimentarse en flores cortas y rectas. Murray Cooper.
(Barraquete aliazul / Anas discors - Migrante neotropical; toda Colombia). Es común observar al barraquete aliazul en los humedales de Colombia, pese a que no se reproduce en el país. Este pato migra desde sus tierras reproductivas en Norteamérica para pasar el invierno boreal, volando enormes distancias. Un barrequete aliazul bandeado en Alberta, Canadá, murió de un disparo en Venezuela un mes después: ¡imagine volar semejante distancia en apenas 30 días! Murray Cooper.
(Pato paramuno / Anas andium - Andes Centrales y Orientales). El oxígeno es un preciado recurso en las altas elevaciones de los Andes. Para combatir los niveles bajos de oxígeno en estos agrestes ambientes, muchas aves andinas han desarrollado un mecanismo especial para vivir tan alto. La hemoglobina, proteína que transporta oxígeno en la sangre, es muy eficaz en este pato paramuno para captar el escaso oxígeno ambiental y llevarlo a su torrente sanguíneo. Murray Cooper.
(Colibrí picoespada / Ensifera ensifera - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Este espectacular colibrí desafía toda lógica: ¡su pico es más largo que todo el cuerpo! El colibrí picoespada se alimenta de flores con corolas muy largas, incluyendo los borracheros (Datura). Con su pico extraordinariamente largo le resulta imposible acicalarse las plumas; en su lugar, usa las patas. Murray Cooper.
(Monjita cabeciamarilla / Chrysomus icterocephalus - Sabana de Bogotá, Llanos y Valles del Cauca y del Magdalena). En general, las aves son territoriales; es decir, defienden sus hogares ante individuos de su propia especie. Las ciénagas son hábitats muy ricos, y esta monjita cabeciamarilla macho defiende su territorio de nidificación erizando sus alas, desplegando su cola y vocalizando fuertemente; así, otros machos sabrán que él es el infranqueable dueño de esta porción del pantano. Murray Cooper.
(Mirlo acuático sudamericano / Cinclus leucocephalus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los ríos y riachuelos de los Andes son tan rápidos que parece imposible imaginar que algún ave pueda hacer su vida entre tanta correntada. No obstante, el mirlo acuático sudamericano se especializa en estos hábitats turbulentos, posándose sobre rocas húmedas, nadando y buceando en la corriente en pos de invertebrados acuáticos. Murray Cooper.
(Pato paramuno / Anas andium - Andes Centrales y Orientales). Después de la cópula, el pato paramuno tiene un comportamiento diferente del de otros patos: después del desmontaje, los machos se estiran bien alto y nadan alrededor de la hembra. Murray Cooper.
(Carpintero de robledales / Melanerpes formicivorus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Este “carpintero payaso” tiene una dieta sorprendente: come casi exclusivamente las bellotas de los robles del género Quercus. Esta dependencia significa que el carpintero de robledales se encuentra solo donde crecen estos robles, que lo hacen en las montañas de Colombia, pero no en el vecino Ecuador; y así lo hace el carpintero. Murray Cooper.
(Chamicero cundiboyacense / Synallaxis subpudica - Andes Orientales). ¿Cuántos bogotanos pasan de largo a diario por los pocos humedales que quedan en la ciudad (humedal de Córdoba, La Conejera, etc)? ¿Saben que estos humedales urbanos son el hogar del chamicero cundiboyacense, especie que únicamente vive en una pequeña fracción de Cundinamarca y Boyacá? Murray Cooper.
(Tororoi chusquero / Grallaria nuchalis - Andes Centrales). Los tororois son simpáticos habitantes del piso del bosque, con sus cuerpos redondeados característicos: “huevos con patas”. Normalmente son tímidos y difíciles de observar, pero en ocasiones emergen hacia senderos en búsqueda de gusanos y otros invertebrados. Murray Cooper.
(Cóndor andino / Vultur gryphus - Andes Centrales y Sierra Nevada de Santa Marta). El cóndor andino gana muchas competencias entre las aves: tiene el récord por la envergadura de sus alas mas grandes de todas las aves terrestres, es también uno de los pájaros mas longevos (algunos cóndores han vivido mas de l00 años en cautiverio) y pesa entre 11 y 15 kg, ¡Impresionante! Murray Cooper.
(Azulejo real / Buthraupis montana - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El azulejo real es uno de los tangarás más grandes del mundo, con sus 22 cm desde el pico hasta la cola. Su gran tamaño se ve mayor aun durante el despliegue territorial: tanto macho como hembra perchan en una rama expuesta, dirigen sus picos hacia el cielo, vocalizan fuertemente y echan la cabeza hacia atrás con cada sonido. Este individuo parece listo para despegar, inclinándose hacia delante. Murray Cooper.
(Colibrí chupasavia / Boissonneaua flavescens - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). La habilidad de cernerse (permanecer inmóvil en el aire) requiere una tremenda inversión de energía. Los colibríes son las únicas aves capaces de cernerse. Para ejercer esta notable facultad, deben alimentarse constantemente del dulce néctar de las flores. Murray Cooper.
(Frutero barrado / Pipreola arcuata - Andes Centrales y Orientales). Andando por un bosque de montaña tapizado de musgos, escuchamos un silbido muy agudo, casi inaudible. Escudriñando en un árbol frutal de denso follaje finalmente dimos con el cantante. El plumaje verde vegetal de esta magnífica hembra frutera barrada le ayuda a camuflarse muy bien con su entorno. Murray Cooper.
(Bigotudo canoso / Malacoptila mystacalis - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Tangarás y reinitas vuelan permanentemente de rama en rama, buscando frutos e insectos. Los bigotudos, en cambio, se sientan quietos por horas, oteando su entorno por apetitosos insectos. Esta estrategia de forrajeo les ha valido el nombre vernáculo de pájaro bobo o bobito, aunque yo incluyo a los bigotudos entre las aves más simpáticas. Murray Cooper.
(Guadañero estriado / Campylorhamphus pusillus - Andes Occidentales y Centrales). Los trepatroncos son aves pardas que trepan troncos y ramas, buscando insectos con sus picos entre las cortezas. Es fácil imaginar por qué este trepatroncos lleva el nombre de guadañero: porta un pico largo y muy curvado, que usa para hurgar más profundo entre cortezas y musgos. Murray Cooper.
(Arrendajo montañero / Cacicus chrysonotus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los arrendajos son aves sociales que se mueven por el bosque en grupos de cinco a doce individuos. A primera vista, lucen completamente negros solo con los hombros amarillos. Pero cuando uno vuela, muestra su rabadilla amarilla brillante, una llamativa señal para que otros arrendajos lo sigan. Murray Cooper.
(Pato de torrentes / Merganetta armata - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Sentarse en una roca redondeada junto a un torrentoso río andino es una experiencia espléndida y relajante, que se torna más increíble aún cuando un pato nada cerca. Además, no cualquier pato: el pato de torrentes navega en estos ríos rápidos y encuentra su alimento buceando en los torrentes y atrapando larvas acuáticas de insectos bajo las rocas. Murray Cooper.
(Carriquí verdiamarillo / Cyanocorax yncas - Andes Occidentales, Centrales y Orientales ). Este carriquí verdiamarillo juvenil, con sus plumas vellosas y colores menos fuertes, tiene que haber dejado recientemente su nido, porque se sentó en esta rama por mas de una hora mientras su madre se mantuvo forrajeando cerca del área y lo alimentó cada 20 minutos. Murray Cooper.
(Gallito de roca andino / Rupicola peruvianus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El gallito de roca andino es una de las aves más espectaculares de los Andes. Los machos, de plumaje naranja brillante, se congregan en leks al amanecer y en las tardes. En un lek, los machos emiten extraños gemidos y danzan, moviendo sus cabezas de arriba abajo mientras despliegan las alas. Cuando una hembra aparece en escena, los machos se desatan, danzan y vocalizan vigorosamente anhelando captar la atención de la hembra. Luego de la cópula, la hembra atiende sola los huevos y crías; el macho olvida sus roles paternales y permanece en el lek, preparándose para atraer a la próxima hembra. Murray Cooper.
(Frutero verdinegro / Pipreola riefferii - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Si carecieran de plumas, las aves no podrían volar. Además, las plumas proveen aislamiento e impermeabilización, dos condiciones fundamentales que exigen un cuidado constante del plumaje. Las aves mantienen sus plumas nítidas usando su pico y patas para limpiarlas y untarlas de aceite impermeable. Si no recibieran tales cuidados, lucirían desordenadas y perderían su capacidad de abrigar, como parece suceder con las plumas ventrales de este frutero verdinegro. Murray Cooper.
(Inca oscuro / Coeligena orina - Páramo Frontino, Antioquia). Este colibrí narra una de las historias más apasionantes en la ornitología colombiana. Fue descrito originalmente basado en un macho inmaduro colectado en 1951, cuyo deslucido plumaje le valió el nombre de inca oscuro. Sin embargo, permaneció envuelto en misterio hasta 2004, cuando se lo redescubrió en una expedición ornitológica al Páramo Frontino, Antioquia. ¡Este hermoso inca macho está lejos de ser oscuro! Ahora florece la esperanza de que este colibrí críticamente amenazado subsista con la creación de la Reserva del inca oscuro en el Páramo Frontino. Murray Cooper.
(Trepatroncos montañero / Lepidocolaptes lacrymiger - Andes Occidentales, Centrales y Orientales, y Sierra Nevada de Santa Marta). Los trepatroncos cuelgan de los troncos y ramas más grandes, con estas garras tan impresionantes, mientras forrajean por su comida - metiendo sus picos adentro del musgo y las grietas en busca de insectos. Murray Cooper.
(Colibrí sietecolores / Boissonneaua jardini - Andes Occidentales). Los colibríes usualmente muestran colores brillantes, pero el colibrí sietecolores porta una de las vestimentas más resplandecientes de todas. Si bien puede verse todo oscuro, casi negruzco, a la sombra, cuando pesca un rayo de sol ¡la historia es distinta! La estructura del plumaje de este magnífico colibrí produce colores iridiscentes, haciéndola púrpura brillante desde ciertos ángulos. Murray Cooper.
(Tiranuelo crestibarrado / Lophotriccus pileatus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Después de los picaflores, el tiranuelo pigmeo es uno de los pájaros mas pequeños del mundo. La Colicorta mide cerca de 6 cm mientras este crestibarrado alcanza los 9 cm de largo. Murray Cooper.
