- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
- Ricardo Gómez Campuzano (1987)
- El encanto de Bogotá (1987)
- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
- Casa de Campo en Colombia (2007)
- Luis Restrepo. construcciones (2007)
- Juan Cárdenas (2007)
- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
Presentación
Represa del Neusa, Tausa/Cogua.
Panorámica de Tausa.
Torrentismo en la cascada El Escobo, Nimaima/Vergara.
Espejos de salmuera, mina de sal de Nemocón.
Amanecer en la sabana visto desde El Rosal.
Hornos de hacer coque, Sutatausa.
Embalse del Hato, Carmen de Carupa.
Puente natural, río Sumapaz, Pandi.
Laguna Hispania, Supatá.
Ganado a la sombra del cañafistol.
Cascada La Chorrera, Venecia.
Laguna Venecia, San Cayetano.
Salto de Tequendama, Soacha.
Texto de: Andrés González Díaz
Gobernador de Cundinamarca (2008-2011)
En el centro del país confluyen de forma armónica la historia y el progreso, enmarcados en un paisaje cuya variedad geográfica permite disfrutar de extensos valles bañados por ríos y quebradas, imponentes cordilleras, cumbres paramunas, selvas tropicales y llanos, que ofrecen a su vez un sinfín de posibilidades para vivir y disfrutar.
Es Cundinamarca, corazón de Colombia, un territorio que en sus 24 mil kilómetros cuadrados reúne la perfecta combinación del pasado indígena del que aún quedan huellas en los parques naturales, del paso de la Colonia que dejó su marca en los caminos reales y en las haciendas antiguas, y de la modernidad e industrialización propia de parques y complejos.
Tenemos una ubicación geográfica privilegiada en la región andina, que nos permite contar con todos los pisos térmicos, desde el cálido en el valle del río Magdalena y el piedemonte de los Llanos Orientales, hasta el de los páramos como el del Sumapaz y el Chingaza. Contamos con una diversidad étnica envidiable y multiplicidad de destinos turísticos en diferentes modalidades como religiosa, cultural, agrícola, de aventura, termalismo y una rica gama de climas para el deleite de los viajeros, a escasas horas de su residencia y por excelentes carreteras principales.
Niños, jóvenes y adultos encuentran espacio para la diversión en las torrentosas corrientes de los ríos que bañan el Departamento, aprenden el valor del medio ambiente a través de caminatas ecológicas que los llevan a lo profundo de nuestros bosques y valles, y tienen infinitas posibilidades para disfrutar de diversos sabores y olores gracias a la variedad gastronómica propia de cada uno de los 116 municipios que integran a Cundinamarca.
Contamos con importantes maravillas como la Catedral de Sal en Zipaquirá y la mina de sal de Nemocón; están los Parques Naturales de Chingaza, Sumapaz y Chicaque; la laguna de Guatavita, que encierra toda la historia de El Dorado; Choachí, Machetá y Chocontá con sus aguas termales y azufradas; se puede disfrutar del ecoturismo en municipios como Apulo, Carmen de Carupa, San Francisco o Silvania; para los más arriesgados, Nimaima y Suesca ofrecen escenarios propicios para el deporte de aventura; y quienes deseen conocer sobre actividades de campo pueden visitar las fincas paneleras de la región del Gualivá o las cafeteras del Tequendama.
Esto solo por mencionar algunos de los atractivos, pues en Cundinamarca cada uno de sus 116 municipios tiene a disposición de propios y turistas una variedad de programas para su descanso y disfrute que indudablemente maravillan a quienes visitan nuestro Departamento.
Y es que Cundinamarca se ha consolidado como una región estratégica para el turismo, y para aprovechar todas sus ventajas se requiere una intensa labor de concientización con sus pobladores para que conozcan las riquezas y bondades naturales que tienen a su disposición, de tal forma que vean en el turismo una alternativa de crecimiento y desarrollo, teniendo en cuenta que el turismo es la industria limpia y rentable en el mundo pero desconocida y poco planificada en nuestro entorno.
Justamente para aprovechar todo este potencial turístico y convertir al corazón de Colombia en el mejor destino para los turistas, promoviendo así el desarrollo del Departamento, venimos adelantando ingentes esfuerzos a todo nivel, pero con principal atención a la capacitación como pilar fundamental de cualquier desarrollo y elemento básico para aquella persona que desee emprender un negocio.
