- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
- Ricardo Gómez Campuzano (1987)
- El encanto de Bogotá (1987)
- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
- Casa de Campo en Colombia (2007)
- Luis Restrepo. construcciones (2007)
- Juan Cárdenas (2007)
- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Introducción
Guapi, Cauca.
Capurganá, Chocó.
Serranía de Macuira, Guajira.
Texto de: Alberto Mendoza Morales
Desde la Luna la Tierra se ve enorme y azul entre el blanco errante de nubes pasajeras. Más cerca se advierten signos terrestres, la nieve de los polos, el amarillo de los desiertos, el verde de selvas y llanuras. Más cerca aún se perciben los espacios y los colores de su geografía, océanos, mares, litorales, llanos, selvas, desiertos, montañas, páramos, volcanes, nevados. Infinita variedad.Colombia es un país ecuatorial. Participa de los dos hemisferios mundiales, boreal y austral. Se sitúa entre los trópicos de Cáncer y Capricornio. Reposa a medio camino entre Alaska y Patagonia. Ocupa la esquina noroccidental de la América del Sur. La línea ecuatorial la cruza por el sur.
Colombia fue la Tierra Firme que encontraron los primeros exploradores españoles del siglo XV. El profesor Luis López de Mesa la llamó “llave de oro de Suramérica”, “Balcón de esquina oceánica”. Es el único país del área bañado por dos acuarios mundiales, el océano Pacífico y el océano Atlántico, representado por el mar Caribe.
Colombia tiene un área aproximada de 2.070.408 km2, 1.141.748 continentales y 928.660 marítimos. Colinda con doce países, Panamá, Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Jamaica, Cuba, Haití y Santo Domingo. El territorio lo conforman seis espacios continentales: Amazonia, Orinoquia, Cuenca Marabina y Espacio Andino, Espacio Caribe, Espacio Pacífico. Cada espacio alberga un ecosistema propio, paisajes específicos y etnias correspondientes.La complejidad biofísica y geográfica de Colombia le asigna todos los pisos térmicos del planeta, numerosos ecosistemas y variedad de paisajes que saltan de tramo en tramo, de piso a piso. El país aparece como un entramado de regiones, nichos, ríos sinuosos y divagantes, valles interandinos, mesetas, lagos, lagunas, páramos que consienten silenciosos frailejones. Albos picos, cubiertos de refulgentes nieves, se recortan contra el cielo, forman cresterío en los Andes y puntas nevadas en la Sierra Nevada de Santa Marta.
El territorio colombiano se organiza según tres franjas paralelas de dirección sur norte, el andén pacífico al occidente, la masa andina al centro, las planicies, selva y llanos al oriente. El clima muestra temperaturas extremas, ofrece a la población la experiencia de pasar del ecuador a los polos sin salir del país. A medida que se sube, el aire se enrarece y la temperatura se hace más fría a razón de un grado centígrado por cada 180 metros de ascenso.
Vista como construcción, Colombia parece un edificio de seis niveles, un sótano y cinco pisos. Cada piso tiene ambientes, características y géneros de vida propios. El sótano se funda en la plataforma submarina, un acuario lleno de peces, minerales, vegetales. Al ascender y atravesar las aguas, se llega a litorales, playas y llanuras, se accede al primer piso; mide 1.000 metros de altura a partir del nivel del mar. Es tierra caliente. Contiene costas, playas, puertos, ciénagas, llanuras, selvas, desiertos. El segundo piso anuncia la montaña, es tierra templada, amable, propicia para la vida. El tercer piso es tierra fría, incluye la altiplanicie nariñense, la sabana de Bogotá, la cuenca alta del río Chicamocha y valles como los de Ubaté, Sogamoso y Chiquinquirá. El cuarto piso es el páramo, frío, área de musgos y líquenes, paraíso del frailejón, origen del agua corriente, reino del cóndor. El quinto piso es un enclave ártico en el trópico, reino de las nieves perpetuas, escenario de los picos nevados, fríos gigantes, mudos protagonistas de un universo del silencio y la pureza.Colombia, franja verde del planeta, territorio fértil del mundo, biodiversidad bullente, ofrece rico patrimonio natural, variedad de ofertas representadas en bienes renovables y no renovables. El aire, dócil, aporta la escala completa de las temperaturas dictadas por los niveles térmicos. En sus bosques, laboratorios químicos de la naturaleza, el país se oxigena; en las ciudades, núcleos de bullente y ruidosa actividad, se contamina.
