Residencia Altro Montreal, Canada

La sala es una vívida mezcla de piezas art deco y mobiliario hecho por encargo. Los ventanales ofrecen una vista espléndida del Mount Royal. 

Texto de: Margaret Cottom Winslow

Cuando la pareja de clientes se mudó a un apartamento en un notable edificio de la zona de Westmount, en Montreal, confiaron en Montoya para darle vida al espacio. El edificio, de fines de los años cincuenta, fue diseñado por Mies van der Rohe, uno de los creadores de la arquitectura moderna. Es una bella torre revestida en metal y vidrio bronceado que hace recordar al más espectacular de los rascacielos de Mies, el Seagram Building de Nueva York.

“Los clientes deseaban un espacio cálido y acogedor¨, dice Montoya. El nombre de Mies es sinónimo de la estética funcionalista del diseño del siglo XX. ‘Cálido’ no es precisamente la palabra que viene a la mente cuando se piensa en un edificio de Mies”. Montoya se enfrentó a los cielos rasos bajos, las columnas en concreto a la vista y la alfombra de pared a pared, y agregó recubrimientos y texturas para dar a sus clientes la riqueza y comodidad que ellos deseaban.

Un ejemplo es el vestíbulo, previamente severo y árido. Restricciones de construcción impidieron realizar el plan original de Montoya de recubrir pisos y paredes con piedra. Optó entonces por replicar su apariencia. Pintó los pisos de roble simulando mármol incrustado y cubrió las paredes con lujoso papel grabado a mano. Agregó un espejo enmarcado en madera tallada y una consola de metal, ambos de los años cuarenta. Una antepuerta francesa en hierro de los años veinte separa el cuarto de la zona social. Cuidadosamente iluminada, su sombra es un elemento divertido que añade interés a la relación espacial entre el vestíbulo y la sala.

En la sala, Montoya añadió paneles drapeados y persianas romanas para suavizar la presencia de las ventanas que van del piso al cielo raso, sin bloquear la vista del Mount Royal. Una columna en concreto a la vista fue enchapada en madera de cerezo para darle calor al cuarto. La alfombra fue eliminada y los pisos en madera recibieron un acabado en ebonita. Como en el resto del apartamento, el mobiliario es una combinación de piezas adquiridas anteriormente y otras, diseñadas por encargo, que las complementan. El área del comedor es flexible, gracias a las opciones que ofrecen la banqueta y las sillas.

En el dormitorio principal, molduras en madera tallada que imitan bambú terminan las paredes cubiertas en papel de té metálico y en una tela amarilla a cuadros. Los clientes fueron escépticos, en un principio, ante el color amarillo, que no era de su preferencia. Sin embargo, quedaron muy complacidos con el resultado final. Una mampara en hierro y un par de marcos dorados en madera tallada del siglo XVIII completan el cuarto. Montoya, quien ya había diseñado la residencia de vacaciones en la Florida, les concede a sus clientes el crédito por el éxito del proyecto. Ellos participaron con entusiasmo en el diseño y confiaron sin reservas en las habilidades del diseñador para crear el hogar de sus sueños.