Zona Eje Cafetero

Club Campestre de Armenia.   Cristóbal von Rothkirch.

Texto de: Tute Puerta

En plena Cordillera de los Andes, esta zona se constituye en el objeto de un viaje exótico a través de las nieves perpetuas y la alta montaña, los volcanes, los bosques de niebla y la abundante agua y tierra fértil donde se dan las condiciones óptimas para la vida. En pocos lugares del planeta la naturaleza se manifiesta en tal variedad de formas. Los indígenas quimbayas, que habitaron estas tierras en época precolombina y trabajaron con arte la orfebrería y la cerámica, dejaron un vigoroso llegado cultural en el país, cuyo tradicional poporo constituye la pieza insignia. Arrieros, guagüeros y aventureros -románticos y bohemios de inagotable agilidad mental, ambición y capacidad para el trabajo-, provenientes en su mayoría de las comentes migratorias de Antioquia, se asentaron en estas tierras, trayendo consigo el carriel lleno de tradiciones: fe y camándula, baraja, dados, muleras, barberas, gallos de pelea, sentido del humor. La vivienda tradicional de la zona cafetera o arquitectura de la colonización antioqueña, empleó con creatividad y gusto los materiales de la región para dominar sus exigencias topográficas y proyectarse hacia el paisaje. Buena parte de su desarrollo se hizo sobre la guadua, que además de su empleo industrial y artesanal es parte insustituible del paisaje y la ecología regional. Al lado de sus raíces casi siempre nace el agua. La guadua se ha convertido en un material básico de la vivienda popular o elaborada, así como de todo tipo de herramientas y utensilios. Del vocablo indígena quindiu, que significa edén, viene el nombre del Quíndio. Y esa es tal vez la mejor descripción de la sensación que se tiene al visitar el eje cafetero, un lugar del mundo donde prospera la una vegetación exuberante y variada. De allí el enorme éxito del agro-turismo de la zona, verdadera revelación para el turista. La opción de alojarse en fincas donde puede convivir con la cultura del café, al tiempo que descansa y goza, ha dado origen al acogedor y divertido lema de la zona: mi casa será tu casa, mi comida tu comida y mi tarea tu diversión. En la región se encuentran el Parque Nacional del Café, el Museo Experimental de la Guadua y el Museo Quimbaya. También nos ofrece aguas termales, visitas al nevado del Ruiz, a Ranaca y al Zoológico Matecaña. La región cuenta además con ferias taurinas, un festival de teatro en Manizales, y fiestas de la cosecha en Pereira y del café en Armenia. Este oasis mágico es el marco donde se desarrolla el ritual del golf en tres campos maravillosos de Manizales, Pereira y Armenia, las capitales de los tres departamentos que conforman el eje cafetero: Caldas, Risaralda y Quindío. Estos son campos donde los retos de la naturaleza nos premian en cada hoyo y en cada jugada con un espectáculo diferente de colores, sabores y fragancias, junto al desafío y el logro propios del golf.