(Trogón collarejo / Trogon collaris - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Colombia es hogar de una enorme variedad de mariposas y polillas, y los bosques están atestados de sus larvas: una excelente fuente de alimento para una gran variedad de aves. Los trogones se alimentan de frutos e insectos. Antes de atrapar esta larva, el trogón de la foto estuvo sentado sobre una rama horizontal escaneando sus alrededores, luego divisó a la larva y se abatió de inmediato sobre ella. Murray Cooper.
(Cola de raqueta pierniblanco / Ocreatus underwoodii - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Este macho cola de raqueta pierniblanco luce sus botas blancas y una espléndida cola larga. Las plumas centrales de la cola muestran el raquis desnudo, pero la punta adornada con una raquetita azul. Usa estas plumas modificadas en sus cortejos, atrayendo a las hembras al desplegar y torcer su cola. Murray Cooper.
(Perico frentirrojo / Ocreatus underwoodii - Andes Occidentales y Centrales). Loros y pericos son animales sociales; generalmente se encuentran en bandadas que van de un puñado de individuos a cientos de ellos. Tras la nidificación, los pericos jóvenes siguen a sus padres por meses y años. Estos tres pericos frentirrojos podrían representar un grupo familiar: los dos progenitores y su crecida cría. Murray Cooper.
(Colibrí de gargantilla / Urosticte benjamini - Chocó). En estas imágenes se aprecia claramente cuán distintos pueden verse el macho y la hembra en una especie dimórfica. Este espléndido colibrí es difícil de observar en el interior del bosque porque gusta de forrajear dentro de bosques densos y a pocos metros del suelo. Murray Cooper.
(Gaviota andina / Larus serranus - Andes Centrales). La gaviota andina es otra especie de los altos Andes que encuentra el límite norte de su distribución en Colombia. Surca sin mayor esfuerzo por sobre lagunas paramunas y es omnívora: ¡Puede comer casi cualquier cosa! Murray Cooper.
(Polla gris / Gallinula chloropus - Valle del Cauca, Andes Orientales y Caribe). La polla gris tiene los dedos de las patas alargados, los cuales le permiten caminar sobre aglomeraciones de vegetación flotante y lodo suave sin hundirse. Estos dos machos usan sus patas coloridas para pelear y dominar a su contrincante. El ganador será más atractivo para las hembras y disfrutará de un mayor éxito reproductivo. Murray Cooper.
(Polluela norteña / Porzana carolina - Migrante neotropical; toda Colombia). Las polluelas y rascones son aves retraídas que viven en ciénagas, donde caminan sigilosamente entre la densa vegetación, casi sin emerger de ella. Fue por ello una gran sorpresa encontrar a esta polluela norteña caminando por el borde de un juncal y parándose inmóvil por varios minutos. Murray Cooper.
(Pellar andino / Vanellus resplendens - Andes Centrales). El atractivo pellar andino es algo frecuente en las montañas de los Andes Centrales de Colombia. Es más común en Bolivia y Perú, pero se lo puede observar con regularidad en los alrededores del Nevado del Ruiz, cerca de Manizales. Murray Cooper.
(Amazilia andina / Amazilia franciae - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). La mayoría de colibríes amazilia viven fuera del bosque, pero esta especie es más dependiente de hábitats boscosos que otras. Usualmente se encuentra alimentándose con otros colibríes en los niveles medio y bajo del bosque, así como en bordes. Murray Cooper.
(Loro orejiamarillo / Ognorhynchus icterotis - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Veinte y dos loros orejiamarillos perchando en una sola palma de cera (Ceroxylon) es una imagen estupenda. Estos loros dependen de las palmas de cera para nidificar y descansar, y están críticamente amenazados por la pérdida de su hábitat y la tala de dichas palmas durante Semana Santa. Afortunadamente, un intenso programa de conservación y educación encabezado por la Fundación ProAves, ha servido para estabilizar las poblaciones de este magnífico loro y para promover la conservación de las palmas y las aves. Murray Cooper.
(Tangará lacrimosa / Anisognathus lacrymosus - Andes Occidentales y Centrales). Cada nombre tiene su historia. Los nombres de muchas aves son descriptivos, identificando alguna característica obvia de su plumaje; otras llevan el nombre de algún ornitólogo famoso. La tangará lacrimosa lleva este nombre por el pequeño parche amarillo bajo sus ojos, el cual parece una lágrima. Podría llamarse, entonces, la tangará llorosa. Murray Cooper.
(Rumbito buchiblanco / Chaetocercus mulsant - Andes Centrales y Orientales). Los colibríes generalmente son flashes de color que cruzan a velocidad. En contraste, los rumbitos zigzaguean lentamente al tiempo que zumban como un abejorro. El macho ostenta una garganta rosa brillante, mientras la hembra viste más discretamente. Murray Cooper.
(Gavilán andino / Buteo polyosoma - Andes Centrales). Muchas veces se encuentra este gavilán grande y elegante perchado en árboles muertes o rocas en lugares abiertos, como se muestra en este foto. Observarlos en vuelo en su hábitat alto-andino es un espectaculo, ya que flotan inmóviles en el aire en medio de vientos fuertes. Murray Cooper.
(Zambullidor plateado / Podiceps occiptalis - Andes Centrales del Sur). Los zambullidores viven en pozas y lagos, donde se alimentan de peces. Tienen la extraordinaria habilidad de regular su propia flotabilidad, a veces nadando con todo el cuerpo sumergido y solo la cabeza afuera del agua. Por su extrema afinidad al agua, son sensibles a los disturbios ambientales; una especie, el zambullidor bogotano, habitó antiguamente en lagunas de montaña en los Andes Centrales y Orientales, pero ahora se ha extinguido para siempre debido a la polución de sus humedales. Murray Cooper.
(Tororoi leonado / Grallaria quitensis - Andes Centrales y Orientales). La mayoría de tororois son muy tímidos, con una excepción. El tororoi leonado habita en los páramos del norte de Sudamérica, y se observa fácilmente cuando camina y brinca entre parches de pastos abiertos, en procura de gusanos. Este adulto está llevando una jugosa lombriz a sus dos crías hambrientas. Murray Cooper.
(Gorrión montés pizarra / Atlapetes schistaceus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los gorriones monteses son aves tímidas que prefieren buscar semillas comestibles en parches densos de vegetación. Este gorrión montés pizarra, sin embargo, parece totalmente tranquilo mientras brinca en el suelo, a pocos metros de los observadores. Murray Cooper.
(Cóndor andino / Vultur gryphus - Andes Centrales y Sierra Nevada de Santa Marta). La hembra del cóndor es un poco menos vistosa que el macho, con su imponente coloración de blanco y negro, pero no es menos impresionante mientras vuela hacia uno con estas alas gigantes, ojeando. Murray Cooper.
(Polla azul / Porphyrula martinica - Toda Colombia). Los ornitólogos usan una variedad de herramientas para estudiar a las aves. Una de las más comunes es atraparlas, colocar una banda metálica numerada en su pata y liberarlas ilesas. El número de la banda es como un nombre; sirve para reconocer individualmente a cada ave bandeada. Mire atentamente la pata derecha de esta polla azul y verá un ejemplo de dichas bandas. Murray Cooper.
(Rumbito pechiblanco / Calliphlox mitchellii - Andes Occidentales). En concordancia con su tamaño tan diminuto, los rumbitos escogen flores pequeñas, como esta inflorescencia de verbena. Sus pequeños picos calzan adecuadamente en flores cortas. Además, al alimentarse de flores pequeñas, los rumbitos evitan ser desplazados por colibríes más grandes. Murray Cooper.
(Gorrión copetón / Zonotrichia capensis - Todo el país). El gorrión es un residente abundante de casi toda Colombia. Se ha adaptado de excelente manera a los paisajes creados por el ser humano, y es una de las pocas aves que vive dentro de las grandes urbes, incluyendo Bogotá. Aquí vemos un adulto con su plumaje bien ataviado, sentado bajo su joven de plumaje pardo estriado. Pasarán de cuatro a seis meses más para que el juvenil adquiera su plumaje de adulto. Murray Cooper.
(Tangará coronada / Tangara xanthocephala - Andes Occidentales y Centrales). Si bien en los bosques de niebla andinos no crecen manzanas ni mangos, una atenta mirada descubrirá que estos bosques siempre están llenos de fruta. La mayoría de árboles y arbustos frutales, incluyendo los prolíficos higuerones y colcas, producen muchísimos frutos pequeños. Una plétora de aves, incluyendo esta tangará coronada, que se afana las bayas de una colca, basa gran parte de su dieta en frutos. Murray Cooper.
(Atrapamoscas risquero / Hirundinea ferruginea - Andes Orientales). El atrapamoscas risquero tiene el inusual hábito de vivir en o taludes y farallones rocosos o cerca de ellos. Se lo mira con frecuencia posado sobre su risco predilecto, donde además construye sus nidos en grietas rocosas. Se ha tornado algo común en los Andes colombianos, aprovechando los nuevos taludes y farallones creados por el ser humano a lo largo de caminos y carreteras. Murray Cooper.
(Pico de hoz coliverde / Eutoxeres aquila - Andes Centrales y Chocó). Los picos de hoz y unos cuantos colibríes más (los ermitaños) siempre construyen sus nidos en los mismos lugares: los tejen bajo las hojas grandes de bananos y platanillos, hacia su ápice. El nido es, por tanto, bien protegido de la lluvia. Estos tres polluelos están en pleno crecimiento; ¡apenas caben en el nido! Murray Cooper.
(Colibrí pechipunteado / Adelomyia melanogenys - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Observe un grupo de colibríes zumbando alrededor de un bebedero artificial por cinco minutos, y llegará a la conclusión de que los colibríes son avecitas realmente agresivas. Las especies más grandes tienden a dominar el uso de los bebederos (o de parches de flores), mientras las especies pequeñas, como este colibrí pechipunteado, necesitan escurrirse para robar sorbitos del dulce néctar. Murray Cooper.
(Colibrí pechicastaño / Boissonneaua matthewsii - Andes Centrales del Sur). Estos colibríes tienen la costumbre de mantener, por algunos segundos, un ala abierta apenas se perchan. Se desconoce la función de este peculiar comportamiento. Murray Cooper.
