Omnívoras

Gavilán caricare.   Diego Miguel Garcés.

Gavilán caricare. Aunque los ejemplares jóvenes no son tan coloridos como los adultos, se destacan por su belleza ante otras aves carreras de los Llanos.    Aldo Brando.

Mirla de anteojos amarillos. Anida en árboles aislados y en los bordes del bosque. A intervalos, machos y hembras alimentan los polluelos, llevándoles semillas, frutas o insectos parcialmente digeridos.    Diego Miguel Garcés.

Mirla pico negro. Parece preferir la sabana con árboles aislados y áreas cultivadas. Busca insectos en el suelo y frutos y semillas en el estrato arbustivo. Después de las lluvias aprovecha las lombrices de la tierra.    Diego Miguel Garcés.

Tordo negro. Es un ave gregaria y terrestre. Puede encontrarse en el rastrojo y los árboles aislados en la sabana. También en esteros y lagunas. Consume insectos, semillas y frutas.    Diego Miguel Garcés.

Arrendajo común. Teje nidos en forma de bolsa y los suspende en las ramas de los árboles aislados y espinosos, con avisperos, posiblemente como protección ante los predadores.    Diego Miguel Garcés.

Texto de: Thomas McNish?

Las aves omnívoras poseen la capacidad de alimentarse de manera heterogénea y variada: son unas verdaderas oportunistas, y no muestran preferencia exclusiva por el tipo de alimento. Son, por eso, las menos especializadas. Por su agilidad para adaptarse a los cambios, son las que más soportan las alteraciones del entorno, como la reducción o destrucción de su hábitat, o la falta temporal o permanente de su fuente de alimentación. Esta adaptabilidad se debe a que invierten poca energía en la consecución de alimento.

Son las aves más comunes y se encuentran en todos los hábitat. El gavilán caricare, el gavilán garrapatero y el chupacacao negro consumen carroña, pequeños mamíferos, frutas e insectos. La mirla blanca y el tordo negro cumplen cabalmente con el término de omnívoras, pues se alimentan de todo cuanto está a su alcance. Otras especies de este gremio son las mirlas, el gonzalito real y el ganzalito, que consumen frutas, semillas e insectos. El pico de plata constituye otro caso especial: es frugívora, granívora, insectívora y nectarívora. El cristofué, el más bullicioso, activo y agresivo de los atrapamoscas, se alimenta de insectos, pequeños vertebrados, frutas y peces.