Asimismo insistimos en el turismo de pueblos, en convertir a nuestros municipios en pueblos postales, donde se preserven sus centros históricos, se adoquinen sus calles, se construyan las casetas turísticas, los centros artesanales, los parqueaderos para que propios y extraños puedan pasearse orondos sin problemas del tráfico, observando con tranquilidad la belleza de su arquitectura decorada y pintada de manera uniforme o de diversos colores pero con buen gusto, adornada con macetas, faroles coloniales y fuentes bien conservadas, que genere un ambiente de exquisitez y refinamiento, degustando su gastronomía típica, conociendo los atractivos del lugar en compañía de informadores turísticos y deleitándose con las actividades culturales programadas para el turista.
Fortaleciendo la región
Cundinamarca se enorgullece de contar con la meseta más extensa del mundo como es la Sabana, incluida Bogotá, la cosmopolita capital de Colombia.
Seguimos consolidándonos como un Departamento turístico, nuestro principal mercado es la Capital de la República, al cual le apuntamos para "fidelizarlo", pero nuestra meta es alcanzar el desarrollo turístico como lo poseen las regiones adelantadas en este sector, de tal forma que nos convirtamos en el sitio preferido por los colombianos y turistas extranjeros para visitar.
Por esta razón es importante tener en cuenta que el desarrollo de Bogotá y de Cundinamarca debe entenderse hacia el futuro a través de una nueva dimensión geopolítica y económica: la Región Capital.
Como senador, en el año 2001 lideré la iniciativa para crear la figura a nivel constitucional y así se aprobó, pero lamentablemente esta reforma fue declarada ilegal por vicios de forma. Debemos insistir en este propósito bien sea desde una enmienda a la Carta Política o mediante construcciones regionales de base.
Bogotá y Cundinamarca integradas de manera inteligente, sin afectar la autonomía de cada ente, pueden constituir una de las regiones más competitivas entre Alaska y la Patagonia, sus economías juntas superan a la de Uruguay o a la de países de América Central, exceptuado México. Nuestro espacio regional concentra el principal polo de inversión extranjera, con un aeropuerto de talla internacional, la pronta conexión con Buenaventura y el Caribe a través de dobles calzadas, la modernización de la vía férrea, la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena entre Puerto Salgar y Puerto Berrio y un adecuado modelo de desarrollo basado en alianzas público-privadas que impulsen una transformación productiva exportable, factores que garantizan una región altamente competitiva.
Al cabo de pocos años tendremos dos millones de habitantes más en la región y esta población debe distribuirse razonablemente en los centros urbanos. Bogotá y cada una de las ciudades cercanas deben ser compactas y densas, no se puede permitir que se produzca una conurbación sin control que se extienda y devore la Sabana del río Bogotá. La Capital debe crecer utilizando plenamente los espacios actuales, en especial con inmuebles de varios pisos para conservar zonas verdes dentro de la ciudad y en sus alrededores. Un gran cinturón ambiental debe rodear a Bogotá al estilo del Bosque de Bolonia en París y para que esto ocurra debemos promover varios polos a más de 30 o 40 kilómetros de distancia como Zipaquirá, Facatativá, Funza, Madrid, Mosquera o Chía, integrados por medios de transporte masivo y carreteras modernas. Soacha ya pasó a la conurbación, pero el TransMilenio? está en ejecución.
Las grandes soluciones pasan por una visión regional de integración de esfuerzos. La movilidad de Bogotá depende de unas vías periféricas como las que hemos previsto al costado occidental del río Bogotá, entre la salida a Girardot y la autopista Norte, y al otro lado de los cerros orientales entre Choachí, La Calera y Sopó, solución que evitará que el transporte de carga atraviese la ciudad. Es claro también que los grandes servicios, la generación de energía, el abastecimiento de agua, la disposición de residuos, la seguridad alimentaria, la conservación de bosques, el tratamiento y la recuperación del río Bogotá dependen de una planeación y de una integración regional inaplazable.
El crecimiento sostenido de nuestra Región Capital descansa sobre varios pilares: mayor seguridad, un modelo de desarrollo moderno y de emprendimiento, una sociedad más igualitaria, un crecimiento armónico con el medio ambiente y más y mejores instituciones para un buen gobierno.
