- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
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- Silvia Tcherassi (2002)
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- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
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- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
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- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
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- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
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- Luis Restrepo. construcciones (2007)
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- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Recurso insostenible de incalculable valor
Estructura “pata de gallina” de una ladrillera. Caicedonia, Valle, Colombia.
Barrios subnormales, construidos en guadua, en menos de un mes. Manizales, Caldas, Colombia.
Barrios subnormales, construidos en guadua, en menos de un mes. Manizales, Caldas, Colombia.
Barrios subnormales, construidos en guadua, en menos de un mes. Manizales, Caldas, Colombia.
Oreador para café, construido a finales del siglo XIX. Esta construcción, típica de las grandes haciendas cafeteras hasta la aparición de las nuevas técnicas de secado, es uno de los últimos ejemplos de esta arquitectura. Toda la estructura de sus cuatro plantas está construida en guadua y pisos de madera sin paredes, para permitir el paso del aire, y su techo es a cuatro aguas y barandales en macana. Hacienda Cascarero, a orillas del río Guacaica. Lisboa, Caldas, Colombia.
Hacienda Nápoles Montenegro, Quindío, Colombia.
Texto de: Ximena Londoño
La guadua, ese bambú gigante de América, es una planta extraordinaria de rápido crecimiento, y condiciones únicas de sostenibilidad, gran versatilidad, liviandad, resistencia, flexibilidad, oquedad, facilidad de manejo y calidez visual que han convertido, a esta gramínea, en protagonista notable de la evolución de la cultura americana, en especial en países como Colombia, Ecuador y Venezuela; en donde ha sido aliada de los colonizadores en los procesos de asentamiento y de los agricultores para la construcción en la dotación de la infraestructura agropecuaria de sus fincas, además de haber propiciado la creación de instrumentos musicales, mitos y leyendas.
El bambú
Los bambúes constituyen el único grupo de gramíneas enteramente adaptado a los bosques. Sin embargo, no se sabe si los bambúes y sus antecesores inmediatos, siempre han permanecido en los bosques o si se adaptaron a este hábitat de manera secundaria durante la rápida diversificación de las gramíneas en los periodos oligoceno – mioceno del terciario.
Debido a su adaptabilidad, los bambúes exhiben una amplia distribución geográfica que abarca tres grandes regiones: el Pacífico asiático –la más extensa y avanzada en empleo e industrialización–, África y América.
Exceptuando Europa, los bambúes crecen de manera natural en los demás continentes, desde los 51° Norte hasta los 47° Sur y desde el nivel del mar hasta los 4300 m de altura. Aunque su máxima altura se registra en los páramos de los Andes ecuatoriales, la mayoría prefiere los hábitat húmedos de las selvas nubladas y las selvas bajas tropicales. Algunos crecen en hábitat secos pero ninguno en desierto. Un total de 90 géneros y 1100 especies existen en el mundo, de los cuales América cuenta con la mitad de la diversidad –41 géneros y 455 especies–, que se extiende desde el suroriente de los Estado Unidos hasta el sur de Chile. En Bahía, Brasil, se encuentra el área de mayor endemismo y diversidad en la región, seguida por la cordillera de los Andes y la parte sur de Mesoamérica.
Taxonómicamente, los bambúes pertenecen a la familia Poaceae o de las gramíneas y a la subfamilia Bambusoideae, y se dividen en dos grupos: los herbáceos u Olyrodae y los leñosos o Bambusodae. Los bambúes herbáceos se reúnen en una sola tribu, Olyrodae, y sus 100 especies se agrupan en 21 géneros, 20 de ellos endémicos de América: Agnesia, Arberella, Cryptochloa, Diandrolyra, Ekmanochloa, Eremitis, Froesiochloa, Lithachne, Maclurolyra, Mniochloa, Olyra, Pariana, Parodiolyra, Piresia, Piresiella, Raddia, Raddiella, Rehia, Reitzia y Sucrea, y uno del Viejo Mundo, Buergersiochloa.
Estos bambúes tienen rizomas poco desarrollados, culmos (tallos) herbáceos o ligeramente lignificados, son de porte pequeño, presentan sistemas simples de ramificación, carecen de hojas caulinares, presentan floraciones frecuentes pero no cíclicas, su hábitat preferido es el estrato herbáceo de la selva tropical y la polinización es por insectos. Los bambúes herbáceos se distribuyen desde los 29° de latitud norte hasta los 34° de latitud sur, expresando su mayor diversidad y endemismo entre los 10° y 15° de latitud norte y sur, con un rango de altura que va desde el nivel del mar hasta los 1000 metros. Los bambúes leñosos se dividen en 9 subtribus, 3 endémicas de América (Arthrostylidiinae, Chusqueinae y Guaduinae); 5 del Viejo Mundo (Bambusinae, Nastinae, Melocanninae, Racemobambosinae y Shibataeinae), y una, Arundinariinae, común para ambos continentes.
Se caracterizan por tener rizomas fuertes bien desarrollados, culmos lignificados, brotes nuevos protegidos por hojas caulinares, complejos sistemas de ramificación, lámina del follaje desidua, floraciones cíclicas y monocárpicas, espiguillas multifloras, flores bisexuales organizadas en espiguillas o pseudoespiguillas, y alto rango en el número cromosómico, con un valor básico de x=12. Las distribuciones de latitud y altitud son iguales al de la subfamilia, crecen en hábitat abiertos en donde son polinizados por el viento y su diversidad está asociada con la radiación que llega a los diferentes valles y laderas abruptas de cordilleras, montañas y serranías.