El agua abunda, gotea, corre y canta. La vemos gaseosa en nubes ambulantes; al pasar, con rumbo ignoto, dibujan en el cielo figuras fantásticas; la sentimos congelada en las masas de hielo y nieve que cubren las montañas de donde baja líquida y urgida, dispuesta a alimentar ríos y quebradas; la percibimos en la lluvia que riega selvas y plantíos; la vemos en ríos de diversa forma, anchura y longitud; en ciénagas, lagos, lagunas, zapales y humedales; en saltos y represas; frías en las alturas, tibias en tierras medias, hirvientes en las fuentes termales; aguas sagradas, saludables, afloran humeantes, mezcladas con numerosos minerales en suspensión, propias para usos industriales, recreativos, medicinales.
El territorio, patrimonio primordial, presenta calidades y coberturas diversas. Llanos y selvas ocupan más de la mitad del país. Tierras ácidas, rojas, lateríticas, delicadas, con vocaciones diversas —ganadera, agraria, forestal— ocupan espacio por todas partes. Valles, vegas y cuencas interandinas muestran tierras negras de notable espesor y fertilidad. Ofrecen zonas feraces: la sabana de Bogotá, el altiplano boyacense, el valle del Cauca, la cuenca del río Sinú.
La cordillera Central muestra tierras con apreciable contenido de cenizas volcánicas, buenas para el cultivo de frutales, yuca, plátano y cítricos, especialmente para el café, el suave, el más famoso del mundo. Hay tierras desérticas y semidesérticas, la Guajira, la Tatacoa, “valle de las tristezas”, entre el Huila y el Tolima, frente al cerro de Pacandé; La Candelaria en Boyacá. Colombia, de resto, está cubierta por un edredón vegetal tejido de pastos, matorrales, selvas y cultivos. Hay, en fin, tierras con bosques que las visten, montañas que las adornan, llanuras que les prestan dimensión y color. Hay tierras con erosión, cáncer ocasionado por uso inadecuado, alteradas por la tala de bosques y selvas, por el agua que las lava, por el viento que las barre. La erosión esculpe paisajes en los estoraques de Norte de Santander. Hay arcillas de excelente calidad, útiles en alfarería, en la fabricación de materiales de construcción, en la locería y la cerámica; hay calizas para fabricar cemento y mármoles para escultores y enchapadores de fachadas.
Colombia es potencia carbonífera mundial. Son notables los mantos que se dan en Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Valle del Cauca, en las minas de El Cerrejón y Tamarrazón en el departamento de la Guajira, y en la Jagua de Ibirico en el departamento del Cesar. El carbón se exporta, en el interior se usa como combustible para producir energía en las termoeléctricas de Paipa y Zipaquirá, en siderurgia para producir acero en Belencito. La sal abunda, extraída del mar en Manaure, La Guajira y Galerazamba; de las minas de Zipaquirá y Nemocón trabajadas desde tiempo inmemorial. Existe cobre, estaño, asbesto, níquel, azufre, zinc, plomo. Hay uranio, extraido y trabajado en los Santanderes, en Chocó, en el Escudo Guayanés. Abunda el oro en Antioquia, Chocó, Nariño, Quindío, Tolima, hitos principales de la geografía aurífera de Colombia. Oro conocido y manejado magistralmente desde viejas edades por zenúes, quimbayas y calimas; su abundancia identificó a Colombia con El Dorado, quimera excelsa que subyugó a ambiciosos conquistadores españoles. Asociado con el oro, está el platino en el Chocó. Las esmeraldas colombianas, gema verde, están entre las más apreciadas del mundo. Se extraen en el departamento de Boyacá, en Chivor, Muzo, Coscuez y Somondoco.