Los logros hasta ahora alcanzados muestran una Cundinamarca en plena fase de consolidación de la seguridad; cero guerrilla, cero paramilitares y cero narcotráfico es nuestro ideal. Hoy no queda un solo frente de guerrilla de los varios que existían en el pasado, la casi totalidad de paramilitares se acogieron a la Ley de Justicia y Paz y el Ejército y la Policía hacen presencia en todo el territorio cundinamarqués. Nuestra firme voluntad se mantiene. Entregamos nuevos batallones del Ejército en la provincia y vamos a entregar más. Nuestro Ejército debe trasladarse a la frontera regional que contiene las pretensiones fallidas de la insurgencia de tomarse la Capital. La victoria asegurada en Cundinamarca se traduce en paz para Bogotá.
El aumento de la Policía, la modernización de sus instalaciones, los Policías de mi Barrio, la consolidación de redes de comunicación digital y los nuevos fuertes de Carabineros en nuestros campos han permitido reducir notablemente los homicidios. Hoy estamos llegando a 15 por cada cien mil habitantes, cuando el promedio del resto del país supera el doble. Los secuestros son prácticamente inexistentes y recientemente Naciones Unidas declaró a Cundinamarca como territorio de Cero Coca. No obstante, el expendio de droga, las bandas tras él, las mafias y los arreglos de cuentas que hoy pululan representan nuestro diario y futuro desafío.
La Cundinamarca del tercer milenio está creciendo sobre nuevos sectores productivos, industriales, de servicios y de tecnología. Solo en el norte de la Sabana tenemos más de 200 nuevas empresas, la mayoría de ellas exportadoras; otro tanto en el corredor de la 80 y en el eje entre Fontibón y Facatativá, en donde a su vez se va a estructurar una red de ciudades de producción y de conocimiento. Tenemos un importante número de zonas francas, 16 de las 50 que tiene el país, y sumado a esto más de 20 universidades y centros del Sena son polos de innovación y capacitación del inmenso capital humano que soporta el pujante esfuerzo de nuestros empresarios.
Nuestro reto es una gran transformación productiva hacia la competitividad y por ello debemos producir más de aquello que resulta de mayor valor agregado y exportable, los ejemplos de la industria láctea, las flores, los productos farmacéuticos y de transformación metalúrgica, así como los call centers, la salud, la arquitectura de software son un buen ejemplo. Las empresas que combinen diversidad y alta tecnología (BPO) son el gran desafío.
La Cundinamarca agropecuaria, orgullosa de su café y de la producción de alimentos, requiere una gran transformación productiva hacia aquellos sectores que generen más rendimiento y tengan mercado en Bogotá y en el exterior. Avanzamos en la renovación de cultivos de café que exigen una inversión constante, vemos con optimismo la variada producción de frutas, pero se requiere más organización de los productores y responder por las cantidades que demandan los mercados externos. La honda crisis panelera la afrontamos con trapiches comunitarios e incursiones en la producción de alcoholes, y la palma revela un inmenso futuro reivindicador en nuestro piedemonte llanero.
No obstante, las zonas más pobres donde tenemos vergonzosos índices de miseria urgen una pronta transformación productiva. Más cacao en el río Negro, más cafetos productivos, más palma en el llano y en el Magdalena, más frutas en el Tequendama y en el Sumapaz, más plantaciones de follaje para acompañar nuestras flores, más tecnificación en el sector pecuario, producción técnica y en establos del ganado, más y mejor aprovechamiento forestal mediante la preservación de páramos y la reforestación con especies nativas y aprovechables. Indudablemente nuestro campo exige más asistencia técnica y más capitalización, y en este sentido hemos dispuesto un fondo de garantías del 100 por ciento con el Banco Agrario para viabilizar créditos por 60 mil millones de pesos. En definitiva, asistencia técnica, proyectos apropiados y créditos significan el reto.
Uno de los grandes dilemas y compromisos históricos es la búsqueda de un equilibrio regional. Muchos municipios tienen índices elevados de miseria frente a otros con buenas tasas de ingresos de sus habitantes. Por ello perseveramos en nuestra “Guerra contra las pobrezas”. Se priorizaron 25 municipios para la inversión y el gasto social. Un ejército de promotores de salud, cogestores del Plan Juntos y líderes de familias en acción, brindan acompañamiento desde el trámite de la cédula hasta la legalización de títulos y créditos para proyectos sostenibles. Las soluciones de vivienda para personas que habitan en zonas de riesgo y los mejoramientos para los más afectados han sido la prioridad.