(Cucarachero de Apolinar / Cistothorus apolinari - Andes Orientales). Este pequeño cucarachero es endémico de las ciénagas de Cundinamarca y Boyacá, y está amenazado por la pérdida de hábitat: muy pocas ciénagas y juncales no se han drenado para convertirlos en tierras agrícolas. Existe una población saludable en la laguna de Fúquene, mientras se puede encontrar otras poblaciones pequeñas en varios humedales en Bogotá y alrededor de esta, incluso junto al Aeropuerto Internacional El Dorado. Murray Cooper.
(Rumbito buchiblanco / Chaetocercus mulsant - Andes Centrales y Orientales). Los rumbitos son algunos de los pájaros más pequeños encontrados en Sudamericapues pesan, de 2 a 3 gramos, y miden entre 5 y 7 cm de largo, incluyendo su cola. Murray Cooper.
(Terlaque de Nariño / Andigena laminirostris - Andes Suroccidentales). Pese a su gran tamaño y colores brillantes, los terlaques son sorprendentemente difíciles de observar. Forrajean en silencio en el dosel de los bosques de niebla y no son tan ruidosos y conspicuos como sus parientes de tierras tropicales. Murray Cooper.
(Pitajo torrentero / Ochthoeca cinnamomeiventris - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Una destellante cascada andina es un excelente lugar para detenerse, tomar fotografías y deleitarse con el esplendor del bosque. También es un buen lugar para apreciar al elegante pitajo torrentero, cuyas cejas blancas resaltan claramente en la media luz del bosque. Murray Cooper.
(Perico paramuno / Leptosittaca branickii - Andes Centrales). El perico paramuno anida en oquedades principalmente de palmas de cera (Ceroxylon sp.). Este hábito tan particular hace que este perico sea susceptible a las acciones humanas; ha declinado sustancialmente, y ahora se considera vulnerable a la extinción debido a la destrucción de dichas palmas durante la Semana Santa. Murray Cooper.
(Esmeralda coliazul / Chlorostilbon mellisugus - Andes Centrales y Amazonia). El nido de esta esmeralda coliazul es diminuto, como se esperaría por su pequeño tamaño corporal. Los colibríes emplean telarañas para construir sus nidos, por lo que se los puede observar colectando finas hebras de red. La pegajosa tela ayuda a mantener juntos los materiales del nido: fibras delgadas, semillas plumosas y líquenes. Murray Cooper.
(Jacamar cobrizo / Galbula pastazae - Putumayo). Colombia es el país que alberga la mayor diversidad de aves en el mundo: ¡más de 1800 especies! Muchas de ellas viven solo en regiones pequeñas de Colombia, como este jacamar cobrizo, encontrado únicamente en las laderas de la estribación oriental de los Andes orientales, en el departamento del Putumayo. Murray Cooper.
(Carpintero carmesí / Piculus rivolii - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). La mayoría de carpinteros andinos pequeños están vestidos de tonos olivas y pardos, pero no el carpintero carmesí: ¡esta magnífica ave es roja resplandeciente! Con paciencia, un observador podrá encontrar a este carpintero perchando en zonas abiertas. Murray Cooper.
(Piranga cabecirroja / Piranga rubriceps - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Si desea mirar a la escasa piranga cabecirroja busque un semáforo en los bosques altoandinos. La cabeza roja brillante: ¡deténgase! Cuerpo amarillo, ¡cuidado! Ahora sí, continúe. Finalmente podrá mirar su espalda verde. Pero, ojo, ahí está otra vez el rojo de su cabeza: ¡alto! Murray Cooper.
(Picaflor de antifaz / Diglossa cyanea - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Un árbol andino florecido es un ineludible imán para colibríes, pero también atraerá varios picaflores. Los picaflores son ladrones de néctar que consumen el dulce néctar sin brindar sus servicios a la polinización. Emplean sus picos ganchudos para perforar huequitos en la base de las flores y, a través de ellos, succionar el néctar. Murray Cooper.
(Guardabosque cenizo / Lipaugus fuscocinereus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Lluvia constante y neblina espesa durante dos días completos; las montañas del noroeste de Antioquia se rehusaban a revelar sus secretos. Escuchábamos repetidamente el campaneo del Guardabosque cenizo, pero resultaba imposible encontrarlo, peor aun fotografiarlo. Finalmente, la niebla se corrió, y pudimos observar a uno de estos guardabosques sentado en una rama expuesta, ¡perfecta para una foto! Murray Cooper.
(Terlaque pechiazul / Andigena nigrirostris - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Imagine un tucán sentado en su nido, con dos huevos reposando bajo sus plumas pectorales. Pero, ¿qué estaba imaginando usted? ¿Acaso un nido construido con palitos en lo alto de un espigado árbol? En realidad, los tucanes nidifican en cavidades de árboles, aquellos huecos previamente excavados por pájaros carpinteros u otros animales. Su enorme pico no es la herramienta ideal para horadar la madera. Murray Cooper.
Texto de: Carlos Daniel Cadena
Algunas áreas del norte de Sudamérica son puntos calientes de biodiversidad donde se concentran tres componentes distintos de la diversidad de aves: el total de especies de aves, las especies de aves endémicas (aquellas con distribuciones restringidas) y las especies de aves amenazadas. Existen muchas explicaciones para los niveles excepcionalmente altos de diversidad y endemismo de aves en la región, pero el papel de los Andes, el sistema montañoso tropical más grande y complejo del mundo, figura prominentemente en muchas de esas explicaciones. La topografía quebrada y la heterogeneidad ambiental de esas montañas, que completaron su levantamiento final entre 5 y 2 millones de años antes del presente, están asociadas con una gran diversidad de ambientes (desde bosques premontanos densos y altos en el piedemonte cálido hasta la vegetación achaparrada o abierta a elevaciones altas y frías por encima de la línea de los árboles, pasando por humedales de montaña en los altiplanos) que pueden acomodar una variedad de especies con diferentes necesidades ecológicas.
Desde una perspectiva histórica, el levantamiento de los Andes creó nuevos ambientes a los cuales pudieron dispersarse y adaptarse especies de las tierras bajas suramericanas e incluso de áreas alpinas de las zonas templadas. Además, los Andes han actuado como un gran centro de producción de especies, donde los linajes se han diversificado extensivamente en buena parte como resultado del aislamiento físico de las poblaciones causado por barreras geográficas o ecológicas que impiden la dispersión (e.g., valles secos o de elevaciones bajas) y por la historia climática dinámica del último millón de años, lapso en el que diferentes zonas de vegetación se contrajeron y expandieron periódicamente a lo largo de las faldas de las montañas siguiendo los cambios en la temperatura y la humedad. El paisaje andino probablemente también ha promovido el origen de especies de zonas de montaña como resultado de adaptación por selección natural a lo largo de gradientes ambientales pronunciados y desempeñó un papel crucial en la diversificación de las fauna de tierras bajas al separar grandes bloques de bosques tropicales como el Chocó y la Amazonia, donde muchas especies han evolucionado en aislamiento debido en parte al efecto de los Andes como una barrera infranqueable a la dispersión de muchos linajes.
En Colombia, los Andes se separan en tres cordilleras distintas orientadas de norte a sur a lo largo de buena parte del país, con los valles de los ríos Cauca y Magdalena ubicados en medio. La existencia de estas distintas montañas no solo ha contribuido a la enorme heterogeneidad de ambientes y a la diversidad de aves colombianas debido a sus efectos sobre el clima y, en consecuencia, sobre la distribución de las aves (por ejemplo, en laderas que interceptan las nubes se encuentran bosques húmedos frondosos con alta incidencia de plantas epífitas mientras que en laderas que no reciben lluvias se encuentran ambientes secos con vegetación arbustiva y espinosa)sino que también ha influenciado la diferenciación de las poblaciones de aves de manera que cada cordillera (e incluso cada vertiente de una cordillera) tiene una avifauna única, con varias especies endémicas. Esto, sumado al hecho de que los ensamblajes de aves que se encuentran a diferentes elevaciones en las cordilleras difieren sustancialmente en su composición de especies, implica que el cambio espacial de la diversidad de aves en los Andes colombianos, una medida a la que los ecólogos se refieren como diversidad beta, es notablemente alto. Aun en grupos en los que la diferenciación entre poblaciones aparentemente no ha conducido al origen de especies distintas pero cercanamente emparentadas ubicadas en las distintas cordilleras, la variación geográfica entre cordilleras en muchas especies de amplia distribución en rasgos relacionados con su apariencia externa (coloración y patrón del plumaje, tamaño corporal y del pico), en el comportamiento (cantos) y en los genes (e.g. secuencias de ADN mitocondrial) es pronunciada. Muchas de esas poblaciones diferenciadas probablemente merecen considerarse especies diferentes y estamos a la espera de estudios detallados sobre el tema. Más aún, la diversidad de las aves de los bosques andinos es todavía insuficientemente conocida, como lo demuestran los hallazgos recientes de especies espectaculares antes desconocidas para la ciencia, como Lipaugus weberi. De hecho, recientemente se han descubierto especies nuevas para la ciencia a pocos kilómetros e incluso en las afueras de grandes ciudades, incluyendo a Bogotá (Grallaria kaestneri) y Armenia y Pereira (Scytalopus stilesi).
