Niko Companies Manhattan, Nueva York

Zona de trabajo del asistente del presidente. El escritorio, la mesa y los marcos de los cuadros fueron diseñados por Montoya.  

Texto de: Margaret Cottom Winslow

Uno de los mejores indicadores de la satisfacción de un cliente es, según Juan Montoya, el hecho de que lo contrate de nuevo. Para este en particular, presidente y fundador de una compañía de producciones de Broadway, Montoya había diseñado previamente residencias tanto en la Florida como en Nueva York. Debido al éxito de los proyectos anteriores, el diseñador fue invitado a añadir su magia a la esfera profesional del cliente, al renovar un espacio de 280 metros cuadrados y convertirlo en un vivificante ámbito de trabajo para un equipo de 25 funcionarios. La solución de Montoya demuestra su destreza para aprovechar un espacio reducido, así como su habilidad para infundirles vida a las comúnmente insípidas oficinas corporativas. Dado que la actividad del cliente era la producción teatral, nadie como Montoya para realizar el trabajo, pues sólo él podría incorporar en el diseño su amor al drama. Aunque la teatralidad resultaba, sin duda, apropiada, su desafío era encarnar el espíritu de drama sin interferir de manera alguna en el fluido desarrollo del trabajo diario.

El diseño resultante incluye tanto oficinas privadas como abiertas, un área de recepción, un salón de conferencias, un salón de correo y espacio de depósito. Las oficinas privadas se trabajaron en los suaves y amables tonos del arce usado en paredes, paneles de madera, marcos de puertas, zócalos y otras labores de marquetería. Para resaltar estos tonos de madera, Montoya cubrió con telas suaves las paredes entre los espacios de trabajo abiertos. Algodones naturales en rojo vivo, puertas en madera oscura y cerrajería en bronce realzan el esquema de color neutral de la zona de recepción. La rejilla del cielo raso en teja acústica blanca se repite en los paneles de la pared y en los marcos de las obras de arte ubicados detrás del escritorio del asistente del presidente.

El salón de conferencias, severo y elegante, despliega una sólida mesa de conferencias negra y ovalada, rodeada de esbeltas sillas tapizadas en una tela a rayas blancas y negras. Una repisa de madera le da la vuelta al cuarto, y cajones con mochetas negras proporcionan un atractivo espacio de depósito.

La oficina del presidente, diseñada para crear impacto, contiene una elaborada área de depósito empotrada, cubierta por una rejilla en arce, pisos nuevos en madera ebonizada y un escritorio forrado en cuero diseñado por Montoya. Una atrevida mezcla de sillas incluye taburetes africanos, un par de sillones franceses en nogal de los años treinta, la ultramoderna silla giratoria del presidente y un acogedor sofá enfundado en tela de cáñamo en color marfil.
En el diseño de este espacio, Montoya puso a trabajar su profundo instinto del drama para uno de sus clientes predilectos, dándole total libertad a su creatividad para traducir en él la cultura de la compañía, sin sacrificar la funcionalidad.