Asimismo y en medio de una profunda crisis de la salud, luchamos para que la mayoría de los cundinamarqueses pobres tengan acceso a la seguridad social en salud y hoy cerca del 90 por ciento ya lo tienen, mientras que también se atiende al resto de vinculados. Nuestra mayor preocupación es la prevención, avanzamos en vacunación pero enfrentamos la dispersión de la movilidad de las familias en la Sabana. Hemos logrado nutrición del 100 por ciento en la primera infancia y en buena parte de la atención de madres gestantes. La gran batalla hacia la salubridad será en agua potable y estamos en proceso de invertir más de 700 mil millones de pesos para completar el abastecimiento y el tratamiento. También salvamos de la quiebra a más de siete hospitales pero faltan otros por reestructurar para tornarlos más eficaces y que puedan sobrevivir fortalecidos ante la turbulencia de los nuevos horizontes de la salud.
La educación es nuestra palanca de equidad, de ascenso social y de competitividad. Alcanzamos un cubrimiento sobresaliente en cobertura con incentivos como transporte escolar, nutrición y a través de programas como Familias en Acción. El empeño ahora es ofrecer calidad suficiente para promover competitividad y trabajo. Una estrategia mágica hacia la competitividad ha sido la integración del 90 por ciento de nuestros colegios con el Sena, que permitirá que en el futuro cada bachiller sea a su vez técnico. No obstante, se requiere más educación tecnológica y superior y en este sentido, antes de terminar 2011 el 90 por ciento de los centros educativos tendrá banda ancha. Creamos Centros de Educación Superior Regionales —Ceres— en más de 20 municipios, hoy con 6 mil matriculados, y abrimos el Plan Primavera para brindar crédito para educación superior que ha servido ya a 5 mil estudiantes.
La construcción de vivienda nueva es la otra herramienta de generación de empleo y destacamos proyectos como Ciudad Verde en Soacha, con más de 20 mil viviendas, al que se suman tres más en curso en Madrid y Mosquera, además de proyectos medianos en varias ciudades del departamento que suman cerca de 40 mil soluciones de vivienda.
La otra gran locomotora de nuestro desarrollo es el turismo. Luchamos por brindar una oferta de destinos recreativos, ecológicos, históricos y religiosos. Al tiempo, trabajamos por una regulación orientada a generar viviendas campestres, nuevos hoteles y centros de convenciones, y para ello se requieren más y mejores vías, mayor seguridad y más agua.
Todo nuestro crecimiento económico está atado a la conservación ambiental y en este sentido la preservación del ecosistema andino con páramos como los de Chingaza y Guerrero son prioritarios.
El último e indispensable pilar para el desarrollo, es la creación de instituciones esbeltas y eficaces, con control y participación ciudadana y en Cundinamarca realizamos una profunda e integral modernización. Falta consolidar la institucionalidad de la Región Capital como tal.
Recientemente recibimos un estudio de Fedesarrollo contratado para visualizar el modelo de desarrollo de nuestro Departamento, el cual concluyó: “En 2028, Cundinamarca y la Región Capital serán la economía regional más competitiva de Colombia, que tendrá como referentes en su desarrollo la equidad social, una infraestructura moderna y competitiva, sostenibilidad ambiental y fiscal, instituciones sólidas y un desarrollo más equilibrado entre sus regiones”, y a eso le estamos apostando.
Indudablemente, Cundinamarca lo tiene todo para ser una de las potencias turísticas del país, tan importante como la costa atlántica o el eje cafetero; de hecho, en una investigación de estudiantes de economía de la Universidad del Rosario se identificó que en la mayoría de las provincias los sectores estratégicos son el agrícola, las artesanías y el turismo.
Estamos comprometidos con el desarrollo de nuestra gente, de nuestros municipios y de nuestro Departamento, por ello documentos como este, que presenta a lo largo de sus páginas el patrimonio natural, económico y cultural de nuestro Departamento, se convierten en una ventana al mundo donde se puede hacer un viaje a la historia, al pasado, al presente y por qué no, al futuro, un viaje sin límite que garantiza mucho más que diversión.