Infortunadamente, la historia de los asentamientos humanos, el desarrollo y el conflicto social en Colombia han pasado factura fuertemente a los ambientes naturales de los Andes. Muchos de los centros urbanos principales del país están ubicados en los Andes y las plantaciones de café, que antes fueron el motor principal de nuestra economía, se concentran a elevaciones intermedias andinas. La deforestación y la degradación del hábitat asociadas al desarrollo urbano, a la agricultura, a la ganadería y, de modo creciente en los últimos años, a los cultivos ilícitos, han conducido a una reducción dramática en la extensión de la vegetación natural en los Andes. Una de las pocas “reglas” en la ecología y la biogeografía es que el número de especies que se encuentran en un lugar es una función del área del lugar, y las aves de las montañas de Colombia no son la excepción a esta regla. Estudios desarrollados en localidades de bosque de montaña en la Cordillera Occidental y la Cordillera Central para las cuales existía información básica provista por inventarios realizados antes de la marcada destrucción y degradación del hábitat indicaron que hasta el 30% de las especies de aves de bosque se extinguieron localmente a lo largo del siglo XX y que grupos como los insectívoros terrestres y los frugívoros del dosel son especialmente vulnerables a las alteraciones del hábitat. De modo más general, de 152 especies de aves colombianas que se encuentran bajo algún grado de amenaza de extinción, 111 se encuentran a elevaciones medias o altas en los Andes y en otros sistemas montañosos del país, como la Sierra Nevada de Santa Marta. Algunas evaluaciones recientes llamaron la atención sobre la escasez de parques nacionales y reservas naturales para proteger las aves amenazadas y endémicas en los Andes colombianos, una situación que de alguna forma ha empezado a ser remediada con el establecimiento reciente de nuevos parques nacionales (e.g. Serranía de los Yariguíes en la Cordillera Oriental y Selva de Florencia en la Cordillera Central) y con el creciente interés de ONG e individuos en establecer reservas naturales privadas. A pesar de estos valiosos esfuerzos, muchas aves andinas aún están en problemas y muchas especies, incluyendo varias que actualmente no se consideran amenazadas, se enfrentan a una amenaza acechante: el cambio climático. Se espera que el calentamiento global tendrá un efecto fuerte sobre las especies de las montañas tropicales debido a sus nichos ecológicos estrechos y a la contracción y desaparición de los ambientes de elevaciones altas.
Observar aves en los Andes colombianos es emocionante. Además del abrumador número de especies para ver (muchas de las cuales no se encuentran en ningún otro sitio), la distribución restringida de muchas especies y el cambio marcado en los ensamblajes de especies en gradientes de elevación o a cada lado de los valles brindan muchos desafíos y oportunidades para los observadores interesados en hacer crecer sus listas de especies vistas y para los ornitólogos interesados en conocer mejor la distribución de las especies. Además, la posibilidad de documentar extensiones significativas de la distribución conocida de las especies visitando lugares inexplorados e incluso la de descubrir especies nuevas para la ciencia, hace que las excursiones ornitológicas a los Andes colombianos sean especialmente apasionantes. Recientemente visité el Parque Nacional Natural Tatamá, uno de los sitios de elevaciones altas más hermosos que he conocido. Ubicados en los límites entre los departamentos de Risaralda, Valle del Cauca y Chocó, los bosques muy húmedos cubiertos de nubes por encima de los 1500 m en la vertiente que mira al Pacífico nos dieron la oportunidad de ver muchas aves espectaculares y especiales de las montañas como Boissonneaua jardinii, Semnornis ramphastinus, Machaeropterus deliciosus, Margarornis stellatus, Anisognathus notabilis, Bangsia aureocincta, Bangsia melanochlamys y Chlorochryssa phoenicotis, entre muchas otras. Tres días en Tatamá fueron demasiado pocos y todas las aves que no pudimos ver me dejaron queriendo quedarme más tiempo. Sin embargo, de vuelta en mi casa unos días después recordé algo que a menudo olvidamos: a pesar de ser un centro urbano enorme dominado por concreto, contaminación y caos, Bogotá aún está rodeada de pequeños parches de vegetación nativa andina que han logrado persistir y donde varias especies de aves de bosque sobreviven. Durante una caminata y trotada breve en la quebrada La Vieja en los Cerros Orientales de la ciudad, los sonidos de Grallaria squamigera, Grallaria rufula y Grallaria ruficapilla, de Henicorhina leucophrys y de Scytalopus griseicollis y la observación rápida de un Heliangelus amethysticollis y de una pareja de Atlapetes schistaceus que estaba construyendo su nido sirvieron para recordarme que muchas aves únicas y hermosas de los bosques de los Andes aún viven prácticamente en nuestros patios de atrás. Además, cruzar caminos con gente de todo tipo que disfruta de caminar y de experimentar un poco de naturaleza en esta área me dio alguna sensación de esperanza en cuanto a que esos patios de atrás aún tienen algo de potencial para conservar nuestras aves. Una semana más tarde, ser testigo de la emoción que produjo entre mis estudiantes principiantes de biología el escuchar los cantos de un Rallus semiplumbeus y el observar varios grupos de Chrysomus icterocephalus en un humedal contaminado inmerso en un área urbana de Bogotá, solo reforzó esa sensación.
#AmorPorColombia
Región de los Andes
(Tiranuelo cejiamarillo / Zimmerius chrysops - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Para identificar tiranuelos y otros atrapamoscas pequeños y verdosos, es más útil conocer las vocalizaciones. El tiranuelo cejiamarillo es común en las montañas de Colombia. Recientemente, los ornitólogos han descubierto que esta “especie” en realidad comprende al menos dos formas distintas, cuyas principales diferencias son, precisamente, vocales. Murray Cooper.
(Cóndor Andino / Vultur gryphus - Andes Centrales y Sierra Nevada de Santa Marta). El impresionante cóndor es, sin duda, el ave arquetípica de los Andes, con su presencia bien marcada en los mitos y creencias indígenas. Son aves longevas que tienen un éxito reproductivo bajo (anidan una vez cada varios años). La cacería intensa y la pérdida de hábitat lo han convertido en una especie realmente rara en toda Colombia, cuya recuperación poblacional se dificulta por las peculiaridades de su biología reproductiva. Se necesitan esfuerzos sostenidos y concertados para evitar que esta magnífica ave deje de planear sobre los montes colombianos. Murray Cooper.
(Alizafiro grande / Pterophanes cyanopterus - Andes Centrales y Orientales). Si bien los colibríes son renombrados por su menudo tamaño, un par de especies desafían esta norma. El alizafiro grande es un colibrí enorme (20 cm del pico hasta la cola); tan grande, que sus aleteos son apreciables a simple vista. Murray Cooper.
(Rumbito pechiblanco / Calliphlox mitchellii - Andes Occidentales). Los rumbitos son los colibríes más chicos de Colombia. Este rumbito pechiblanco macho es apenas más grande que las flores secas de la bromelia que cuelgan de su percha predilecta. Murray Cooper.
(Inca collarejo / Coeligena torquata - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Este inca collarejo es inconfundible cuando destella su cola blanca mientras merodea de flor en flor en el interior del bosque. Es un colibrí grande y agresivo, que seguirá a otros colibríes por varios segundos, usando, de darse el caso, su largo pico como una espada. Murray Cooper.
(Carriquí verdiamarillo / Cyanocorax yncas - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los carriquí o urracas construyen su nido en un árbol o matorrales tupidos, y la hembra pone de 3 a 5 huevos. Solo la hembra los incuba, pero sus parientes se encargan de cuidar a las crías. Hay registros en Colombia de que la carriquí verdiamarillo cuida las crías por varios años, y estos hijos ayudan con la crianza de las siguientes generaciones. Murray Cooper.
(Diamante pechigamuza / Heliodoxa rubinoides - Andes Occidentales y Centrales). La dieta de los colibríes consiste principalmente en néctar, y aunque es una excelente fuente de energía, no contiene muchos nutrientes. Por eso los colibríes necesitan complementar su dieta con arañas e insectos,para obtener las proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales que les hacen falta. Murray Cooper.
(Cometa verdiazul / Aglaiocercus kingi - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). La cola del cometa verdiazul, exquisitamente larga y graduada, destella al sol. Solo los cometas machos exhiben esta desmedida característica, lo cual sugiere que las hembras prefieren machos con colas largas y brillantes. Murray Cooper.
(Cernícalo americano / Falco sparverius - Toda Colombia). Con un peso de apenas 120 gramos, el cernícalo americano es el rapaz más pequeño de Colombia. Se lo observa con frecuencia perchando en cables telefónicos y cercas agrícolas, acechando a saltamontes, lagartijas pequeñas y ratones. Murray Cooper.
(Mirlo acuático sudamericano / Cinclus leucocephalus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El mirlo acuático sudamericano hace su nido de musgo en peñas pendientes al lado del río, donde los depredadores no pueden acercarse a los polluelos muy fácilmente, y alimentan a las crías con insectos. Murray Cooper.
(Gavilán andino / Buteo polyosoma - Andes Centrales). Este gavilán hace honor a su nombre: siempre luce la cola blanca con una banda negra, pero el resto del plumaje puede ser pálido, gris, negruzco, pardo o incluso rojizo. Aunque cada gavilán muestra un solo patrón de plumaje, las diferencias entre varios individuos pueden ser considerables. De hecho, el gavilán andino es tan variable que los ornitólogos todavía debaten si se trata de dos especies diferentes. Murray Cooper.
(Ángel gorgiturmalina / Heliangelus exortis - Andes Occidentales y Centrales). Los colibríes son criaturas simplemente extraordinarias; zigzaguean por el bosque, de flor en flor; el halo de sus veloces alas apenas visibles, mientras vuelan estacionados frente a una flor para sorber su néctar. Sus corazones laten a un ritmo increíble, lo necesario para sostener un estilo de vida tan intenso. ¡El ritmo cardíaco más alto que se ha detectado en un colibrí es de 1.260 latidos por minuto! Viven en toda América, pero su mayor diversidad está en los Andes. Murray Cooper.
(Abanico cariblanco / Myioborus ornatus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El abanico cariblanco luce plumajes algo distintos en cada una de las estribaciones andinas del país. La cara amarilla de este abanico es típica de un individuo de los Andes Occidentales; si viviera en los bosques arriba de Bogotá, su cara sería blanca. Murray Cooper.
(Tangará real / Tangara cyanicollis - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los tangarás, como este tangará real, son algunas de las aves más preciosas de Colombia. En muchas aves de vivos colores, los machos suelen ser coloridos y las hembras desteñidas. Sin embargo, la mayoría de tangarás son monocromáticas; es decir, tanto macho como hembra muestran plumajes de vívidos colores. Murray Cooper.
(Colibrí paramuno / Aglaeactis cupripennis - Andes Centrales y Orientales). La mayoría de nombres de aves son descriptivos. Los fantásticos colores de los colibríes han inspirado los nombres más originales. Diamantes, coronitas, ángeles, alizafiros y gemas habitan en los bosques andinos. Aquí, un colibrí paramuno exhibe su vívida decoración. Murray Cooper.
(Cebrita trepadora / Mniotila varia - Migrante neotropical; las tres cordilleras andinas). Los primeros migrantes neotropicales arrivan a Colombia en septiembre y octubre de cada año. Estas aves (atrapamoscas, tangarás y muchas reinitas, como esta Cebrita Trepadora) se reproducen en América del Norte y luego vuelan hacia el sur, huyendo del invierno próximo. Muchas vuelan hasta Colombia, donde permanecen varios meses viviendo en nuestros bosques, antes de mirar de regreso a Norteamérica, adonde retornan en marzo y abril a reproducirse otra vez. Murray Cooper.