De los países americanos, Brasil presenta la mayor diversidad, con un total de 141 especies de bambúes leñosos; le sigue Colombia con un total de 72 especies; Venezuela con 60; Ecuador con 44; Costa Rica con 39; y México con 37 especies leñosas. Debido al poco valor económico atribuido al recurso del bambú, la mayoría de los países latinoamericanos no cuentan con estimados sobre áreas cubiertas o producción. Sólo Colombia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela tienen algunos datos en este sentido. Sin embargo, las fotografías de satélite permiten calcular que en el suroccidente de la Amazonía, en la frontera entre el estado de Acre en Brasil, Madre de Dios en Perú y Pando en Bolivia, el área cubierta puede ser de unos 180000 kilómetros cuadrados. Pero, si se tiene en cuenta que, aproximadamente, el once por ciento de cada kilómetro cuadrado de los bosques andinos está cubierto por bambúes, es posible estimar que, como mínimo, existen 11 millones de hectáreas cubiertas de bambú en Latinoamérica.
A pesar de que el bambú puede aumentar los beneficios económicos, sociales y medioambientales de las economías rurales de América Latina, su uso se ha limitado hoy al manejo artesanal de los bosques cercanos a los poblados. Sólo en países como Colombia, Ecuador, Brasil y Costa Rica, se observa algún desarrollo industrial, sobre todo en la construcción y la industria de muebles y papel, con un rol más notorio en economías locales como la del eje cafetero en Colombia y la costa pacífica del Ecuador.
Guadua
Taxonómicamente la guadua pertenece a la familia Poaceae, a la subfamilia Bambusoideae, a la tribu Bambuseae, a la subtribu Guaduinae y al género Guadua.
La Guadua reúne 30 especies que se distribuyen desde San Luis de Potosí en México hasta Uruguay y norte de Argentina, exceptuando Chile y las islas del Caribe.El 45 por ciento de las especies del género son de origen amazónico; la Guadua weberbaueri Pilger y la Guadua sarcocarpa Londoño & Peterson son las más frecuentes y abundantes en esta cuenca. La Guadua paniculata Munro presenta el rango de distribución latitudinal más amplio, desde México hasta Brasil, y la Guadua angustifolia Kunth el mayor rango de altitud, desde el nivel del mar hasta los 2600 metros.
Las especies de este género se pueden distinguir de los demás bambúes principalmente por los culmos gruesos, largos y espinosos, por las bandas de pelos blancos en la región del nudo y por las hojas caulinares de forma triangular. Sin embargo, su carácter más fuerte es la presencia de quillas aladas en la palea del flósculo de la espiguilla, la presencia de 3 estigmas plumosos al final del estilo, de 6 estambres, de estomas en ambas superficies de la lámina del follaje y de un número cromosómico 2n = 46.
La mayoría de las especies del género presentan hábito erecto, sin embargo, especies como la Guadua glomerata Munro, Guadua macrospiculata Londoño & Clark, Guadua unicinata Londoño & Clark y Guadua ciliata Londoño & Davidse tienen hábito escandente o trepador. Los culmos de la mayoría de las especies son huecos; sin embargo Guadua amplexifolia Presl, Guadua macrospiculata y Guadua glomerata tienen los culmos sólidos, carácter que las hace potenciales para la industria del mueble o del papel.
Los usos potenciales de las especies de Guadua son infinitos; a los anteriores se les suma el uso en la industria del carbón, en la industria artesanal, en la industria farmacéutica, entre otros. La industrialización de la guadua es un reto que América tiene que asumir en el siglo XXI, para que la guadua se convierta en un verdadero generador de beneficios económicos, sociales y medioambientales en América Latina.
Guadua angustifolia
Entre todos los bambúes americanos sobresale la especie Guadua angustifolia, una de las 20 mejores del mundo por sus excelentes propiedades físico-mecánicas, su gran tamaño y por su comprobada utilización en la industria de la construcción.
Guadua fue descrita por el botánico alemán Karl Sigmond Kunth en 1822, como un género segregado del género asiático Bambusa. Kunth utiliza el vocablo indígena “guadua” que era como las comunidades nativas de Colombia y Ecuador llamaban a este bambú, y designa a Guadua angustifolia como la especie tipo, en donde el epíteto específico significa “hoja angosta”. Luego Munro en 1868 señala una serie de caracteres morfológicos y resalta la distribución geográfica tan distinta de estas dos taxas.
En 1973, McClure? reconoce Guadua como un subgénero de Bambusa. Sin embargo, después de estudios morfológicos, anatómicos y moleculares realizados por Soderstrom & Londoño (1987), Soderstrom & Ellis (1987) y Clark et al. (1995) la Guadua se establece claramente como un género endémico de América.
Guadua angustifolia se encuentra en estado natural en Colombia, Ecuador y Venezuela en donde forma colonias dominantes conocidas como “guaduales” concentradas principalmente en la región andina, entre los 0 y 2000 msnm; se observa principalmente a la orilla de ríos y quebradas, en el piedemonte de la cordillera, en los bosques montanos medio y bajo y en los valles interandinos. Guadua angustifolia ha sido introducida a varios países de Centroamérica y del Caribe, e inclusive al Asia, Norteamérica y Europa.
En Colombia, los guaduales se desarrollan de manera óptima en la región central de los Andes, entre los 500 y 1500 metros, con temperaturas entre 17° y 26 °C, precipitaciones de 1200 – 2500 mm/año, humedad relativa del 80 – 90% y suelos aluviales ricos en cenizas volcánicas, con fertilidad moderada y buen drenaje.
Esta especie reúne dos variedades que hasta el momento se han reportado para Colombia: la Guadua angustifolia var. bicolor Londoño y la Guadua angustifolia var. nigra Londoño. Las guaduas conocidas como “cebolla”, “macana”, “cotuda” o “castilla” son ecotipos o formas que responden a condiciones climáticas y edáficas específicas. Los estudios moleculares hasta el momento han indicado que la diversidad genética en el interior de esta especie no es significativa y que las variaciones observadas parecen estar influenciadas por el eco-hábitat, sin embargo, se reveló una alta diversidad molecular al interior del género.