Bienvenidos a esta tierra llena de magia, a la tierra del cóndor. Bienvenidos a Cundinamarca, corazón de Colombia.
#AmorPorColombia
Presentación
Represa del Neusa, Tausa/Cogua.
Panorámica de Tausa.
Torrentismo en la cascada El Escobo, Nimaima/Vergara.
Espejos de salmuera, mina de sal de Nemocón.
Amanecer en la sabana visto desde El Rosal.
Hornos de hacer coque, Sutatausa.
Embalse del Hato, Carmen de Carupa.
Puente natural, río Sumapaz, Pandi.
Laguna Hispania, Supatá.
Ganado a la sombra del cañafistol.
Cascada La Chorrera, Venecia.
Laguna Venecia, San Cayetano.
Salto de Tequendama, Soacha.
Texto de: Andrés González Díaz
Gobernador de Cundinamarca (2008-2011)
En el centro del país confluyen de forma armónica la historia y el progreso, enmarcados en un paisaje cuya variedad geográfica permite disfrutar de extensos valles bañados por ríos y quebradas, imponentes cordilleras, cumbres paramunas, selvas tropicales y llanos, que ofrecen a su vez un sinfín de posibilidades para vivir y disfrutar.
Es Cundinamarca, corazón de Colombia, un territorio que en sus 24 mil kilómetros cuadrados reúne la perfecta combinación del pasado indígena del que aún quedan huellas en los parques naturales, del paso de la Colonia que dejó su marca en los caminos reales y en las haciendas antiguas, y de la modernidad e industrialización propia de parques y complejos.
Tenemos una ubicación geográfica privilegiada en la región andina, que nos permite contar con todos los pisos térmicos, desde el cálido en el valle del río Magdalena y el piedemonte de los Llanos Orientales, hasta el de los páramos como el del Sumapaz y el Chingaza. Contamos con una diversidad étnica envidiable y multiplicidad de destinos turísticos en diferentes modalidades como religiosa, cultural, agrícola, de aventura, termalismo y una rica gama de climas para el deleite de los viajeros, a escasas horas de su residencia y por excelentes carreteras principales.
Niños, jóvenes y adultos encuentran espacio para la diversión en las torrentosas corrientes de los ríos que bañan el Departamento, aprenden el valor del medio ambiente a través de caminatas ecológicas que los llevan a lo profundo de nuestros bosques y valles, y tienen infinitas posibilidades para disfrutar de diversos sabores y olores gracias a la variedad gastronómica propia de cada uno de los 116 municipios que integran a Cundinamarca.
Contamos con importantes maravillas como la Catedral de Sal en Zipaquirá y la mina de sal de Nemocón; están los Parques Naturales de Chingaza, Sumapaz y Chicaque; la laguna de Guatavita, que encierra toda la historia de El Dorado; Choachí, Machetá y Chocontá con sus aguas termales y azufradas; se puede disfrutar del ecoturismo en municipios como Apulo, Carmen de Carupa, San Francisco o Silvania; para los más arriesgados, Nimaima y Suesca ofrecen escenarios propicios para el deporte de aventura; y quienes deseen conocer sobre actividades de campo pueden visitar las fincas paneleras de la región del Gualivá o las cafeteras del Tequendama.
Esto solo por mencionar algunos de los atractivos, pues en Cundinamarca cada uno de sus 116 municipios tiene a disposición de propios y turistas una variedad de programas para su descanso y disfrute que indudablemente maravillan a quienes visitan nuestro Departamento.
Y es que Cundinamarca se ha consolidado como una región estratégica para el turismo, y para aprovechar todas sus ventajas se requiere una intensa labor de concientización con sus pobladores para que conozcan las riquezas y bondades naturales que tienen a su disposición, de tal forma que vean en el turismo una alternativa de crecimiento y desarrollo, teniendo en cuenta que el turismo es la industria limpia y rentable en el mundo pero desconocida y poco planificada en nuestro entorno.
Justamente para aprovechar todo este potencial turístico y convertir al corazón de Colombia en el mejor destino para los turistas, promoviendo así el desarrollo del Departamento, venimos adelantando ingentes esfuerzos a todo nivel, pero con principal atención a la capacitación como pilar fundamental de cualquier desarrollo y elemento básico para aquella persona que desee emprender un negocio.