(Rascón bogotano / Rallus semiplumbeus - Sabana de Bogotá). ¿En dónde vive el rascón bogotano? En Bogotá, ¡por supuesto! La Sabana de Bogotá fue históricamente una gran ciénaga, pero ha sido mermada en gran medida por el desarrollo agrícola y urbano. Como resultado, aves de ciénagas, como el rascón bogotano, ahora subsisten solamente en un puñado de humedales y lagunas, por lo que están muy amenazados. La protección de estos humedales es crítica; si no se toma esta medida, este rascón, con su pico rojo coral, se extinguirá. Murray Cooper.
(Picaflor azul / Diglossa caerulescens - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El picaflor azul nidifica cerca del suelo, ocultando su nido en una oquedad pequeña. Como muchas aves de bosques neblinosos andinos, este picaflor usa gran cantidad de musgo para construir su nido. Murray Cooper.
(Urraca Turquesa / Cyanolyca turcosa - Andes Centrales del Sur). Silbidos extraños y ronroneos metálicos desde el dosel: estos insólitos sonidos lucen fuera de lugar viniendo de un ave tan brillante y bella. La Urraca Turquesa se encuentra únicamente en el extremo sur de Colombia, donde es una habitante llamativa de los bosques subtropicales y temperados. Murray Cooper.
(Barranquero montañero / Momotus aequatorialis - Andes Occidentales y Centrales). Los picos de estos barranqueros montañeros en descanso están cubiertos de barro. Esto se debe a su comportamiento de nidificación: como su nombre lo sugiere: los barranqueros excavan túneles de un metro de longitud en desbanques. La cámara del nido, donde se depositan los huevos, se encuentra al final del túnel. Murray Cooper.
(Clorornis patirrojo / Chlorornis riefferi - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El rojo intenso del pico y la máscara de este clorornis patirrojo brilla incluso en el umbroso rincón donde nidifica. Mientras la mayoría de tangarás construyen nidos abiertos como tazas, el clorornis prefiere elaborar nidos redondeados, ubicados en el suelo de una ladera pendiente; el domo provee protección contra la lluvia. Murray Cooper.
(Torcaza nagüiblanca / Zenaida auriculata - Andes Centrales y Orientales). Muchas aves requieren bosques prístinos para vivir. La torcaza nagüiblanca no es una de ellas; en realidad, prefiere vivir en ciudad y pueblos donde se la puede apreciar caminando sobre el asfalto o perchando en un muro de ladrillos. Esta torcaza se baña en la luz del atardecer mientras camina por la acera de un parque urbano de Bogotá. Murray Cooper.
(Calzoncito colilargo / Eriocnemis luciani - Andes Centrales del Sur). Las plumas de los colibríes tienen la sorprendente cualidad de brillar con diferentes colores cuando se miran desde ángulos diferentes. La frente azul y el pecho verde de este calzoncito colilargo se aprecian con claridad cuando el ave está perchando, pero los colores parecen más deslucidos cuando se cierne frente a una flor tubular roja. Murray Cooper.
(Paloma collareja / Patagioenas fasciata - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Muy pocas aves se reproducen a lo largo de las Américas. La paloma collareja es una de ellas. Aunque este individuo posaba para la lente fotográfica en los Andes Occidentales de Colombia, ¡la misma foto pudo tomarse en Alaska, México o incluso Argentina! Murray Cooper.
(Verderón castaño / Hylophilus semibrunneus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los verderones son aves pequeñas que viven en el dosel de los bosques neotropicales, usualmente asociados a bandadas mixtas. Parejas de varias especies conforman estas bandadas mixtas, que pueden comprender hasta 40 individuos de unas 15 especies diferentes. Al parecer, las bandadas se forman por motivos de seguridad en el montón: hay más ojos para detectar aves rapaces y otros potenciales depredadores. Murray Cooper.
(Pitajo pechirrufo / Ochthoeca rufipectoralis - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Hojee las páginas de una guía de campo y encontrará una serie de patrones repetidos dentro de la vasta variedad de plumajes. Este pitajo pechirrufo muestra un patrón de plumaje común: una ceja llamativa. Murray Cooper.
(Gavilán príncipe / Leucopternis princeps - Andes Occidentales y Centrales). Los gavilanes son carnívoros pero, ¿qué comida pueden encontrar dentro de los espesos bosques andinos? La respuesta de este gavilán príncipe es sorprendente: se especializa en capturar ilulos, anfibios con aspecto de lombriz que viven en el suelo y salen a la superficie luego de un aguacero. Murray Cooper.
(Colibrí verdemar / Colibri thalassinus - Andes Centrales y Orientales). Puede ser difícil apreciar los parches auriculares violeta de este colibrí verdemar, que puede resultar conspicuo cuando se alimenta de las flores del eucalipto. Los eucaliptos son árboles exóticos, nativos de Australia, que ahora son abundantes en los Andes colombianos. Estos y otros colibríes se alimentan de sus flores, pero la mayoría de aves prefieren vivir en bosques nativos. Murray Cooper.
(Picaflor lustroso / Diglossa lafresnayii - Andes Centrales y Orientales). Los picaflores son ladrones de néctar que consumen el dulce néctar sin brindar sus servicios a la polinización. Emplean sus picos ganchudos para perforar huequitos en la base de las flores y, a través de ellos, succionar el néctar. El picaflor lustroso se encuentra en regiones montañosas, y se observa con frecuencia en Monserrate, arriba de Bogotá. Murray Cooper.
(Picogordo amarillo / Pheucticus chrysogaster - Andes Centrales del Sur). El macizo pico del picogordo amarillo es casi tan grande como su cabeza. Este picogordo da buen uso a su expresivo pico: tritura semillas que resultarían muy duras para aves de picos más pequeños. Murray Cooper.
(Metalura colirroja / Metallura tyrianthina - Andes Centrales y Orientales). Cuando se trata del pico de los colibríes, la forma acompaña a la función. Las metaluras son colibríes pequeños con picos cortos y rectos, que utilizan para alimentarse en flores cortas y rectas. Murray Cooper.
(Barraquete aliazul / Anas discors - Migrante neotropical; toda Colombia). Es común observar al barraquete aliazul en los humedales de Colombia, pese a que no se reproduce en el país. Este pato migra desde sus tierras reproductivas en Norteamérica para pasar el invierno boreal, volando enormes distancias. Un barrequete aliazul bandeado en Alberta, Canadá, murió de un disparo en Venezuela un mes después: ¡imagine volar semejante distancia en apenas 30 días! Murray Cooper.
(Pato paramuno / Anas andium - Andes Centrales y Orientales). El oxígeno es un preciado recurso en las altas elevaciones de los Andes. Para combatir los niveles bajos de oxígeno en estos agrestes ambientes, muchas aves andinas han desarrollado un mecanismo especial para vivir tan alto. La hemoglobina, proteína que transporta oxígeno en la sangre, es muy eficaz en este pato paramuno para captar el escaso oxígeno ambiental y llevarlo a su torrente sanguíneo. Murray Cooper.
(Colibrí picoespada / Ensifera ensifera - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Este espectacular colibrí desafía toda lógica: ¡su pico es más largo que todo el cuerpo! El colibrí picoespada se alimenta de flores con corolas muy largas, incluyendo los borracheros (Datura). Con su pico extraordinariamente largo le resulta imposible acicalarse las plumas; en su lugar, usa las patas. Murray Cooper.
(Monjita cabeciamarilla / Chrysomus icterocephalus - Sabana de Bogotá, Llanos y Valles del Cauca y del Magdalena). En general, las aves son territoriales; es decir, defienden sus hogares ante individuos de su propia especie. Las ciénagas son hábitats muy ricos, y esta monjita cabeciamarilla macho defiende su territorio de nidificación erizando sus alas, desplegando su cola y vocalizando fuertemente; así, otros machos sabrán que él es el infranqueable dueño de esta porción del pantano. Murray Cooper.
(Mirlo acuático sudamericano / Cinclus leucocephalus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los ríos y riachuelos de los Andes son tan rápidos que parece imposible imaginar que algún ave pueda hacer su vida entre tanta correntada. No obstante, el mirlo acuático sudamericano se especializa en estos hábitats turbulentos, posándose sobre rocas húmedas, nadando y buceando en la corriente en pos de invertebrados acuáticos. Murray Cooper.
(Pato paramuno / Anas andium - Andes Centrales y Orientales). Después de la cópula, el pato paramuno tiene un comportamiento diferente del de otros patos: después del desmontaje, los machos se estiran bien alto y nadan alrededor de la hembra. Murray Cooper.
(Carpintero de robledales / Melanerpes formicivorus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Este “carpintero payaso” tiene una dieta sorprendente: come casi exclusivamente las bellotas de los robles del género Quercus. Esta dependencia significa que el carpintero de robledales se encuentra solo donde crecen estos robles, que lo hacen en las montañas de Colombia, pero no en el vecino Ecuador; y así lo hace el carpintero. Murray Cooper.
(Chamicero cundiboyacense / Synallaxis subpudica - Andes Orientales). ¿Cuántos bogotanos pasan de largo a diario por los pocos humedales que quedan en la ciudad (humedal de Córdoba, La Conejera, etc)? ¿Saben que estos humedales urbanos son el hogar del chamicero cundiboyacense, especie que únicamente vive en una pequeña fracción de Cundinamarca y Boyacá? Murray Cooper.
(Tororoi chusquero / Grallaria nuchalis - Andes Centrales). Los tororois son simpáticos habitantes del piso del bosque, con sus cuerpos redondeados característicos: “huevos con patas”. Normalmente son tímidos y difíciles de observar, pero en ocasiones emergen hacia senderos en búsqueda de gusanos y otros invertebrados. Murray Cooper.
(Cóndor andino / Vultur gryphus - Andes Centrales y Sierra Nevada de Santa Marta). El cóndor andino gana muchas competencias entre las aves: tiene el récord por la envergadura de sus alas mas grandes de todas las aves terrestres, es también uno de los pájaros mas longevos (algunos cóndores han vivido mas de l00 años en cautiverio) y pesa entre 11 y 15 kg, ¡Impresionante! Murray Cooper.