Guadua angustifolia en Colombia ha tenido una tradición histórica, cultural, económica y de conservación medioambiental en la región cafetera, especialmente en los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, aunque también ocurre en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cauca, Caquetá, Casanare, Cundinamarca, Chocó, Huila, Meta, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Santander y Tolima. En la actualidad se estima un área en guaduales de 36000 hectáreas, de las cuales 31000 ha son naturales y 5000 ha son cultivadas; sólo la región cafetera aporta 31000 hectáreas.
Gracias a sus múltiples bondades, esta especie reúne una serie de ventajas comparativas que la hacen más competitiva, ante otros recursos, para la implementación de sistemas productivos sostenibles.
Rizoma
En Guadua angustifolia el rizoma es de tipo paquimorfo con un patrón de ramificación simpodial. Los rizomas paquimorfos tienen cuello corto y su comportamiento es cespitoso, como es el caso de la mayoría de los bambúes asiáticos. Sin embargo, Guadua angustifolia tiene rizomas con cuellos que alcanzan a medir 1,5 metros de longitud, lo cual se refleja en el espaciamiento de los culmos dentro de la plantación. Esta característica morfológica facilita las labores de manejo, especialmente en aspectos de selección de material y corte.
En América, la especie Guadua weberbaueri es la que registra el rizoma con el cuello más largo, 8 metros de longitud, carácter que contribuye a que sea una de las especies más colonizadoras de claros de selva en la región amazónica. Rápido crecimiento Comparado con un árbol, los bambúes en general, y la Guadua angustifolia en particular, son de rápido crecimiento y de mayor productividad. Generalmente entre los 5 y 6 años la guadua está lista para ser utilizada y, si se maneja adecuadamente, una vez establecida, puede ser productiva ilimitadamente. Por lo general, el ciclo de crecimiento de un bambú constituye una tercera parte del ciclo de un árbol de rápido crecimiento, y su productividad por hectárea es dos veces la del árbol.
Además, los bambúes emergen del suelo con su diámetro establecido, sin presentar incrementos en el diámetro con el tiempo como sucede con los árboles. El diámetro máximo reportado para Guadua angustifolia es de 25 cm y el promedio de 9 a 13 centímetros.
Guadua angustifolia, ha reportado incrementos de altura de 21 cm por día, alcanzando su altura máxima (15-30 m) en los primeros 6 meses, y su madurez entre los 5 y 6 años. Este crecimiento difícilmente es superado por especies nativas maderables de la región. La composición ideal de culmos en un guadual se ha estimado en 10% renuevos, 30% jóvenes, 60% maduros y sobre maduros, y sin culmos secos, con una densidad de 3000 a 8000 culmos por hectárea, presentándose una relación inversa entre densidad y diámetro promedio. La productividad por hectárea de esta especie es de 1200–1350 culmos/ha/año.
La Guadua angustifolia es una alternativa real como sustituto de la madera y, al igual que de otros bambúes, de ella se podría obtener industrialmente todo tipo de madera laminada y aglomerada (columnas, vigas, viguetas, cuartones, tablas, paneles, etc.).
Solamente con planes de reforestación por parte de las instituciones del Estado y con la credibilidad de los agricultores en este bambú, se puede llegar a hacer de él una alternativa económica.
Floración.
El fenómeno de la floración en los bambúes ha cautivado la imaginación de todas aquellas personas interesadas en esta planta y en la ecología evolutiva de las poblaciones vegetales.
Aún está sin descifrar cómo funciona el mecanismo del tiempo y a nivel molecular que controla la floración de los bambúes. Las floraciones pueden ser gregarias, esporádicas y continuas. Las gregarias son aquellas que ocurren a intervalos regulares y, generalmente, una vez en el tiempo de vida de la planta. Este tipo de floración por lo general está seguido de la muerte masiva de los individuos, poblaciones o especies, y presenta ciclos de floración que pueden variar, de especie a especie, entre 2 y 100 años. La gran mayoría de los bambúes leñosos que presentan este tipo de floración mueren después de florecer.
Las floraciones esporádicas son aquellas que ocurren en intervalos irregulares, con o sin la muerte de la planta. La Guadua angustifolia presenta este tipo de floración con la particularidad de que no muere después de florecer y florece cada año generalmente asociada a fuertes veranos. En plantaciones con floraciones gregarias hay que estar renovando el cultivo después de cada floración, mientras que en las plantaciones de la Guadua angustifolia la sostenibilidad en el tiempo es perenne.
Servicios ambientales
La guadua presta un sinnúmero de servicios ambientales: conserva el suelo, controla la erosión, regula el caudal hídrico, aporta materia orgánica, contribuye a la biodiversidad, es secuestrante de CO2 y embellece el paisaje promocionando el ecoturismo.
Su rápido crecimiento tanto aéreo como subsuperficial, la red de rizomas en la capa superficial del suelo (20-50 centímetros) y su disposición para ocupar áreas disturbadas, hacen de la guadua un recurso ideal para la conservación de suelos inestables. La guadua ha sido utilizada para proteger la superficie del suelo de la acción solar a través de su sombra y de la deposición de hojarasca, y también para recuperar tierras degradadas debido a la deforestación y a las prácticas agrícolas ineficientes.
Los guaduales son ecosistemas que albergan diversa flora, microflora, entomofauna, mamíferos, aves, reptiles y anfibios. Se han registrado más de 120 especies de plantas asociadas al guadual, más de 48 especies de aves, 20 de mamíferos y 7 de reptiles.
El solo hecho de que después de su aprovechamiento se efectúe un proceso de transformación de sus culmos en viviendas, muebles, artesanías, etc., hace de este bambú una planta fijadora de CO2.
Los países latinoamericanos, por ser en su gran mayoría países en vías de desarrollo, no tienen compromisos sobre reducción de emisiones de gases efecto invernadero y podrían beneficiarse con el comercio internacional de emisiones de carbono, al hacer uso de mecanismos de desarrollo limpio.