Asimismo insistimos en el turismo de pueblos, en convertir a nuestros municipios en pueblos postales, donde se preserven sus centros históricos, se adoquinen sus calles, se construyan las casetas turísticas, los centros artesanales, los parqueaderos para que propios y extraños puedan pasearse orondos sin problemas del tráfico, observando con tranquilidad la belleza de su arquitectura decorada y pintada de manera uniforme o de diversos colores pero con buen gusto, adornada con macetas, faroles coloniales y fuentes bien conservadas, que genere un ambiente de exquisitez y refinamiento, degustando su gastronomía típica, conociendo los atractivos del lugar en compañía de informadores turísticos y deleitándose con las actividades culturales programadas para el turista.
Fortaleciendo la región
Cundinamarca se enorgullece de contar con la meseta más extensa del mundo como es la Sabana, incluida Bogotá, la cosmopolita capital de Colombia.
Seguimos consolidándonos como un Departamento turístico, nuestro principal mercado es la Capital de la República, al cual le apuntamos para "fidelizarlo", pero nuestra meta es alcanzar el desarrollo turístico como lo poseen las regiones adelantadas en este sector, de tal forma que nos convirtamos en el sitio preferido por los colombianos y turistas extranjeros para visitar.
Por esta razón es importante tener en cuenta que el desarrollo de Bogotá y de Cundinamarca debe entenderse hacia el futuro a través de una nueva dimensión geopolítica y económica: la Región Capital.
Como senador, en el año 2001 lideré la iniciativa para crear la figura a nivel constitucional y así se aprobó, pero lamentablemente esta reforma fue declarada ilegal por vicios de forma. Debemos insistir en este propósito bien sea desde una enmienda a la Carta Política o mediante construcciones regionales de base.
Bogotá y Cundinamarca integradas de manera inteligente, sin afectar la autonomía de cada ente, pueden constituir una de las regiones más competitivas entre Alaska y la Patagonia, sus economías juntas superan a la de Uruguay o a la de países de América Central, exceptuado México. Nuestro espacio regional concentra el principal polo de inversión extranjera, con un aeropuerto de talla internacional, la pronta conexión con Buenaventura y el Caribe a través de dobles calzadas, la modernización de la vía férrea, la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena entre Puerto Salgar y Puerto Berrio y un adecuado modelo de desarrollo basado en alianzas público-privadas que impulsen una transformación productiva exportable, factores que garantizan una región altamente competitiva.
Al cabo de pocos años tendremos dos millones de habitantes más en la región y esta población debe distribuirse razonablemente en los centros urbanos. Bogotá y cada una de las ciudades cercanas deben ser compactas y densas, no se puede permitir que se produzca una conurbación sin control que se extienda y devore la Sabana del río Bogotá. La Capital debe crecer utilizando plenamente los espacios actuales, en especial con inmuebles de varios pisos para conservar zonas verdes dentro de la ciudad y en sus alrededores. Un gran cinturón ambiental debe rodear a Bogotá al estilo del Bosque de Bolonia en París y para que esto ocurra debemos promover varios polos a más de 30 o 40 kilómetros de distancia como Zipaquirá, Facatativá, Funza, Madrid, Mosquera o Chía, integrados por medios de transporte masivo y carreteras modernas. Soacha ya pasó a la conurbación, pero el TransMilenio? está en ejecución.
Las grandes soluciones pasan por una visión regional de integración de esfuerzos. La movilidad de Bogotá depende de unas vías periféricas como las que hemos previsto al costado occidental del río Bogotá, entre la salida a Girardot y la autopista Norte, y al otro lado de los cerros orientales entre Choachí, La Calera y Sopó, solución que evitará que el transporte de carga atraviese la ciudad. Es claro también que los grandes servicios, la generación de energía, el abastecimiento de agua, la disposición de residuos, la seguridad alimentaria, la conservación de bosques, el tratamiento y la recuperación del río Bogotá dependen de una planeación y de una integración regional inaplazable.
El crecimiento sostenido de nuestra Región Capital descansa sobre varios pilares: mayor seguridad, un modelo de desarrollo moderno y de emprendimiento, una sociedad más igualitaria, un crecimiento armónico con el medio ambiente y más y mejores instituciones para un buen gobierno.