La flora colombiana se diversifica según regiones geográficas y niveles climáticos. Los litorales se cubren de manglares, las playas de palmeras. El andén pacífico con selva húmeda, hylea pacífica, la Amazonia con selva multinacional, los Andes con bosques productores de maderas preciosas, cedro, caoba, camelo, carreto, ceiba, ábaco, comino, palo de rosa, entre las más conocidas; además, árboles que producen resinas, caucho y balata; y palmas, real, moriche, cumare, canangucho. En las alturas del Quindío se da la palma de cera, única en el mundo, símbolo nacional. Hay frutas en la más extensa variedad y de la mayor dulzura, naranja, toronja, mandarina, mango, patilla, curuba, manzana, ciruela, zapote, madroño, guanábana, anón, chirimoya, piña, papaya, pitaya, aguacate. Y el marañón, rojo y amarillo, única fruta que tiene la semilla por fuera. La lista completa sería interminable.
El herbario colombiano cuenta 130 mil plantas clasificadas, número de especies que pertenecen a 6 mil géneros. Las flores son llamativas, naturales y cultivadas. Entre todas sobresale la flor erguida y blanca del loto gigante que flota plácido en las cochas amazónicas y la catleya del bosque, flor nacional presente en inmensa variedad. De todo hay en Colombia, de todo se da en estas tierras, “lo único que no se da es lo que no se siembra”. Papa, plátano, yuca, maíz, fríjol, ñame, productos de pancoger y de diario mercado, son cosechas corrientes. Y los productos agroindustriales, café‚ banano, trigo, caña de azúcar y panelera, arroz, ajonjolí, maní, sorgo, algodón, cacao.
La fauna colombiana se presenta variada entre toda la fauna del mundo. Animales de todas clases y colores se agitan por aire, mar y tierra; vuelan, nadan, saltan, se arrastran, caminan. Mamíferos, peces, insectos, ofidios, reptiles, batracios, moluscos se dan en abundancia sorprendente. Incluye especies supervivientes de lejanas épocas, las iguanas, contemporáneas de los dinosaurios, el armadillo, parecido al gliptodonte, envuelto en fuerte caparazón defensivo; el oso perezoso, descendiente del megaterio y el oso hormiguero. Se encuentran chigüiros, el roedor más grande del mundo; dantas de cara amable, de la familia de los elefantes; babillas y caimanes, parientes de los cocodrilos del Nilo, y tortugas. Es notable la existencia de hormigas de todas las clases, pituchas, arrieras, culonas, tambochas temibles en la selva. Las mariposas, mundialmente apreciadas, mueven frágiles alas; sus escamas, de colores brillantes, reflejan la luz en las profundidades de selvas, bosques y extensiones campestres; su espléndido ropaje, junto con las mariposas del Brasil, muestra el más alto grado de desarrollo alcanzado por esta especie sobre la Tierra. Cucarrones iridiscentes forman parte de un mundo de invertebrados de inmensa variedad. Entre los mamíferos abundan los monos, cuyas voces llenan los amaneceres del llano y de la selva; se distingue el chiruco, amigable y cariñoso. Hay venados, conejos, borugos, tigrillos, jaguar, puma y el cuy o curí, delicia de los pueblos del sur. Se encuentran mamíferos acuáticos, delfines oscuros y rosados en el Amazonas y ballenas jorobadas en el océano Pacífico, que vienen del sur del continente huyendo del frío, llegan a las islas de Gorgona y de Malpelo a veranear, a jugar, a hacer el amor, a reproducirse.
