La crítica de arte

Homenaje al hombre. Fresco del Aula Máxima de la Escuela de Minas, Medellín. 1952 

Cúpula Facultad de Minas en Medellín 

El maestro pinta la cúpula. Facultad de Minas, Universidad Nacional de Medellín.  

Maqueta de la cúpula. Facultad de Minas, Universidad Nacional de Medellín.  

Estudios para el fresco del Banco de la República en Bogotá. 1955 

Estudios para el fresco del Banco de la República en Bogotá. 1955 

Estudios para el fresco del Banco de la República en Bogotá. 1955 

La república. Fresco del Salón del Concejo, Medellín. 1957 

Con Efe Gómez y Fernando González viví horas intensas de pasión intelectual y nacionalista. Don Efe vivió la vida de las minas y nos narro su crónica de horror y de hechicería. Hay mucha plástica en sus cuentos. Siempre repetía que su verdadera vocación era la de pintor. Carrasquilla dijo de él que no escribía propiamente sino que pintaba con cuatro pinceladas. Fernando González tenía para ver las cosas del arte y de la literatura, la agudeza de los filósofos vitalistas de todas las denominaciones, tan finos para captar la mueca, el instante, el rasgo único y fugaz. Sus obras están llenas de gracia y de plasticidad. La crónica de sus andanzas por los museos de Italia es inolvidable. Sus páginas sobre el hermafrodita dormido, en el libro del mismo nombre, son tal vez lo más precioso que yo haya leído en Colombia en materia de estética y critica de arte. Aquello del joven que en el ardor del vago deseo y en el infierno de la belleza se adormece sobre su pecho como sobre un lirio, eso es sensacional. La buena crítica de arte no puede nacer sino del ambiente de taller y de la convivencia con los artistas. Para escribir sobre Rodin, Rilke se fue a vivir a su estudio por largo tiempo. Mucho es lo que a los pintores y escultores deben la prosa y la poesía francesa del siglo XIX. Baudelaire es pura pintura. Las viejecitas en cuyos ojos la luna se refleja como en un charco, las viudas mal enlutadas que por los parques de París marchan bajo un cielo otoñal del que descienden en muchedumbre pesares y desengaños, sus párrafos sobre el deseo de pintar, allí hay más color y plástica que en toda su crítica de arte. Paul Eluard decía que los artistas fabrican ojos y los críticos, gafas. Y Lessing, que por un crítico juicioso hay cincuenta que todo lo embrollan. Y eso en Alemania. ¿Qué decir aquí? Definitivamente, no tenemos critica de arte. Y no lo digo por mi, que soy consciente de que he ido profundizando todos los días más en una dirección y una temática ricas en otras motivaciones, cuando la crítica, los ismos, el gusto de los salones se alejan en sentido contrario a cultivar campos muy distantes de los míos. Espero sin vanidad, porque recuerdo a Goethe cuando decía que el arte es largo, la vida breve, el juicio penoso y la ocasión fugaz. Me parece que una pintura de contenidos tan complejos como la mía requiere pausa y asimilación. Un fresco no es un conjunto de trazos hechos en busca de la abstracción. He rehuido siempre el sentido puramente ornamental y creo que el arte es algo demasiado grande y profundo como para que se pretenda agotarlo en dimensiones meramente decorativas.

Cada tema tiene su medio adecuado de expresión. Por los días del Renacimiento Italiano, el óleo ya había penetrado suficientemente en el norte de Europa y en Venecia, pero el fresco se impuso como una necesidad espiritual y dominó en el mundo de la plástica. Los simples juegos de colores, el sólo manejo de planos y volúmenes, no me satisfacen. Tiene para mí más vastos horizontes el doloroso y profundamente inquietante mundo de la belleza. Soy de los que se conmueven cuando leen aquello de Baudelaire, quien nos cuenta cómo Balzac, al contemplar un día un bello cuadro salpicado' de cabañas y de campesinos entecos, exclamó: ¡Cuán hermoso! ¿Pero que hacen en esa cabaña? ¿En qué piensan? ¿Cuáles son sus congojas? ¿Han sido buenas las cosechas? Sin duda tienen deudas atrasadas qué pagar." Claude Roger Marx decía algo que resume certeramente el problema que plantean estos interrogantes: "No se es literario sino cuando la es inferior a la idea."