Los logros hasta ahora alcanzados muestran una Cundinamarca en plena fase de consolidación de la seguridad; cero guerrilla, cero paramilitares y cero narcotráfico es nuestro ideal. Hoy no queda un solo frente de guerrilla de los varios que existían en el pasado, la casi totalidad de paramilitares se acogieron a la Ley de Justicia y Paz y el Ejército y la Policía hacen presencia en todo el territorio cundinamarqués. Nuestra firme voluntad se mantiene. Entregamos nuevos batallones del Ejército en la provincia y vamos a entregar más. Nuestro Ejército debe trasladarse a la frontera regional que contiene las pretensiones fallidas de la insurgencia de tomarse la Capital. La victoria asegurada en Cundinamarca se traduce en paz para Bogotá.
El aumento de la Policía, la modernización de sus instalaciones, los Policías de mi Barrio, la consolidación de redes de comunicación digital y los nuevos fuertes de Carabineros en nuestros campos han permitido reducir notablemente los homicidios. Hoy estamos llegando a 15 por cada cien mil habitantes, cuando el promedio del resto del país supera el doble. Los secuestros son prácticamente inexistentes y recientemente Naciones Unidas declaró a Cundinamarca como territorio de Cero Coca. No obstante, el expendio de droga, las bandas tras él, las mafias y los arreglos de cuentas que hoy pululan representan nuestro diario y futuro desafío.
La Cundinamarca del tercer milenio está creciendo sobre nuevos sectores productivos, industriales, de servicios y de tecnología. Solo en el norte de la Sabana tenemos más de 200 nuevas empresas, la mayoría de ellas exportadoras; otro tanto en el corredor de la 80 y en el eje entre Fontibón y Facatativá, en donde a su vez se va a estructurar una red de ciudades de producción y de conocimiento. Tenemos un importante número de zonas francas, 16 de las 50 que tiene el país, y sumado a esto más de 20 universidades y centros del Sena son polos de innovación y capacitación del inmenso capital humano que soporta el pujante esfuerzo de nuestros empresarios.
Nuestro reto es una gran transformación productiva hacia la competitividad y por ello debemos producir más de aquello que resulta de mayor valor agregado y exportable, los ejemplos de la industria láctea, las flores, los productos farmacéuticos y de transformación metalúrgica, así como los call centers, la salud, la arquitectura de software son un buen ejemplo. Las empresas que combinen diversidad y alta tecnología (BPO) son el gran desafío.
La Cundinamarca agropecuaria, orgullosa de su café y de la producción de alimentos, requiere una gran transformación productiva hacia aquellos sectores que generen más rendimiento y tengan mercado en Bogotá y en el exterior. Avanzamos en la renovación de cultivos de café que exigen una inversión constante, vemos con optimismo la variada producción de frutas, pero se requiere más organización de los productores y responder por las cantidades que demandan los mercados externos. La honda crisis panelera la afrontamos con trapiches comunitarios e incursiones en la producción de alcoholes, y la palma revela un inmenso futuro reivindicador en nuestro piedemonte llanero.
No obstante, las zonas más pobres donde tenemos vergonzosos índices de miseria urgen una pronta transformación productiva. Más cacao en el río Negro, más cafetos productivos, más palma en el llano y en el Magdalena, más frutas en el Tequendama y en el Sumapaz, más plantaciones de follaje para acompañar nuestras flores, más tecnificación en el sector pecuario, producción técnica y en establos del ganado, más y mejor aprovechamiento forestal mediante la preservación de páramos y la reforestación con especies nativas y aprovechables. Indudablemente nuestro campo exige más asistencia técnica y más capitalización, y en este sentido hemos dispuesto un fondo de garantías del 100 por ciento con el Banco Agrario para viabilizar créditos por 60 mil millones de pesos. En definitiva, asistencia técnica, proyectos apropiados y créditos significan el reto.
Uno de los grandes dilemas y compromisos históricos es la búsqueda de un equilibrio regional. Muchos municipios tienen índices elevados de miseria frente a otros con buenas tasas de ingresos de sus habitantes. Por ello perseveramos en nuestra “Guerra contra las pobrezas”. Se priorizaron 25 municipios para la inversión y el gasto social. Un ejército de promotores de salud, cogestores del Plan Juntos y líderes de familias en acción, brindan acompañamiento desde el trámite de la cédula hasta la legalización de títulos y créditos para proyectos sostenibles. Las soluciones de vivienda para personas que habitan en zonas de riesgo y los mejoramientos para los más afectados han sido la prioridad.