América del Sur es llamada “el continente de las aves”. En Colombia se da el cóndor, viajero de los Andes, de vuelo sensual y majestuoso; la guacamaya “bandera colombiana”, el flamenco en las costas del mar Caribe y el águila huraña. Y pequeños pájaros, nerviosos y vistosos, colibríes, zorzales, tordos, cucaracheros, canarios, petiamarillos, cardenales, la tórtola esquiva, loros verdes y parlanchines y pericos ruidosos vuelan en bandadas, llenan de estridencias los atardeceres de las tierras calientes; el tucán de pico poderoso y el peralonso de largas y finas patas, que cuida la casa como si fuera un perro doméstico. Hay ofidios, culebras inofensivas —la cazadora— ponzoñosas y letales: rabo de ají, coral, tatacoa y talla equis; la boa constrictor, de 4 m de largo, se nutre de vertebrados de sangre caliente; enrollada en el cuerpo de un ternero, lo mata, se lo traga entero y duerme una siesta de un mes luego de ingerir, como ayuda, una yerba digestiva; la anaconda, sagrada boa del agua, hasta de 10 m de longitud, nada en línea recta, come aves acuáticas, mamíferos y peces y vive hasta 30 años, más que un caballo.
En Colombia se cría y se ordeña ganado holstein, normando, pardo suizo, blanco orejinegro; en los llanos se levanta y engorda ganado criollo, cebú y sus cruces; se crían y levantan cerdos, ovejas, chivos y aves de corral. Hay fenotipos colombianos como el ganado romosinuano, rojo, sin cachos, manso, producido en el medio cordobés, mezcla de ganado criollo y aberdeen angus inglés. Y el cerdo zungo, de casco hendido, sin pelo, negro, brillante, parece envuelto en un saco de polietileno.
Entramos, a continuación, a la geografía descriptiva de Colombia. Accederemos al espacio múltiple de un país-continente, territorio asombroso, de variedad extrema, de paisajes hermosos. Desde el fondo del mar ascenderemos hasta llegar a los volcanes nevados recortados contra el cielo. Tendremos una imagen territorial tomada desde arriba, desde el cielo, desde nubes inquietas y aires corrientes, realidad capturada en cámaras fotográficas manejadas con oportunidad, destreza y arrojo.
#AmorPorColombia
Introducción
Guapi, Cauca.
Capurganá, Chocó.
Serranía de Macuira, Guajira.
Texto de: Alberto Mendoza Morales
Desde la Luna la Tierra se ve enorme y azul entre el blanco errante de nubes pasajeras. Más cerca se advierten signos terrestres, la nieve de los polos, el amarillo de los desiertos, el verde de selvas y llanuras. Más cerca aún se perciben los espacios y los colores de su geografía, océanos, mares, litorales, llanos, selvas, desiertos, montañas, páramos, volcanes, nevados. Infinita variedad.Colombia es un país ecuatorial. Participa de los dos hemisferios mundiales, boreal y austral. Se sitúa entre los trópicos de Cáncer y Capricornio. Reposa a medio camino entre Alaska y Patagonia. Ocupa la esquina noroccidental de la América del Sur. La línea ecuatorial la cruza por el sur.
Colombia fue la Tierra Firme que encontraron los primeros exploradores españoles del siglo XV. El profesor Luis López de Mesa la llamó “llave de oro de Suramérica”, “Balcón de esquina oceánica”. Es el único país del área bañado por dos acuarios mundiales, el océano Pacífico y el océano Atlántico, representado por el mar Caribe.
Colombia tiene un área aproximada de 2.070.408 km2, 1.141.748 continentales y 928.660 marítimos. Colinda con doce países, Panamá, Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Jamaica, Cuba, Haití y Santo Domingo. El territorio lo conforman seis espacios continentales: Amazonia, Orinoquia, Cuenca Marabina y Espacio Andino, Espacio Caribe, Espacio Pacífico. Cada espacio alberga un ecosistema propio, paisajes específicos y etnias correspondientes.La complejidad biofísica y geográfica de Colombia le asigna todos los pisos térmicos del planeta, numerosos ecosistemas y variedad de paisajes que saltan de tramo en tramo, de piso a piso. El país aparece como un entramado de regiones, nichos, ríos sinuosos y divagantes, valles interandinos, mesetas, lagos, lagunas, páramos que consienten silenciosos frailejones. Albos picos, cubiertos de refulgentes nieves, se recortan contra el cielo, forman cresterío en los Andes y puntas nevadas en la Sierra Nevada de Santa Marta.