Hasta el momento se ha determinado que el potencial de fijación del dióxido de carbono atmosférico en los primeros seis años de crecimiento de la Guadua angustifolia, a partir de siembras nuevas, es de 54 toneladas métricas por hectárea, información fundamental y necesaria para ingresar al sistema internacional de comercio de derechos de emisión, lo cual traerá beneficios adicionales para los inversionistas y agricultores que la cultivan y siembran.
Calidad de fibra
La Guadua angustifolia tiene fibras naturales muy fuertes que la colocan entre las 20 mejores especies de bambúes del mundo. Está demostrado que con ella se pueden desarrollar productos industrializados tales como paneles (aglomerados, laminados, pisos), viviendas y artesanías.
Es importante señalar que con el uso de la guadua en estos procesos industriales, se reduciría significativamente el impacto sobre los bosques nativos, ya que la guadua pasa a ser un sustituto de la madera, disminuyendo así la presión sobre la selva tropical. Además, se generaría mano de obra en las zonas rurales tan afectadas por el desempleo.
Los paneles de bambú en el mundo, especialmente los pisos, cada vez tienen mayor demanda porque presentan la textura del mármol y la elegancia de la madera, además son fuertes, durables, suaves, limpios, antideslizantes y resistentes a la humedad.
Las propiedades de los culmos de bambú están determinadas por su estructura anatómica y son las características anatómicas del culmo las que en últimas reflejan el uso final de este material. La composición de tejidos en un culmo de G. angustifolia es 40% fibra, 51% parequima y 9% tejido conductivo. El contenido de fibra es mas alto en el segmento apical (56%) que en el segmento medio (26%) y basal (29%) comparativamente con otros bambúes tropicales y subtropicales, esta especie presenta un porcentaje de fibra relativamente alto y un mayor contenido de silice en la epidermis lo que explica sus asombrosas propiedades de resistencia y flexibilidad.
Anatomía
Anatómicamente un bambú está compuesto por corteza, parénquima, fibras y haces vasculares. La forma, tamaño, número y concentración de haces vasculares varía desde la periferia hacia la parte interna del culmo, y desde la base del culmo hacia el ápice del mismo.
En la Guadua angustifolia cuatro zonas se pueden establecer a lo ancho de la pared del culmo: la zona de la periferia que mide entre 0,67-0,77 mm de longitud y está compuesta por haces vasculares inmediatamente adyacentes a la corteza; estos haces son circulares, pequeños y numerosos, con escaso tejido conductivo y pocas células de parénquima; la zona de transición que mide entre 1,23 y 2,55 mm de longitud y corresponde al 10% del grosor de la pared del culmo; la zona central o media que mide entre 4,95 y 16,34 mm de longitud y corresponde al 56% del grosor de la pared del culmo, y la zona interna que mide entre 1,3 – 2 mm de longitud y corresponde al 12% del grosor de la pared del culmo.
Material de construcción
La especie Guadua angustifolia sobresale dentro del género por sus propiedades estructurales tales como la alta relación resistencia/peso que excede a la mayoría de las maderas y puede, incluso, compararse con el acero y con algunas fibras de alta tecnología. La capacidad para absorber energía y admitir una mayor flexión, hace que este bambú sea un material ideal para construcciones sismorresistentes.
Con guadua se pueden levantar construcciones monumentales como el Pabellón, diseñado y construido por el arquitecto Simón Vélez en la feria de Hannover 2000 en Alemania, en donde prácticamente se le presentó al mundo este maravilloso material. Pero con guadua se construyen sobre todo viviendas de bajo costo, lo que le ha dado la connotación de “madera de los pobres”. Las nuevas tecnologías constructivas con este material, logradas gracias a los esfuerzos de arquitectos e ingenieros colombianos y ecuatorianos, han permitido que hoy día la vivienda en guadua cumpla con los requisitos de ser de bajo costo, estética, segura y rápida. En Colombia, después del terremoto de 1999 se desarrollaron varios planes de vivienda en guadua para las personas afectadas por este sismo. En Ecuador, en 1998, después del fenómeno del Niño se construyeron hasta 80 casas diarias, prefabricadas de guadua, para mitigar el déficit de vivienda dejado por este evento natural.
El costo de construir con guadua resulta muy por debajo del costo de construir con materiales convencionales, hasta un 45% menos; de allí que este recurso se convierta en una alternativa real para ayudar a solucionar de una manera eco-constructiva los serios problemas de déficit de vivienda que afectan a la mayoría de los países de América Latina.
Se hace necesario continuar desarrollando tecnologías constructivas que simplifiquen y universalicen el uso de este material como elemento de construcción, ya que además de ser natural, renovable, de rápido crecimiento y fácil manejo, se presta para múltiples expresiones arquitectónicas.
Usos múltiples
La guadua presenta un sinnúmero de aplicaciones en la vida diaria de los pobladores rurales: desde instrumentos musicales, utensilios para el hogar, artesanías, muebles, herramientas, hasta infraestructuras agropecuarias.
La guadua forma parte del arraigo cultural de algunos pueblos latinoamericanos que la emplean en la fabricación de instrumentos musicales, en fiestas tradicionales y en ceremonias religiosas.
Hoy día, las artesanías y los muebles de guadua presentan diseños modernos e innovadores y además son una gran fuente generadora de empleo. Las artesanías de guadua acompañan a la industria del turismo, y día a día se convierten en productos exportables con alta demanda. Es indispensable secar e inmunizar la guadua de acuerdo con las exigencias internacionales del mercado para garantizar la calidad del producto y asegurar su demanda.
La actividad comercial de este recurso en la región ha generado beneficios directos e indirectos a aprovechadores (guadueros), transportadores, agricultores, artesanos, constructores, industriales y propietarios entre otros, lo que ocasiona una demanda creciente en el mercado nacional con proyección internacional. Por todas las ventajas es necesario involucrar la guadua en los sistemas de producción agrícola sostenible, continuar avanzando en su investigación e industrialización, y convertirla en una alternativa económica viable que beneficie principalmente a las comunidades rurales.