(Azulejo real / Buthraupis montana - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El azulejo real es uno de los tangarás más grandes del mundo, con sus 22 cm desde el pico hasta la cola. Su gran tamaño se ve mayor aun durante el despliegue territorial: tanto macho como hembra perchan en una rama expuesta, dirigen sus picos hacia el cielo, vocalizan fuertemente y echan la cabeza hacia atrás con cada sonido. Este individuo parece listo para despegar, inclinándose hacia delante. Murray Cooper.
(Colibrí chupasavia / Boissonneaua flavescens - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). La habilidad de cernerse (permanecer inmóvil en el aire) requiere una tremenda inversión de energía. Los colibríes son las únicas aves capaces de cernerse. Para ejercer esta notable facultad, deben alimentarse constantemente del dulce néctar de las flores. Murray Cooper.
(Frutero barrado / Pipreola arcuata - Andes Centrales y Orientales). Andando por un bosque de montaña tapizado de musgos, escuchamos un silbido muy agudo, casi inaudible. Escudriñando en un árbol frutal de denso follaje finalmente dimos con el cantante. El plumaje verde vegetal de esta magnífica hembra frutera barrada le ayuda a camuflarse muy bien con su entorno. Murray Cooper.
(Bigotudo canoso / Malacoptila mystacalis - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Tangarás y reinitas vuelan permanentemente de rama en rama, buscando frutos e insectos. Los bigotudos, en cambio, se sientan quietos por horas, oteando su entorno por apetitosos insectos. Esta estrategia de forrajeo les ha valido el nombre vernáculo de pájaro bobo o bobito, aunque yo incluyo a los bigotudos entre las aves más simpáticas. Murray Cooper.
(Guadañero estriado / Campylorhamphus pusillus - Andes Occidentales y Centrales). Los trepatroncos son aves pardas que trepan troncos y ramas, buscando insectos con sus picos entre las cortezas. Es fácil imaginar por qué este trepatroncos lleva el nombre de guadañero: porta un pico largo y muy curvado, que usa para hurgar más profundo entre cortezas y musgos. Murray Cooper.
(Arrendajo montañero / Cacicus chrysonotus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los arrendajos son aves sociales que se mueven por el bosque en grupos de cinco a doce individuos. A primera vista, lucen completamente negros solo con los hombros amarillos. Pero cuando uno vuela, muestra su rabadilla amarilla brillante, una llamativa señal para que otros arrendajos lo sigan. Murray Cooper.
(Pato de torrentes / Merganetta armata - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Sentarse en una roca redondeada junto a un torrentoso río andino es una experiencia espléndida y relajante, que se torna más increíble aún cuando un pato nada cerca. Además, no cualquier pato: el pato de torrentes navega en estos ríos rápidos y encuentra su alimento buceando en los torrentes y atrapando larvas acuáticas de insectos bajo las rocas. Murray Cooper.
(Carriquí verdiamarillo / Cyanocorax yncas - Andes Occidentales, Centrales y Orientales ). Este carriquí verdiamarillo juvenil, con sus plumas vellosas y colores menos fuertes, tiene que haber dejado recientemente su nido, porque se sentó en esta rama por mas de una hora mientras su madre se mantuvo forrajeando cerca del área y lo alimentó cada 20 minutos. Murray Cooper.
(Gallito de roca andino / Rupicola peruvianus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). El gallito de roca andino es una de las aves más espectaculares de los Andes. Los machos, de plumaje naranja brillante, se congregan en leks al amanecer y en las tardes. En un lek, los machos emiten extraños gemidos y danzan, moviendo sus cabezas de arriba abajo mientras despliegan las alas. Cuando una hembra aparece en escena, los machos se desatan, danzan y vocalizan vigorosamente anhelando captar la atención de la hembra. Luego de la cópula, la hembra atiende sola los huevos y crías; el macho olvida sus roles paternales y permanece en el lek, preparándose para atraer a la próxima hembra. Murray Cooper.
(Frutero verdinegro / Pipreola riefferii - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Si carecieran de plumas, las aves no podrían volar. Además, las plumas proveen aislamiento e impermeabilización, dos condiciones fundamentales que exigen un cuidado constante del plumaje. Las aves mantienen sus plumas nítidas usando su pico y patas para limpiarlas y untarlas de aceite impermeable. Si no recibieran tales cuidados, lucirían desordenadas y perderían su capacidad de abrigar, como parece suceder con las plumas ventrales de este frutero verdinegro. Murray Cooper.
(Inca oscuro / Coeligena orina - Páramo Frontino, Antioquia). Este colibrí narra una de las historias más apasionantes en la ornitología colombiana. Fue descrito originalmente basado en un macho inmaduro colectado en 1951, cuyo deslucido plumaje le valió el nombre de inca oscuro. Sin embargo, permaneció envuelto en misterio hasta 2004, cuando se lo redescubrió en una expedición ornitológica al Páramo Frontino, Antioquia. ¡Este hermoso inca macho está lejos de ser oscuro! Ahora florece la esperanza de que este colibrí críticamente amenazado subsista con la creación de la Reserva del inca oscuro en el Páramo Frontino. Murray Cooper.
(Trepatroncos montañero / Lepidocolaptes lacrymiger - Andes Occidentales, Centrales y Orientales, y Sierra Nevada de Santa Marta). Los trepatroncos cuelgan de los troncos y ramas más grandes, con estas garras tan impresionantes, mientras forrajean por su comida - metiendo sus picos adentro del musgo y las grietas en busca de insectos. Murray Cooper.
(Colibrí sietecolores / Boissonneaua jardini - Andes Occidentales). Los colibríes usualmente muestran colores brillantes, pero el colibrí sietecolores porta una de las vestimentas más resplandecientes de todas. Si bien puede verse todo oscuro, casi negruzco, a la sombra, cuando pesca un rayo de sol ¡la historia es distinta! La estructura del plumaje de este magnífico colibrí produce colores iridiscentes, haciéndola púrpura brillante desde ciertos ángulos. Murray Cooper.
(Tiranuelo crestibarrado / Lophotriccus pileatus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Después de los picaflores, el tiranuelo pigmeo es uno de los pájaros mas pequeños del mundo. La Colicorta mide cerca de 6 cm mientras este crestibarrado alcanza los 9 cm de largo. Murray Cooper.
(Trogón collarejo / Trogon collaris - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Colombia es hogar de una enorme variedad de mariposas y polillas, y los bosques están atestados de sus larvas: una excelente fuente de alimento para una gran variedad de aves. Los trogones se alimentan de frutos e insectos. Antes de atrapar esta larva, el trogón de la foto estuvo sentado sobre una rama horizontal escaneando sus alrededores, luego divisó a la larva y se abatió de inmediato sobre ella. Murray Cooper.
(Cola de raqueta pierniblanco / Ocreatus underwoodii - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Este macho cola de raqueta pierniblanco luce sus botas blancas y una espléndida cola larga. Las plumas centrales de la cola muestran el raquis desnudo, pero la punta adornada con una raquetita azul. Usa estas plumas modificadas en sus cortejos, atrayendo a las hembras al desplegar y torcer su cola. Murray Cooper.
(Perico frentirrojo / Ocreatus underwoodii - Andes Occidentales y Centrales). Loros y pericos son animales sociales; generalmente se encuentran en bandadas que van de un puñado de individuos a cientos de ellos. Tras la nidificación, los pericos jóvenes siguen a sus padres por meses y años. Estos tres pericos frentirrojos podrían representar un grupo familiar: los dos progenitores y su crecida cría. Murray Cooper.
(Colibrí de gargantilla / Urosticte benjamini - Chocó). En estas imágenes se aprecia claramente cuán distintos pueden verse el macho y la hembra en una especie dimórfica. Este espléndido colibrí es difícil de observar en el interior del bosque porque gusta de forrajear dentro de bosques densos y a pocos metros del suelo. Murray Cooper.
(Gaviota andina / Larus serranus - Andes Centrales). La gaviota andina es otra especie de los altos Andes que encuentra el límite norte de su distribución en Colombia. Surca sin mayor esfuerzo por sobre lagunas paramunas y es omnívora: ¡Puede comer casi cualquier cosa! Murray Cooper.
(Polla gris / Gallinula chloropus - Valle del Cauca, Andes Orientales y Caribe). La polla gris tiene los dedos de las patas alargados, los cuales le permiten caminar sobre aglomeraciones de vegetación flotante y lodo suave sin hundirse. Estos dos machos usan sus patas coloridas para pelear y dominar a su contrincante. El ganador será más atractivo para las hembras y disfrutará de un mayor éxito reproductivo. Murray Cooper.
(Polluela norteña / Porzana carolina - Migrante neotropical; toda Colombia). Las polluelas y rascones son aves retraídas que viven en ciénagas, donde caminan sigilosamente entre la densa vegetación, casi sin emerger de ella. Fue por ello una gran sorpresa encontrar a esta polluela norteña caminando por el borde de un juncal y parándose inmóvil por varios minutos. Murray Cooper.
(Pellar andino / Vanellus resplendens - Andes Centrales). El atractivo pellar andino es algo frecuente en las montañas de los Andes Centrales de Colombia. Es más común en Bolivia y Perú, pero se lo puede observar con regularidad en los alrededores del Nevado del Ruiz, cerca de Manizales. Murray Cooper.
(Amazilia andina / Amazilia franciae - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). La mayoría de colibríes amazilia viven fuera del bosque, pero esta especie es más dependiente de hábitats boscosos que otras. Usualmente se encuentra alimentándose con otros colibríes en los niveles medio y bajo del bosque, así como en bordes. Murray Cooper.
(Loro orejiamarillo / Ognorhynchus icterotis - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Veinte y dos loros orejiamarillos perchando en una sola palma de cera (Ceroxylon) es una imagen estupenda. Estos loros dependen de las palmas de cera para nidificar y descansar, y están críticamente amenazados por la pérdida de su hábitat y la tala de dichas palmas durante Semana Santa. Afortunadamente, un intenso programa de conservación y educación encabezado por la Fundación ProAves, ha servido para estabilizar las poblaciones de este magnífico loro y para promover la conservación de las palmas y las aves. Murray Cooper.