El territorio colombiano se organiza según tres franjas paralelas de dirección sur norte, el andén pacífico al occidente, la masa andina al centro, las planicies, selva y llanos al oriente. El clima muestra temperaturas extremas, ofrece a la población la experiencia de pasar del ecuador a los polos sin salir del país. A medida que se sube, el aire se enrarece y la temperatura se hace más fría a razón de un grado centígrado por cada 180 metros de ascenso.
Vista como construcción, Colombia parece un edificio de seis niveles, un sótano y cinco pisos. Cada piso tiene ambientes, características y géneros de vida propios. El sótano se funda en la plataforma submarina, un acuario lleno de peces, minerales, vegetales. Al ascender y atravesar las aguas, se llega a litorales, playas y llanuras, se accede al primer piso; mide 1.000 metros de altura a partir del nivel del mar. Es tierra caliente. Contiene costas, playas, puertos, ciénagas, llanuras, selvas, desiertos. El segundo piso anuncia la montaña, es tierra templada, amable, propicia para la vida. El tercer piso es tierra fría, incluye la altiplanicie nariñense, la sabana de Bogotá, la cuenca alta del río Chicamocha y valles como los de Ubaté, Sogamoso y Chiquinquirá. El cuarto piso es el páramo, frío, área de musgos y líquenes, paraíso del frailejón, origen del agua corriente, reino del cóndor. El quinto piso es un enclave ártico en el trópico, reino de las nieves perpetuas, escenario de los picos nevados, fríos gigantes, mudos protagonistas de un universo del silencio y la pureza.Colombia, franja verde del planeta, territorio fértil del mundo, biodiversidad bullente, ofrece rico patrimonio natural, variedad de ofertas representadas en bienes renovables y no renovables. El aire, dócil, aporta la escala completa de las temperaturas dictadas por los niveles térmicos. En sus bosques, laboratorios químicos de la naturaleza, el país se oxigena; en las ciudades, núcleos de bullente y ruidosa actividad, se contamina.
El agua abunda, gotea, corre y canta. La vemos gaseosa en nubes ambulantes; al pasar, con rumbo ignoto, dibujan en el cielo figuras fantásticas; la sentimos congelada en las masas de hielo y nieve que cubren las montañas de donde baja líquida y urgida, dispuesta a alimentar ríos y quebradas; la percibimos en la lluvia que riega selvas y plantíos; la vemos en ríos de diversa forma, anchura y longitud; en ciénagas, lagos, lagunas, zapales y humedales; en saltos y represas; frías en las alturas, tibias en tierras medias, hirvientes en las fuentes termales; aguas sagradas, saludables, afloran humeantes, mezcladas con numerosos minerales en suspensión, propias para usos industriales, recreativos, medicinales.
El territorio, patrimonio primordial, presenta calidades y coberturas diversas. Llanos y selvas ocupan más de la mitad del país. Tierras ácidas, rojas, lateríticas, delicadas, con vocaciones diversas —ganadera, agraria, forestal— ocupan espacio por todas partes. Valles, vegas y cuencas interandinas muestran tierras negras de notable espesor y fertilidad. Ofrecen zonas feraces: la sabana de Bogotá, el altiplano boyacense, el valle del Cauca, la cuenca del río Sinú.
