Jardín botánico Joaquín Antonio Uribe / Orquideorama

Texto de: Carolina Jaramillo Seligmann

El amor del antioqueño por las plantas es proverbial. Desde los jardines y parques urbanos hasta las casas campesinas más humildes, todo se adorna con flores. En el siglo xix investigadores paisas, discípulos del sabio Mutis, como Francisco Antonio Zea y José Manuel Restrepo, fijaron una tendencia hacia los estudios de biología, recogida por Joaquín Antonio Uribe —autor de La Flora de Antioquia, Cuadros de la naturaleza, El niño naturalista y Flora sonsonesa, entre otros— cuyo nombre lleva, como homenaje a su legado, el Jardín Botánico de Medellín.

Hace más de cien años, en los terrenos del actual Jardín funcionaba la casa de baños El Edén, donde las familias iban a disfrutar de los baños y la gastronomía local. Con el tiempo, según crónica de la época, su uso se fue ampliando: “… iban los señores de la Villa en coche o a caballo por el camellón de Bolívar o por la carretera del norte, a tomarse sus copetines con mujeres hermosas y generosas, conversar, hacer negocios y concertar alianzas matrimoniales”.

Para el centenario de la Independencia, la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín compró El Edén y tres años más tarde inauguró allí el Bosque Centenario de la Independencia —El Bosque—, que por cincuenta años fue lugar de descanso para los habitantes de Medellín. A mediados de 1968, el municipio, la Sociedad de Mejoras Públicas, la Sociedad Colombiana de Orquideología y el Club de Jardinería crearon en estos terrenos el Jardín Botánico.

El Jardín fue inaugurado en 1972 durante la vii Conferencia Mundial de Orquideología, en un certamen histórico para la ciudad, pues por primera vez se reunieron más de 60 delegaciones nacionales y extranjeras —representantes de 16 países— en torno a las mejores orquídeas del planeta.

El Jardín posee una biblioteca especializada —apoyo fundamental a la investigación y la exploración de la flora colombiana—, que cuenta con el soporte de algunas redes institucionales, como el Grupo de Unidades de Información Especializada —GUIE—, el Grupo de Bibliotecas Escolares y Públicas de Medellín y el Área Metropolitana, y el Grupo de Servicios al Público de las Unidades de Información —SERVINFO.

De gran importancia son también su herbario —que constituye uno de los más serios bancos de información botánica de América Latina, con más de 40 000 ejemplares botánicos—, su laboratorio, su invernadero y su vivero científico.

Su corazón es el Orquideorama, obra de los arquitectos Felipe Mesa, Alejandro Bernal, Camilo y J. Paul Restrepo. El cerramiento, diseñado por los arquitectos Ana Elvira Vélez y Lorenzo Castro, es un amplio parque con ciclovía, zonas de paso y de estar para peatones.

El Jardín —declarado Pabellón de Flora en mayo de 1979— pertenece al Sistema Nacional Ambiental —SINA— y, desde 1989, hace parte de la Red Internacional de Jardines para la Conservación, que tiene el apoyo de entidades internacionales como UNESCO, FAO y UNEP. En 1985 fue declarado Patrimonio Cultural de Medellín.

Un verdadero pulmón verde en medio de la ciudad, el Jardín, con características de bosque húmedo premontano, se extiende sobre un área de 14 hectáreas. Este ecosistema, estratégico y vital para el municipio, es además un museo vivo, una reserva biológica y un banco de germoplasma invaluable.

Este eslabonamiento verde al servicio de los habitantes de la ciudad, es sede de diferentes eventos culturales, recreativos y educativos, además de ser uno de sus principales centros turísticos y ecológicos.