Cafés en el mundo

Cafetería moderna en Praga.   Carlos Pineda.

Venta de café en grano, en Barcelona.   Carlos Pineda.

Texto de: Liliana Villegas

Los cafés de las grandes capitales del mundo y de las pequeñas ciudades han cambiado. Ya no son los tradicionales lugares en donde la gente mayor iba a tomar un café y a conversar. Ahora los jóvenes son grandes consumidores de café, y por ello los cafés tienen una serie de atractivos adicionales, entre los que se cuentan la gran variedad de cafés que se ofrecen, los diversos orígenes y mezclas, la oferta de bebidas calientes, frías, con licor, descafeinadas, saborizadas, etc., y, en muchos de ellos, existe la posibilidad de conectarse con el mundo entero a través de Internet. El café se ha globalizado y se habla en todos los idiomas alrededor de su sabor y aroma. Y, aunque suene traído de los cabellos, ahora se ofrece un café más rico y exquisito que los de otros tiempos. ¿Por qué? Porque la gente sabe más de café, ha probado más variedades, se ha vuelto más exigente y quiere obtener lo mejor de lo mejor. Es increíble que en épocas no muy lejanas un colombiano promedio no pudiera tomar en su país una taza del mejor café suave del mundo, porque todos los granos excelsos se exportaban a otros países. Hoy en día, ese mismo colombiano puede degustar en su propia casa o a la vuelta de la esquina, cafés de orígenes tan diferentes como Huila, Cauca o la Sierra Nevada, como también puede hacerlo en Barcelona, en Sidney, en Tokio o en Buenos Aires. Nuestra próxima cita será, pues, en cualquier lugar del mundo, alrededor de una buena taza de café colombiano.