La cordillera Central muestra tierras con apreciable contenido de cenizas volcánicas, buenas para el cultivo de frutales, yuca, plátano y cítricos, especialmente para el café, el suave, el más famoso del mundo. Hay tierras desérticas y semidesérticas, la Guajira, la Tatacoa, “valle de las tristezas”, entre el Huila y el Tolima, frente al cerro de Pacandé; La Candelaria en Boyacá. Colombia, de resto, está cubierta por un edredón vegetal tejido de pastos, matorrales, selvas y cultivos. Hay, en fin, tierras con bosques que las visten, montañas que las adornan, llanuras que les prestan dimensión y color. Hay tierras con erosión, cáncer ocasionado por uso inadecuado, alteradas por la tala de bosques y selvas, por el agua que las lava, por el viento que las barre. La erosión esculpe paisajes en los estoraques de Norte de Santander. Hay arcillas de excelente calidad, útiles en alfarería, en la fabricación de materiales de construcción, en la locería y la cerámica; hay calizas para fabricar cemento y mármoles para escultores y enchapadores de fachadas.
Colombia es potencia carbonífera mundial. Son notables los mantos que se dan en Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Valle del Cauca, en las minas de El Cerrejón y Tamarrazón en el departamento de la Guajira, y en la Jagua de Ibirico en el departamento del Cesar. El carbón se exporta, en el interior se usa como combustible para producir energía en las termoeléctricas de Paipa y Zipaquirá, en siderurgia para producir acero en Belencito. La sal abunda, extraída del mar en Manaure, La Guajira y Galerazamba; de las minas de Zipaquirá y Nemocón trabajadas desde tiempo inmemorial. Existe cobre, estaño, asbesto, níquel, azufre, zinc, plomo. Hay uranio, extraido y trabajado en los Santanderes, en Chocó, en el Escudo Guayanés. Abunda el oro en Antioquia, Chocó, Nariño, Quindío, Tolima, hitos principales de la geografía aurífera de Colombia. Oro conocido y manejado magistralmente desde viejas edades por zenúes, quimbayas y calimas; su abundancia identificó a Colombia con El Dorado, quimera excelsa que subyugó a ambiciosos conquistadores españoles. Asociado con el oro, está el platino en el Chocó. Las esmeraldas colombianas, gema verde, están entre las más apreciadas del mundo. Se extraen en el departamento de Boyacá, en Chivor, Muzo, Coscuez y Somondoco.
La flora colombiana se diversifica según regiones geográficas y niveles climáticos. Los litorales se cubren de manglares, las playas de palmeras. El andén pacífico con selva húmeda, hylea pacífica, la Amazonia con selva multinacional, los Andes con bosques productores de maderas preciosas, cedro, caoba, camelo, carreto, ceiba, ábaco, comino, palo de rosa, entre las más conocidas; además, árboles que producen resinas, caucho y balata; y palmas, real, moriche, cumare, canangucho. En las alturas del Quindío se da la palma de cera, única en el mundo, símbolo nacional. Hay frutas en la más extensa variedad y de la mayor dulzura, naranja, toronja, mandarina, mango, patilla, curuba, manzana, ciruela, zapote, madroño, guanábana, anón, chirimoya, piña, papaya, pitaya, aguacate. Y el marañón, rojo y amarillo, única fruta que tiene la semilla por fuera. La lista completa sería interminable.
El herbario colombiano cuenta 130 mil plantas clasificadas, número de especies que pertenecen a 6 mil géneros. Las flores son llamativas, naturales y cultivadas. Entre todas sobresale la flor erguida y blanca del loto gigante que flota plácido en las cochas amazónicas y la catleya del bosque, flor nacional presente en inmensa variedad. De todo hay en Colombia, de todo se da en estas tierras, “lo único que no se da es lo que no se siembra”. Papa, plátano, yuca, maíz, fríjol, ñame, productos de pancoger y de diario mercado, son cosechas corrientes. Y los productos agroindustriales, café‚ banano, trigo, caña de azúcar y panelera, arroz, ajonjolí, maní, sorgo, algodón, cacao.