#AmorPorColombia
Recurso insostenible de incalculable valor
Estructura “pata de gallina” de una ladrillera. Caicedonia, Valle, Colombia.
Barrios subnormales, construidos en guadua, en menos de un mes. Manizales, Caldas, Colombia.
Barrios subnormales, construidos en guadua, en menos de un mes. Manizales, Caldas, Colombia.
Barrios subnormales, construidos en guadua, en menos de un mes. Manizales, Caldas, Colombia.
Oreador para café, construido a finales del siglo XIX. Esta construcción, típica de las grandes haciendas cafeteras hasta la aparición de las nuevas técnicas de secado, es uno de los últimos ejemplos de esta arquitectura. Toda la estructura de sus cuatro plantas está construida en guadua y pisos de madera sin paredes, para permitir el paso del aire, y su techo es a cuatro aguas y barandales en macana. Hacienda Cascarero, a orillas del río Guacaica. Lisboa, Caldas, Colombia.
Hacienda Nápoles Montenegro, Quindío, Colombia.
Texto de: Ximena Londoño
La guadua, ese bambú gigante de América, es una planta extraordinaria de rápido crecimiento, y condiciones únicas de sostenibilidad, gran versatilidad, liviandad, resistencia, flexibilidad, oquedad, facilidad de manejo y calidez visual que han convertido, a esta gramínea, en protagonista notable de la evolución de la cultura americana, en especial en países como Colombia, Ecuador y Venezuela; en donde ha sido aliada de los colonizadores en los procesos de asentamiento y de los agricultores para la construcción en la dotación de la infraestructura agropecuaria de sus fincas, además de haber propiciado la creación de instrumentos musicales, mitos y leyendas.
El bambú
Los bambúes constituyen el único grupo de gramíneas enteramente adaptado a los bosques. Sin embargo, no se sabe si los bambúes y sus antecesores inmediatos, siempre han permanecido en los bosques o si se adaptaron a este hábitat de manera secundaria durante la rápida diversificación de las gramíneas en los periodos oligoceno – mioceno del terciario.
Debido a su adaptabilidad, los bambúes exhiben una amplia distribución geográfica que abarca tres grandes regiones: el Pacífico asiático –la más extensa y avanzada en empleo e industrialización–, África y América.
Exceptuando Europa, los bambúes crecen de manera natural en los demás continentes, desde los 51° Norte hasta los 47° Sur y desde el nivel del mar hasta los 4300 m de altura. Aunque su máxima altura se registra en los páramos de los Andes ecuatoriales, la mayoría prefiere los hábitat húmedos de las selvas nubladas y las selvas bajas tropicales. Algunos crecen en hábitat secos pero ninguno en desierto. Un total de 90 géneros y 1100 especies existen en el mundo, de los cuales América cuenta con la mitad de la diversidad –41 géneros y 455 especies–, que se extiende desde el suroriente de los Estado Unidos hasta el sur de Chile. En Bahía, Brasil, se encuentra el área de mayor endemismo y diversidad en la región, seguida por la cordillera de los Andes y la parte sur de Mesoamérica.
Taxonómicamente, los bambúes pertenecen a la familia Poaceae o de las gramíneas y a la subfamilia Bambusoideae, y se dividen en dos grupos: los herbáceos u Olyrodae y los leñosos o Bambusodae. Los bambúes herbáceos se reúnen en una sola tribu, Olyrodae, y sus 100 especies se agrupan en 21 géneros, 20 de ellos endémicos de América: Agnesia, Arberella, Cryptochloa, Diandrolyra, Ekmanochloa, Eremitis, Froesiochloa, Lithachne, Maclurolyra, Mniochloa, Olyra, Pariana, Parodiolyra, Piresia, Piresiella, Raddia, Raddiella, Rehia, Reitzia y Sucrea, y uno del Viejo Mundo, Buergersiochloa.
Estos bambúes tienen rizomas poco desarrollados, culmos (tallos) herbáceos o ligeramente lignificados, son de porte pequeño, presentan sistemas simples de ramificación, carecen de hojas caulinares, presentan floraciones frecuentes pero no cíclicas, su hábitat preferido es el estrato herbáceo de la selva tropical y la polinización es por insectos. Los bambúes herbáceos se distribuyen desde los 29° de latitud norte hasta los 34° de latitud sur, expresando su mayor diversidad y endemismo entre los 10° y 15° de latitud norte y sur, con un rango de altura que va desde el nivel del mar hasta los 1000 metros. Los bambúes leñosos se dividen en 9 subtribus, 3 endémicas de América (Arthrostylidiinae, Chusqueinae y Guaduinae); 5 del Viejo Mundo (Bambusinae, Nastinae, Melocanninae, Racemobambosinae y Shibataeinae), y una, Arundinariinae, común para ambos continentes.
Se caracterizan por tener rizomas fuertes bien desarrollados, culmos lignificados, brotes nuevos protegidos por hojas caulinares, complejos sistemas de ramificación, lámina del follaje desidua, floraciones cíclicas y monocárpicas, espiguillas multifloras, flores bisexuales organizadas en espiguillas o pseudoespiguillas, y alto rango en el número cromosómico, con un valor básico de x=12. Las distribuciones de latitud y altitud son iguales al de la subfamilia, crecen en hábitat abiertos en donde son polinizados por el viento y su diversidad está asociada con la radiación que llega a los diferentes valles y laderas abruptas de cordilleras, montañas y serranías.