(Tangará lacrimosa / Anisognathus lacrymosus - Andes Occidentales y Centrales). Cada nombre tiene su historia. Los nombres de muchas aves son descriptivos, identificando alguna característica obvia de su plumaje; otras llevan el nombre de algún ornitólogo famoso. La tangará lacrimosa lleva este nombre por el pequeño parche amarillo bajo sus ojos, el cual parece una lágrima. Podría llamarse, entonces, la tangará llorosa. Murray Cooper.
(Rumbito buchiblanco / Chaetocercus mulsant - Andes Centrales y Orientales). Los colibríes generalmente son flashes de color que cruzan a velocidad. En contraste, los rumbitos zigzaguean lentamente al tiempo que zumban como un abejorro. El macho ostenta una garganta rosa brillante, mientras la hembra viste más discretamente. Murray Cooper.
(Gavilán andino / Buteo polyosoma - Andes Centrales). Muchas veces se encuentra este gavilán grande y elegante perchado en árboles muertes o rocas en lugares abiertos, como se muestra en este foto. Observarlos en vuelo en su hábitat alto-andino es un espectaculo, ya que flotan inmóviles en el aire en medio de vientos fuertes. Murray Cooper.
(Zambullidor plateado / Podiceps occiptalis - Andes Centrales del Sur). Los zambullidores viven en pozas y lagos, donde se alimentan de peces. Tienen la extraordinaria habilidad de regular su propia flotabilidad, a veces nadando con todo el cuerpo sumergido y solo la cabeza afuera del agua. Por su extrema afinidad al agua, son sensibles a los disturbios ambientales; una especie, el zambullidor bogotano, habitó antiguamente en lagunas de montaña en los Andes Centrales y Orientales, pero ahora se ha extinguido para siempre debido a la polución de sus humedales. Murray Cooper.
(Tororoi leonado / Grallaria quitensis - Andes Centrales y Orientales). La mayoría de tororois son muy tímidos, con una excepción. El tororoi leonado habita en los páramos del norte de Sudamérica, y se observa fácilmente cuando camina y brinca entre parches de pastos abiertos, en procura de gusanos. Este adulto está llevando una jugosa lombriz a sus dos crías hambrientas. Murray Cooper.
(Gorrión montés pizarra / Atlapetes schistaceus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Los gorriones monteses son aves tímidas que prefieren buscar semillas comestibles en parches densos de vegetación. Este gorrión montés pizarra, sin embargo, parece totalmente tranquilo mientras brinca en el suelo, a pocos metros de los observadores. Murray Cooper.
(Cóndor andino / Vultur gryphus - Andes Centrales y Sierra Nevada de Santa Marta). La hembra del cóndor es un poco menos vistosa que el macho, con su imponente coloración de blanco y negro, pero no es menos impresionante mientras vuela hacia uno con estas alas gigantes, ojeando. Murray Cooper.
(Polla azul / Porphyrula martinica - Toda Colombia). Los ornitólogos usan una variedad de herramientas para estudiar a las aves. Una de las más comunes es atraparlas, colocar una banda metálica numerada en su pata y liberarlas ilesas. El número de la banda es como un nombre; sirve para reconocer individualmente a cada ave bandeada. Mire atentamente la pata derecha de esta polla azul y verá un ejemplo de dichas bandas. Murray Cooper.
(Rumbito pechiblanco / Calliphlox mitchellii - Andes Occidentales). En concordancia con su tamaño tan diminuto, los rumbitos escogen flores pequeñas, como esta inflorescencia de verbena. Sus pequeños picos calzan adecuadamente en flores cortas. Además, al alimentarse de flores pequeñas, los rumbitos evitan ser desplazados por colibríes más grandes. Murray Cooper.
(Gorrión copetón / Zonotrichia capensis - Todo el país). El gorrión es un residente abundante de casi toda Colombia. Se ha adaptado de excelente manera a los paisajes creados por el ser humano, y es una de las pocas aves que vive dentro de las grandes urbes, incluyendo Bogotá. Aquí vemos un adulto con su plumaje bien ataviado, sentado bajo su joven de plumaje pardo estriado. Pasarán de cuatro a seis meses más para que el juvenil adquiera su plumaje de adulto. Murray Cooper.
(Tangará coronada / Tangara xanthocephala - Andes Occidentales y Centrales). Si bien en los bosques de niebla andinos no crecen manzanas ni mangos, una atenta mirada descubrirá que estos bosques siempre están llenos de fruta. La mayoría de árboles y arbustos frutales, incluyendo los prolíficos higuerones y colcas, producen muchísimos frutos pequeños. Una plétora de aves, incluyendo esta tangará coronada, que se afana las bayas de una colca, basa gran parte de su dieta en frutos. Murray Cooper.
(Atrapamoscas risquero / Hirundinea ferruginea - Andes Orientales). El atrapamoscas risquero tiene el inusual hábito de vivir en o taludes y farallones rocosos o cerca de ellos. Se lo mira con frecuencia posado sobre su risco predilecto, donde además construye sus nidos en grietas rocosas. Se ha tornado algo común en los Andes colombianos, aprovechando los nuevos taludes y farallones creados por el ser humano a lo largo de caminos y carreteras. Murray Cooper.
(Pico de hoz coliverde / Eutoxeres aquila - Andes Centrales y Chocó). Los picos de hoz y unos cuantos colibríes más (los ermitaños) siempre construyen sus nidos en los mismos lugares: los tejen bajo las hojas grandes de bananos y platanillos, hacia su ápice. El nido es, por tanto, bien protegido de la lluvia. Estos tres polluelos están en pleno crecimiento; ¡apenas caben en el nido! Murray Cooper.
(Colibrí pechipunteado / Adelomyia melanogenys - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Observe un grupo de colibríes zumbando alrededor de un bebedero artificial por cinco minutos, y llegará a la conclusión de que los colibríes son avecitas realmente agresivas. Las especies más grandes tienden a dominar el uso de los bebederos (o de parches de flores), mientras las especies pequeñas, como este colibrí pechipunteado, necesitan escurrirse para robar sorbitos del dulce néctar. Murray Cooper.
(Colibrí pechicastaño / Boissonneaua matthewsii - Andes Centrales del Sur). Estos colibríes tienen la costumbre de mantener, por algunos segundos, un ala abierta apenas se perchan. Se desconoce la función de este peculiar comportamiento. Murray Cooper.
(Cucarachero de Apolinar / Cistothorus apolinari - Andes Orientales). Este pequeño cucarachero es endémico de las ciénagas de Cundinamarca y Boyacá, y está amenazado por la pérdida de hábitat: muy pocas ciénagas y juncales no se han drenado para convertirlos en tierras agrícolas. Existe una población saludable en la laguna de Fúquene, mientras se puede encontrar otras poblaciones pequeñas en varios humedales en Bogotá y alrededor de esta, incluso junto al Aeropuerto Internacional El Dorado. Murray Cooper.
(Rumbito buchiblanco / Chaetocercus mulsant - Andes Centrales y Orientales). Los rumbitos son algunos de los pájaros más pequeños encontrados en Sudamericapues pesan, de 2 a 3 gramos, y miden entre 5 y 7 cm de largo, incluyendo su cola. Murray Cooper.
(Terlaque de Nariño / Andigena laminirostris - Andes Suroccidentales). Pese a su gran tamaño y colores brillantes, los terlaques son sorprendentemente difíciles de observar. Forrajean en silencio en el dosel de los bosques de niebla y no son tan ruidosos y conspicuos como sus parientes de tierras tropicales. Murray Cooper.
(Pitajo torrentero / Ochthoeca cinnamomeiventris - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Una destellante cascada andina es un excelente lugar para detenerse, tomar fotografías y deleitarse con el esplendor del bosque. También es un buen lugar para apreciar al elegante pitajo torrentero, cuyas cejas blancas resaltan claramente en la media luz del bosque. Murray Cooper.
(Perico paramuno / Leptosittaca branickii - Andes Centrales). El perico paramuno anida en oquedades principalmente de palmas de cera (Ceroxylon sp.). Este hábito tan particular hace que este perico sea susceptible a las acciones humanas; ha declinado sustancialmente, y ahora se considera vulnerable a la extinción debido a la destrucción de dichas palmas durante la Semana Santa. Murray Cooper.
(Esmeralda coliazul / Chlorostilbon mellisugus - Andes Centrales y Amazonia). El nido de esta esmeralda coliazul es diminuto, como se esperaría por su pequeño tamaño corporal. Los colibríes emplean telarañas para construir sus nidos, por lo que se los puede observar colectando finas hebras de red. La pegajosa tela ayuda a mantener juntos los materiales del nido: fibras delgadas, semillas plumosas y líquenes. Murray Cooper.
(Jacamar cobrizo / Galbula pastazae - Putumayo). Colombia es el país que alberga la mayor diversidad de aves en el mundo: ¡más de 1800 especies! Muchas de ellas viven solo en regiones pequeñas de Colombia, como este jacamar cobrizo, encontrado únicamente en las laderas de la estribación oriental de los Andes orientales, en el departamento del Putumayo. Murray Cooper.
(Carpintero carmesí / Piculus rivolii - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). La mayoría de carpinteros andinos pequeños están vestidos de tonos olivas y pardos, pero no el carpintero carmesí: ¡esta magnífica ave es roja resplandeciente! Con paciencia, un observador podrá encontrar a este carpintero perchando en zonas abiertas. Murray Cooper.
(Piranga cabecirroja / Piranga rubriceps - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Si desea mirar a la escasa piranga cabecirroja busque un semáforo en los bosques altoandinos. La cabeza roja brillante: ¡deténgase! Cuerpo amarillo, ¡cuidado! Ahora sí, continúe. Finalmente podrá mirar su espalda verde. Pero, ojo, ahí está otra vez el rojo de su cabeza: ¡alto! Murray Cooper.
(Picaflor de antifaz / Diglossa cyanea - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Un árbol andino florecido es un ineludible imán para colibríes, pero también atraerá varios picaflores. Los picaflores son ladrones de néctar que consumen el dulce néctar sin brindar sus servicios a la polinización. Emplean sus picos ganchudos para perforar huequitos en la base de las flores y, a través de ellos, succionar el néctar. Murray Cooper.