La fauna colombiana se presenta variada entre toda la fauna del mundo. Animales de todas clases y colores se agitan por aire, mar y tierra; vuelan, nadan, saltan, se arrastran, caminan. Mamíferos, peces, insectos, ofidios, reptiles, batracios, moluscos se dan en abundancia sorprendente. Incluye especies supervivientes de lejanas épocas, las iguanas, contemporáneas de los dinosaurios, el armadillo, parecido al gliptodonte, envuelto en fuerte caparazón defensivo; el oso perezoso, descendiente del megaterio y el oso hormiguero. Se encuentran chigüiros, el roedor más grande del mundo; dantas de cara amable, de la familia de los elefantes; babillas y caimanes, parientes de los cocodrilos del Nilo, y tortugas. Es notable la existencia de hormigas de todas las clases, pituchas, arrieras, culonas, tambochas temibles en la selva. Las mariposas, mundialmente apreciadas, mueven frágiles alas; sus escamas, de colores brillantes, reflejan la luz en las profundidades de selvas, bosques y extensiones campestres; su espléndido ropaje, junto con las mariposas del Brasil, muestra el más alto grado de desarrollo alcanzado por esta especie sobre la Tierra. Cucarrones iridiscentes forman parte de un mundo de invertebrados de inmensa variedad. Entre los mamíferos abundan los monos, cuyas voces llenan los amaneceres del llano y de la selva; se distingue el chiruco, amigable y cariñoso. Hay venados, conejos, borugos, tigrillos, jaguar, puma y el cuy o curí, delicia de los pueblos del sur. Se encuentran mamíferos acuáticos, delfines oscuros y rosados en el Amazonas y ballenas jorobadas en el océano Pacífico, que vienen del sur del continente huyendo del frío, llegan a las islas de Gorgona y de Malpelo a veranear, a jugar, a hacer el amor, a reproducirse.
América del Sur es llamada “el continente de las aves”. En Colombia se da el cóndor, viajero de los Andes, de vuelo sensual y majestuoso; la guacamaya “bandera colombiana”, el flamenco en las costas del mar Caribe y el águila huraña. Y pequeños pájaros, nerviosos y vistosos, colibríes, zorzales, tordos, cucaracheros, canarios, petiamarillos, cardenales, la tórtola esquiva, loros verdes y parlanchines y pericos ruidosos vuelan en bandadas, llenan de estridencias los atardeceres de las tierras calientes; el tucán de pico poderoso y el peralonso de largas y finas patas, que cuida la casa como si fuera un perro doméstico. Hay ofidios, culebras inofensivas —la cazadora— ponzoñosas y letales: rabo de ají, coral, tatacoa y talla equis; la boa constrictor, de 4 m de largo, se nutre de vertebrados de sangre caliente; enrollada en el cuerpo de un ternero, lo mata, se lo traga entero y duerme una siesta de un mes luego de ingerir, como ayuda, una yerba digestiva; la anaconda, sagrada boa del agua, hasta de 10 m de longitud, nada en línea recta, come aves acuáticas, mamíferos y peces y vive hasta 30 años, más que un caballo.
En Colombia se cría y se ordeña ganado holstein, normando, pardo suizo, blanco orejinegro; en los llanos se levanta y engorda ganado criollo, cebú y sus cruces; se crían y levantan cerdos, ovejas, chivos y aves de corral. Hay fenotipos colombianos como el ganado romosinuano, rojo, sin cachos, manso, producido en el medio cordobés, mezcla de ganado criollo y aberdeen angus inglés. Y el cerdo zungo, de casco hendido, sin pelo, negro, brillante, parece envuelto en un saco de polietileno.
Entramos, a continuación, a la geografía descriptiva de Colombia. Accederemos al espacio múltiple de un país-continente, territorio asombroso, de variedad extrema, de paisajes hermosos. Desde el fondo del mar ascenderemos hasta llegar a los volcanes nevados recortados contra el cielo. Tendremos una imagen territorial tomada desde arriba, desde el cielo, desde nubes inquietas y aires corrientes, realidad capturada en cámaras fotográficas manejadas con oportunidad, destreza y arrojo.