De los países americanos, Brasil presenta la mayor diversidad, con un total de 141 especies de bambúes leñosos; le sigue Colombia con un total de 72 especies; Venezuela con 60; Ecuador con 44; Costa Rica con 39; y México con 37 especies leñosas. Debido al poco valor económico atribuido al recurso del bambú, la mayoría de los países latinoamericanos no cuentan con estimados sobre áreas cubiertas o producción. Sólo Colombia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela tienen algunos datos en este sentido. Sin embargo, las fotografías de satélite permiten calcular que en el suroccidente de la Amazonía, en la frontera entre el estado de Acre en Brasil, Madre de Dios en Perú y Pando en Bolivia, el área cubierta puede ser de unos 180000 kilómetros cuadrados. Pero, si se tiene en cuenta que, aproximadamente, el once por ciento de cada kilómetro cuadrado de los bosques andinos está cubierto por bambúes, es posible estimar que, como mínimo, existen 11 millones de hectáreas cubiertas de bambú en Latinoamérica.
A pesar de que el bambú puede aumentar los beneficios económicos, sociales y medioambientales de las economías rurales de América Latina, su uso se ha limitado hoy al manejo artesanal de los bosques cercanos a los poblados. Sólo en países como Colombia, Ecuador, Brasil y Costa Rica, se observa algún desarrollo industrial, sobre todo en la construcción y la industria de muebles y papel, con un rol más notorio en economías locales como la del eje cafetero en Colombia y la costa pacífica del Ecuador.
Guadua
Taxonómicamente la guadua pertenece a la familia Poaceae, a la subfamilia Bambusoideae, a la tribu Bambuseae, a la subtribu Guaduinae y al género Guadua.
La Guadua reúne 30 especies que se distribuyen desde San Luis de Potosí en México hasta Uruguay y norte de Argentina, exceptuando Chile y las islas del Caribe.El 45 por ciento de las especies del género son de origen amazónico; la Guadua weberbaueri Pilger y la Guadua sarcocarpa Londoño & Peterson son las más frecuentes y abundantes en esta cuenca. La Guadua paniculata Munro presenta el rango de distribución latitudinal más amplio, desde México hasta Brasil, y la Guadua angustifolia Kunth el mayor rango de altitud, desde el nivel del mar hasta los 2600 metros.
Las especies de este género se pueden distinguir de los demás bambúes principalmente por los culmos gruesos, largos y espinosos, por las bandas de pelos blancos en la región del nudo y por las hojas caulinares de forma triangular. Sin embargo, su carácter más fuerte es la presencia de quillas aladas en la palea del flósculo de la espiguilla, la presencia de 3 estigmas plumosos al final del estilo, de 6 estambres, de estomas en ambas superficies de la lámina del follaje y de un número cromosómico 2n = 46.
La mayoría de las especies del género presentan hábito erecto, sin embargo, especies como la Guadua glomerata Munro, Guadua macrospiculata Londoño & Clark, Guadua unicinata Londoño & Clark y Guadua ciliata Londoño & Davidse tienen hábito escandente o trepador. Los culmos de la mayoría de las especies son huecos; sin embargo Guadua amplexifolia Presl, Guadua macrospiculata y Guadua glomerata tienen los culmos sólidos, carácter que las hace potenciales para la industria del mueble o del papel.
Los usos potenciales de las especies de Guadua son infinitos; a los anteriores se les suma el uso en la industria del carbón, en la industria artesanal, en la industria farmacéutica, entre otros. La industrialización de la guadua es un reto que América tiene que asumir en el siglo XXI, para que la guadua se convierta en un verdadero generador de beneficios económicos, sociales y medioambientales en América Latina.
Guadua angustifolia
Entre todos los bambúes americanos sobresale la especie Guadua angustifolia, una de las 20 mejores del mundo por sus excelentes propiedades físico-mecánicas, su gran tamaño y por su comprobada utilización en la industria de la construcción.
Guadua fue descrita por el botánico alemán Karl Sigmond Kunth en 1822, como un género segregado del género asiático Bambusa. Kunth utiliza el vocablo indígena “guadua” que era como las comunidades nativas de Colombia y Ecuador llamaban a este bambú, y designa a Guadua angustifolia como la especie tipo, en donde el epíteto específico significa “hoja angosta”. Luego Munro en 1868 señala una serie de caracteres morfológicos y resalta la distribución geográfica tan distinta de estas dos taxas.
En 1973, McClure? reconoce Guadua como un subgénero de Bambusa. Sin embargo, después de estudios morfológicos, anatómicos y moleculares realizados por Soderstrom & Londoño (1987), Soderstrom & Ellis (1987) y Clark et al. (1995) la Guadua se establece claramente como un género endémico de América.
Guadua angustifolia se encuentra en estado natural en Colombia, Ecuador y Venezuela en donde forma colonias dominantes conocidas como “guaduales” concentradas principalmente en la región andina, entre los 0 y 2000 msnm; se observa principalmente a la orilla de ríos y quebradas, en el piedemonte de la cordillera, en los bosques montanos medio y bajo y en los valles interandinos. Guadua angustifolia ha sido introducida a varios países de Centroamérica y del Caribe, e inclusive al Asia, Norteamérica y Europa.
En Colombia, los guaduales se desarrollan de manera óptima en la región central de los Andes, entre los 500 y 1500 metros, con temperaturas entre 17° y 26 °C, precipitaciones de 1200 – 2500 mm/año, humedad relativa del 80 – 90% y suelos aluviales ricos en cenizas volcánicas, con fertilidad moderada y buen drenaje.
Esta especie reúne dos variedades que hasta el momento se han reportado para Colombia: la Guadua angustifolia var. bicolor Londoño y la Guadua angustifolia var. nigra Londoño. Las guaduas conocidas como “cebolla”, “macana”, “cotuda” o “castilla” son ecotipos o formas que responden a condiciones climáticas y edáficas específicas. Los estudios moleculares hasta el momento han indicado que la diversidad genética en el interior de esta especie no es significativa y que las variaciones observadas parecen estar influenciadas por el eco-hábitat, sin embargo, se reveló una alta diversidad molecular al interior del género.