(Guardabosque cenizo / Lipaugus fuscocinereus - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Lluvia constante y neblina espesa durante dos días completos; las montañas del noroeste de Antioquia se rehusaban a revelar sus secretos. Escuchábamos repetidamente el campaneo del Guardabosque cenizo, pero resultaba imposible encontrarlo, peor aun fotografiarlo. Finalmente, la niebla se corrió, y pudimos observar a uno de estos guardabosques sentado en una rama expuesta, ¡perfecta para una foto! Murray Cooper.
(Terlaque pechiazul / Andigena nigrirostris - Andes Occidentales, Centrales y Orientales). Imagine un tucán sentado en su nido, con dos huevos reposando bajo sus plumas pectorales. Pero, ¿qué estaba imaginando usted? ¿Acaso un nido construido con palitos en lo alto de un espigado árbol? En realidad, los tucanes nidifican en cavidades de árboles, aquellos huecos previamente excavados por pájaros carpinteros u otros animales. Su enorme pico no es la herramienta ideal para horadar la madera. Murray Cooper.
Texto de: Carlos Daniel Cadena
Algunas áreas del norte de Sudamérica son puntos calientes de biodiversidad donde se concentran tres componentes distintos de la diversidad de aves: el total de especies de aves, las especies de aves endémicas (aquellas con distribuciones restringidas) y las especies de aves amenazadas. Existen muchas explicaciones para los niveles excepcionalmente altos de diversidad y endemismo de aves en la región, pero el papel de los Andes, el sistema montañoso tropical más grande y complejo del mundo, figura prominentemente en muchas de esas explicaciones. La topografía quebrada y la heterogeneidad ambiental de esas montañas, que completaron su levantamiento final entre 5 y 2 millones de años antes del presente, están asociadas con una gran diversidad de ambientes (desde bosques premontanos densos y altos en el piedemonte cálido hasta la vegetación achaparrada o abierta a elevaciones altas y frías por encima de la línea de los árboles, pasando por humedales de montaña en los altiplanos) que pueden acomodar una variedad de especies con diferentes necesidades ecológicas.
Desde una perspectiva histórica, el levantamiento de los Andes creó nuevos ambientes a los cuales pudieron dispersarse y adaptarse especies de las tierras bajas suramericanas e incluso de áreas alpinas de las zonas templadas. Además, los Andes han actuado como un gran centro de producción de especies, donde los linajes se han diversificado extensivamente en buena parte como resultado del aislamiento físico de las poblaciones causado por barreras geográficas o ecológicas que impiden la dispersión (e.g., valles secos o de elevaciones bajas) y por la historia climática dinámica del último millón de años, lapso en el que diferentes zonas de vegetación se contrajeron y expandieron periódicamente a lo largo de las faldas de las montañas siguiendo los cambios en la temperatura y la humedad. El paisaje andino probablemente también ha promovido el origen de especies de zonas de montaña como resultado de adaptación por selección natural a lo largo de gradientes ambientales pronunciados y desempeñó un papel crucial en la diversificación de las fauna de tierras bajas al separar grandes bloques de bosques tropicales como el Chocó y la Amazonia, donde muchas especies han evolucionado en aislamiento debido en parte al efecto de los Andes como una barrera infranqueable a la dispersión de muchos linajes.
En Colombia, los Andes se separan en tres cordilleras distintas orientadas de norte a sur a lo largo de buena parte del país, con los valles de los ríos Cauca y Magdalena ubicados en medio. La existencia de estas distintas montañas no solo ha contribuido a la enorme heterogeneidad de ambientes y a la diversidad de aves colombianas debido a sus efectos sobre el clima y, en consecuencia, sobre la distribución de las aves (por ejemplo, en laderas que interceptan las nubes se encuentran bosques húmedos frondosos con alta incidencia de plantas epífitas mientras que en laderas que no reciben lluvias se encuentran ambientes secos con vegetación arbustiva y espinosa)sino que también ha influenciado la diferenciación de las poblaciones de aves de manera que cada cordillera (e incluso cada vertiente de una cordillera) tiene una avifauna única, con varias especies endémicas. Esto, sumado al hecho de que los ensamblajes de aves que se encuentran a diferentes elevaciones en las cordilleras difieren sustancialmente en su composición de especies, implica que el cambio espacial de la diversidad de aves en los Andes colombianos, una medida a la que los ecólogos se refieren como diversidad beta, es notablemente alto. Aun en grupos en los que la diferenciación entre poblaciones aparentemente no ha conducido al origen de especies distintas pero cercanamente emparentadas ubicadas en las distintas cordilleras, la variación geográfica entre cordilleras en muchas especies de amplia distribución en rasgos relacionados con su apariencia externa (coloración y patrón del plumaje, tamaño corporal y del pico), en el comportamiento (cantos) y en los genes (e.g. secuencias de ADN mitocondrial) es pronunciada. Muchas de esas poblaciones diferenciadas probablemente merecen considerarse especies diferentes y estamos a la espera de estudios detallados sobre el tema. Más aún, la diversidad de las aves de los bosques andinos es todavía insuficientemente conocida, como lo demuestran los hallazgos recientes de especies espectaculares antes desconocidas para la ciencia, como Lipaugus weberi. De hecho, recientemente se han descubierto especies nuevas para la ciencia a pocos kilómetros e incluso en las afueras de grandes ciudades, incluyendo a Bogotá (Grallaria kaestneri) y Armenia y Pereira (Scytalopus stilesi).
Infortunadamente, la historia de los asentamientos humanos, el desarrollo y el conflicto social en Colombia han pasado factura fuertemente a los ambientes naturales de los Andes. Muchos de los centros urbanos principales del país están ubicados en los Andes y las plantaciones de café, que antes fueron el motor principal de nuestra economía, se concentran a elevaciones intermedias andinas. La deforestación y la degradación del hábitat asociadas al desarrollo urbano, a la agricultura, a la ganadería y, de modo creciente en los últimos años, a los cultivos ilícitos, han conducido a una reducción dramática en la extensión de la vegetación natural en los Andes. Una de las pocas “reglas” en la ecología y la biogeografía es que el número de especies que se encuentran en un lugar es una función del área del lugar, y las aves de las montañas de Colombia no son la excepción a esta regla. Estudios desarrollados en localidades de bosque de montaña en la Cordillera Occidental y la Cordillera Central para las cuales existía información básica provista por inventarios realizados antes de la marcada destrucción y degradación del hábitat indicaron que hasta el 30% de las especies de aves de bosque se extinguieron localmente a lo largo del siglo XX y que grupos como los insectívoros terrestres y los frugívoros del dosel son especialmente vulnerables a las alteraciones del hábitat. De modo más general, de 152 especies de aves colombianas que se encuentran bajo algún grado de amenaza de extinción, 111 se encuentran a elevaciones medias o altas en los Andes y en otros sistemas montañosos del país, como la Sierra Nevada de Santa Marta. Algunas evaluaciones recientes llamaron la atención sobre la escasez de parques nacionales y reservas naturales para proteger las aves amenazadas y endémicas en los Andes colombianos, una situación que de alguna forma ha empezado a ser remediada con el establecimiento reciente de nuevos parques nacionales (e.g. Serranía de los Yariguíes en la Cordillera Oriental y Selva de Florencia en la Cordillera Central) y con el creciente interés de ONG e individuos en establecer reservas naturales privadas. A pesar de estos valiosos esfuerzos, muchas aves andinas aún están en problemas y muchas especies, incluyendo varias que actualmente no se consideran amenazadas, se enfrentan a una amenaza acechante: el cambio climático. Se espera que el calentamiento global tendrá un efecto fuerte sobre las especies de las montañas tropicales debido a sus nichos ecológicos estrechos y a la contracción y desaparición de los ambientes de elevaciones altas.
Observar aves en los Andes colombianos es emocionante. Además del abrumador número de especies para ver (muchas de las cuales no se encuentran en ningún otro sitio), la distribución restringida de muchas especies y el cambio marcado en los ensamblajes de especies en gradientes de elevación o a cada lado de los valles brindan muchos desafíos y oportunidades para los observadores interesados en hacer crecer sus listas de especies vistas y para los ornitólogos interesados en conocer mejor la distribución de las especies. Además, la posibilidad de documentar extensiones significativas de la distribución conocida de las especies visitando lugares inexplorados e incluso la de descubrir especies nuevas para la ciencia, hace que las excursiones ornitológicas a los Andes colombianos sean especialmente apasionantes. Recientemente visité el Parque Nacional Natural Tatamá, uno de los sitios de elevaciones altas más hermosos que he conocido. Ubicados en los límites entre los departamentos de Risaralda, Valle del Cauca y Chocó, los bosques muy húmedos cubiertos de nubes por encima de los 1500 m en la vertiente que mira al Pacífico nos dieron la oportunidad de ver muchas aves espectaculares y especiales de las montañas como Boissonneaua jardinii, Semnornis ramphastinus, Machaeropterus deliciosus, Margarornis stellatus, Anisognathus notabilis, Bangsia aureocincta, Bangsia melanochlamys y Chlorochryssa phoenicotis, entre muchas otras. Tres días en Tatamá fueron demasiado pocos y todas las aves que no pudimos ver me dejaron queriendo quedarme más tiempo. Sin embargo, de vuelta en mi casa unos días después recordé algo que a menudo olvidamos: a pesar de ser un centro urbano enorme dominado por concreto, contaminación y caos, Bogotá aún está rodeada de pequeños parches de vegetación nativa andina que han logrado persistir y donde varias especies de aves de bosque sobreviven. Durante una caminata y trotada breve en la quebrada La Vieja en los Cerros Orientales de la ciudad, los sonidos de Grallaria squamigera, Grallaria rufula y Grallaria ruficapilla, de Henicorhina leucophrys y de Scytalopus griseicollis y la observación rápida de un Heliangelus amethysticollis y de una pareja de Atlapetes schistaceus que estaba construyendo su nido sirvieron para recordarme que muchas aves únicas y hermosas de los bosques de los Andes aún viven prácticamente en nuestros patios de atrás. Además, cruzar caminos con gente de todo tipo que disfruta de caminar y de experimentar un poco de naturaleza en esta área me dio alguna sensación de esperanza en cuanto a que esos patios de atrás aún tienen algo de potencial para conservar nuestras aves. Una semana más tarde, ser testigo de la emoción que produjo entre mis estudiantes principiantes de biología el escuchar los cantos de un Rallus semiplumbeus y el observar varios grupos de Chrysomus icterocephalus en un humedal contaminado inmerso en un área urbana de Bogotá, solo reforzó esa sensación.