El culto de la acuarela

Bañista. Acuarela. 1958 

Río en la selva. Acuarela. 1963 

Alrededores de Medellín. Acuarela. 1915 

Paisaje. Acuarela. 1918 

Lectora (Estudio para fresco). Biblioteca Pública Piloto. Acuarela 

Gladiolos y cortina al viento. Acuarela 

Recuerdos de la violencia. Acuarela 

Barequera. Acuarela 

Espalda. Acuarela. 1954 

Un barrio de Medellín. Acuarela. 1958 

Barequera en descanso. Acuarela. 1979 

Esposa del artista. Acuarela. 1956 

Naturaleza muerta. Acuarela 

Barequera. Acuarela. 1970 

Los nevados del Ruíz y del Tolima. Acuarela 

Desnudo en reposo. Acuarela 

Barequera. Acuarela 

Medellín visto desde el museo. Acuarela 

Rocas. Acuarela 

Sabaletas. Acuarela. 1938 

Barequera (Estudio para talla en mármol). Acuarela. 1971 

Barequera (Estudio para talla en mármol). Acuarela. 1971 

Texto de Pedro Nel Gómez

Antes de viajar a Europa, hice varias exposiciones individuales, dos de ella en mi propia casa, la última solamente de acuarelas. Cuando emprendí mi gran viaje, ya era un acuarelista. La caja de colores y los pinceles que mi hermano Marcó Tulio, Ingeniero, usaba para sus planos y proyectos acuarelados, fueron mis primeras armas. Todavía quedan en mi estudio o me encuentro por ahí, al azar, en poder de coleccionistas fortuitos, pequeños formatos llenos de luz, que recogen cabañas resplandecientes, rincones sombreados, tiestos de flores llameantes que desde entonces ya anunciaban lo que más tarde anotó Enzo Carli: "Una excepcional intensidad colorística, que obedece a un impulso escuetamente lírico, como si la materia estuviera tallada en un mineral precioso terso y compacto". Yo diría que la acuarela fue mi educación; en su arduo aprendizaje me hice pintor. La expresión plástica al agua es enormemente difícil. Expresar en ella lo viviente y lo no viviente y luego el "rapport", la relación entre ambos, es cosa verdaderamente seria. Pero la acuarela puede llegar hasta los últimos límites de la gran pintura: en temática, en expresión plástica, en contrastes coloristicos, en campo espacial, en fuerza ilustrativa y decorativa. A mi regreso de Europa, enseñé Pintura en Medellín y mis alumnos decían que esta ciudad era la capital acuarelistica de América. En verdad, sólo en Colombia se trabaja a acuarela con tanto ahínco.