Guadua angustifolia en Colombia ha tenido una tradición histórica, cultural, económica y de conservación medioambiental en la región cafetera, especialmente en los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, aunque también ocurre en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cauca, Caquetá, Casanare, Cundinamarca, Chocó, Huila, Meta, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Santander y Tolima. En la actualidad se estima un área en guaduales de 36000 hectáreas, de las cuales 31000 ha son naturales y 5000 ha son cultivadas; sólo la región cafetera aporta 31000 hectáreas.
Gracias a sus múltiples bondades, esta especie reúne una serie de ventajas comparativas que la hacen más competitiva, ante otros recursos, para la implementación de sistemas productivos sostenibles.
Rizoma
En Guadua angustifolia el rizoma es de tipo paquimorfo con un patrón de ramificación simpodial. Los rizomas paquimorfos tienen cuello corto y su comportamiento es cespitoso, como es el caso de la mayoría de los bambúes asiáticos. Sin embargo, Guadua angustifolia tiene rizomas con cuellos que alcanzan a medir 1,5 metros de longitud, lo cual se refleja en el espaciamiento de los culmos dentro de la plantación. Esta característica morfológica facilita las labores de manejo, especialmente en aspectos de selección de material y corte.
En América, la especie Guadua weberbaueri es la que registra el rizoma con el cuello más largo, 8 metros de longitud, carácter que contribuye a que sea una de las especies más colonizadoras de claros de selva en la región amazónica. Rápido crecimiento Comparado con un árbol, los bambúes en general, y la Guadua angustifolia en particular, son de rápido crecimiento y de mayor productividad. Generalmente entre los 5 y 6 años la guadua está lista para ser utilizada y, si se maneja adecuadamente, una vez establecida, puede ser productiva ilimitadamente. Por lo general, el ciclo de crecimiento de un bambú constituye una tercera parte del ciclo de un árbol de rápido crecimiento, y su productividad por hectárea es dos veces la del árbol.
Además, los bambúes emergen del suelo con su diámetro establecido, sin presentar incrementos en el diámetro con el tiempo como sucede con los árboles. El diámetro máximo reportado para Guadua angustifolia es de 25 cm y el promedio de 9 a 13 centímetros.
Guadua angustifolia, ha reportado incrementos de altura de 21 cm por día, alcanzando su altura máxima (15-30 m) en los primeros 6 meses, y su madurez entre los 5 y 6 años. Este crecimiento difícilmente es superado por especies nativas maderables de la región. La composición ideal de culmos en un guadual se ha estimado en 10% renuevos, 30% jóvenes, 60% maduros y sobre maduros, y sin culmos secos, con una densidad de 3000 a 8000 culmos por hectárea, presentándose una relación inversa entre densidad y diámetro promedio. La productividad por hectárea de esta especie es de 1200–1350 culmos/ha/año.
La Guadua angustifolia es una alternativa real como sustituto de la madera y, al igual que de otros bambúes, de ella se podría obtener industrialmente todo tipo de madera laminada y aglomerada (columnas, vigas, viguetas, cuartones, tablas, paneles, etc.).
Solamente con planes de reforestación por parte de las instituciones del Estado y con la credibilidad de los agricultores en este bambú, se puede llegar a hacer de él una alternativa económica.
Floración.
El fenómeno de la floración en los bambúes ha cautivado la imaginación de todas aquellas personas interesadas en esta planta y en la ecología evolutiva de las poblaciones vegetales.
Aún está sin descifrar cómo funciona el mecanismo del tiempo y a nivel molecular que controla la floración de los bambúes. Las floraciones pueden ser gregarias, esporádicas y continuas. Las gregarias son aquellas que ocurren a intervalos regulares y, generalmente, una vez en el tiempo de vida de la planta. Este tipo de floración por lo general está seguido de la muerte masiva de los individuos, poblaciones o especies, y presenta ciclos de floración que pueden variar, de especie a especie, entre 2 y 100 años. La gran mayoría de los bambúes leñosos que presentan este tipo de floración mueren después de florecer.
Las floraciones esporádicas son aquellas que ocurren en intervalos irregulares, con o sin la muerte de la planta. La Guadua angustifolia presenta este tipo de floración con la particularidad de que no muere después de florecer y florece cada año generalmente asociada a fuertes veranos. En plantaciones con floraciones gregarias hay que estar renovando el cultivo después de cada floración, mientras que en las plantaciones de la Guadua angustifolia la sostenibilidad en el tiempo es perenne.
Servicios ambientales
La guadua presta un sinnúmero de servicios ambientales: conserva el suelo, controla la erosión, regula el caudal hídrico, aporta materia orgánica, contribuye a la biodiversidad, es secuestrante de CO2 y embellece el paisaje promocionando el ecoturismo.
Su rápido crecimiento tanto aéreo como subsuperficial, la red de rizomas en la capa superficial del suelo (20-50 centímetros) y su disposición para ocupar áreas disturbadas, hacen de la guadua un recurso ideal para la conservación de suelos inestables. La guadua ha sido utilizada para proteger la superficie del suelo de la acción solar a través de su sombra y de la deposición de hojarasca, y también para recuperar tierras degradadas debido a la deforestación y a las prácticas agrícolas ineficientes.
Los guaduales son ecosistemas que albergan diversa flora, microflora, entomofauna, mamíferos, aves, reptiles y anfibios. Se han registrado más de 120 especies de plantas asociadas al guadual, más de 48 especies de aves, 20 de mamíferos y 7 de reptiles.
El solo hecho de que después de su aprovechamiento se efectúe un proceso de transformación de sus culmos en viviendas, muebles, artesanías, etc., hace de este bambú una planta fijadora de CO2.
Los países latinoamericanos, por ser en su gran mayoría países en vías de desarrollo, no tienen compromisos sobre reducción de emisiones de gases efecto invernadero y podrían beneficiarse con el comercio internacional de emisiones de carbono, al hacer uso de mecanismos de desarrollo limpio.