Asimismo y en medio de una profunda crisis de la salud, luchamos para que la mayoría de los cundinamarqueses pobres tengan acceso a la seguridad social en salud y hoy cerca del 90 por ciento ya lo tienen, mientras que también se atiende al resto de vinculados. Nuestra mayor preocupación es la prevención, avanzamos en vacunación pero enfrentamos la dispersión de la movilidad de las familias en la Sabana. Hemos logrado nutrición del 100 por ciento en la primera infancia y en buena parte de la atención de madres gestantes. La gran batalla hacia la salubridad será en agua potable y estamos en proceso de invertir más de 700 mil millones de pesos para completar el abastecimiento y el tratamiento. También salvamos de la quiebra a más de siete hospitales pero faltan otros por reestructurar para tornarlos más eficaces y que puedan sobrevivir fortalecidos ante la turbulencia de los nuevos horizontes de la salud.
La educación es nuestra palanca de equidad, de ascenso social y de competitividad. Alcanzamos un cubrimiento sobresaliente en cobertura con incentivos como transporte escolar, nutrición y a través de programas como Familias en Acción. El empeño ahora es ofrecer calidad suficiente para promover competitividad y trabajo. Una estrategia mágica hacia la competitividad ha sido la integración del 90 por ciento de nuestros colegios con el Sena, que permitirá que en el futuro cada bachiller sea a su vez técnico. No obstante, se requiere más educación tecnológica y superior y en este sentido, antes de terminar 2011 el 90 por ciento de los centros educativos tendrá banda ancha. Creamos Centros de Educación Superior Regionales —Ceres— en más de 20 municipios, hoy con 6 mil matriculados, y abrimos el Plan Primavera para brindar crédito para educación superior que ha servido ya a 5 mil estudiantes.
La construcción de vivienda nueva es la otra herramienta de generación de empleo y destacamos proyectos como Ciudad Verde en Soacha, con más de 20 mil viviendas, al que se suman tres más en curso en Madrid y Mosquera, además de proyectos medianos en varias ciudades del departamento que suman cerca de 40 mil soluciones de vivienda.
La otra gran locomotora de nuestro desarrollo es el turismo. Luchamos por brindar una oferta de destinos recreativos, ecológicos, históricos y religiosos. Al tiempo, trabajamos por una regulación orientada a generar viviendas campestres, nuevos hoteles y centros de convenciones, y para ello se requieren más y mejores vías, mayor seguridad y más agua.
Todo nuestro crecimiento económico está atado a la conservación ambiental y en este sentido la preservación del ecosistema andino con páramos como los de Chingaza y Guerrero son prioritarios.
El último e indispensable pilar para el desarrollo, es la creación de instituciones esbeltas y eficaces, con control y participación ciudadana y en Cundinamarca realizamos una profunda e integral modernización. Falta consolidar la institucionalidad de la Región Capital como tal.
Recientemente recibimos un estudio de Fedesarrollo contratado para visualizar el modelo de desarrollo de nuestro Departamento, el cual concluyó: “En 2028, Cundinamarca y la Región Capital serán la economía regional más competitiva de Colombia, que tendrá como referentes en su desarrollo la equidad social, una infraestructura moderna y competitiva, sostenibilidad ambiental y fiscal, instituciones sólidas y un desarrollo más equilibrado entre sus regiones”, y a eso le estamos apostando.
Indudablemente, Cundinamarca lo tiene todo para ser una de las potencias turísticas del país, tan importante como la costa atlántica o el eje cafetero; de hecho, en una investigación de estudiantes de economía de la Universidad del Rosario se identificó que en la mayoría de las provincias los sectores estratégicos son el agrícola, las artesanías y el turismo.
Estamos comprometidos con el desarrollo de nuestra gente, de nuestros municipios y de nuestro Departamento, por ello documentos como este, que presenta a lo largo de sus páginas el patrimonio natural, económico y cultural de nuestro Departamento, se convierten en una ventana al mundo donde se puede hacer un viaje a la historia, al pasado, al presente y por qué no, al futuro, un viaje sin límite que garantiza mucho más que diversión.
Bienvenidos a esta tierra llena de magia, a la tierra del cóndor. Bienvenidos a Cundinamarca, corazón de Colombia.