Hasta el momento se ha determinado que el potencial de fijación del dióxido de carbono atmosférico en los primeros seis años de crecimiento de la Guadua angustifolia, a partir de siembras nuevas, es de 54 toneladas métricas por hectárea, información fundamental y necesaria para ingresar al sistema internacional de comercio de derechos de emisión, lo cual traerá beneficios adicionales para los inversionistas y agricultores que la cultivan y siembran.
Calidad de fibra
La Guadua angustifolia tiene fibras naturales muy fuertes que la colocan entre las 20 mejores especies de bambúes del mundo. Está demostrado que con ella se pueden desarrollar productos industrializados tales como paneles (aglomerados, laminados, pisos), viviendas y artesanías.
Es importante señalar que con el uso de la guadua en estos procesos industriales, se reduciría significativamente el impacto sobre los bosques nativos, ya que la guadua pasa a ser un sustituto de la madera, disminuyendo así la presión sobre la selva tropical. Además, se generaría mano de obra en las zonas rurales tan afectadas por el desempleo.
Los paneles de bambú en el mundo, especialmente los pisos, cada vez tienen mayor demanda porque presentan la textura del mármol y la elegancia de la madera, además son fuertes, durables, suaves, limpios, antideslizantes y resistentes a la humedad.
Las propiedades de los culmos de bambú están determinadas por su estructura anatómica y son las características anatómicas del culmo las que en últimas reflejan el uso final de este material. La composición de tejidos en un culmo de G. angustifolia es 40% fibra, 51% parequima y 9% tejido conductivo. El contenido de fibra es mas alto en el segmento apical (56%) que en el segmento medio (26%) y basal (29%) comparativamente con otros bambúes tropicales y subtropicales, esta especie presenta un porcentaje de fibra relativamente alto y un mayor contenido de silice en la epidermis lo que explica sus asombrosas propiedades de resistencia y flexibilidad.
Anatomía
Anatómicamente un bambú está compuesto por corteza, parénquima, fibras y haces vasculares. La forma, tamaño, número y concentración de haces vasculares varía desde la periferia hacia la parte interna del culmo, y desde la base del culmo hacia el ápice del mismo.
En la Guadua angustifolia cuatro zonas se pueden establecer a lo ancho de la pared del culmo: la zona de la periferia que mide entre 0,67-0,77 mm de longitud y está compuesta por haces vasculares inmediatamente adyacentes a la corteza; estos haces son circulares, pequeños y numerosos, con escaso tejido conductivo y pocas células de parénquima; la zona de transición que mide entre 1,23 y 2,55 mm de longitud y corresponde al 10% del grosor de la pared del culmo; la zona central o media que mide entre 4,95 y 16,34 mm de longitud y corresponde al 56% del grosor de la pared del culmo, y la zona interna que mide entre 1,3 – 2 mm de longitud y corresponde al 12% del grosor de la pared del culmo.
Material de construcción
La especie Guadua angustifolia sobresale dentro del género por sus propiedades estructurales tales como la alta relación resistencia/peso que excede a la mayoría de las maderas y puede, incluso, compararse con el acero y con algunas fibras de alta tecnología. La capacidad para absorber energía y admitir una mayor flexión, hace que este bambú sea un material ideal para construcciones sismorresistentes.
Con guadua se pueden levantar construcciones monumentales como el Pabellón, diseñado y construido por el arquitecto Simón Vélez en la feria de Hannover 2000 en Alemania, en donde prácticamente se le presentó al mundo este maravilloso material. Pero con guadua se construyen sobre todo viviendas de bajo costo, lo que le ha dado la connotación de “madera de los pobres”. Las nuevas tecnologías constructivas con este material, logradas gracias a los esfuerzos de arquitectos e ingenieros colombianos y ecuatorianos, han permitido que hoy día la vivienda en guadua cumpla con los requisitos de ser de bajo costo, estética, segura y rápida. En Colombia, después del terremoto de 1999 se desarrollaron varios planes de vivienda en guadua para las personas afectadas por este sismo. En Ecuador, en 1998, después del fenómeno del Niño se construyeron hasta 80 casas diarias, prefabricadas de guadua, para mitigar el déficit de vivienda dejado por este evento natural.
El costo de construir con guadua resulta muy por debajo del costo de construir con materiales convencionales, hasta un 45% menos; de allí que este recurso se convierta en una alternativa real para ayudar a solucionar de una manera eco-constructiva los serios problemas de déficit de vivienda que afectan a la mayoría de los países de América Latina.
Se hace necesario continuar desarrollando tecnologías constructivas que simplifiquen y universalicen el uso de este material como elemento de construcción, ya que además de ser natural, renovable, de rápido crecimiento y fácil manejo, se presta para múltiples expresiones arquitectónicas.
Usos múltiples
La guadua presenta un sinnúmero de aplicaciones en la vida diaria de los pobladores rurales: desde instrumentos musicales, utensilios para el hogar, artesanías, muebles, herramientas, hasta infraestructuras agropecuarias.
La guadua forma parte del arraigo cultural de algunos pueblos latinoamericanos que la emplean en la fabricación de instrumentos musicales, en fiestas tradicionales y en ceremonias religiosas.
Hoy día, las artesanías y los muebles de guadua presentan diseños modernos e innovadores y además son una gran fuente generadora de empleo. Las artesanías de guadua acompañan a la industria del turismo, y día a día se convierten en productos exportables con alta demanda. Es indispensable secar e inmunizar la guadua de acuerdo con las exigencias internacionales del mercado para garantizar la calidad del producto y asegurar su demanda.
La actividad comercial de este recurso en la región ha generado beneficios directos e indirectos a aprovechadores (guadueros), transportadores, agricultores, artesanos, constructores, industriales y propietarios entre otros, lo que ocasiona una demanda creciente en el mercado nacional con proyección internacional. Por todas las ventajas es necesario involucrar la guadua en los sistemas de producción agrícola sostenible, continuar avanzando en su investigación e industrialización, y convertirla en una alternativa económica viable que beneficie principalmente a las comunidades rurales.